martes, 24 de septiembre de 2013

Colombia: Después del “Paro Agrario” nada será igual

Por Juan Castel
El “Paro Nacional Agrario y Popular” en Colombia, que iniciase el pasado 19 de agosto, tiene sus causantes históricas en la desigualdad del campo colombiano y en un régimen democrático burgués cimentado económicamente en un puñado de grandes terratenientes y del mismo imperialismo yanqui, los dos motores del estado oligárquico-imperial colombiano. Pero el Paro Agrario y Popular que ha puesto actualmente en jaque al gobierno de Juan Manuel Santos tiene sus precedentes organizativos y de su accionar de lucha de masas en la historia del pueblo colombiano.
Antecedentes de la lucha
El 14 de Septiembre de 1977 será una fecha que los bogotanos no podrán olvidar, fecha en que los de abajo hicieron templar a la cúspide del poder militarista colombiano. El gobierno central estaba hacía tres años bajo el mando del Partido Liberal Colombiano (PLC) presidido por Alfonso López Michelsen; el alcalde designado por el PLC para gobernar el distrito especial de Bogotá fue el también liberal Bernardo Gaitán Mahecha. Junto con esa renovación del poder central, los bogotanos vieron un cambio en la forma de hacer política, cambio que desterraba al hegemónico Partido Conservador; pero ese cambio nunca llegaría y sería remplazado rápidamente por una crisis económica, el descredito de los partidos políticos y la intensificación de las desigualdades sociales, este contexto llevará en última instancia a la fuerte protesta urbana y social.
En agosto se anuncia la realización de una “huelga general”, que fue pronto criminalizada y tachada por los órganos gubernamentales de tener un carácter “subversivo y político”. Para llevar a cabo el paro se conformó un comité de coordinación que integraron varios sectores convocados por el Consejo Nacional Sindical (CNS), conformado por: Confederación Sindical de Trabajadores de Colombia (CSTC), Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), Unión de Trabajadores de Colombia (UTC) y la Confederación General del Trabajo (CGT). La protesta tuvo como plataforma los siguientes puntos: 1) Aumento de los salarios por encima del 50%. 2) Congelación de los precios de los artículos de primera necesidad y de las tarifas de servicios públicos. 3) Suspensión del Estado de Sitio y respeto de las libertades políticas y sindicales. 4) Derogación del Estatuto Docente, reapertura y desmilitarización de las universidades, adjudicación de un presupuesto más adecuado a sus necesidades. 5) Abolición de las normas de Reforma Administrativa para que los trabajadores de servicios del Estado puedan disfrutar del derecho de asociación, contratación colectiva y huelga. 6) Entrega inmediata de tierras a los campesinos de las haciendas afectadas por el INCORA. 7.) Jornada de 8 horas y salario básico para los trabajadores del transporte. 8) Suspensión de los decretos de reorganización del ICSS que lesiona los intereses de los usuarios y viola los derechos y conquistas de los trabajadores del mismo instituto.
La jornada del paro tuvo un preámbulo el día 13 a las 11:45 pm cuando “Los voladores, lanzados desde las azoteas de diez edificios y de otras casas particulares, los que notificaron con el grito de júbilo de la pólvora que se aceraba la hora cero señalada por las directivas de las cuatro centrales obreras” (Medófilo Medina: La protesta urbana en Colombia; 1984)
El 14 de septiembre de 1977 estalló el paro cívico más fuerte que quizás se ha realizado en Bogotá, por ende la protesta urbana más importante de la segunda mitad del siglo XX. En Bogotá la población interrumpe el transporte y se enfrenta a las fuerzas gubernamentales. Se produce desorden, interrupción del transporte y saqueos a grandes almacenes, a camiones de la Pepsi-cola, tomas de calzadas y avenidas principales, al tiempo que la población es fuertemente reprimida. Paro que en primera instancia aglutinará a los asalariados urbanos que serían secundados por obreros, empleados independientes, estudiantes, amas de casa y otros. En algunos lugares se produjeron asaltos a cinco empresas industriales medianas. Además se dio el intento de las multitudes de tomarse la Estación Central de Teléfonos de Bogotá y una estación de energía eléctrica en el sur. “Las tomas y los saqueos que se produjeron el 14 de septiembre no constituyen en modo alguno el aspecto más representativo o extendido del paro cívico, visto desde el ángulo de la protesta urbana” (Medina: 1984), ya que la clase dominante, los medios de comunicación y el gobierno se valieron de estos hechos para descalificar el paro, haciendo ver una protesta que fue justa, como un acto violento e ilegal, y por tanto lo reprimieron violentamente.
Los Campesinos del Catatumbo encendieron la chispa
A finales de junio del presente año, se desató una fuerte movilización de campesinos en la región del Catatumbo al noreste del departamento norte de Santander. La movilización fue mantenida férreamente a pesar de las embestidas represivas del ejército colombiano y de las persecuciones, asesinatos y desapariciones a manos de los grupos paramilitares –en clara alianza con el gobierno nacional- contra las poblaciones campesinas y los líderes de la movilización. Las causas primordiales del levantamiento de los campesinos del Catatumbo, tiene su base en la desigualdad en la que estos deben competir contra las grandes industrias agrícolas, agropecuarias, férreas, mineras y cafetaleras; estas últimas respaldas por las facilidades brindadas por “El Acuerdo de Promociones Comerciales entre Estados Unidos y Colombia”, también llamado TLC. Este entró en vigencia el 15 de mayo del 2012 y a sub-arrendado el campo colombiano y sus productos a las importaciones trasnacionales, haciendo de los grandes hacendados y terratenientes colombianos los administradores nacionales del patio trasero yanqui y a la clase política fiel representante de la oligarquía colombiana.
Esto no amilanó a los campesinos, quienes manteniendo una lucha indefinida de más de dos meses, trajeron de nuevo a la palestra colombiana –distraída por los diálogos de paz de la Habana- de manifiesto los problemas de la desigualdad del trabajador empobrecido del campo (en Colombia 14 millones de campesinos viven en la pobreza y cerca de un millón de familias no poseen tierras para subsistir) que muere a la sombre de una competencia protegida por el falso “desarrollo”, por el gasto militar norteamericano en armas para con sus aliado más importante y productor de bienes básicos en América latina (plan Colombia). Fue el Catatumbo el que empujó a las masas a luchar abiertamente contra un gobierno que acusa a cualquier “basta ya” de los pobres, de tener influencia directa de la guerrilla y de los terroristas.
