martes, 15 de noviembre de 2016

Elecciones en Nicaragua: una reflexión*



Marcelo Colussi
mmcolussi@gmail.com, 
https://www.facebook.com/marcelo.colussi.33

Sin el mismo brillo mediático de lo sucedido estos días en Estados Unidos, en Nicaragua tuvieron lugar elecciones generales hace una semana. Ganó por amplia mayoría el Frente Sandinista de Liberación Nacional, manteniendo a Daniel Ortega –y llevando a su esposa Rosario Murillo– en el Poder Ejecutivo, con un 72% de los votantes que le dieron su aprobación, y un 65% de participación electoral.

Con esos datos duros en la mano, podemos hacer diversas interpretaciones. Pero las mismas deben complementarse necesariamente con un análisis de la realidad socioeconómica del país, y más aún, con una lectura histórica.

Que un presidente gane por amplia mayoría puede indicar un gran fervor popular, una gran pasión de los electores por el líder carismático a quien siguen. La primera lectura que se podría decir es que si la gente lo elige…., “por algo será”. Pero eso, en sí mismo, no es especialmente convincente. Al comandante Ortega lo sigue mucha gente; a Hitler también. ¿El socialismo propone seguir líderes?; dejemos esa pregunta marginal como provocación. 



Una elección popular puede darnos infinitas sorpresas en relación a por qué la población vota lo que vota: recientemente en Estados Unidos la gente se inclinó por un racista xenófobo, en Colombia le dijo “no” a lo acordado en una mesa de negociaciones entre gobierno y guerrilla en relación al fin de la guerra, o en el Reino Unido prefirió salir de la Unión Europea para cerrarse ante la “invasión” de inmigrantes. Ejemplos de ese estilo sobran: la gente, incomprensiblemente, votó a favor del neoliberal Macri en Argentina, o eligió varias veces al mafioso Berlusconi en Italia, o prefirió al comediante racista y sexista Jimmy Morales en Guatemala, o al asesino Hugo Banzer en Bolivia años atrás, no repitiendo la elección de Evo Morales años después por una supuesta corrupción (un affaire personal). ¿Síndrome de Estocolmo? ¿Autocastigo?

Por supuesto que la voluntad popular es sacrosanta. Pero… ¿qué significa eso en el marco de las elecciones democráticas de un país capitalista? Porque Nicaragua, no olvidarlo, es eso: un país capitalista con un discurso político inclinado a la socialdemocracia… ¡pero capitalista al fin! ¿Qué tiene que ver eso con el poder popular?

Luego de las elecciones, donde supuestamente el “pueblo manda” (¿manda?), las cosas básicas siguen igual. Lo cual lleva a preguntarnos sobre qué es posible cambiar en verdad con estas democracias formales. Para muestra: Guatemala. Ya van 9 presidentes (7 de ellos llegados por voto popular) desde el retorno de las formas democráticas en 1986, y el 60% de población bajo la línea de pobreza no varía. “Con la democracia también se come, se cura y se educa”, repetía el argentino Raúl Alfonsín. Pero, ¿con cuál democracia? Con la formal, parece que no, pues los empobrecidos argentinos, con esa democracia, en reiteradas ocasiones tuvieron que saquear zoológicos para ingerir un poco de carne roja. 

En Nicaragua ganó por amplia mayoría un partido que alguna vez levantó una propuesta socialista. Hoy día, el otrora comandante guerrillero es un empresario, depredador como todo empresario. Habiendo ganado por tercera vez la presidencia, algunos analistas hicieron comentarios acres sobre su gestión, pero no para repetir el hipócrita discurso de la derecha, que vio en esos comicios un “fraude” (que no lo fue, por cierto), sino para levantar una crítica sobre las transmutaciones políticas del bonapartista Ortega (de guerrillero a empresario, vía “piñata” –descarado robo de bienes del Estado cuando el Frente Sandinista perdió las elecciones en 1990–). 

