miércoles, 30 de diciembre de 2009

FMLN y DDHH piden investigar muerte de ambientalistas

El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), partido del presidente salvadoreño, Mauricio Funes, y el procurador de Derechos Humanos, Óscar Luna, pidieron este lunes una "profunda" investigación de los asesinatos contra ambientalistas que se oponen a los proyectos mineros en El Salvador.

El FMLN expresó en un comunicado su "condena, repudio e indignación" por el asesinato de tres personas que formaban parte de un movimiento ambientalista que se opone a la explotación minera.

El partido exigió a la Policía y la Fiscalía "una investigación profunda para dar con los responsables de estos asesinatos", y al mismo Ejecutivo que "ponga a disposición los recursos y las personas más idóneas para dar con el paradero de los culpables y que paguen con todo el peso de la ley".

El pasado sábado fue asesinada por desconocidos la ambientalista Dora Alicia Recinos Sorto, quien estaba en su octavo mes de embarazo.

La mujer fue tiroteada en el cantón Trinidad, en Cabañas (centro), cuando regresaba de lavar ropa de un río cercano a su casa.

Este asesinato se suma al de Ramiro Rivera Gómez, ocurrido en Trinidad el pasado 21 de diciembre, y el de Marcelo Rivera, quien fue secuestrado y asesinado en junio pasado.

El FMLN recordó que estos crímenes "se dan en el marco de la lucha contra la minería que se quiere establecer en Cabañas con la instalación de la mina El Dorado".

Además, aludió a la demanda internacional por 100 millones de dólares que ha interpuesto la empresa canadiense Pacific Rim y Commerce Group contra El Salvador por "negarle permisos de explotación".

Por su parte, Luna dijo en rueda de prensa que cuenta con elementos que para presumir que los miembros del Comité Ambiental de Cabañas, al que pertenecían los ambientalistas, así como sus familiares "corren el riesgo de sufrir atentados contra su vida e integridad personal".

Por este motivo, pidió que se investiguen estos asesinatos y además se "tomen las medidas encaminadas a garantizar la vida e integridad" de los ambientalistas, que reciben amenazas de muerte desde hace meses.

El presidente del Comité Ambiental de Cabañas, Francisco Pineda, quien acompañó a Luna en la conferencia, pidió a las autoridades que no agoten ninguna hipótesis de investigación sobre estos hechos.

Pineda ha reiterado en varias ocasiones que tanto las amenazas de muerte como los atentados han sido motivados por su oposición a los proyectos mineros.


http://www.radiolaprimerisima.com/noticias/resumen/67571

martes, 29 de diciembre de 2009

Honduras: Luchamos por todo o nos quedamos sin nada

Ricardo Arturo Salgado Bonilla

Ciertamente es complicado ser un hondureño pobre. Peor es ser pobre en resistencia, ya que a los males de siempre se une el riesgo permanente de caer victima de la feroz represión de los asesinos en el poder. Otra cosa es pertenecer a la oligarquía o a los súbditos que se desgañitan diciendo que este régimen “democrático” es lo mejor; en este grupo encontramos tanto a los ejecutores del golpe como a aquellos que lo acuerparon.

Los titulares de los diarios, noticieros y demás formas de divulgación apuestan a la “amnesia total”; el reloj se detuvo a las 5:40 de la mañana del 28 de junio; los muertos son una abstracción de la que nadie habla; la represión brutal solo se percibe si se buscan evidencias; los asesinatos políticos selectivos suceden sin mucha bulla, no pasan de unas notas o citas periodísticas que nunca buscan investigar a fondo; eso le queda, convenientemente, a la policía.

Ya hace un rato el presidente Zelaya, es el presidente “depuesto”, “derrocado” y otros adjetivos que lo ubican en el pasado político de las mentes manipuladas por los medios. Al contrario se incrementa la presión sobre el público diciéndole de mil formas que el golpe fue una bendición celestial y que el “transportista” es algo así como un emisario del bien.

Ahora todos hablan de reconciliación entre los hondureños. Hacen votos para que el nuevo gobierno “cure” las heridas, dejadas por la “crisis política”. Curioso como le cambian nombre a tantas cosas. ¿Cuales son las heridas que quieren curar? Pues realmente lo que están haciendo es jugando a que el tiempo haga su trabajo en el consciente colectivo para que se acabe el peligro de ingobernabilidad.

El golpe en toda su magnitud, incluyendo las elecciones, son una ofensa de proporciones incalculables para el pueblo hondureño. Sus consecuencias nos perseguirán por mucho tiempo, si es que no hacemos algo ahora mismo por nuestro propio destino. Gran parte de nuestro pueblo siguió de lejos los eventos desde el golpe, confiando mas en la eventual “normalización” que en la lucha por el bienestar colectivo; ese fenómeno ahora pende como una terrible maldición sobre nuestro porvenir.

Los motivos del golpe de estado, por si alguien lo ha olvidado, son esencialmente económicos. Los demás intereses, incluidos los políticos, vienen derivados de ellos. Los delincuentes que propiciaron el golpe (no sus ejecutores), vieron como una amenaza demasiado cercana la posibilidad de que las mayorías populares tuvieran la opción de decidir sobre sus intereses.

También entran en juego los intereses económicos y estratégicos del imperio gringo, que busca controlar una zona que, bajo la correlación de fuerzas actual, puede, mas temprano que tarde, ser de importancia capital para su propia subsistencia. Los yankees no han cesado ni un solo instante de luchar contra los intereses de los pueblos latinoamericanos que les han sido siempre adversos.

Seis meses después del artero ataque a la democracia nacional, llega la hora de pasar la factura al “flaco” estado hondureño. Con el precio que debe pagar, solo puede bajar mas de peso, al límite de su existencia. Los ejecutores del cobro han alineado las piezas a lo largo de este tiempo en que nos “distraían” a garrotazos. El fin último de los pseudo empresarios es deshacerse de los controles que el estado les impone.

Provoca conmoción ver como después de todo siguen argumentando que hay que generar condiciones “favorables” a la inversión; que nuestra competitividad radica en los magros salarios que se pagan; que las exportaciones de monocultivos son la vía hacia el desarrollo; que la mejor energía es de origen privado. Todas estas cosas ya las pusieron en práctica y no paso nada; la pregunta es ¿cómo podemos seguir creyendo estas mentiras después de tanto sufrimiento?

Las victimas mas propicias de la nueva ola neoliberal en Honduras son las empresas de servicio público. La energía eléctrica se enfrenta a una inminente privatización total durante una crisis ficticia que ya se prepara. Por ahora han llevado a cabo una licitación pública de energía renovable a un precio mayor que el de la energía térmica que actualmente consumimos.

La mayoría de los involucrados en este maravilloso negocio son los mismos que han estado en medio de la generación de energía térmica. Es probable que la vida útil de su parque generador se aproxime a su fin y hayan decido que es tiempo de entrar por la vía de los recursos renovables. En este negocio están implicados prácticamente todos los sectores de poder económico en el país, incluidos los bancos, las importadoras de derivados del petróleo, las distribuidoras de equipo y mucho más.

Es impresionante darse cuenta que en la licitación se acepte que la Empresa Nacional de Energía Eléctrica compre la energía renovable por mas de 30 millones de dólares anuales por encima de lo que paga por la energía térmica. ¿Quién en su sano juicio hace este tipo de concesión? Probablemente el asunto radica en que la ENEE absorverá los costos fijos y variables de le etapa de construcción; o se infla el precio para pagar los intereses de la banca. Es difícil decir.

Otra cosa dura es como la ENEE, que se encontraba en proceso de saneamiento financiero al momento del golpe, hoy haga concesiones a grandes compañías para que produzcan su propia energía, cuando estos son los mayores consumidores del servicio de esta empresa; además de ser los mayores deudores históricos.

No se necesitan dos dedos de frente para saber que estas medidas iniciadas por el gobierno de facto que, seguramente, serán intensificadas por la parte II del mismo a partir del 27 de enero; llevaran a la empresa eléctrica por un despeñadero junto con el pueblo hondureño que será el único aportador de capital a la misma. Esto empeorado por la inevitable devaluación de la moneda nacional.

En pocas palabras la energía se valora a precio mas elevado ANTES de que la mecánica de deslizamiento monetario comience a afectar la importación de combustibles y otros bienes que influyen en la generación eléctrica; que será pagada en lempiras por la población.

En la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones nos enfrentamos a un destino similar. Sus intentos de incursión en la telefonía celular serán clausurados y su poca infraestructura entregada como “botín de guerra” para las empresas de comunicaciones que de forma solicita apoyaron el golpe de estado. Los servicios de telefonía fija permanecerán en manos Hondutel, con esta afligida por la competencia intensa de las empresas privadas y la falta de capital para mantener la vigencia tecnológica.

Es muy difícil suponer que los movimientos que se hagan en Hondutel vayan a ir en beneficio de los clientes. Peor aún, su condición de empresa estatal la perjudicará en el área de las tarifas, ya que deberá dolarizar los cargos al público. No olvidemos que la competencia de la telefonía fija se ha multiplicado y es cobrada en dólares en la actualidad por todas las empresas del sector privado.

La ventaja relativa que tenia esta empresa gracias al monopolio de la telefonía fija, que se pretendía expandir a áreas de competencia como servicio de televisión por cable, telefonía celular y transmisión de datos, ha desaparecido desde el momento en que las empresas de la competencia se han convertido en parte de los “salvadores” de la empresa.

No debemos olvidar que inmediatamente después del golpe, personal de MULTIFON, empresa relacionada con el grupo Televicentro, sustituyó por varios días a los empleados de Hondutel en tareas administrativas y técnicas. El golpe miliar estaba dándole una ventaja increíble al sector privado en un negocio que ellos mismos, los militares, utilizaron como fuente enriquecimiento durante décadas.

Y si vamos a hablar del agua, este asunto ya está consumado. Se han sentado las bases para la privatización de las fuentes de agua mediante decreto legislativo. El propósito: poner a la orden de los países industrializados el agua de fuentes sanas a países industrializados. Esto lo han pretendido incluir en los tratados con la Unión Europea.

La presión europea por la “democracia” en Honduras es una fachada para poder culminar las negociaciones con Centroamérica. Esto probablemente demore por un tiempo el desarrollo en la privatización de este valioso recurso, pero esto no excluye la posibilidad de que se den las primeras iniciativas muy temprano en 2010.

Tenemos frente a nosotros un monstruo de mil cabezas que pretende privarnos de todo asomo de civilización; un monstruo para el que la muerte de nuestros hijos significa solamente estadísticas, daños colaterales; un inescrupuloso monstruo para el que todo tiene precio; todo se vende y todo se compra; un monstruo que mantiene buenas compras entre la clase política nacional.

Después del 28 de junio nos unimos en una sola voz para exigir la restitución de la democracia; por el retorno del presidente; por la Asamblea Nacional Constituyente. Hoy debemos profundizar estas luchas, y tener presente que esta causa lleva de por medio nuestra existencia misma.

Si hoy no definimos una estrategia de lucha por lo que nos pertenece, seguramente no está lejano el día en que tengamos que ver los efectos catastróficos de esta barbarie que hoy vemos con pasmosa pasividad. Este no es un asunto de la resistencia, sino de todos los hondureños, aunque, en realidad, será la resistencia la que nos guie en la defensa de estas y otras banderas.

Evidentemente, el esfuerzo que tendremos que llevar adelante en el año nuevo será infinitamente mayor al que pusimos en este 2009. Estas bestias carroñeras no van a parar hasta poder privatizarnos el aliento. La respuesta a esto no puede ser menos; es imperativo llevar adelante esta lucha desde ya.

Todavía me cabe la duda sobre la posibilidad de plantearle a Lobo Sosa una huelga general para mediados de enero, estoy convencido de que existen muchos motivos para llevar adelante este y otros movimientos de presión contra estas monstruosidades.

Por favor no nos quedemos callados, preguntémosle a la dirección de la resistencia que podemos hacer; como nos paramos de frente ante este sombrío panorama.