El Paro Agrario de todos, por una Colombia de todos
El paro colombiano convocado por diversas organizaciones sociales, progresistas, democráticas, sindicatos y de un amplio movimiento de izquierdas, estallaría el pasado 19 de agosto. Pero este no era como lo dice el gobierno pro-fascista y militarizado colombiano, un ataque influenciado por la guerrilla o por su nuevo “enemigo público” –dada una posible paz firmada en la Habana- el terrorismo. Este paro fue desde las primeras horas, un paro popular con su gran base campesina movilizada a lo largo y ancho de Colombia. Millones de hombres y mujeres que reclaman una solución estructural a los problemas que aquejan a la mayoría de la población en el país, que se evidencian en la miseria del 73% de los campesinos y campesinas; en 6,6 millones de hectáreas despojadas por las fuerzas estatales, paramilitares y transnacionales; en 5,5 millones de personas desplazadas a sangre y fuego de sus tierras; en el 52% de la propiedad rural concentrada en 1,15% de la población, con un Coeficiente de Gini del 0,85 (donde 1 significa el nivel máximo de desigualdad).
Es por estos motivos que actualmente Colombia entera se ha declarado en “Paro Nacional Agrario y Popular”, exigiéndole al gobierno mediante la Mesa Nacional Agropecuaria y Popular de Interlocución y Acuerdo (MIA): 1) La implementación de medidas y acciones frente a la crisis de la producción agropecuaria. 2) El acceso a la propiedad de la tierra. 3) El reconocimiento a la territorialidad campesina. 4) La participación efectiva de las comunidades y los mineros pequeños y tradicionales en la formulación y desarrollo de la política minera. 5) Que se adopten medidas y se cumplan las garantías reales para el ejercicio de los derechos políticos de la población rural. 6) Inversión social en la población rural y urbana en educación, salud, vivienda, servicios públicos y vías.
El gobierno de Juan Manuel Santos ha intentado inútilmente invisibilizar el Paro y la multitudinaria movilización que lo sostiene, lo que no ha impedido que cada día sean más los sectores que se suman para manifestar su inconformidad con las políticas neoliberales, cuyos efectos se han profundizado con la firma de diferentes Tratados de Libre Comercio, especialmente el pactado con Estados Unidos en 2010. La represión ha estado a la orden del día, con ataques indiscriminados a las comunidades y manifestantes, ametrallamientos, daños a bienes civiles, confinamientos, retenciones arbitrarias en el campo y la ciudad.
La respuesta gubernamental
El gobierno se apresuró a desmentir el hecho de un paro general de los campesinos, cafeteros, cacaoteros, mineros, paperos, arroceros, algodoneros, trabajadores y usuarios de la salud, transportistas, mineros, estudiantes, junto a las principales expresiones organizadas de la izquierda y del sindicalismo. Declaración de Juan Manuel Santos: “El tal paro nacional agrario no existe, hay algunos sectores de algunos departamentos que tienen legítimas reclamaciones que están pidiendo ayuda del Estado de forma legítima…Decían que van a aislar a Bogotá, no hay tal, son 10 o 15 personas, la situación está bajo control y los problemas se están solucionando” (Caracol Radio, 25 de Agosto). Apelando a que las protestas eran reducidas y estaban infiltradas por los grupos de la izquierda radical y de la ultra derecha. “En su alocución durante la Caminata por la Solidaridad, el jefe de Estado manifestó que son muy pocos los campesinos que están protestando y que las manifestaciones están infiltradas por violentos de la extrema derecha y la extrema izquierda” (Caracol Radio, 25 de Agosto).
Mientras Santos hace estas declaraciones no se detiene la arremetida policiaco-militar en el campo convulsionado por las manifestaciones y barricadas campesinas, tampoco es diferente el tratamiento que reciben los estudiantes y obreros parados en 30 de las 32 principales ciudades del país. La violencia del estado ha sido maximizada por los grupos paraestatales y los de choques gubernamentales, encabezados estos últimos por las despreciables fuerzas del “Escuadrón Móvil Antidisturbios” (ESMAD), a la cual se le atribuyen las muertes de manifestantes durante choques contra la policía. Mientras Juan Manuel Santos, respetando la ruptura con la fracción burguesa representada por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, sale a desmentir estos ataques y represión indiscriminada diciendo: "Nunca ha habido un Gobierno que le haya dado tanto a los campesinos y que esté tan comprometido con ellos" (http://www.noticiascaracol.com/nacion/articulo-302718-santos-se-disculpa-con-campesinos-y-acepta-abrir-mesa-de-dialogo) y culpando de todo este embrollo –claro no tácitamente- a los gobiernos anteriores presidido por Barco, Gaviria, Samper, Pastrana.
Esto le llega a la burguesía colombiana como “un golpe inesperado” durante las negociaciones de paz en La Habana, en la cual pone sus esperanzas de que la guerrilla de las FARC-EP claudique a la democracia burguesa, validando el sistema clientelar y corrupto que mantiene los privilegios de la minoría poseedora de la renta nacional y de los jugosos tratos con el capital trasnacional sobre la miseria de la amplia mayoría campesina y de los obreros y asalariados públicos y privados.
Por eso desde el Partido Socialista Centroamericano nos solidarizamos con el pueblo colombiano, y animamos a seguir la movilización y la lucha contra el estandarte de la pobreza, la expoliación y la muerte, como siempre lo ha sido el gobierno colombiano, rapaz administrador neoliberal de la oligarquía terrateniente nacional y del interés imperial yanqui. Aquella lucha cívica en Bogotá en septiembre 77 revive hoy, más fuerte, con una lógica de clase más amplia, de muchos colores y de más voz. Aquella huelga general de 1977 fue derrotada por las armas al no poderse propagar por todo el campo. Pero este paro popular ha hecho en más de un mes de lucha lo que la guerrilla de las FARC-EP con su foquismo, no pudo hacer en más de 60 años de lucha. Hacer temblar al otrora inexpugnable poder oligárquico-imperial. Desde la distancia, sin el conocimiento concreto de los hechos, nos atrevemos a aconsejar a los campesinos y trabajadores en paro que empiecen a formar Comités de Autodefensa para enfrentar la represión generalizada que el gobierno ha lanzado sobre ellos; también aconsejamos que los compañeros se organicen en Comités de Abastecimiento y Autoayuda para poder sustentar los gastos del paro y que las familias trabajadoras subsistan. Estos son embriones de poder popular indispensables para que el paro pueda prolongarse exitosamente sin problemas. “Las masas en la movilización nunca serán derrotadas”.