Lo curioso es que, acto seguido a esas críticas, más de algún politólogo –de izquierda– consideró negativamente el levantar un juicio contra el proceso nicaragüense, entendemos que defendiéndolo. Se abren entonces interrogantes. ¿Se puede defender eso? Ello depende de lo que entendamos por proceso político y por cambio revolucionario.

La Revolución Popular Sandinista de 1979 intentó construir una propuesta socialista. El peso de la contrarrevolución terminó derrotándola. Al salir del poder el FSLN en 1990, su ideario político comenzó a cambiar. Vinieron luego crisis partidarias, y los más connotados revolucionarios abandonaron el barco, pues Daniel Ortega transformó aquella propuesta de cambio en una empresa particular. Hoy día el problema de fondo no está en que se reelija. O más aún: no está en el nepotismo o la manipulación politiquera que pueda hacer (como lo hacen todas, absolutamente todas las democracias formales). El verdadero problema es lo que se empezó a construir en el país desde hace décadas, a lo que el Frente Sandinista de Ortega contribuyó luego de su salida del poder: una república enteramente capitalista, con entrada triunfal de multinacionales y finqueros, con una nueva burguesía oportunista (los cuadros sandinistas favorecidos con la “piñata”), con pactos politiqueros a espaldas de la población, y con políticas asistenciales más cercanas a beneficencia que a poder popular. 

Si asumimos una posición de izquierda: ¿es defendible todo eso? Decir que Ortega redujo la pobreza en estos últimos años a base de programas asistenciales, ¿es lo que buscamos y defendemos? ¿Nos quedamos con el posibilismo y la Tercera Vía? Que sea un gobierno socialdemócrata –populista y clientelar– en los marcos del capitalismo, es una cosa. Que esa sea la aspiración de una transformación real, es muy otra. 

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Teatro de Sangre del Tío Sam: De Mosul a Alepo guerra de EEUU contra Rusia

Por: CM/ANI-gt/Proyecto VER/Redacción Internacional

En Irak se ha establecido un teatro de operaciones donde la coalición llevó a la captura de Mosul. El espectáculo continúa mientras las cámaras siguen encendidas y puesto sus lentes en Rusia. El ejército iraquí con el apoyo de distintos grupos patrocinados por EEUU, han emprendido diversas arremetidas en su afán de liberar a Mosul. Los avances se pueden monitorear en tiempo real en múltiples canales de la televisión internacional. En esa dirección han transmitido estos medios únicamente las pérdidas que han tenido el ejército iraquí, como el kurdo. Otra acción no han informado, por ejemplo las pérdidas de los civiles que han caído en manos de estos.
Muchos expertos han manifestado que la liberación de esta ciudad, la están utilizando políticamente, en referencia a las elecciones presidenciales próximas de los EEUU. Es necesario tomar la ciudad de manera efectiva, sin grandes pérdidas y daños; convencer a los electores estadounidenses de la política efectiva de Obama y en consecuencia, la corrección de su posible sucesor, la señora Hilaria Clinton. Así que Washington no debe esperar ningún truco de los jesuitas.



Las consecuencias de los EEUU y sus aliados en el marco de liberación de Mosul, puede tener el carácter más increíble. La opción más obvia que se ha visto, es el fortalecimiento de los yihadistas en Siria; incluyendo los militantes en Mosul. Por otro lado parte iraquí rodeo la ciudad desde el norte, el este y en parte desde el sur, dejando margen a las maniobras terroristas en Occidente. Este desierto provincia de Anbar, en el que el estado islámico tiene muchos partidarios y de ahí en la provincia de Raqqa, la capital de Siria del Califato. Ante estos acontecimientos el gobierno sirio a remachado todo tipo de acción contra estos rebeldes.
La derrota de los terroristas en Siria: La batalla principal se desarrollo en la provincia de Alepo
                Los terroristas esperan que sus colegas en la yihad pudieran venir a su rescate. Como recordamos, el intento de entrar en la ciudad de los yihadistas fracasó. La Coalición “Szhebhat Fatah al-Sham, también conocido como “al –Nursa” quienes han perdido en sus filas a mas de 2 mil combatientes y decenas de vehículos blindados. Consideremos ahora la condición de avance desde el norte. En el norte de la provincia de Alepo los de terroristas de “Ahrar al-Sham” y otros grupos, con el apoyo de Turquia y EEUU, se están moviendo hacia el sur, expulsados por los terroristas de EI
Tareas estadounidenses
                Los gringos con la tenacidad de un maniaco desean continuar esta guerra inútil desde el conflicto de los intereses de los diversos poderes, quienes son el vinculo de toda esta cadena que tienen lugar ahora y exista anteriormente en Colombia a Yugoslavia, de Ucrania a Afganistán y así podemos seguir enumerando los distintos escenarios para apoderarse de los recursos naturales, como minerales en estas zonas. Similar teatro se está viviendo en Latinoamérica, léase desde la Patagonia al rio grande. Las Elecciones son el 8 de noviembre. ¿Qué dirán después de las elecciones…?