Ricardo Salgado

28/diciembre/2009

PD Justo antes de publicar este escrito llega a mi conocimiento que la formula de precios para los derivados del petróleo ha sido restaurada a su forma antes de la reforma del presidente Zelaya. Bueno las campanas siguen sonando

http://www.cubadebate.cu/especiales/2009/12/29/honduras-luchamos-por-todo-o-nos-quedamos-sin-nada/

Presidente de Bolivia, Evo Morales: Debemos crear un tribunal climático para juzgar a los países contaminantes



Morales asegura que muchos países industrializados y ricos no aceptarán la propuesta de crear una justicia climática, por lo que cree que el debate y los acuerdos para mitigar el calentamiento global se extenderán por años



TeleSUR _ 16/12/2009 El presidente de Bolivia, Evo Morales, explicó que la propuesta de su país y de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) contra el calentamiento global en la Cumbre de Copenhague (Dinamarca), es crear un tribunal de justicia climática para condenar a las naciones que contaminen el ambiente.

"Cuando yo digo que hay que hablar con claridad no solamente de los efectos del cambio climático sino de las causas, hay que condenar y acabar seriamente con el capitalismo y nuestra propuesta va en que hay que crear, hay que fundar una justicia climática, para juzgar a países que contaminen al medio ambiente", señaló el mandatario boliviano en entrevista exclusiva para teleSUR.

Asimismo, aseguró que "serán los pueblos del mundo quienes nos están viendo, quienes juzguen a sus presidentes, gobernantes, a los modelos económicos, al sistema capitalista. Los pueblos se levantarán para acabar con el capitalismo".

Para el presidente Morales, en la Cumbre de Copenhague no se han definido nuevas políticas para salvar a la humanidad, tras considerar que la única salida para mitigar el cambio climático es a través de la eliminación del capitalismo.

A continuación teleSUR reproduce la transcripción literal de la entrevista:

Hace algunos minutos el presidente Hugo Chávez en su discurso en la cumbre (Copenhague) llamó a presionar a los países industrializados y ricos para asumir sus responsabilidades ¿Qué posibilidad ve usted de alcanzar un acuerdo satisfactorio y positivo?

Felicitó al presidente Chávez, hermano, compañero, comandante de las fuerzas libertarias de Venezuela y América por la excelente intervención pidiendo a los países de exagerada industrialización a que asuman su responsabilidad para salvar a la humanidad. Siento profundamente que va ser difícil llegar a un acuerdo en esta cumbre, tenemos informaciones que hay algunas maniobras de algunos países, seguramente (con apoyo de ) transnacionales que están operando dentro de la cumbre para evitar que se realicen documentos que permitan salvar a la tierra, aquí están enfrentadas dos culturas: la cultura de la vida que es el socialismo y la cultura de la muerte que es el capitalismo tan salvaje y cuando hay intereses de grupos de personas, trasnacionales, se hace difícil acordar. Sin embargo, serán los pueblos del mundo quienes nos están viendo, quienes juzguen a sus presidentes, gobernantes, a modelos económicos, a sistemas y los pueblos se levantarán para acabar con el capitalismo.

Lamento mucho decir que hay presidentes en este momento que cobardemente hablan de los efectos, y no de las causas del cambio climático, y nosotros queremos decir que las causas vienen del capitalismo y eso lo deberían decir los países capitalistas, ahí está nuestra profunda diferencia, diferencias históricas y estructurales.

Yo siento que en esta cumbre todavía no se definirán nuevas políticas para salvar a la humanidad.

Partiendo de esa condena que todavía se mantiene por parte de algunos países, sobre todo del ALBA, nos gustaría saber ¿Cuáles serían los principales puntos de lo que podría ser un acuerdo realmente aceptable?.

Cuando yo digo que hay que hablar con claridad no solamente de los efectos del cambio climático sino de las causas hay que condenar y acabar seriamente con el capitalismo y nuestra propuesta va en que hay que crear, hay que fundar una justicia climática, para juzgar a países que contaminen al medio ambiente.

Seguramente, habrán países capitalistas que no van aceptar tampoco esa propuesta y por eso siento que va a durar este debate no sólo en esta cumbre, sino años y años, no podemos obligar a los países capitalistas que cambien sus políticas.

¿Usted cree que las voces que se están escuchando constantemente en las calles de Copenhague podría hacerse escuchar dentro de la cumbre? Ya el presidente Chávez citó una de las frases de esa protesta que al inicio decía que "si el ambiente es un banco ya lo estuvieran rescatando".

Eso lo harían los países del imperio o los imperios que velan por sus intereses y no velan por los intereses de los pueblos. Llegué anoche y debo decir que las protestas son tan importantes para crear conciencia y que hay que organizarse mejor todavía, no solamente en Copenhague sino en todo el mundo, en los pueblos de Estados Unidos, Canadá, para persuadir o imponer finalmente nuevas políticas de la vida.

Cada palabra se hace sentir y necesitamos esas grandes movilizaciones, es un gran esfuerzo de esas movilizaciones sociales, pero no creo que esos esfuerzos hagan cambiar la mentalidad de los países capitalistas.

Yo llegué a esa conclusión, posiblemente equivocada, o a lo mejor no, no vivo acá para tener una idea clara de lo que está pasando en las calles, pero sí saludo a esas protestas, a esas grandes movilizaciones y así los pueblos cambiarán en los distinto milenios, pero por ahora en este milenio tenemos la obligación de cambiar las políticas, eso significa eliminar, acabar, terminar con la esclavitud de la Madre Tierra.

¿Cuál sería la posición y las acciones a tomar del ALBA en estos mecanismos de integración, si definitivamente no se logra el tipo de acuerdo que tanto se necesita?.

Hay que seguir trabajando con los movimientos sociales del mundo, yo diría si hablamos del cambio climático. Imagínese, antes había una propuesta tan salvaje, tan inhumana de EE.UU. como era el ALCA (Acuerdo del Libre Comercio para las Américas), yo para entonces como dirigente sindical decía que no se debía de llamar ALCA sino ALGA porque era un Acuerdo de Libre Ganancia para las Américas o un acuerdo de la Libre Colonización y cómo se derrotaron, lo derrotaron los pueblos las fuerzas sociales, el presidente Fidel (Castro, ex presidente de Cuba), el presidente Chávez, hay que reconocer la participación del presidente Néstor Kirchner para ese entonces el presidente de Argentina y la lucha de los movimientos sociales, compartimos esas luchas con la del deportista, futbolista argentino, Diego Armando Maradona, concentrados, animados y esa es nuestra experiencia desde América, frente a las políticas del imperio, para derrotar con las fuerzas sociales, los países del ALBA, seguirán trabajando esta vez con los pueblos del mundo, tenemos una gran bandera de lucha que es la defensa de la Madre Tierra, la defensa de los derechos de la Madre Tierra, que repito nuevamente, es acabar con la esclavitud de la Madre Tierra.

Los indígenas eran esclavos, los hermanos negros eran esclavos y ahora nos toca acabar con la esclavitud de la Madre Tierra, eso sólo se puede hacer con los pueblos movilizados, con los pueblos organizados unidos para terminar con la esclavitud de la Madre Tierra.

Presidente usted insistió en la Cumbre del ALBA sobre un referendo latinoamericano de la voluntad popular que determinará o no la instalación de bases militares extranjeras en territorio de la región. ¿Cómo sería esto. Usted ha tenido algún tipo de respuesta sobre esta propuesta?.

Me llegaron mensajes de los movimientos sociales de Suramérica especialmente, yo siento que esos mensajes y esas propuestas tienen aceptación, por qué pensar que vamos a acabar con las bases militares, con otras bases militares, con una guerra, no, no compartimos eso, pero sí cualquier país tiene derecho a defender su soberanía. Si hay una provocación abierta, qué mejor que la conciencia de los pueblos.

Yo casi estoy seguro y convencido si los pueblos de Suramérica sometemos las diferencias que tenemos con algunos presidentes, unos aceptan las bases militares, otros rechazamos, yo decía desde Bolivia, por más que Bolivia le llamen país en vías de desarrollo, atrasado, por encima de cualquiera que sea nuestra situación económica, social y política tenemos dignidad, tenemos soberanía, esa soberanía y dignidad no está en debate, vamos a defender la soberanía.

Es más yo tengo una pequeña experiencia al expulsar al embajador de EE.UU. en Bolivia (Philip Goldberg) nos ha ido mejor todavía, porque no hay nadie que conspire.

Alguien me decía que en toda Latinoamérica ha habido golpes de Estado, en toda América, menos en Estados Unidos, porque en Estados Unidos no hay un embajador de Estados Unidos, entonces estas vivencias nos alientan bastante para seguir luchando por la soberanía. Entonces, los presidente como (Álvaro) Uribe (Colombia), Álan García (Perú) por qué no aceptan que se realice el referendo para obtener unos resultados que sean vinculantes para todos los gobiernos de Latinoamérica democráticamente, una democracia participativa, que los suramericanas decidan con su voto sí o no a las bases militares de Estados Unidos o cualquier base militar extranjera en nuestro territorio.

De los presidentes no escuché nada, pero si de los pueblos. Me decía un compañero de Perú que es muy inteligente y excelente propuesta, por lo tanto la apoyamos.

Yo plantearé que busquemos mecanismos y que tal vez el Parlamento Suramericano, Amazónico, Inidígena, Andino, apruebe . Hay tantos Parlamentos, quiénes son los parlamentos: la sesión de todos los Parlamentos que se juntan y después sacan unas normas para someter al pueblo sobre unas bases militares extranjeras en Suramérica y tal vez empezar en Suramérica y no Latinoamérica porque esto sí afecta a los países suramericanos tener una base militar de EE.UU. en Colombia.

Presidente, el Congreso hondureño que participó en el golpe de Estado de este país ha señalado que hay la posibilidad de salir del bloque de integración regional del ALBA ¿Usted que opina al respecto?.

Donde están las bases militares así como en Honduras, las bases militares del imperio, donde está el imperio no garantiza la democracia, donde está EE.UU., tampoco hay garantía de democracia de ese país. Nuestra obligación es defender la democracia, la paz social, con justicia social, pero también seguir luchando por nuestra integración.

La realidad es que lo del Congreso de desintegrarse es bajo instrucciones que vienen de la administración norteamericana. Pero no importa, tendremos muchas banderas más, banderas por la integración, por la paz social, pero también una bandera de lucha contra las bases militares y ahí está una prueba más.

Yo comentaba en algún momento con algunos presidentes de Suramérica que tenían información de primera, que esos entrenamientos del Comando Sur de Estados Unidos en Honduras en 2007 ya iban preparando esa clase de golpes.

Antes del 2006, también militares bolivianos participaban en esta clase de entrenamientos y en esos entrenamientos se hicieron amistades con algunos militares hondureños y decían que eran fuerzas especiales, entrenamientos especiales. A los militares bolivianos les decían "sus enemigos internos son los pueblos indígenas, la central de obreros boliviana". Imagínate semejante doctrina, nosotros cambiamos la mentalidad de las Fuerzas Armadas de Bolivia.

Yo siento que hay nuevos acercamientos de Honduras con el planteamiento de una Asamblea Constituyente. ¿Qué es la Asamblea Constituyente?. La conciencia de los pueblos por acabar con los Estados coloniales, por las Constituciones importadas, impuestas.

En Bolivia habían tantas Constituciones, reformas, reformas hechas por dueños de partidos o cualquiera que tuviera representación parlamentaria, nunca con la participación del pueblo.

Con nuestro gobierno garantizamos cambiar la Constitución con el voto del pueblo, someter al pueblo a una Constitución que viene de la Asamblea Constituyente.

Yo siento que los pueblos en Latinoamérica van a seguir batallando por la Asamblea Constituyente, que significa que un grupo de electos por los pueblos, por los países propongan un proyecto de Constitución y que los pueblos con su voto rechacen o aprueben esa Constitución, es una liberación tan democrática con la participación del pueblo. Por ahora la dictadura continuará seguramente, pero habrá una rebelión, como la rebelión de los pueblos contra el imperio contra está clase de dictaduras que vienen de la administración de Obama.

¿Qué lección dan los pueblos aymaras al mundo en la relación hombre - naturaleza en estos tiempos?.

La vivencia es vivir en armonía con la Madre Tierra, con la naturaleza. Hay que buscar cómo restablecer esa armonía con la naturaleza y eso es cambiando políticas profundas del capitalismo o acabar con el capitalismo. Con las intervenciones de Chávez, de Evo Morales de algunos mandatarios africanos nos verán al principio como bichos raros, pero tarde o temprano los pueblos nos darán la razón.