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Honduras: Sintomática movilización el 15 de septiembre

Por Ricardo Velásquez
En el 2004 se dio la gran huelga del magisterio en contra de las políticas neoliberales del gobierno de Ricardo Maduro. Ese año fue la primera vez que los docentes realizaron una movilización paralela al desfile del 15 de septiembre; sin embargo, en esa ocasión la movilización contó con la nutrida participación del magisterio y los alumnos. Esa experiencia ganada en el 2004 se desaprovechó y en los años siguientes nuevamente los centros educativos se sumaron al desfile oficial del 15 de septiembre.
Luego, con el golpe de 2009, nuevamente se retomó el día del desfile oficial para rechazar y condenar al régimen de turno. Con la llegada de Porfirio Lobo a la administración del Estado, se inició una brutal destrucción de las conquistas económicas y sociales del magisterio, el cual fue derrotado en esta lucha, primero en las calles y luego en el campo administrativo, a tal punto que lo que el actual ministro ha hecho con el magisterio es una completa "cacería de brujas". Por eso, los docentes llevan 5 años consecutivos sumándose a la movilización paralela al desfile oficial.
Marlon Escoto pretendió boicotear la movilización del FNRP
Ante los ridículos desfiles oficiales que se dan desde 2009, donde solo desfilan los centros privados, el ejército y la policía nacional, Marlon Escoto emitió un comunicado que prohibía a docentes y alumnos que se movilizaran alternamente, amenazando con despedir a los directores y expulsar a los alumnos. Esto no afectó al magisterio, que finalmente se hizo presente en la movilización convocada por el FNRP; los alumnos hicieron lo mismo sin llevar estandarte ni uniforme.
El enojo del ministro ante la decisión del magisterio se ha reflejado con el anuncio que ha hecho la directora departamental de Francisco Morazán, anunciando la suspensión por un mes del director del Instituto Central, Roberto Ordoñez; este instituto es el más emblemático del país y el más grande.
El pueblo avanza en su nivel de conciencia
El solo hecho de que una movilización como la del 15 de septiembre cuente con una gran participación de la población para condenar a los responsables de la fatal crisis económica y de los altos índices de violencia que abaten al país, ya es progresivo en el pensamiento del hondureño.
Sin duda alguna que el partido Libre, a través del FNRP, ha canalizado ese descontento popular hacia del proceso electoral del 24 de noviembre, día de las elecciones generales en que se elegirán a los alcaldes, diputados y presidenta o presidente para los próximos 4 años, creando ilusiones en el mismo. Es así que la movilización estuvo atiborrada de propaganda electoral de los candidatos y candidatas de Libre. Sin embargo, esto no fue obstáculo para que todas las organizaciones de izquierda, incluyendo las que no forman parte de Libre, se sumaran a condenar y rechazar al régimen de Lobo-Hernández. El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) también estuvo presente en esta movilización.
El circo debe ser reemplazado por una jornada de lucha nacional
Las 5 movilizaciones que se han realizado el 15 de septiembre, durante los últimos 4 años nos muestran que la población ya no cree en el circo de civismo con el que pretenden engañarle, como lo hacen desde hace 192 años. Estos desfiles no son más que una excusa para despilfarrar el dinero del Estado.
Debe ser obligación de la dirigencia de todos los sectores declarar el 15 de septiembre como una jornada de lucha con paro cívico nacional, en que se reivindiquen los derechos del pueblo a la tierra, al medio ambiente, a la educación, a la salud y a la justicia. Sin importar quién gane las elecciones del 24 de noviembre, esta tradición de cinco años de movilización debe proseguir para que el pueblo adquiera un verdadero sentido de independencia y lucha.
Movilización nacional en defensa de directores sancionados
Finalmente, el Partido Socialista Centroamericano llama a las dirigencias del FNRP, de las centrales obreras y del gremio magisterial que preparen una movilización nacional en respaldo a los directores que han sido amenazados con suspensión por un mes, como es el caso del maestro Roberto Ordóñez. El FNRP no debe tener puestas sus esperanzas solo en el proceso electoral; la lucha para exigir y condenar al régimen heredero del golpe debe mantenerse en las calles.