Elecciones en Nicaragua Gana Daniel Ortega. ¿Qué opinaría Carlos Fonseca de esto?


Marcelo Colussi

“Desnudamos [a Daniel Ortega] de su falso ropaje revolucionario, no es más de izquierda, es un nuevo potentado, alumno aventajado del Fondo Monetario y de las políticas más duras del capitalismo salvaje”.

Hugo Torres, guerrillero sandinista

Daniel Ortega, candidato del Frente Sandinista de Liberación Nacional, se encamina hacia un cómodo triunfo en las elecciones de Nicaragua. Por tercera vez consecutiva será presidente de esa nación. ¿Qué significa eso?




En el ámbito de la democracia representativa, que en la esfera política domina ampliamente hoy en todo el mundo, que un mandatario se relija no es precisamente un problema. Lo de Ortega puede ser cuestionable, pues forzó la Constitución y se ha venido convirtiendo en una suerte de “nuevo Somoza”. Ahora, en un acto de nepotismo, coloca a su esposa, Rosario Murillo, como candidata a vicepresidenta, y a sus hijos en puestos claves de la administración. Por otro lado, merced a argucias legales, se sacó de encima cualquier oposición, llegando a las elecciones de ayer prácticamente como único candidato.

Además, en un acto que también contradice las formas “políticamente correctas” de estas democracias formales, no hubo observadores electorales, sino apenas algunos invitados especiales. Todo ello ha llevado a la derecha (interna e internacional) a denostar estas elecciones, por considerarlas viciadas. “Farsa electoral”, se la ha declarado.

Que Estados Unidos o una derecha recalcitrante en cualquier país se preocupe por esta falta de transparencia no es el problema. Las elecciones de mañana en Estados Unidos son tan viciadas, o más, que las nicaragüenses. Y el fraude en esa nación, más allá de sus actuales pomposas declaraciones en nombre de la libertad y la democracia observando el proceso nicaragüense, no es algo raro. Recuérdese la elección que ganó Al Gore en el 2000 sobre Bush hijo, negociada luego a espalda de los electores.

Lo que sí preocupa es lo que se viene haciendo en Nicaragua en estas dos administraciones en que Daniel Ortega fue presidente, y lo que vendrá a partir de esta nueva reelección. Por lo pronto, veamos estos dos íconos incontrastables que hablan por sí solos: el Banco Mundial y el ex comandante de la Contra, Edén Pastora. Ambos ponderan la labor del otrora guerrillero revolucionario Daniel Ortega.