Yo recuerdo que en el año 1990, había una cumbre del tema de medio ambiente en Brasil, yo llegué ahí gateando sindicalmente desde la zona del Trópico y escuchaba como Fidel decía "en vez de pagar la deuda externa, pague la deuda ecológica". Ahora le doy la razón, ahora más que nunca recordando esas intervenciones desde hace diez años, tenía razón "hay que salvar a la especie humana" decía Fidel y todo lo que dijo tiene razón, cada día va creciendo y creciendo. Hay presidentes del mundo, de Latinoamérica, de África que están en contra de la humanidad y por eso yo digo que la forma de restablecer la vivencia de la armonía con la naturaleza se debe imponer, no con lo que quieran los presidentes, sino porque eso es lo que buscan los pueblos del mundo.

"Lamento mucho decir que hay presidentes en este momento que cobardemente hablan de los efectos y no de las causas del cambio climático y nosotros queremos decir que las causas vienen del capitalismo y eso lo deberían decir los países capitalistas, ahí está nuestra profunda diferencia, diferencias históricas y estructurales".


http://www.telesurtv.net/noticias/entrev-reportajes/index.php?ckl=435#

martes, 22 de diciembre de 2009

Navidad

Ética y Política
Navidad
José M. Tojeira




La Navidad es ciertamente una fiesta religiosa. Tradicionalmente se la considera una fiesta familiar e íntima. Es la celebración tierna de una familia pobre que nos enriquece a todos. Despojada incluso de un lugar digno para nacer pero en la que abunda el amor. Y así debemos gozarla y celebrarla. Pero nuestra celebración quedaría incompleta si nos contemplamos también las dimensiones políticas del nacimiento de aquel a quien muchos llamamos Señor, dueño de la historia y de la creación.

El Nacimiento de Jesús, en las condiciones que lo recordamos y celebramos, es en primer lugar una crítica de la política, tal y como funciona. En el mundo todavía no se ha asimilado el hecho de que la salvación puede venir desde lo más pequeño y olvidado. Y por eso lo que no tiene peso económica, cultural, social o políticamente se margina, se excluye, o simplemente se elimina. Jesús de Nazaret, un niño de una familia sin importancia, no importa que nazca en un pequeño establo de animales. Como sigue sin importar hoy que en África nazcan niños en medio de migraciones forzadas por guerras y masacres. Y eso para no hablar de quienes siguen naciendo simplemente en pobreza y carencia de medios básicos para sobrevivir. La vida, ese gran don y realidad común, no se protege suficientemente desde la política ni es en ella la primera prioridad. Pesan las vidas que tienen incidencia en la vida social, pero las vidas mas sencillas, vidas siempre valiosas y productivas, se dejan al margen.

Pero el Nacimiento de Jesús no es sólo crítica, sino sobre todo mensaje de esperanza. La vida siempre es más fuerte que la tendencia del ser humano a manipularla, golpearla u orillarla. Desde la óptica cristiana Dios está siempre de parte del ser humano, hombre o mujer, dando fuerza, resistencia, razón, esperanza, futuro. Dando sentido a la existencia y añadiendo a la misma novedad. Si en el mundo en que vivimos el deseo y la pasión de poder, de dominar, de controlar y sentirse dueño de las cosas se convierte en la fiebre de muchos, el Nacimiento del Señor nos marca un camino distinto: El camino de la generosidad, de la felicidad del dar y del compartir, del hacerse todo a todos para convencernos de que la humanidad es una.

El Nacimiento y la Navidad nos hablan de la superación del mal, incluso asumiéndolo desde el bien y desde la defensa permanente del bien. Ese bien que no es otro que la defensa radical de la vida humana de todos y todas. Vida humana asumida como divina por el Niño insignificante, débil, vulnerable y marginado.

Cuando algunos hablan del fin de la historia en medio del devenir humano, hablan siempre y en definitiva, de dominio, violencia y poder. Pero el Nacimiento de Jesús nos habla de una historia permanente, que más allá de éxitos o fracasos, tiene una finalidad que se expresa en el servicio, la solidaridad, el amor, la sencillez y la ternura del día a día vivido con ilusión y esperanza. Una historia que sólo termina cuando todos seamos uno en el que nos da vida y sentido.

Para El Salvador, un país pequeño y con afán de vivir intensamente su vida propia en el entorno internacional, el Nacimiento de Jesús nos dice que el camino tiene que ser de mayor diálogo, de mayor capacidad de enfrentar juntos nuestra propia verdad, la de ayer y la de hoy. No habrá desarrollo si no ponemos más racionalidad solidaria a nuestra convivencia social. Ni tendremos futuro pensando en futuros irreales que excluyan a otros desde la derecha o desde la izquierda. Este país pequeño, impotente por sí sólo si no acierta a unirse con toda Centroamérica, necesita derrochar socialmente la misma generosidad que uno a uno han mostrado tantos connacionales. La esperanza migrante y amenazada de la sagrada familia la hemos asumido en nuestra propia carne migratoria individualmente. Lo mismo que hemos padecido las guerras y las cruces de los odios egoístas y enloquecidos que siguen crucificando a los nuevos rostros de Cristo en la historia.

Sólo algunas personas como Mons. Romero y pocos más, han logrado unirnos como pueblo en unas mismas ansias generosamente sociales. El nacimiento de Jesús nos dice hoy que nuestras virtudes individuales tenemos que ponerlas a trabajar por todos y todas en este nuestro El Salvador. Y ponerlas a trabajar de tal manera que se conviertan en verdaderas fuerzas sociales, dialogantes, vivas, tolerantes y comprometidas radicalmente con la justicia. Feliz Navidad y que esa fuerza permanente del Dios que viene en la impotencia y la ternura nos despierte una vez más y nos lance con mayor energía a la construcción de una sociedad distinta, más generosa y más justa.

¿Cuándo se justifica la Violencia?

Hola queridos y queridas centroamericanistas, he de contarles en estas líneas, la trágica historia de la que fui protagonista el día de ayer –tipo Mujer, Casos de la Vida Real-, y que mejor medio que hacerlo que a través de este blog combativo, cuyo blogósfero sueña con una realidad diferente.

Resulta que andaba yo, en un caber café, en mi municipio, Mejicanos, Departamento de San Salvador, actualizando el blog, revisando mi Eh-Mael, y haciendo otras cosas, resulta que en el mismo había una pareja de novios, el muchacho de unos 25 años, moreno, regordete, entradas pronunciadas, veía las visitas de su facebook, mientras su novia, Berenice le consentía, al son de besitos de piquito. Ella le hablaba en inglés, tan cachimbón era su acento, que no pude resistir la tentación de decirle: “disculpa, que chivo tu acento” a lo que ella respondió “gracias” pasados unos 20 minutos y en una muy amena conversación ya sabíamos el uno del otro…

Ella trabaja en Transactel, un call center ubicado en una zona industrial llamado Santa Elena, de tan solo veinte años, trabajadora social, y con técnico en call center, y yo con más de seis meses de no pronunciar una palabra en inglés, queriéndolo practicar y sin alguien con quien hacerlo, pues el otro año me voy a Guatemala, a estudiar y tendré que trabajar, y qué mejor que un call center para morir ahí, le conté que conocía las oficinas principales de Transactel, en Ciudad de Guatemala, en el Grand Tikal Futura, Berenice me contó que trabajaba en una cuenta de electricidad, que sus clientes le llamaban “very upset”.

Cuando se retiraron, me dijo que tenía que irse, a lo que respondí, “que te vaya bien, salú” seguí en mi rollo, en Gmail, cuando repentinamente, ella volvió para decirme que por favor no le hablara nunca más en la vida, y cuando le cuestioné ¿por qué? Con una actitud muy extrañada de mi parte, simplemente respondió “No me gustó la conversación que tuvimos”, y le dije “ok, está bien” Ella por supuesto con un nerviosismo evidente, sus manos temblaban, su semblante muy expresivo, su novio estaba celoso, y le había reclamado afuera del caber café. Al decirle “ok, está bien” su novio entró, y sin mediar palabra me dio un derechazo, no fue muy fuerte, pero si indignante, el tipo me dijo “¿por qué molestaste a mi novia?” me quedé en shock, no supe que decirle, he sido víctima de violencia y nunca aprendí a defenderme, simplemente bajé la cabeza y volví a ver a la computadora, él salió primero no sin antes ser abordado por su novia, ¿por qué lo hiciste? ¡¡Ya estuvo!! ¿Qué te pasa? Me pidió disculpas, diciendo “lo siento, de verdad, estoy muy apenada”…. Posteriormente el muchacho regresó, a decirme que me había pegado porque había molestado a su novia.

De todo esto, quiero reflexionar un poco, sin conocer a la pareja me doy cuenta, que el hombre es muy posesivo, es esclavizante y celoso compulsivo, inseguro, con baja autoestima, poca confianza en sí mismo, y en su pareja, que la mujer es complaciente, de carácter débil e insegura; este tipo de relaciones sentimentales no es muy sano tenerlas que se diga, porque son dañinas tanto para uno como para otro.

Al muchacho le pregunto: ¿Para resolver los problemas, es necesario usar la violencia, o esta se usa como último recurso en legítima defensa? Hasta donde yo sé, sólo los animales usan la violencia para conseguir su objetivo, por cierto lo hacen por instinto, para conseguir alimento, y para aparearse también, le aclaro al muchacho que no pretendía aparearme con su novia. Le recomiendo tomar un par de talleres de masculinidad para cambiar y dejar de ser tan machista, no todos los hombres que nos acercamos a su novia, lo hacemos para aparearnos con ella.

A Berenice, te recomiendo, terminar con esa relación, tú vales mucho como para seguir con ese tipo de relación, vales mucho como para desperdiciar tu vida, que con tus 20 abriles, apenas empieza, búscate a alguien que te sepa valorar, que te respete y te dé tu lugar como mujer no como mercancía, como una laptod, a la que cuidas celosamente, como un super celular, que cuidas como la niña de tus ojos. Te recomiendo te avoques a alguna organización feminista, en la que te asesoren sobre cuando una relación amorosa se puede volver peligrosa, para tu integridad física, emocional, psicológica.

Si ahora que son novios, te grita por hablar con otro hombre, vaya que cuando se casen, te molerá a machetazos, por voltear a ver a tu vecino el del taxi, al muchacho que vende pan en la esquina, al cobrador de la coaster de la 44, al señor de la tienda, al presentador de la televisión, al cantante del punchis punchis, a cuanto hombre habido y por haber.

De manera que la violencia, no se justifica NUNCA!

Con cariño centroamericanista para “el muchacho” y Berenice,

René Franco

Ricardo Ribera 2009, PREMONICIÓN MARINA

A mi modo de ver, éste no es un tiempo de revolución, sino una época de reforma. Pero esto no quiere decir que los cambios no puedan ser profundos o que todo se vaya a desarrollar de manera tranquila y apacible. Vivimos un período caracterizado por la agudización de la lucha de clases. Es decir, ésta ha comenzado a ir en ascenso. Nuevamente. Lo cual determina que, en la actual fase, la batalla de las ideas cobre especial relieve.

También la lucha de ideas se agudiza. Es la que prepara, alienta, promueve y acompaña un lento movimiento que surge desde lo más hondo de la nación. Es éste un tiempo de espera. No de inacción, sino de esperanza activa. Esperando esperanzados que el pueblo se ponga de nuevo en marcha. Indetenible.

Hoy luce postrado. Tirado, desmoronado, abandonado. “Arrojado a la existencia” – como gustaba decir Heidegger, el gran filósofo alemán –, un simple “ser-ahí”. Heidegger: fascista, pero gran pensador, sin duda. Pensador, pero gran fascista, sin duda también.

Necesitamos pensar a la altura de nuestros tiempos y necesitamos pensamiento de altura. Para enfrentar a los nuevos Heidegger de nuestra época. Para ayudar a que reaccione el pueblo. En dirección a “derrocar todas las relaciones en las que el hombre es un ser humillado, esclavizado, abandonado, despreciable”. Así lo exigía, clarividente, otro alemán: Karl Marx. Necesitamos pensar al modo de Marx, necesitamos pensamiento a la altura de Marx.

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Necesitamos un grito. Una voz que ordene: “¡Levántate Lázaro!” Hacer que nuestro Lázaro-pueblo, paralizado en su propio sufrimiento, atienda el llamado y crea. Tiene que creer. Si no cree en el milagro, no hará por levantarse, no emprenderá el esfuerzo y el milagro no se producirá. Sólo puede darse por la fe, al recobrar la confianza, al saberse capaz.