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lunes, 23 de septiembre de 2013

Guatemala: Estudiantes de educación media se toman calles para protestar.

Por Armando Tezucún
El lunes 9 de septiembre estudiantes de la Escuela Normal Central Para Varones protestaron porque el Ministerio de Educación (MINEDUC) ha incumplido con entregarles el pago del bono de transporte y becas de estudio. Estos dos beneficios son un compromiso que asumió el gobierno y constituyen una ayuda para las familias trabajadoras que tienen a sus hijos estudiando en los establecimientos públicos. El Mineduc no ha entregado el bono durante cuatro meses, lo que hace una deuda de Q 120 por cada estudiante (Diario La Hora 9/09/13).
Esta es al menos la cuarta ocasión en que los compañeros estudiantes de los institutos públicos realizan acciones demandando el cumplimiento de lo que el Ministerio les ha prometido. El 13 de agosto los estudiantes del Instituto Nacional Central Para Varones manifestaron en las afueras del Congreso de la República, donde supuestamente se encontraba la ministra Cynthia Del Águila; en esta ocasión el presidente de la Asociación de Estudiantes, Óscar López, manifestó que en los últimos meses no habían recibido el bono y en lo que va del año las becas brillan por tu ausencia (La Hora 13/08/13). El 19 del mismo mes los de la Escuela Normal Central Para Varones marcharon de la sede de su establecimiento al Ministerio de Educación. A inicios de septiembre los mismos compañeros realizaron una toma del edificio del instituto, que solo fue cubierta por los noticieros televisivos.
El lunes 9, los compañeros de la Normal Central junto a los del vecino Instituto Técnico Vocacional Imrich Fischmann bloquearon el paso frente a su establecimiento educativo, quemando llantas. Tenían la intención de marchar de nuevo al Mineduc,  pero esta vez el ministro de gobernación López Bonilla les envió a sus esbirros de la Policía Nacional Civil, quienes disolvieron la protesta utilizando gases lacrimógenos, en medio de una lluvia de piedras que les lanzaban los compañeros (La Hora 09/09/13).
Esta lucha de los compañeros de enseñanza media adquiere relevancia en la capital, donde las movilizaciones de los normalistas en contra de la reforma a la carrera magisterial han disminuido considerablemente debido, en gran parte, a la aplicación del represivo Acuerdo 1505-2013.
Las protestas son un indicativo del fracaso del Ministerio y el gobierno en cubrir las necesidades del estudiantado, además de las conocidas deficiencias en infraestructura, materiales, alimentación, etc., que debería cubrir la educación pública y gratuita. Los últimos gobiernos han aplicado la política de invertir sus recursos principalmente en la educación primaria y preprimaria, en detrimento la educación media, el bachillerato y las carreras de diversificado. Esto ha deteriorado el nivel de los establecimientos públicos de enseñanza media en todos los sentidos, y ha permitido la proliferación de colegios privados que cobran cantidades exorbitantes y realizan cobros ilegales de todo tipo. Para las familias trabajadoras, inscribir a sus hijos en básicos, bachillerato y diversificado es cada vez más un lujo, y  las elevadas mensualidades no significan de ninguna manera una elevada calidad de la enseñanza.
Si el problema de los bonos y las becas es general, se debe trabajar por una coordinación de los estudiantes para unificar las protestas y tener más fuerza y efectividad. Las demandas deben ampliarse gradualmente a la exigencia del incremento de la calidad de la enseñanza pública a nivel medio y el aumento del presupuesto para inversión del Mineduc en este sector. Sabemos bien que las autoridades están aplicando la política neoliberal de dejar la enseñanza media en manos de los comerciantes de la educación que buscan lucrar por medio de los colegios privados. El resultado es el descenso dramático de la inscripción de estudiantes en establecimientos con una tradición y prestigio que se remonta a inicios del siglo pasado, como el Instituto Nacional Central Para Varones. Esta es la situación en la ciudad capital, puede que sea distinta en los departamentos.
Exhortamos a los compañeros de los institutos públicos de la capital a que inicien la ardua labor de construir una coordinadora de estudiantes que unifique las luchas e incluya la de los compañeros normalistas contra la modificación de la carrera de magisterio; indudablemente deben involucrar a los padres de familia y a los docentes conscientes y  progresistas. Para ello es indispensable terminar de una vez por todas con las rivalidades sin sentido entre varios institutos, alentadas por elementos lumpen ajenos al estudiantado, que han provocado enfrentamientos violentos entre compañeros.

Centroamérica: Conflicto Regional por el mar caribe.