Daniel Ortega, junto a su hermano Humberto, fue un militante revolucionario, antisomocista, antiimperialista. Pero los tiempos cambian. Una combatiente revolucionaria histórica del proceso sandinista, la comandante Mónica Baltodano, dijo alguna vez en una entrevista, en el año 2008:

Argenpress: En Nicaragua gobierna hoy una administración que tuvo que ver, largos años atrás, con una revolución popular. ¿Es el actual gobierno una propuesta de izquierda?
Mónica Baltodano: Me apena reconocerlo, pero no es el caso. El actual gobierno de Nicaragua usa algunas veces un discurso izquierdista, una estridencia en la palabra que nada tiene que ver con su práctica real, muy distante con un proyecto de izquierda. Por el contrario, en Nicaragua se fortalecen y enriquecen los banqueros y la oligarquía tradicional y grupos económicos de ex revolucionarios convertidos en inversionistas, en comerciantes y especuladores. Se fortalecen los sectores más reaccionarios de la jerarquía católica, se eliminan derechos humanos esenciales como el de las mujeres al aborto terapéutico.

Lo que esta incorruptible luchadora decía algunos años atrás, siendo diputada opositora al claudicante Frente Sandinista que se aburguesó con la despreciable “piñata” de 1990 [léase: robo descarado de los bienes del Estado], tiene vigencia para el momento actual. Las políticas asistenciales que Ortega está llevando a cabo son parches, como toda política asistencial (beneficencia, en definitiva). Es cierto que en sus últimos dos gobiernos bajó el nivel de pobreza alarmante, de 42% a 30%. Pero eso no tiene nada que ver con una propuesta socialista. El poder popular que años atrás, durante la Revolución de 1979 se había comenzado a construir, hoy brilla por su ausencia. La demagogia populista la ha reemplazado. Y si el Banco Mundial felicita los “logros económicos” del actual proceso sandinista, algo anda mal. Ortega no es Somoza…, pero parece.


¿Qué diría Carlos Fonseca, uno de los fundadores del Frente Sandinista, revolucionario marxista inclaudicable, de esto que está pasando ahora en Nicaragua? Se espantaría, sin dudas. 

viernes, 4 de noviembre de 2016

Guatemala una verdadera porquería política…


Por: Camilo Martiano
Desde un tiempo atrás he venido analizando el titular de este aporte critico, con el afán de buscar las causas del porque Guatemala la hemos convertido en un barco sin vela y dirección alguna; en otras palabras, perdidos en el inmenso mar de la política no solo interior, sino peor aún, hemos perdido fuerza a nivel internacional. Desde que las redes sociales se han apoderado de las pupilas de mis paisanos, corren a diario sendos mensajes sin sentido y pocos son los que verdaderamente valen la pena seguir y compartir. Dicho sea de paso el pueblo ha venido actuando por inercia y manipulación de varios sectores interesados en que la vida de los guatemaltecos no pase mas allá del derecho de su nariz. Esto ha contribuido a una enajenación brutal, arrancando cualquier conciencia social de varios millones de guatemaltecos. La política dirigida por el CACIF, ha hecho demasiado daño en todo lo que corresponde a un Estado prospero, enfocado al bien común, como lo reza el artículo primero de la Constitución.  

A Guatemala la hemos convertido en una verdadera porquería política;  lamentable es mencionar este calificativo, pero no tiene otra expresión valedera para justificar el desastre por el cual hoy estamos atravesando. Desde 1954 hemos sufrido el peor de los desastres políticos, económicos, sociales, culturales y de salud. Los ejes principales o pilares por los que el Estado guatemalteco se rige, hoy día están más que deteriorados, escuálidamente rescatables algunas oficinas, pero en su mayoría empantanadas en una porquería llamada impunidad. Diría nos sobran los dedos de una mano para mencionar algunas, entre ellas la rescatable labor del MINREX y probablemente el Ministerio de Salud, de ahí es que hoy varios ministros serán separados de sus cargos, otros por conveniencia han presentado su renuncia. Pareciera que el barco comandado por el cómico presidente Jimmy Morales esta en un parte aguas, no encuentra el norte o puerto, para darle una salida viable a este desastre. Léase falta de conocimiento político nacional e internacional.