Si Lázaro no tira las muletas y no hace por levantarse, nunca volverá a caminar. Si el ciego no abre los ojos, seguirá sin ver. Asimismo el sordo debe retirar las manos de sus oídos. Sordos, ciegos, paralíticos; todos paralizados, sin ver, ni oír. Así hemos estado. Así nos han tenido.

Hora es ya de reaccionar. Atender al llamado de la historia, a la nostalgia del futuro, al pasado que exige ser completado, al presente que se vuelve insostenible. Al grito que puede salvarnos y salvar al país: “¡Levántate pueblo!”

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Vendrá. No como ola revolucionaria, no como oleada. Ésta se precipita, toda estruendo y espuma. Se agiganta, choca y rompe, golpea… Pero bien luego se retira. Y por un momento el mar se tranquiliza. Recobra fuerzas todavía para precipitarse de nuevo, bravo y fiero. Es un repetido avance y retroceso, un esfuerzo sin mayor fruto, sin consecuencias.

Al final, sólo queda la espuma tiñendo de blanco su azul profundo. Y el mar se amansa. Agotado en su oleaje sin futuro, infructuoso, ya sólo ondula su vestido de aguas. Se ha vuelto paisaje que no asusta, que no genera inquietud. Es un ir y venir de olas sin trascendencia ni sorpresa, una quietud nunca inmóvil, un vaivén sin fin, un mar acompasado y previsible, domesticado.

Vendrá, está viniendo ya, se está alzando, incorporándose de a poco, levantándose. Pero no como oleada. Lo hace ahora como marea.

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Tras el largo reflujo viene ahora el cambio de marea. Es la mar toda la que se empina, se alza sobre sí misma, recobra su nivel, el que le corresponde. Reclama su espacio, lo invade, lo recupera, lo hace suyo. No hay barrera humana o natural que pueda impedir este avance, silencioso y pausado, callado, tranquilo.

Es la marea. Su movimiento es hacia arriba, busca lo alto, hace por acercarse al cielo, es una líquida masa atraída por el cielo. El mar acude al llamado de los astros. Y empieza a levantarse. Así viene nuestro pueblo, como marea.

Es la luna quien llama: levántate pueblo, álzate como mar, sube como marea. ¡Avanza! Inunda, invade, recupera, moja y empapa. Que esta tierra es tuya. Te pertenece. Humedece lo árido y seco para hacerlo germinar. Haz del país un jardín. Haz del país un huerto. Llénalo de belleza y de alimento. Que nos alimente el alma y nos embellezca el cuerpo. Haz de él tu paraíso, el que perdiste porque te lo perdieron; recupéralo. Es tuyo.

Así viene el pueblo: como marea, soñando futuro. Jardinero y sembrador. Sembrando utopías y jardineando esperanzas. Hay ocasiones en que me parece ya verlo venir.

Para cuando ocurra, aquí estaré. Yo quiero acompañarlo, dejarme llevar por su marea incontenible. Dejarme arrastrar tierra adentro. Dejarme perder y dejarme encontrar en lo perdido. Sumergirme en el mar pueblo, elevarme y avanzar en su marea. Ya viene, ya está llenando, viene subiendo.

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Ricardo Ribera 2009, OBSOLESCENCIA ANALÍTICA

Estimados lectores, disculpen por el título “rimbombante”. Al principio dudé que existiera la palabra “obsolescencia”. Tuve que echar mano del diccionario de la Real Academia Española para verificar que existe tal palabreja en nuestro idioma. Acaba de utilizarla Joaquín Samayoa (“El anti-imperialismo y otras obsolescencias”, La Prensa Gráfica, 2 de diciembre de 2009). Su significado es “cualidad de obsolescente”, lo que a su vez quiere decir “que está volviéndose obsoleto, que está cayendo en desuso”. No sé si el inusual término se pondrá de moda, triunfará y terminará imponiéndose. Lo dudo mucho. Pero ya que es lo único que he encontrado de novedoso y creativo en su escrito, me ha parecido oportuno realzar esa cualidad desde el propio título.

Todo su artículo es más de lo mismo. Otra voz que se suma al coro de “analistas preocupados” por la asistencia del FMLN a un encuentro de partidos políticos de izquierda, donde se denunciaron planes del imperialismo y se acordó crear una Quinta Internacional Socialista. La pobreza argumentativa sorprende. Tras dedicar dos párrafos aceptando la historia del intervencionismo imperialista en América Latina, en una auténtica acrobacia discursiva dictamina: “De cualquier forma, las cosas han cambiado mucho”. Aduce que Estados Unidos permitió a la izquierda llegar al poder en procesos democráticos y que no ha “parado en seco” a Hugo Chávez. Sin más argumento y olvidando el intento de golpe en 2002 contra Chávez, el analista prosigue fustigando como “obsolescencia” la postura antiimperialista de las izquierdas latinoamericanas. Al FMLN le critica una actitud de “sumisión” (a Chávez) o de “pereza mental”.

El articulista concede que Estados Unidos antes tuvo, frente a América Latina, una “omnipresencia arrogante y abusiva”. Ahora ya no. Al revés, para él “ahora nos sentimos tentados a reclamar por un descuido casi absoluto”. ¿De dónde ha sacado eso? ¿Está analizando la realidad? Basta enumerar algunas de las graves preocupaciones que son objeto de debates actualmente en nuestro continente: la reactivación de la IV Flota que había sido desmantelada pocos años después de concluida la segunda guerra mundial, el acuerdo con Colombia para usar siete de sus bases militares más otras cuatro en Panamá, la calculada ambigüedad y probable complicidad con los golpistas hondureños. No son cosas del pasado, sino que se están impulsando por la actual Administración norteamericana.

Hugo Chávez está preocupado, lógicamente. Pero también lo está el presidente de Ecuador, Rafael Correa, cuyo país ya fue víctima de un ataque armado por la vecina Colombia el año 2008, después de que se negó a prorrogar el uso por Estados Unidos de la base militar de Manta. También el presidente de Bolivia, Evo Morales, que logró derrotar intentos golpistas y maniobras separatistas de la derecha, a raíz de lo cual expulsó a la agencia norteamericana anti-drogas, DEA, del país acusándola de participar en las conspiraciones. Asimismo lo está Lula, pues la flota del imperio podría usarse para ingresar por el Amazonas a una región que autoridades estadounidenses han dicho que debería ser declarada “patrimonio de la humanidad”, sustrayéndola de la soberanía de las naciones que la comparten, o para disputar la plataforma continental marítima brasileña donde se han hallado enormes reservas de petróleo, que según Estados Unidos corresponde a aguas internacionales.

Son preocupaciones lógicas y legítimas. No son “patrañas” como las califica el articulista. Se pueden discutir estrategias o ideologías, es opinable, pero lo que no es válido es pretender que no existen fundamentos para temer el retorno de prácticas imperialistas que, de hecho, han sido una constante desde la doctrina Monroe, en la segunda década del siglo XIX. ¿Por qué suponer que ha dejado de estar vigente aquel enunciado de “América para los (norte-)americanos”? El imperio no es un “molino de viento” como pretende Samayoa, ni tampoco ha sido “un tigre de papel” como dijo Mao. Obama está empeñado en dos guerras, la de Irak y la de Afganistán, y amenaza con iniciar una tercera contra Irán. De manera que si el articulista tuviera razón y se hubiera “descuidado” de América Latina, tanto mejor. Pero no ha dado indicios y no fuera muy sensato confiarse. Obama prometió “un nuevo tipo de relaciones” con América Latina, pidió dejar de ver al pasado y mirar juntos al futuro. Pero su credibilidad en el continente atraviesa horas bajas, ante las sucesivas señales de continuismo en las políticas imperiales de sus antecesores.

Samayoa le pide al FMLN no sacrificar “su capacidad de analizar la realidad” y “los desafíos reales” que enfrenta El Salvador. Pero él mismo no hace mucho en este sentido. El golpismo de Honduras es parte de la realidad, desestabiliza a la región y hace peligrar sus procesos democráticos. También entorpece el proceso de negociación de Centroamérica con la Unión Europea, lo cual pudiera ser uno más de los objetivos del imperialismo estadounidense que suele jugar con varias barajas simultáneamente. Adoptar la postura de negarse siquiera a considerar la hipótesis y proclamar dogmática e ingenuamente que el imperialismo ya no existe – a partir de no se sabe qué signos, intuiciones o lecturas astrológicas del analista – impide analizar hechos e iniciativas, intenciones o motivos. Desarma intelectualmente.

Por veinte años en nuestro país se ha aplicado el “consenso de Washington” y la consabida receta neoliberal. Nos hemos dedicado a suplir necesidades de mano de obra barata del imperio y la economía se volvió dependiente de las remesas. Se nos impuso, ilegal y falazmente, una dolarización de hecho, acrecentando la tremenda dependencia hacia Estados Unidos. Tenemos una base de monitoreo militar en Comalapa, con la excusa del combate al narcotráfico, pero que forma parte de una red de vigilancia extraterritorial que abarca gran parte del Pacífico y del Caribe. Casi todos los mandos militares han pasado por adiestramiento en bases norteamericanas y están imbuidos de su pensamiento estratégico. El país firmó un TLC con la potencia del norte y hoy tenemos en marcha dos juicios internacionales porque dos transnacionales mineras demandan al Estado por muchos millones de dólares, en aplicación de las cláusulas del mismo. Son retos y cuestiones que no necesariamente deben enfrentarse de inmediato, pero están ahí y en algún momento del futuro habrá que encararlos.

Por esto es oportuno que el FMLN haya recordado su identidad como partido revolucionario, democrático y socialista, tal como está en sus estatutos. Igual su programa, donde la revolución democrática se acompaña de la anti-oligárquica y de la anti-imperialista. Eso define un pensamiento y una estrategia. Otra cosa son los tiempos, los escenarios, el ritmo de avance, las cuestiones de táctica. Es importante la claridad ideológica y política, en especial cuando la derecha está en plena crisis de identidad y de proyecto.

Campañas mediáticas como la actual, a la que tanto supuesto analista se presta, pueden distraer a la opinión pública del espectáculo decadente de la derecha y sirven para alimentar suspicacias hacia la izquierda. Pero a la larga contribuyen a la educación política e ideológica de nuestro pueblo. Bienvenido el debate. Yo en lo personal prefiero a propagandistas genuinamente derechistas, como Rafael Castellanos cuando elogia a los golpistas hondureños, o Alfredo Mena Lagos cuando dice de Pinochet que “salvó a Chile”. Más perniciosos me parecen los que han tenido algún pasado vinculado a la izquierda. Están en su derecho, desde luego, de cambiar de opinión y proclamar ahora sus nuevas convicciones. Pienso que tal vez les hizo mella ser tildados de “tontos útiles” por acompañar las luchas populares. Pero ahora corren el riesgo de haberse ido al otro extremo, de haberse convertido en “listos inútiles”. Obtienen elogios y reconocimiento de los poderes fácticos, pero jamás serán aceptados plenamente, sólo utilizados. Toda su inteligencia, capacidad y preparación resultan desperdiciadas en tareas ideológicas y propaganda, lejos de la genuina preocupación por los problemas y desafíos del país y de la región.

Ricardo Ribera 2009, CRÍTICA DE LA MISERIA, MISERIA DE LA CRÍTICA

A Marx no le gustaron los planteamientos de su amigo Proudhon en su obra “Filosofía de la miseria”. Y decidió que debía rebatirlos. Así nació “Miseria de la filosofía”. Es una crítica mordaz, desde el título hasta la última página. En la introducción, por ejemplo, ironiza que Proudhon ha tenido la rara habilidad de hacerle creer a los alemanes, que no tienen mayor idea de economía, que él es un gran economista mientras los franceses, ignorantes de filosofía, piensan que se trata de un gran filósofo. O sea, para Marx, Proudhon es un fraude. No es de extrañar que la publicación de su réplica sellara el fin de una amistad.

Proudhon sólo alcanza a ver miseria en la miseria y se le escapa el potencial de liberación que ella encierra. Es un pensamiento anclado en un ya inexistente mundo de la aldea, de pequeños propietarios, en filosofías del siglo XVIII; es un anarquismo y antiautoritarismo que no reflejan la ideología del proletariado y su potencial emancipador. Por eso el trato de Marx era tan duro contra quienes promovían tesis anarquistas entre el movimiento obrero. Rechazaba que fueran parte del mismo. Los veía como influencia extraña, perniciosa, inclinada a utopías del pasado y no portadoras del futuro de emancipación.