Por Victoriano Sánchez
La oligarquía colombiana está furiosa por la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, dictada el 19 de Noviembre del 2012, que le asignó a Nicaragua más de 90,000 kilómetros de mar territorial, en detrimento de sus antiguas fronteras.
Al comienzo, el conflicto pareció solucionarse por la vía diplomática, pero el reciente discurso del presidente Juan Manuel Santos, a bordo de una fragata colombiana, en el paralelo 82 supuestamente derrumbado por la sentencia de19 de Noviembre del 2012, confirma que lejos de encontrar una salida diplomática el asunto puede terminar en cañonazos y el hundimiento de barcos.
El peso de Colombia como potencia regional
La posibilidad de un conflicto armado en el mar no es una exageración. Al finalizar una guerra contrainsurgente de más de 40 años, el ejército de Colombia es uno de los más grandes de América Latina con más de medio millón de soldados y una respetable fuerza naval.
La burguesía colombiana logró lavar los miles de millones de dólares del auge del narcotráfico, y hoy es una de las más fuertes de América Latina. Las empresas colombianas andan a la caza de activos en toda la región. Colombia compite directamente con México y Venezuela por su influencia comercial en Centroamérica y el Caribe. Desde hace 10 años el PIB de Colombia logró superar de manera individual a Venezuela, Chile, Perú y Argentina. Es la segunda economía de Sudamérica y la tercera de América latina, después de Brasil y México.
Los discursos y poses nacionalistas del presidente Juan Manuel Santos, no son solo maniobras electorales en búsqueda de la reelección, cuando Colombia ha sido sacudida por la enorme protesta social del Paro Agrario, sino que responden al orgullo, sino que reflejan el orgullo herido y un duro golpe a las aspiraciones de Colombia como subimperialismo regional.
El endurecimiento de la posición de Colombia
El endurecimiento de la posición colombiana se debió a que Nicaragua presentó una nueva demanda contra Colombia ante la CIJ, esta vez para delimitar las fronteras marítimas entre ambos países. Nicaragua se ampara en el derecho a las 200 millas náuticas de su plataforma continental.
El gran problema para Colombia no son los 90,000 kilómetros de mar asignados a Nicaragua, sino que las islas de San Andrés están solo a 90 millas de la costa nicaragüense, y la confirmación de las 200 millas de mar continental implicarían la perdida de las islas y cayos en disputa.
Un creciente conflicto regional
En este conflicto, el gobierno de Colombia ha logrado arrastrar a los gobiernos de Costa Rica y Panamá, quienes han constituido un frente diplomático contra Nicaragua, a quien acusa de “expansionismo”, a pesar que la sentencia de la CIJ dejó salvados los derechos de terceros países, como Costa Rica y Panamá.
Los sentimientos nacionalistas de estos gobiernos están directamente relacionados con el reciente anuncio de construcción del canal interoceánico por Nicaragua. Sin ese amplio mar de 90,000 kilómetros el proyecto de canal interoceánico no puede progresar, ya que los buques tendrían que entrar primero al mar colombiano y hasta después a las aguas nicaragüenses.
Abajo los nacionalismos reaccionarios
El conflicto con Colombia, Costa Rica y Panamá, está siendo hábilmente utilizado por el sandinismo para unificar al país en torno al presidente Daniel Ortega. La Asamblea Nacional acaba de emitir una declaración política, de apoyo al gobierno, con los votos de la oposición burguesa.
El espíritu patriotero se apodera de todos estos países, creando profundas divisiones entre los trabajadores. Los socialistas centroamericanos estamos
en contra de los nacionalismos reaccionarios. El nacionalismo es progresivo si las masas luchan contra la dominación imperialista, y se torna reaccionario cuando las diferentes burguesías pelean entre sí, arrastrando a los trabajadores al conflicto que no nos pertenece.
Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) lamamos a la unidad de los trabajadores nicaragüenses y centroamericanos con los trabajadores colombianos. Esta imprescindible unidad pasa por desechar el discurso nacionalista reaccionario. Aspiramos a construir la patria grande de Simón Bolívar, la lucha por la definitiva independencia de América Latina pasa obligatoriamente por luchar por la independencia política de los trabajadores de Centroamérica y América Latina.

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domingo, 22 de septiembre de 2013