 Aunado a esto, se debe mencionar y nos debemos responsabilizar el deterioro de todo lo que respecta al Estado de Guatemala en diferentes administraciones, ha sido estrictamente  la falta de involucramiento de todo el pueblo en general con respecto a las decisiones eminentemente políticas.  En tan solo 10 (1944-1954) años los administradores o servidores públicos, demostraron un respeto profundo a la dignidad de los guatemaltecos, un respeto profundo a las arcas de los guatemaltecos, un respeto profundo a la soberanía dignidad y solidaridad entre los guatemaltecos. Han pasado más de 60 años y los desafíos de las diferentes administraciones solo se han visto en el enriquecimiento ilícito entre militares y civiles; quienes encontraron la fórmula perfecta para saquear las arcas del erario nacional.

Dicho lo anterior, no se puede dejar de mencionar toda la intromisión extranjera con el afán de expoliar nuestro territorio. Podríamos –sabemos de quien se trata - mencionar a toda esa caterva de ilusos aprovechados, más bien serviles del imperio, quienes  han otorgado los recursos a diestra y siniestra. Llevando consigo la sangre de muchos paisanos, quienes solo exigían tierra para cultivar y prosperar en su actividad eminentemente agrícola, fueron callados por fuerzas oscuras incrustadas en los gobiernos de turno. Otros por pensar diferente hoy están boca arriba, reza una canción popular. Así Guatemala se ha convertido en una porquería política terrible, subyugada a los intereses de los “empresarios”, que no son más que aprovechadores de la ingenuidad y apatía de los guatemaltecos.

Los diversos gobiernos civiles, han demostrado tener más avaricia y codicia que los mismos chafarotes – léase militares – quienes han sido los responsables en su mayoría de enlutar cientos, miles de familias. Hoy muchos de ellos nuevamente en el gobierno absurdo. Antes; en 1985 hicieron creer que se emprendería un rumbo hacia una democracia verdadera, “DEL PUEBLO, POR EL PUEBLO Y PARA EL PUEBLO” nada de eso sucedió. Lo que si sucedió fue la tremenda gran estafa “Los acuerdos de Paz” (29-12-1996). Mientras tanto la llamada izquierda hoy regocijada en grandes viandas y fiestas “aristocráticas”. Es decir no están, su actividad de lucha frontal contra este desastre se ve desvanecida, enfocada a la lucha lineal de los potentados.

Dichos acuerdos si garantizaron la privatización de muchas empresas estatales, hoy en manos de una clase empresarial absurda, abusiva y prepotente. Creyéndose siempre los dueños de la patria, nuevamente el pueblo dándole ese beneficio por temor a represalias, en otras palabras perder su trabajo. Todas estas formas de hacer democracia en Guatemala, han constituido en que la oligarquía persista y siga teniendo un poder feudal; el cual se podría revertir si así lo demandara el pueblo organizado, apegado a la Carta Magna (Art. 28-45-173). Para ello organización y más organización (Manuel Colom Argueta). Todo está en la consecuencia y sabiduría, como practica de nuestros guatemaltecos. Quiero decir involucrarnos en nuestros asuntos políticos, de manera formal y frontal, el poder es del pueblo. La democracia merece obediencia al soberano. Otra cosa es redundar y caer en el juego de los lacayos de siempre. Somos muchos más de los que se creen ser los buenos y dueños; Guatemala es de los guatemaltecos, y por ende la referencia descrita arriba sobre las injerencias extranjeras en nuestro territorio: “¿Que tiene que estar opinando y decidiendo el señor embajador de  los Estados Unidos acreditado en Guatemala?” Esta es la apatía en su máxima expresión que el pueblo ha venido permitiendo. Es momento de exigir a los servidores públicos pida perdón Robinson por las declaraciones soberbias hacia la dignidad y soberanía del pueblo guatemalteco. ¡No podemos seguir en esta porquería! Es de retomar el camino que dejo establecido la administración del 44 al 54. Es deber estar atento a todo acontecimiento. Se debe exigir como cumplir los derechos apegados a la carta Magna.  Investigar o capturar si fuera necesario a los  empresarios evasores que a lo largo de estos 60 años han defraudado al FISCO. Las empresas extrajeras deben operar 50-50 %, así lo hacen muchos países soberanos, porque no emular.