Desde entonces, ha sido tradición en los debates de la izquierda y de manera especial entre los marxistas el tono áspero y rudo, a menudo poco fraterno, proclive al exceso verbal y la descalificación rotunda. Entre revolucionarios, tras la lucha de ideas es la vida la que está en juego, son el triunfo o la derrota los que se juegan. Pero no debería ser motivo para agriar la discusión, hasta volver imposible el debate y una posible unidad de acción. Con mayor razón, cuando no se vive al calor de una situación revolucionaria o de guerra popular.

Más bien lo contrario, la común crítica a la miseria, que es definitoria en muchos sentidos, debería hermanar, acercar, a quienes participan en un debate desde el mismo bando. Pero no suele ocurrir así. Y se vuelve imposible cuando se cae en el irrespeto o se incurre en formas tramposas de argumentación. Es la miseria de la crítica. Impide, con su torpeza, todo avance en el tema de discusión. Cierra espacios a la conciliación de posiciones o a una posible síntesis enriquecedora. No sirve para nada, excepto para satisfacer el ego de quien así debate, en especial si éste asume la discusión como una justa medieval en la que al final se declarará un vencedor.

El colega colaborador de El Faro, Álvaro Rivera Larios, parece haber emprendido su particular cruzada contra las ideas del profesor de economía de la UCA, Aquiles Montoya. Son ya varios escritos hasta ahora, el último – Economía sin política – publicado dos semanas atrás en este mismo medio. Ya antes había sostenido larga polémica con Federico Hernández, como ha tenido a bien recordar la semana pasada en su columna Pluralismo, razón y debate. Engels escribió el Anti-Dühring; Álvaro va camino de redactar un anti-Aquiles o un anti-Federico, o tal vez ambos. Quizá, con mi atrevimiento de hoy, le dé por culminar con un anti-Ricardo. Así ya sería trilogía.

Me tiene confundido. No lo conozco. Sólo leo sus textos. No puedo deducir por ellos si Álvaro se define o no como marxista, como de izquierda, o como “liberal de izquierda”, si es que eso existe, o vaya usted a saber. No es mi amigo y tampoco lo conozco. Aunque soy asiduo lector suyo y suelo admirar sus escritos, sus reflexiones, sus citas, su erudición. Se le mira “muy leído”. Como polemista suele ser brillante.

En cambio, sí conozco y me considero amigo del maestro Aquiles Montoya. Y por eso mismo, porque lo conozco, me parece excesiva, irrespetuosa, la insistencia de Álvaro en calificar de “sabio” a Aquiles. Hay un tono de burla que es injustificado. Si lo conociera, estoy seguro que no lo conoce personalmente, sabría que Aquiles es una persona en absoluto soberbia, al contrario, sencillo y humilde. Con grandes defectos, de los que él mismo es consciente y no hace por ocultar, y enormes cualidades que le han atraído la amistad y la admiración de estudiantes y colegas. No se considera un sabio, no lo es, pero probablemente sea quien “más sabe” en este país sobre la monumental obra El Capital de Karl Marx.

Álvaro acusa a Aquiles de inducir a un retorno al economicismo. Eso debería matizarse. La obra de Marx es tan polifacética, se adentra y transita por tantas disciplinas, que se vuelve muy difícil ser marxista de manera integral, “al modo de Marx”. Normalmente el economista no entiende las dimensiones filosóficas de la obra marxiana y suele pasar de largo ante ciertos textos y pasajes. Pero el filósofo hace lo mismo con los dedicados a economía. El sociólogo le tiene temor a la filosofía y también a la economía, y se fija en otros aspectos de la obra de Marx. El historiador trata de entender e integrar todo, mas su falta de preparación especializada provoca que no profundice en los temas sociológicos, económicos y filosóficos que aborda Marx en su compleja obra. Por eso, señalar a un economista marxista que no profundice o no haya comprendido a cabalidad otras dimensiones no económicas de la obra de Marx, resulta bastante recurrente y puede incluso estar justificado.

Lo que no se justifica porque se trata de argumentación tramposa, de fraude intelectual, es el procedimiento que utiliza Álvaro. Lejos de discutir lo que Aquiles ha dicho, discute lo que no ha dicho, lo que él le hace decir, lo que él imagina. Su diatriba argumentativa arranca a partir de la frase: “Nuestro sabio se expresó mal y a lo mejor quiso decir que…” Todos los argumentos y conclusiones se levantan sobre la falseada base de “a lo mejor quiso decir”. Con tal método aparenta debatir con Aquiles, pero en realidad Álvaro discute consigo mismo.

Y culmina con el mismo recurso fraudulento, para seguir acusando a su adversario a partir de cosas que en realidad no ha dicho: “Podría entenderse su planteamiento de esta manera: sólo es de izquierda quien hace una interpretación economicista y escolástica de Marx.” En conclusión, Aquiles es economicista y escolástico. Irrefutable, si no caemos en la cuenta de que nuestro mago se lo sacó de la manga.

Las advertencias que formula Álvaro estimulan la reflexión y tal vez resultarían válidas formuladas en otro contexto, fuera de la polémica. Dice: se “corre el peligro de convertir al marxismo en una economía sin política, un marxismo anterior a Lenin y Gramsci, una teoría sin historia.” Podría estar de acuerdo, pero no en el sentido que le da su autor. Lo de “una teoría sin historia” significa para él lo siguiente: “es decir, a un marxismo anterior a la caída de los socialismos reales”. Y le reprocha a Aquiles que “no se ha liberado todavía de la noción estratégica de dictadura del proletariado”.

Muchos posmodernos y liberales coincidirán con Álvaro, pero por favor que no cite a Lenin si su posición es declarar obsoleta tal “noción”. Debería ser más cuidadoso también al reivindicar a Gramsci (“ahora es cuando se nos vuelve imprescindible”) porque justamente fue de los primeros en advertir que la revolución rusa poco tenía que ver con la obra de Marx (recuérdese su artículo “La revolución contra El Capital”).

Por tanto, lo que se cayó era un modelo de socialismo que no era tal, no al modo de Marx. Por eso su derrumbe no arrastró al marxismo en su caída. Por eso el socialismo sigue siendo, vuelve a ser, bandera que ondea y que señala un camino. Frente al “capitalismo real” que sufrimos día a día. Por eso el comunismo sigue siendo fantasma que asusta y Marx vuelve a ser leído y estudiado. Más actual que nunca.

Si Álvaro desconoce esto, habría que recomendarle justamente que lea a Gramsci, al que menciona tan alegremente. Hay que “construir hegemonía”, al modo de Gramsci: totalmente de acuerdo. Hay que “difundir una cultura del debate cívico racional” afirma en su último escrito: de acuerdo también. Pero no así, señor. No enredándonos en ataques personales, discusiones inútiles, que lejos de enfocarse en la miseria, en sus causas, en su crítica, en su potencial emancipador, se deslizan hasta caer en la miseria de la crítica. Llevada a cabo, además, de un modo miserable, que busca destruir al oponente y desconoce sus razones, en el empeño estéril de querer demostrar “yo tengo la razón”.

Nos hace perder el tiempo, como le pasó a Marx al tener que refutar, irónico, a Bruno Bauer: “Crítica de la crítica crítica.”

Ricardo Ribera 2009, UN FORO DE INTELECTUALES DESUBICADOS

El autodenominado Foro de Intelectuales de El Salvador expone en una especie de Manifiesto sus posiciones y pensamiento, tras firmar el pasado 12 de septiembre un Acta de Constitución con 32 personas presentes. El documento resulta bastante patético, por decir lo menos. El Foro amenaza además celebrar un Congreso de Cultura de El Salvador los días 14 y 15 de noviembre. Anuncia la creación de una Editora Nacional y de Premios Florales. El nuevo parto está pues en marcha.

El lenguaje ultraizquierdista que se usa en tal documento no logra disimular su pobreza de ideas y la poca altura académica e incluso intelectual de sus autores. Leerlo es como un viaje al pasado, a los años setenta como mínimo. Resulta una experiencia similar a un recorrido turístico por nuestro Parque Jurásico nativo.

Los del Foro, hablando de sí mismos, aluden a la fecha en que se han constituido formalmente como Foro de Intelectuales: “Ese día forma parte de la historia nacional y quedará grabado desde aquí en adelante hasta la eternidad.” Sólo faltó añadir: “en los anales de la galaxia.”

No es lo único alucinante. Viene después: “el intelectual está en constante crítica, el método para lograr el cuestionamiento y la contradicción los conduce a la formulación de la antítesis.” Se nos informa que “el intelectual es una palanca que empuja el cambio” y se nos dice que “el intelectual es por naturaleza revolucionario”.

Marx deberá estar revolviéndose en su tumba, él que fue tan enfático en criticar a Feuerbach por hablar de “naturaleza humana” cuando el ser humano, para la concepción marxista, es por esencia ser histórico y sólo las construcciones ideológicas le imaginan una naturaleza fija e inmutable.

Pero lo que interesa a los autores del Manifiesto que analizamos es lo que viene después: la crítica al intelectual “institucionalizado” y al “burócrata”, es decir, a quien trabaja en ONGs o en el Estado y se convierte por ello en “ideólogo del sistema”.

El tipo de intelectual que defiende el Foro es el “orgánico”, mismo al que definen así: “que trabaja para los oprimidos”, que es “parte de las luchas populares”. “En muchos casos – se nos advierte – se encuentra desempleado o trabaja independiente”… “es excluido y se automargina”… “él es temido porque este intelectual es libre”. No puede uno dejar de preguntarse si dichos criterios habría que aplicarlos también a los obreros: si encuentran trabajo es que ya se han “vendido”. Requisito es el desempleo o el trabajo informal.

Y finalmente se nos explica, por si no nos han quedado claras las implicaciones: “Si un partido político que se dice revolucionario no cuenta entre su militancia con intelectuales orgánicos y accede al poder político está condenado a darle continuidad al sistema político y modelo económico de la derecha y no hará cambios… se convierte en izquierda light o dietética”.

Por simple respeto a Gramsci, el gran teórico comunista italiano, no debería usarse la expresión “intelectual orgánico” si no se hace en aplicación y conocimiento de la concepción gramsciana. Como es obvio que los autores del Manifiesto que nos ocupa desconocen absolutamente la obra del pensador italiano, habría que pensar en otras acepciones de lo “orgánico” que correspondan al Foro.

Por ejemplo, tal vez sea éste un foro de “intelectuales orgánicos” en el sentido de que no han sido contaminados con químicos, ni fertilizantes ni pesticidas, sino que son una especie que ha crecido de manera silvestre y natural, en el medio rústico donde echaron raíces. Son los “no contaminados”, los “puros”, los “orgánicos”.

También podría pensarse en otra interpretación: son “orgánicos” los tales intelectuales en la medida que no utilizan sólo el cerebro para razonar, sino el resto de órganos del cuerpo humano: por ejemplo el hígado, el páncreas, los genitales, etc.

Dado que Marx utilizó el término “lumpen” yuxtapuesto a la palabra proletariado para referirse a esa capa social inferior a la obrera, no fuera desatinado calificar de lumpen-intelectualidad a sectores que se presentan lejos del nivel mínimo que la palabra “intelectual” o “académico” exige. Por simple dignidad profesional.

Marx hizo referencia a una necesaria “alianza entre los que sufren y los que piensan”, de un modo que siempre me pareció petulante en exceso. La clase sufriente también es clase pensante y la capa dedicada a pensar también sufre. Está quizá mal expresado pero el punto es importante y en sustancia tiene razón Marx: deben luchar y caminar juntos trabajadores e intelectuales.

En las Tesis sobre Feuerbach lo ha dicho con más rigor: “si bien el arma de la crítica jamás podrá sustituir a la crítica de las armas, que para derrotar a una fuerza material se requiere de otra fuerza material, la filosofía dejará de ser simple fuerza espiritual y se volverá fuerza material cuando el proletariado la conozca y la haga suya.” Por eso es crucial para la causa de los trabajadores la conciencia y responsabilidad de los intelectuales.

Pero esas consideraciones quedan muy lejos de los planteamientos y preocupaciones que expresan los del Foro. Mejor deberían darse otro nombre, por ejemplo: “Amigos del Pichón Cea”. Dado que su nacimiento y posterior evolución están ligados a la propuesta de José Roberto Cea para presidente de Concultura, hoy Secretaría Nacional de Cultura, y puesto que el actual mandatario impulsó el surgimiento de “los Amigos de Mauricio” la propuesta podría no ser descabellada. Podría formar parte de una nueva moda.