El Salvador: El fantasma de las privatizaciones

Por Marcial Rivera
Hace algunos meses fue aprobada la ley de asocios público-privados en El Salvador, que en términos generales busca posibilitar la prestación de ciertos servicios por medio de alianzas entre el gobierno y entidades privadas, esto para buscar el 'desarrollo' del país. Esta ley fue impulsada y aprobada por requerimiento del Gobierno de los Estados Unidos para el otorgamiento de la segunda parte de la Corporación de la Cuenta del Milenio (MCC, por sus siglas en inglés). La ola de privatizaciones impulsada desde el Fondo Monetario Internacional, fue denunciada en su momento por sectores de izquierda en El Salvador –durante la década de los noventas-, y a esto también se opuso en su momento el FMLN, que en torno a esta ley no solo cambió de posición en relación a la prestación de ciertos servicios por parte de entidades privadas, sino además apoyó su aprobación.
Dependencia del Imperialismo
La dependencia entonces del Estado Salvadoreño hacia el imperialismo se acentúa más, pues con la aprobación de la segunda parte del Millenium Challenge Corporation (Corporación de la Cuenta del Milenio) por parte de Estados Unidos, se condiciona la política exterior del gobierno salvadoreño. En ocasión de esta aprobación, la Cámara Salvadoreña de la Construcción apresuró algunas reformas a la Ley Especial de Asocios Público-Privados, con el propósito de acelerar las inversiones. CASALCO es una de las principales gremiales empresariales interesadas en la segunda parte de la Corporación de la Cuenta del Milenio. No obstante, el FMLN se ha opuesto a que el agua sea uno de los rubros incluidos en el tema de las privatizaciones, propuesta hecha por ARENA.
En ese mismo orden de ideas, el FMLN se opone a que sea el ejecutivo quien concentre el control de los asocios, y sostiene que quien tiene que tener este control debe ser siempre el legislativo. Este posicionamiento busca que las decisiones sobre quiénes participen o no en el tema de los asocios deberán ser tomadas de forma colegiada y no de forma unilateral y antojadiza por parte del ejecutivo; no debe perderse de vista que en su momento se hilvanó la posibilidad de incluir el agua -como ya se mencionó- y también la educación superior.
Con respecto a este último punto, hay que leer entre líneas las implicaciones que esto tiene. En principio El Salvador se encuentra en un periodo abierto de campaña electoral, por lo que la no inclusión de servicios básicos en los asocios público-privados puede convertirse en un tema de propaganda para la dirigencia oportunista del FMLN, retomando la retórica reformista en función de generar caudal político para impulsar sus candidaturas. Por otro lado, la sola aprobación de la Ley Especial de Asocios Público Privados por parte del FMLN es una contradicción política, ideológica y práctica en sí misma; no puede –desde un partido que se ufana ser de “izquierda”- hablarse de prestación de servicios que competen al Estado -sean básicos o no- por parte de entidades privadas.
¿Quién debe entonces prestar los servicios públicos?
Probablemente la respuesta suene tautológica; pero es precisamente el Estado el ente encargado de prestar los servicios estatales, y en esta prestación de servicios la población debe estar a la vanguardia de los distintos procesos, tanto en su prestación, como en su goce y finalmente en su auditoría. Al hablar de prestar servicios en un “asocio público-privado” se está hablando de privatización, y la justificación por excelencia para las privatizaciones y la ola de privatizaciones que se dio en su momento, fue la “incapacidad del Estado” para prestar algunos servicios.
Estos servicios que fueron privatizados deben ser expropiados, y deben ser devueltos a la clase trabajadora, a quien siempre han pertenecido y les fueron arrebatados en un acto antidemocrático e inconsulto por parte de los otrora presidentes de la derecha. El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), llama a la población a movilizarse en contra de la ley especial de asocios público-privados, exigir su derogación, oponerse a la prestación de servicios básicos por parte de entidades privadas; y a luchar por la expropiación de las empresas que fueron robadas en su momento.
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miércoles, 18 de septiembre de 2013

El Salvador: Caravana de los Saberes


Guatemala: A propósito de la independencia-las cosas que no cambian

Ana Aupi 

Ana G. Aupi 

 Este mes, como todos los septiembres, los símbolos patrios son pulidos y desempolvados, y condecoran cual insignias la única patria que Guatemala reconoce. Patria viene del concepto “tierra del padre”, de sus propiedades. Y es así, como esta semana hace gala Guatemala definiendo quiénes son los padres de la patria, cuáles sus hijos[1] legítimos y cuáles los bastardos. Y por consiguiente, cuáles son las propiedades y quiénes los propietarios, es decir, los patriarcas. 

 El pasado martes 10 de septiembre, Alfred Kalschmit hacía gala en su columna de Prensa Libre, de lo que él denominó su “etnos”, en referencia al grupo al que pertenece, y mencionaba ”eso de ya no querer ser guatemaltecos, de reclamar derechos de territorio y leyes propias suena a país dividido”. Refiriéndose a las denuncias que defensores y defensoras de derechos humanos interpusieron contra la Fundación contra el Terrorismo por las publicaciones difundidas este año, las cuales -cabe decir- han tenido una sanción moral del Procurador de Derechos Humanos de Guatemala por incitar al odio y a la confrontación social. Añadía “aquí nadie vino primero a estas tierras de volcanes y bosques ya casi agotados y en la cuales algunos se abrogan ser sus descendientes y reclaman derechos patrimoniales de sus bienes raíces”. 

Resulta paradójico que A.K. bajo la argumentación del rigor histórico, pueda sacudirle tantos siglos a la historia de Guatemala. Con poco menos de 200 años, el Estado de Guatemala y su jurisdicción, parece para dicho columnista indiscutibles al igual que para el grupo y grupos, que pertenecen a su “etnos”, efectivamente hay cosas que no cambian. Ojo señor A.K.: la independencia criolla de 1821 no es el inicio de la historia, y por supuesto, la caída del muro de Berlín en 1989 tampoco es el fin de la historia. Pareciera que el mito fundacional de su “etnos” desciende del barco o de un Acta de independencia que firmaron un puñado de hombres blancos y adinerados encerrados en su castillito. Efectivamente hay cosas que no cambian. Este Estado, esta Nación, que se viste de gala bajo el discurso de la libertad, establece quiénes son dueños de la historia y del territorio, y quiénes no lo son. Y luego como si se tratara de Maquiavelo, justifican las consecuencias de dicho saqueo, como falta de actitud ante del desarrollo. 