El problema que no logro resolver es: ¿qué hubiera pasado si en vez de inclinarse por seleccionar a la doctora Breny Cuenca para el puesto, el Presidente hubiera nombrado al eminente escritor? ¿Qué estaría hoy diciendo este coro de intelectuales orgánicos? ¿No será que el gran problema con las instituciones es cuando éstas no nos toman en cuenta?

Ojalá que “el Pichón Cea”, persona digna de elogios en muchos sentidos, sea sólo una víctima de la calentura mental del grupo de sus admiradores y seguidores. Debería mejor entonces tomar una prudente distancia, no vaya a ser que el pueblo tenga razón en su sabiduría cuando inventó el dicho popular: “dime con quien andas y te diré quien eres”.

Ricardo Ribera 2009, EL PROFETA DESAIRADO

Maquiavelo, pensando en Savonarola, quien a puras arengas religiosas había implantado en la ciudad de Florencia una dictadura popular, hizo la observación de que cuando estaba armado el profeta triunfó, pero una vez desarmado caminó a su ruina. Retomando en el siglo XX esta reflexión Isaac Deutscher le puso a su biografía política sobre Trotski los títulos: “El profeta armado”, “El profeta desarmado” y “El profeta desterrado”. En un tono no tan dramático, también hoy en nuestro país está presente en el escenario la figura del profeta.

Debo antes que nada confesar que comparto el aprecio y admiración que muchos sienten por Dagoberto Gutiérrez. Considerado uno de los más brillantes analistas políticos del país, es asimismo uno de los pocos que utilizan el método dialéctico en sus reflexiones, las cuales suelen tener además un alto valor pedagógico. Aunque él modestamente se presenta como “un luchador social”, se sabe que es uno de los dirigentes de una corriente de izquierda radical llamada Tendencia Revolucionaria, TR. Lo que sí me molesta un poco de Dago – también eso debo confesar – es ese tono de sermón religioso, de prédica esotérica, de orador de púlpito, que a menudo adopta cuando habla en público. Por eso me parece que le resulta apropiado el calificativo de “profeta” que aquí le endoso.

También Dagoberto fue en su momento “profeta armado” (quién no lo recuerda en la colonia Escalón, al frente de la fuerza guerrillera durante la ofensiva de 1989); después pasó a ser “profeta desarmado” en su paso fugaz por la Asamblea Legislativa como diputado (díscolo) del FMLN. Muy pronto se separó de su partido, protagonizando su única escisión de izquierda. Hoy, tras la asunción del gobierno de Mauricio Funes, lo veo más bien como el “profeta desairado”. Enseguida explicaré por qué.

El movimiento que encabeza no ha querido organizarse como partido y se presenta vinculado y conduciendo a una parte del movimiento social. Critica al FMLN por su reformismo y por haberse integrado “al sistema” desde que se legalizó y participa en las instituciones. Le achaca haberse alejado de la gente y de sus reivindicaciones, las que intenta organizar y dirigir la TR. En mi opinión ésta ha de ser caracterizada como una “izquierda extraparlamentaria”. Es su derecho actuar desde la sociedad civil y no hacerlo desde las instituciones e instancias del “sistema político” al que critica. Es una fuerza política real con la que hay que contar, al margen, por voluntad propia, de la formalidad de las instituciones.

No necesariamente ello la convierte en una izquierda revolucionaria, al igual que participar en la escena parlamentaria y en las instituciones no hace automáticamente reformista a la otra izquierda, la que representa el Frente. Hay que ver los contenidos concretos de la política, el rumbo y la estrategia para juzgar a una y a otra izquierda. Aparte del hecho que en el propio FMLN coexisten varias corrientes diferentes. Las cosas no son en blanco y negro o, si se prefiere, en rojo y rosadito. Hay muchos más matices en la realidad compleja de la izquierda salvadoreña actual.

El grave problema que enfrenta en el actual período una izquierda con voluntad y vocación revolucionarias es que desde los acuerdos de paz la época está signada por la reforma. En 1992 la negociación logró por esa vía lo que la revolución no había alcanzado en los ochenta: reformas a la Constitución y al sistema político que abrieron paso a la democracia. No es fácil ser revolucionario cuando la época no es de revolución sino de reforma. De hecho, en cada coyuntura electoral esta izquierda radical se ha visto enfrentada al dilema de oponerse a las elecciones, arriesgando ser vista como un factor del gane de la derecha, o participar apoyando la opción del Frente, a riesgo de caer en una incoherencia de estrategia y de discurso. En los procesos eleccionarios del presente año Dago declaró en público que había votado por el FMLN en las de alcaldes y diputados y que votaría por Mauricio Funes en las de marzo. De modo que la izquierda extraparlamentaria en esta ocasión sí participó abiertamente, aunque no se haya sumado al esfuerzo de la campaña electoral.

Ha sido un componente del triunfo, parte del torrente por el cambio que al fin se impuso poniendo término a dos décadas de gobiernos areneros. No negoció ni condicionó su apoyo, lo cual honra sus principios. Pero poco tardó en empezar a enviar señales de querer ser incluida a la hora del reparto de cargos en el gabinete y en las instituciones. En el área del medio ambiente fueron propuestos nombres de expertos cercanos a la TR promovidos por ciertas bases del movimiento social. No fueron tomados en cuenta. Y uno sospecha que puede ser uno de los motivos de las recientes movilizaciones contra la proyectada presa El Chaparral.

No me parece coherente. Si uno se proclama antisistema y quiere hacer lucha extraparlamentaria, ¿por qué de pronto este afán en ser parte del sistema político y en impulsar cosas desde las instituciones del Estado? Por otro lado, los medioambientalistas conocen muy bien el problema de las plantas eléctricas que funcionan con fuel, su contaminación y su alto costo. ¿Cómo puede afirmarse que “el país tiene capacidad instalada de sobra” y no ver la conveniencia de no depender más de la combustión de hidrocarburos? ¿No son las energías limpias y renovables, como lo es la hídrica, el tipo de alternativa que debería impulsarse? No podrá haber desarrollo sin crecimiento económico y éste requiere más producción de energía. Si llegase a sobrar, se exporta: ¿cuál es el problema?

En mi opinión al hacer a un lado lo que es interés nacional y anteponer los intereses de unos pocos cientos de familias, esta izquierda comete un grave error. Pierde credibilidad y seriedad, actuando más como grupo de presión que como alternativa política ante la sociedad. No es aceptable el afán por mostrar capacidad de movilización sin considerar qué tan racionales y razonables son las demandas. Los pobladores de la zona deben exigir ser debidamente indemnizados, reubicados y auxiliados; merecen el apoyo total en esas justas demandas. Pero no puede pretenderse que el interés de un grupo prevalezca sobre el interés de la nación entera.

El incidente puede ser una simple anécdota, una simple reacción ante el “desaire” de no sentirse tomados en cuenta por el Ejecutivo. Pero fuera bueno que le sirva a esta izquierda “radical” para reflexionar y rectificar. También para abordar lo que a mi modo de ver es una debilidad: el no haberse constituido en partido político. Movimientos sociales como los Verdes en Alemania o los que fundaron el PT brasileño terminaron por dar este paso, sin que ello significase el abandono de su ideario. ¿Por qué no trabajar en formalizar una estructura, un programa, una estrategia que sirvan para unificar el pensamiento, para hacer una propuesta concreta a la población y competir con las demás fuerzas políticas del país?

Mientras esta izquierda de vocación revolucionaria, extraparlamentaria y verbalmente antisistema no dé pasos en tal dirección, mucho me temo que seguirá contribuyendo más a la confusión que a la clarificación, a la protesta sin propuesta, a la crítica sin alternativas ni soluciones. Y así se condena a la automarginación, a ser vista como parte del problema y no de la solución, a participar involuntariamente en una tenaza política mediante la cual el gobierno de Mauricio Funes se ve atacado simultáneamente por el flanco derecho y por el izquierdo. Un escenario que recuerda demasiado al que se configuró contra Allende en el Chile de inicios de los setenta. Que ya sabemos cómo terminó.

Hace poco Dago expresaba: “el 15 de marzo el FMLN ganó el gobierno; el 1° de junio lo perdió”. Está diciendo lo mismo, aunque mejor dicho, que dice Cristiani, el jefe de Arena: “veo división entre el gobierno y el partido de gobierno, no está claro quién decide”; “tal parece que Mauricio Funes preside, pero no gobierna”. A mí me parece preocupante esta coincidencia entre la extrema izquierda y la extrema derecha. Creo que a los miembros de la TR debería preocuparles también.

Por eso mi llamado al profeta desairado o a quienes puedan sentirse desairados en sus aspiraciones a que mejor avancen en estructurar mejor la opción política que representan sin caer en demagogias ni populismos baratos. Así su participación podrá verse como contribución que suma y no que resta; que lejos de dividir, multiplica y acrecienta; que ayude en asegurar el rumbo y prepare para las nuevas etapas del proceso que ya se adivinan en el horizonte. En ellas tocará caminar juntos, codo con codo.

Ricardo Ribera 2009, LA DERECHA EN SU LABERINTO

Se dice que la política es “el arte de lo posible”. En El Salvador ha pasado a ser “el arte de lo improbable”. Lejos de ser previsible y, por tanto, aburrida, en nuestro entrañable terruño se ha convertido en terreno de sorpresas. Es lo que la hace tan entretenida. Es lo que mantiene expectante al personal, siempre pendiente del espectáculo de nuevas figuras, cual calidoscopio en el que nuevas combinaciones imprevistas sustituyen a las anteriores, en una sucesiva serie de colores y formas, en transformación constante.

Posiblemente sea esto lo que inquietó al Presidente. No tanto el riesgo de perder estabilidad y gobernabilidad, como la falta de predictibilidad. En la Asamblea Legislativa predomina lo impredecible, lo cual siempre será visto como un riesgo para quien tenga la tarea de gobernar este país, que tiende de suyo propio a lo caótico y lo ingobernable. Sin embargo, esta primera apreciación de Mauricio Funes ha quedado desmentida en los hechos.

El resultado del terremoto parlamentario es un nuevo escenario en el que aumentan las opciones para el partido de gobierno. Por tanto, aumenta la gobernabilidad, entendida como la posibilidad real de que las decisiones de gobierno puedan ser llevadas a la práctica sin obstáculos de importancia. El FMLN dispondrá de tres opciones distintas para lograr la mayoría simple: con Arena, con el G-12 o con el PCN. Para alcanzar la mayoría calificada tendrá dos alternativas: con Arena o en un acuerdo que incluya al PCN y al grupo de doce disidentes areneros.

Por tanto, es innegable que el Ejecutivo queda en una mucho mejor posición al momento de necesitar apoyarse en el poder legislativo. El FMLN, partido ganador de la elección presidencial, consigue cierta capacidad de control o incluso de veto respecto a su propio candidato, hoy Presidente de la República. A éste le tocará negociar con su propio partido, algo que siempre será mucho más cómodo que hacerlo con quien amenazaba “hacer arder Troya” si no se satisfacían sus demandas.

Cristiani exigía detener la “operación limpieza” en el aparato estatal, mismo que tras dos décadas de control arenero está repleto de militantes, activistas y saboteadores del gobierno. A esta exigencia central fue agregando otros caprichos, como el apoyo a las promesas de campaña del alcalde capitalino, impracticables desde las finanzas de la municipalidad. El mismo esquema copiaron los disidentes: el Coena debía detener la “limpia” de estructuras internas – de los “saquistas” o “saqueadores”– más otros caprichos, como puestos en la dirección partidaria e incluso el retiro del propio Cristiani. Nada frena ahora que ambas depuraciones se lleven a cabo, la del aparato de estado y la del partido. Para bien de la politica.

La fragmentación de la derecha, su proceso de descomposición, tiene su origen en sus propias decisiones. La elección legislativa y municipal fue separada en el tiempo de la presidencial. Era una estratagema de la derecha que ha resultado fatal para ella misma. En efecto, entre las de enero y las de marzo se forjó el “bloque de derecha”, como un intento desesperado para impedir la posible victoria de la izquierda en una primera vuelta, haciendo que el 15 de marzo fuera una especie de segunda vuelta. Ahí cobró fuerza el desprendimiento de líderes demócrata cristianos, encabezados por el hijo de Napoleón Duarte, que se sumaron a la campaña de Funes. Provocó en el PCN la ruptura de sus candidatos con el partido, que también sumaron a la candidatura por el cambio, acuerpados por el diputado Arévalo.

Es decir, la unidad de toda la derecha impulsó la actual división. Cegada por la astucia táctica, a la derecha le faltó inteligencia estratégica. Hoy paga el precio por ello. En política el pensamiento estratégico siempre termina imponiéndose a las maniobras tácticas, la inteligencia a la simple astucia. La derecha no supo aprender de su oponente: debió calibrar el resultado del pulso entre el estratega Schafik Hándal y el táctico Joaquín Villalobos. Uno vive hoy en el pináculo de la inmortalidad y desde allí sigue influyendo con sus ideas, mientras el otro permanece en su exilio dorado, devaluado en simple propagandista, desprestigiado, sin mayor incidencia ni capacidad de arrastre.

Villalobos coló a su lugarteniente Ana Guadalupe Martínez, como segunda de a bordo del PDC. Tampoco el actual secretario general, Rodolfo Parker, procede de la tradición cristiano-demócrata ni posee afinidad ideológica con el ideario histórico de este partido. Éste languidece en las playas de los naufragios históricos. Logró en el protocolo del 1° de mayo una presencia desproporcionada en la Junta Directiva del parlamento, fruto de la astucia del momento que ahora resulta corregida por la astucia coyuntural del grupo de Gallegos: con sólo cinco diputados, tener dos sillas retorcía la lógica política. La nueva aritmética pone ahora las cosas en su lugar, queda con un solo asiento en la directiva y Parker regresa a la llanura, al frente de una fracción que de hecho es hoy por hoy irrelevante.

En la aritmética parlamentaria, a veces surrealista, dos más dos pueden ser cinco. Es así cómo Arena, que conserva 20 diputados, tendrá dos puestos en la directiva mientras que la docena de disidentes obtiene tres. Dudando entre optar por la firmeza o por la habilidad, el lobo Cristiani termina cual oveja trasquilada. Ha logrado lo que parece un imposible, que la mayor fracción opositora resulte cualitativamente irrelevante a la hora de hacer mayoría, simple o cualificada; con derecho a pataleo mas sin incidencia.

Pagará su precio si no consigue transformar pronto el escenario: si algo no perdona la derecha es ser un perdedor, invertir mal tu capital, no saber qué hacer con las cartas con las que te toca jugar. De ahí que la recomposición de la dirección de Arena se vuelva algo impostergable, de supervivencia.

Quien sigue flotando es don Ciro Cruz Zepeda y su partido, sobreviviente de naufragios peores, capaz de ofrecer su mercancía a quien le convenga comprarla y pague su precio. Sin embargo, tiene la carcoma en las maderas de su propia casa, en sus mismas bases, y podría venirse al suelo en tiempo no tan distante. Desde que le ganó el pulso a Hugo Carrillo, don Ciro tomó el timón como complemento indispensable de gobernabilidad y estabilidad, no necesariamente a favor de la derecha, como lo demostró en legislaturas pasadas. El PCN no es el futuro. Representa el pasado como ningún otro partido en el país. Ha servido de refugio a cuanto marginado, frustrado o expulsado de las otras derechas ha ido apareciendo. En este sentido, podría tener todavía un futuro, pues probablemente lo que más va a abundar en las filas derechistas es la frustración y la marginación.

Un general francés, al término de la segunda guerra mundial, comentó con ácida ironía: “amo tanto a Alemania, que prefiero que haya dos”. Más de algún izquierdista en nuestro país debe ahora estar pensando algo similar: “quiero tanto a la derecha, que prefiero que haya varias, que haya muchas”. Al paso que vamos pronto nos tocará concluir que el proyecto de unidad nacional que se impulsa hoy por el gobierno, ha venido a edificarse sobre la división de la derecha opositora. No es un destino. Es más bien propio de la ceguera que, como en Edipo, provoca la predicción fatal, justamente en los intentos desesperados por querer escapar de ella.

Ricardo Ribera 2009, CRÓNICA DE UNA RUPTURA ANUNCIADA

Ya lo había dicho Andreotti, el viejo zorro político italiano: “Ciertamente el poder desgasta, sobre todo – añadía irónicamente– a quien no lo tiene”. La democracia cristiana italiana estuvo más de cuarenta años seguidos en el gobierno; su líder sabía de lo que hablaba. La verdad de esta idea sería comprobada en El Salvador en las elecciones de 2009. Lo expresamos en una columna de opinión a principios del año: “el que pierda se divide”.

Ni el FMLN saldría indemne de otra derrota electoral en las presidenciales, que hubiera sido la cuarta consecutiva, ni tampoco Arena en caso de que se viera apartada del poder. Se dio lo segundo y casi enseguida afloraron en el anterior partido oficial signos de crisis y división. La derrota es sin duda la causa inmediata de la crisis, aunque no la única. La ruptura de la fracción legislativa arenera no será el fin de su crisis interna. Recordando la frase de Winston Churchill podríamos decir que “no estamos ante el fin, ni siquiera es el principio del fin; probablemente es tan sólo el final del principio”.

Lo que sorprende es la simplicidad con que se ha desarrollado este primer desenlace. Tan simple todo, que vuelve superfluo el análisis. No hay nada a desvelar porque, sin velos ideológicos ni ropajes políticos, los grupos de Arena en pugna dejan ver, sin pudor alguno, al desnudo, la evolución de su fragmentación. Luchas de poder, de fracciones, sin apreciables diferencias ideológicas ni políticas. Un pulso donde la derrota y sus culpables son el único argumento. Lo dice el dicho: “al triunfo le aparecen muchos padres, pero el fracaso siempre es huérfano”.

Chantajista chantajeado: Cristiani exigía una serie de cosas al gobierno. Si no accedía a su lista de demandas, más y más larga cada vez, amenazaba con bloquear el presupuesto, con bloquear al gobierno, con bloquear al país. “Aquí va a arder Troya” exclamó y sonó como grito de batalla. Pero de repente los diputados disidentes van y le aplican su misma medicina. Es Cristiani quien ahora resulta bloqueado, chantajeado. Había amenazado con hacer arder Troya, pero ahora se ve que el caballo lo tenía él infiltrado en su propia casa. Que es también la de Tony Saca.

Éste lo expresó claramente en la asamblea partidaria: “No me voy, ésta es mi casa”: Tal vez no le entendieron el domingo. Tuvieron que entenderlo el día siguiente, cuando se anunció la rebeldía parlamentaria. A cambio de sus votos esta docena de diputados fueron elevando el nivel de exigencias al Coena, hasta el rompimiento, que parece definitivo.

Lo grave es que sin esa docena de votos Arena, aun manteniéndose como la mayor fuerza de oposición, pierde toda capacidad de veto. El partido en el gobierno puede obtener mayoría simple e incluso calificada sin los votos de los diputados areneros que se mantienen fieles a la actual dirección del partido. En conclusión, Arena puede caer en la irrelevancia. Nunca antes visto. Inimaginable.

Es pronto para juzgar el desempeño de Alfredo Cristiani como presidente de su partido, en una coyuntura tan complicada. Por de pronto ha perdido mucho de su capital político e imagen histórica: ni su presunta habilidad, ni su publicitado carácter visionario, ni su talante supuestamente concertador, ni la firmeza inmutable que se le atribuía. Nada de eso se ha visto en estos meses en el puesto de mando de Arena. Más bien todo lo contrario: se le vio como alguien voluble, autoritario, de cortas miras, torpe políticamente.

Se puso al timón de un barco que había encallado. Con sus maniobras para destrabarlo, tal parece que ha provocado que empiece a hacer agua y que peligre irse a pique. Si alguna pericia le queda, tendrá que demostrarla muy rápidamente. Con lo que le queda de tripulación, tras el motín a bordo del que estamos siendo testigos. Que tal vez no termina.

La derecha económica difícilmente mira con tranquilidad el espectáculo de esta derecha partidaria. Se queda sin instrumento. No es claro quién puede representar una solución, si los veteranos, o los novatos, o los perdedores. No hay unidad de intereses ni de pensamiento. Lo que es peor: no hay pensamiento. Nadie ofrece un proyecto, una estrategia, una alternativa de largo plazo.

Ha de parecer más sensato cambiar de barco o ponerse a construir uno nuevo. El problema es que eso lleva tiempo. Por ahora su mejor opción ha de ser tratar de ponerse de acuerdo con el actual gobierno. Éste, en vez de representar el Apocalipsis que anunciaban las profecías de campaña, más se asemeja al arca de Noé, donde las más diversas especies se salvaron de ahogarse durante el tiempo que duró el diluvio. En efecto, es lo único que parece flotar, hasta donde la vista alcanza, en mitad de tal tempestad.

Ricardo Ribera 2009, DIALÉCTICA ENTRE LA UNIDAD Y LA DIVISIÓN

Hay momentos históricos en que se abre paso la idea de unidad nacional, en tanto aspiración y voluntad política, empujada por una oleada de entusiasmo y de ilusión por la unanimidad. Son situaciones que parecieran dar la razón a Hegel, el gran ideólogo del Estado-nación moderno. Son momentos excepcionales en la historia. Pero existen.

El país vivió uno así con la firma de los acuerdos de paz. Se extendió unos dos años, hasta las elecciones de 1994, con las que naufragó el consenso, se rompió la unidad del FMLN y se impuso finalmente el Pacto de San Andrés suscrito por las dirigencias de ERP y RN y el gobierno del Dr. Calderón Sol. Desde entonces primó la confrontación sobre la concertación. La guerra se había superado definitivamente y el marco democrático ganaba la aceptación unánime que antes había faltado. Pero simultáneamente se convertía en arena de confrontación. Como si la paz se concibiera ahora como la continuación de la guerra por otros medios. Y así llegamos a las elecciones de 2009.

Acabamos de atravesar otro momento de unidad similar, tras el 15 de marzo, el cual con razón se ha comparado con la coyuntura del proceso de paz. La suave transición de gobierno, desde la proclamación generosa de la victoria y la digna aceptación de la derrota, revivió por unas semanas una situación de unificación nacional. Las dos grandes fuerzas, el bloque de las izquierdas y el de las derechas, por un momento antepusieron el interés nacional y parecía vivirse el idilio de la concertación y de la cooperación, insospechado tras la dura confrontación de dieciocho meses de larga campaña electoral. No tenía bases sólidas y ha durado poco esta vez. Menos de dos meses.

Pareciera hoy que Marx vuelve a tomarse la revancha con Hegel. Mientras éste proclamaba que la voluntad general de Rousseau, el bien común, sólo en el Estado y por el Estado podía materializarse, aquél denunciaba que siempre el aparato estatal está al servicio de la clase dominante, que sólo en apariencia se coloca por encima de las clases, como ente neutral. Es en la sociedad, por medio de la lucha de clases, donde ha de resolverse el problema de intereses contradictorios. No postulando un ilusorio interés general, sino imponiendo por la fuerza el interés de las mayorías, el interés de clase de los trabajadores.

Sin embargo Marx no resolvió un matiz de importancia: aun si la neutralidad es sólo apariencia, pues en esencia el Estado es siempre Estado de clase, no obstante aquélla le corresponde, no puede desprenderse de su apariencia, está en su naturaleza el mantenerla. Apariencia que cobra vida en la esfera de la ideología, mientras la ficticia unidad nacional sea defendida y creída por las masas ciudadanas. La unidad esconde la división pero, también a la inversa, la división genera la unidad. Veámoslo.

Efectivamente, la división entre derecha e izquierda, la famosa polarización que tanto molesta a los espíritus moderados y antimarxistas, ha sido la clave de la amplia unidad que se gestó en torno a la candidatura de Mauricio Funes.

Proclamando su voluntad de constituir un “gobierno de unidad nacional” se ensanchaba la base social de sus apoyos, más allá de los sectores populares y del espectro de las diferentes corrientes de izquierda. La posibilidad cierta de una “unidad nacional” en torno al nuevo proyecto, que rompa con el pasado y que signifique “el cambio”, se fundamenta justamente en la división de la cual surge. Gana credibilidad al incorporar al nuevo gabinete a personas que provienen de diversos sectores sociales, de las diferentes izquierdas, incluso algunas de derecha o de pensamiento conservador, también algún millonario, pese a las sospechas que esto pueda levantar en ciertos círculos izquierdistas. Más molesta todavía a las derechas constatar esta capacidad de atracción y de flexibilidad mostrada por el gobierno del FMLN.