En palabras del vecino de columna de Kalschmitt, José Raúl González, “el primer rasgo de esa mentalidad empobrecedora es pensar que tenemos derecho al desarrollo”. EN BUSCA DEL ORO: HAY COSAS QUE NO CAMBIAN Las pequeñas diferencias de ese “etnos” colonizador es el avance tecnológico que les permite saquear el oro que hace 500 años no pudieron, explotar petróleo, privatizar las cuencas hidrológicas, hacer que la tierra cultivable produzca combustible para alimentar a las maquinas, en vez de producir granos, frutas y verduras para alimentar a miles de familias desnutridas, etc. Los saqueos que el territorio y los pueblos han tenido desde hace ya 500 años en esta tierra de árboles y volcanes, fueron impulsados en gran medida por la búsqueda de las riquezas naturales y de mano de obra barata para el recién naciente sistema capitalista. La búsqueda del oro fue una de las motivaciones de la invasión española, aunque fue la explotación y exportación agrícola las que configuraron el Estado de Guatemala, como hoy lo conocemos. 

En la actualidad, el oro (y otros metales) y lo conocido como oro negro (petróleo), siguen siendo un motivo para que empresas extranjeras con subsidiarias nacionales y con todo el respaldo del Estado, hagan la misma operación violenta de imponer un modelo económico basado en la búsqueda de riquezas de este territorio. Concretamente el petróleo figura como un eje dominante dentro de la economía guatemalteca, siendo el cuarto producto de exportación en el país. Las ahora conocidas como industrias extractivas, son una de las prioridades del gobierno actual, en el caso del petróleo concretamente, forma parte del tercer eje fundamental de la política energética, el cual plantea fundamentalmente la reconversión de la producción de la energía para aumentar la producción de petróleo para exportación. Y en el caso de la minería, es también una prioridad, dado que la modificación de la ley que la rige se sitúa en el área del sector energético como parte de las acciones claves de la Agenda Nacional de Competitividad 2012- 2021.

Esto significa que el gobierno va darle prioridad a los proyectos mineros y petrolero, y por tanto, va a ejecutar los proyectos necesarios para que estos se lleven a cabo, que son los megaproyectos de infraestructura, entre los que están, la activación del Plan de expansión del sistema de transporte eléctrico-PET- y Programa de electrificación rural –PER-, el desarrollo de los anillos de interconexión eléctrica, la producción de energía a través de hidroeléctricas, geotérmicas y geotérmicas, carreteras y mega carreteras, etc. La minería, concretamente, está muy ligada al desarrollo de los megaproyectos, dado que es un sector de los más interesados en que estos avancen. Quizá por ello estas fueron las grandes financiadoras del encuentro de empresarios inversionistas el pasado 31 de mayo, el Invest Summit Guatemala 2013, inaugurado por Otto Pérez Molina y financiado en su mayoría por Montana Exploradora, Mina San Rafael y CGN. Estos proyectos suponen en la mayoría de ocasiones un beneficio directo para el sector empresarial, y múltiples problemáticas para los pueblos que habitan las regiones que poseen más elementos naturales, ya que a pesar del discurso de la generación de empleo, y de que son “los principales ingresos en las arcas del Estado por concepto de regalías[2]”, no se materializa en beneficios para la población. El caso paradigmático que ejemplifica esto, es el de Rubelsanto, donde la enfermedad campas a sus anchas por la explotación petrolera, y la población no ha sentido ningún aumento de empleo[3] y mucho menos beneficio alguno de los fondos como el Fonpetrol. Las empresas entran o entran, eso no ha cambiado, generando conflictividad en las regiones que son víctimas de las licitaciones que el gobierno otorga. 

Por mucho patriotismo que sienta este mes, en el día a día, estas comunidades sufren desplazamiento forzado, eliminación de las formas de subsistencia y la constante coerción, amenaza y persecución judicial y extrajudicial, por parte del siempre desembarco transnacional en busca de las riquezas naturales de Guatemala, y gran parte del territorio de Abya yala[4]. La búsqueda del oro, parece que también es uno de los elementos que no cambian por más que pasen los siglos, y que recuerda, de quién, la patria y qué intereses defiende. La independencia de la que el Estado y sus representantes se hacen la boca grande en estos días, fue una lavada de cara, un cambio de manos. Y haciendo honor al rigor histórico al que Kalschmitt se refiere, cabe mencionar un dato que muestra como esta fiesta de independencia es solo un poquito más de opio. Antes de marzo de 1821, el general Gainza era Subinspector de las fuerzas en el Virreinato de Nueva España, y cuando se firmó el “Acta de independencia de Centroamérica”, simplemente pasó a ser en 1821 Jefe Político Superior de la Provincia de Guatemala. Es decir, el mismo representante del territorio para la Corona española, fue el que después de la creación del Estado, asumió la dirección de este en agosto de 1821. 

Además, en el Acta mencionada queda reflejada exactamente el matiz histórico al que nos referimos “Antes de que el pueblo con sus armas los declare”, es decir, antes de que otros por sus armas lo declaren, lo declaramos nosotros, nuestro “etnos” y a quienes representamos. Efectivamente hay cosas que no cambian, y valdría la pena que en este mes donde parece que somos mejores ciudadanos o ciudadanas las que nos sentimos profundamente amantes del quetzal, podríamos preguntarnos cuánto facilita esto la tarea, a los que por un par de siglos han pretendido vendernos la idea de que “Nuestros padres lucharon un día, encendidos en patrio ardimiento, y lograron sin choque sangriento colocarte en un trono de amor.” Cabe decir, que el himno original de 1897, el que se inventó cuando se fundó esta patria, lo que decía realmente era“Nuestros padres lucharon un día, Encendidos en patrio ardimiento, Te arrancaron del potro sangriento Y te alzaron un trono de amor.” 