Fracasó en el manejo de esta dialéctica división/unidad la oferta electoral de la derecha. Su prometida unidad, su discurso sobre los intereses nacionales, no era creíble. Se impuso la sensatez, el sentido común, conquistado esta vez por las clases dominadas, haciendo de la idea del “cambio seguro” la idea dominante. Marx explicaba que las clases dominantes imponen siempre las ideas dominantes en una sociedad: pero éstas hoy en nuestro país están en disputa, con una clara victoria coyuntural de “los de abajo” que tienden a imponer, al modo de Gramsci, su hegemonía ideológica. Si prima el rechazo al continuismo es claro que el rechazo inequívoco del pasado era un requisito imperativo para el gobierno del cambio.

La derecha política percibe que puede quedar atrapada en la unidad nacional que proclama el nuevo gobierno, que cooperar con él podría fortalecerlo, por eso decidió anteponer su propia unidad, la alianza del bloque de las derechas. Ante la mano tendida del ganador, el perdedor reaccionó proclamando que la alianza con PDC y PCN era su prioridad, rechazó la oferta de alternarse en la conducción del órgano legislativo, bloqueó la elección del fiscal y de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia e impuso en la Presidencia de la Asamblea Legislativa a Ciro Cruz Zepeda. Grave error, pero comprensible ante la difícil situación de estar obligada a presentarse como una oposición “constructiva” y razonable, pero al mismo tiempo buscar el desgaste desde el primer día del actual bloque en el gobierno y de preservar su propia unidad.

Toda acción genera una reacción; la desafiante iniciativa derechista del 1° de mayo ha tenido su réplica este 1° de junio. Tanto en los enérgicos reclamos del discurso presidencial hacia los errores y la corrupción de los gobiernos anteriores, o por el estado desastroso en que recibe las finanzas públicas, como en las nuevas medidas y los principios que anuncia. Acompaña lo positivo de sus propuestas, con la acusación negativa hacia los veinte años precedentes. Era necesario hacerlo y en realidad no debilita su mensaje de querer impulsar un “gobierno de unidad nacional”. Es más, sin aquella denuncia su voluntad unitaria carecería de credibilidad. Es lo que parece no haber entendido Arena y de ahí su sorpresa o supuesta indignación ante “la dureza” del discurso presidencial. Pero ningún dignatario de los presentes en el acto de toma de posesión lo percibió así. Sólo los areneros lucían molestos ese día, al punto de redactar un lamentable comunicado del Coena que no ha tenido mayor eco ni generado adhesiones.

Lo más notorio del nuevo escenario es la división entre la derecha económica y la derecha política. La primera ha reaccionado positivamente al discurso de investidura del Presidente Funes, así como a la composición del gabinete y a las primeras medidas anunciadas. Las quejas y pataletas de la dirigencia del antiguo partido oficial resultan patéticas ante el distanciamiento de las demás esferas de poder: el empresarial, el mediático, el militar, el internacional. Hay un coro de elogios y de expectativas favorables: Arena se queda sola.

Es cada vez más evidente para el poder económico el agotamiento histórico del partido Arena como instrumento político. Pronto han de surgir iniciativas por lanzar una nueva derecha que reemplace la desgastada herramienta. Pero por de pronto hay oportunidades para una diferenciación entre la burguesía.

La mayoría de empresarios tienen interés en un modelo económico como el propuesto, que sólo a una pequeña argolla oligárquica afectará. Y lo mismo con el fortalecimiento del Estado de Derecho, la superación de la corrupción y de la inseguridad, el combate al crimen organizado, la eficacia, honestidad y transparencia en el manejo de la cosa pública. Esta “unidad nacional” es viable y anhelada, aunque obviamente tendrá sus adversarios: los pequeños grupos privilegiados en el anterior esquema de exclusión.

Desde la izquierda extra-parlamentaria y desde el movimiento social voces de insatisfacción, de recelo o de exigencia. Es normal. Y es bueno que se ejerza presión desde los sectores populares. Habrá que distinguir las demandas que sea posible atender en el corto plazo, de aquéllas que requieran más tiempo o un mejor escenario.

Se deben distinguir las demandas bien formuladas de las que no, pues no todas tienen una orientación correcta. Por ejemplo: una cosa es rechazar en aras del bien común la actividad minera del oro, que requiere usar cianuro y envenenaría los mantos acuíferos. A pesar de los empleos que las empresas mineras ofrecen, esos intereses particulares deben someterse al interés de la nación. Es correcto.

Pero respecto las nuevas represas la izquierda social utiliza la lógica inversa: se opone con el argumento de que perjudicarán a los campesinos de las zonas a inundar, sin privilegiar el interés nacional. No se puede estar por energías limpias y renovables, por un desarrollo sostenible – que obviamente requerirá mayor capacidad energética – y al mismo tiempo estar contra las represas ya proyectadas. La tentación populista o demagógica ha de ser evitada, a fin de preservar la racionalidad y la sensatez, la unidad, del proyecto nacional. Un verdadero gobierno popular no será aquél que ceda a cualquier petición de las bases populares, sino el que sepa encauzar en la dirección correcta, con un ejercicio de auténtica pedagogía política, la diversidad de demandas.

Sería una gran satisfacción para la derecha política, hoy desconcertada y sin proyecto, mirar la aparición de fisuras en el bloque adversario. Tampoco hay que apoyar de manera acrítica y sin distingos al gobierno, incluso el propio FMLN como partido podría en ciertos temas jugar un papel de oposición o de conciencia crítica. Pero hay que cuidar ese tesoro que muestran las encuestas: la mitad o más de los que votaron por Rodrigo Ávila el 15 de marzo al día de hoy tienen una opinión favorable del Presidente Funes y de las medidas que ha anunciado. Hay que mentalizarse en positivo: lo que no se alcance a hacer en estos primeros cinco años de “revolución pacífica y democrática”, ya se hará en los veinte años siguientes.

Ricardo Ribera 2009, HONDURAS: EVOLUCIÓN DE LA REVOLUCIÓN

Lo de Honduras no puede ser calificado de insurrección, por el carácter pacífico del movimiento de resistencia. Pero sí tiene visos de revolución en la medida que más de cien días de movilizaciones significan el inicio del despertar de un pueblo, su creciente protagonismo, su resolución y unidad, la toma de conciencia de sus intereses y de su propio poder. Es algo que también tiene expresión en el campo zelayista: entre los tres representantes del Presidente para el diálogo se incluye a un dirigente de la resistencia. Lo que estamos presenciando es más el arranque de un proceso, que el final o desenlace de una etapa histórica.

A ello sin duda han contribuido, conscientemente, el presidente Zelaya, y en forma inconsciente e involuntaria, el usurpador Micheletti. Los cien días de su presidencia, si se valorasen al modo tradicional, arrojarían un balance claramente negativo y preocupante para los golpistas. Aparte de mantenerse, precariamente, en el poder no han alcanzado ninguno de sus objetivos. Por el contrario, han agudizado las contradicciones del país al grado tal que pronto les tocará evaluar sus actos según el parámetro con que juzgaba Napoleón Bonaparte ciertas decisiones históricas: “fue peor que un crimen, fue un error”.

La persistente, infatigable, inclaudicable, movilización popular contra el golpe de estado ha terminado por poner en evidencia la contradicción de fondo de la ideología fascista que inspira a los golpistas y a sus amigos en la región. En efecto, han tratado de justificar el golpe como defensa de las libertades y de la democracia, en riesgo, según ellos, por Zelaya, y terminan derogando derechos democráticos y libertades fundamentales. Zelaya nunca prohibió manifestaciones, ni reprimió a la población, no cerró medios de comunicación, ni suspendió garantías constitucionales. Diciendo actuar en defensa de la democracia y de la Constitución este régimen fascista suspende la Constitución y anula la democracia. Instala una dictadura que ha costado ya una decena de vidas, un centenar de heridos, cientos de detenidos, miles de reprimidos, golpeados, gaseados.

A pesar de la represión y del monopolio de la violencia, contra una masa popular heroicamente pacífica, el régimen de facto ha perdido la calle. Al inicio trató de disputarla. Los “blanquitos”, de clase alta y media alta, los “perfumados”, tiraron la toalla. También los empleados presionados para acudir a marchas protegidas por la policía, se niegan a acudir a las convocatorias. La calle es enteramente de la resistencia. Se ha hecho fuerte en las barriadas urbanas y en el campo. Es el país entero, en una proporción de tres a uno, según una reconocida empresa encuestadora, que respalda a Zelaya y repudia a Micheletti.

Es lo que explica la decisión de implantar el estado de sitio por 45 días, que suponía el reconocimiento de que la batalla por las masas se perdió. Pero el estado de excepción choca con los intereses de los candidatos a las elecciones presidenciales, que no pueden hacer campaña con estado de sitio. También con los del sector empresarial que resienten el elevado costo económico de la medida. Y con la última esperanza del golpismo: que efectuar en noviembre las elecciones procurase cierta legitimidad y salir del aislamiento mundial. Por eso ha tenido que ser levantado de manera apresurada. Micheletti llegó al extremo de pedir disculpas por haber adoptado, de manera inconsulta, la medida.

El calendario electoral ahora se convierte en un factor contra el régimen de facto, lo pone contra el tiempo. Sosteníamos en un análisis anterior que el retorno de Zelaya cambiaba el escenario y hacía que el tiempo jugase ahora contra los golpistas. Acorde con ello, el Presidente legítimo pone plazo: si para el 15 de octubre no ha sido restituido en el poder, las elecciones habrán de postergarse.

El Plan de Óscar Arias, que planteaba adelantarlas un mes, ha quedado superado por los acontecimientos. Exasperado por la estupidez de los golpistas, que se aferran a legalismos constitucionalistas, declaró que la Constitución hondureña actual es “un adefesio jurídico”, “posiblemente la peor Constitución que hay en el mundo”. Es decir, no ha de servir de escudo, de pretexto o barricada; más bien convendría hacerle reformas, cambios. Lo cual está justamente en el origen de la crisis: la intención de Zelaya de promover una Asamblea Constitucional, siguiendo las vías legales de la encuesta y después la consulta ciudadana. Objetivo que la resistencia ha vuelto a reivindicar como central en sus demandas.

Aislados del mundo, distanciados del sector empresarial que ansía algún tipo de solución, con menos apoyo de la Iglesia que intenta recuperar un rol mediador, tras la metida de pata del cardenal y arzobispo demasiado comprometido con el golpismo, lo último que necesitaban los golpistas era enemistarse con los militares, fuente y fundamento de su poder. Tal como decía Napoleón: “las bayonetas pueden servir para muchas cosas, excepto para sentarse sobre ellas”. Si un gobierno se asienta únicamente en el poder militar, en la represión, sus días están contados. Es el último de los apoyos con que cuenta Micheletti. Al fin y al cabo desencadenó el golpe la destitución del general Romeo Vásquez, y fue el ejército el que lo ejecutó. “Expulsar a Zelaya del país fue un error y tendrán que pagar por ello”. ¿Será que los golpistas civiles pretenden que los militares sean el chivo expiatorio de la aventura golpista? ¿Aceptarán serlo?

Cuando las cosas van mal, se disgrega la banda de delincuentes y todos se echan la culpa unos a otros, incriminándose mutuamente. Lo que facilita mucho el trabajo de la policía. La postura del movimiento de resistencia oponiéndose a la idea de una amnistía indiscriminada parte de razones éticas y de justicia, pero también tiene la sabiduría de acabar de dividir al grupo de maleantes que han secuestrado un país entero.

Quienes por tanto tiempo se han creído los dueños de Honduras – y que de hecho lo han sido y lo son –, simples analfabetas políticos, deberán ser alfabetizados en el abecedario básico de la democracia: la voluntad del pueblo, el poder del demos, el interés general, han de ser respetados. Se descalifican solos en esta postura justificadora de lo injustificable; más les valiera quedarse en silencio a rumiar su rabia e impotencia. Es sólo cuestión de tiempo, el eterno aliado de la humanidad, que la verdad y la razón se impongan, que se imponga el pueblo. Como sabiamente dice la oración cristiana: “que se haga al fin su voluntad, así en la tierra como en el cielo”.