Sabemos que la historia es interpretada por los vencedores y los Estado quedan representados por ellos o al menos, por sus operadores, y otros caporales de diversa índoles. No es tan fácil pretender que nos sintamos hijos legítimos de la patria y la celebremos, cuando día a día podemos percibir que somos hijos e hijas bastados de un choque sangriento, entre pueblos, que pretende ser apantallado bajo el argumento de la no división, invisibilizando el saqueo cotidiano transnacional. Me pregunto quién hace el saqueo, de qué “etnos”, para que los padres de la patria no reaccionen ante su consigna “Si mañana tu suelo sagrado, lo amenaza invasión extranjera…”. 

Y es que, por mucho que se lave la cara el quetzal o se reescriba el himno, del “Que tus hijos valientes y altivos, Ven con gozo en la ruda pelea, El torrente de sangre que humea, Del acero al vibrante chocar” al “Pues tus hijos valientes y altivos, que veneran la paz, cual presea, nunca esquivan la ruda pelea, si defienden su tierra y su hogar” hay severas diferencias entre su “etnos” y el de los pueblos. Ya que por mucho que se le cambie la letra al himno, “libre al viento tu hermosa bandera” no dejamos de recordar que se trató de “Tinta en sangre tu hermosa bandera”. APUNTES CONCRETOS DE INTERES…HAY COSAS QUE SI CAMBIAN El himno de Guatemala ha sufrido modificaciones en función de los intereses de quienes gobernaban, su letra original es de 1897, pero fue cambiada durante el gobierno de Jorge Ubico, por José María Bonilla. Ambos dos fueron ingeniados desde la representación social de los grupos económicos que han gobernado históricamente esta patria del criollo. Estas son las estrofas cambiadas:


martes, 17 de septiembre de 2013

Las armas y la muerte

Las armas y la muerte Marcelo Colussi mmcolussi@gmail.com https://www.facebook.com/marcelo.m.colussi “Prefiero despertar en un mundo donde Estados Unidos sea proveedor del cien por ciento de las armas mundiales” Lincoln Bloomfield, funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos I Cuando nuestros ancestros descendieron de los árboles y comenzaron a caminar erguidos en dos patas hace dos millones y medio de años, por vez primera en la historia fabricaron un objeto, un elemento que trascendió la naturaleza. Ese inicio de la humanidad estuvo dado, nada más y nada menos, que por la obtención de una piedra afilada; en otros términos: un arma. ¿Es que la historia de nuestra especie está signada entonces por ese inicio? ¿Las armas están en el origen mismo del fenómeno humano? Sí, sin ningún lugar a dudas. La violencia es humana, no es un “cuerpo extraño” en nuestra constitución. Ahora bien: ¿cómo fuimos pasando de la agresión necesaria para la sobrevivencia a la violencia humana, al desprecio del otro, a la industria de la muerte actual? La organización en torno al poder igualmente es humana; los animales, más allá de sus mecanismos instintivos de supervivencia, no ejercen poderíos. Nosotros sí. En esa dialéctica (¿quién dijo que un “blanco” vale más que un “negro”, o que una mujer es “menos” que un varón?..., pero esa dialéctica marca nuestras relaciones), el uso de algo que aumente la capacidad de ataque es vital. Lo fue en los albores, como necesidad para asegurar la lucha por la sobrevivencia (la piedra afilada, el garrote, la lanza), y lo sigue siendo hoy día. Ahora bien: las armas actuales en modo alguno están al servicio de la supervivencia biológica; las armas actuales, desde que conocemos que la historia dejó de ser la pura sobrevivencia en alguna caverna y en constante lucha con el medio ambiente natural, las armas de las sociedades de clases, entonces, están al servicio del ejercicio del poder dominante, desde la más rústica espada hasta la bomba de hidrógeno. Sigmund Freud en su senectud, como reflexión más filosófica que como formulación de la práctica clínica, con la sabiduría que puede conferir toda una vida de aguda meditación, habló de una pulsión de muerte: retorno a lo inanimado. De allí que el psicoanálisis pueda hablar de un malestar intrínseco a toda formación cultural, a toda sociedad: ¿por qué hacemos la guerra? Se podrá decir que la organización social vertebrada en torno a las clases sociales lleva inexorablemente a ellas (y por tanto, a la producción de armas). Queda entonces en pie la pregunta: ¿pero por qué el ser humano construyó esas sociedades estratificadas y guerreristas y no, por el contrario, organizaciones horizontales basadas en la solidaridad? El socialismo es la propuesta que apunta a construir esas alternativas. ¿Lo lograremos alcanzar? ¿Será realizable lo que proponía el subcomandante Marcos en Chiapas: “tomamos las armas para construir un mundo donde ya no sean necesarios los ejércitos”, o la pulsión de muerte nos arrastrará antes a la autodestrucción como especie? Salvo poquísimas, insignificantemente pocas armas fabricadas para el ámbito de la cacería, la parafernalia armamentística con que hoy contamos los seres humanos está destinada al mantenimiento de las diferencias de clases. Es decir: seres humanos matan a otros seres humanos para mantener su poder, y básicamente, para defender la propiedad privada, para saquear a otros en nombre de la apropiación privada. Y también para “resolver” conflictos de la cotidianeidad. Los desquiciados que alguna vez, armas en mano, matan a otros congéneres como suele suceder con bastante frecuencia en Estados Unidos, no es la pauta dominante. Las armas están para otra cosa: ¿se fabrica un tanque de guerra o una mina antipersonal para cazar lo que luego nos comeremos? Obviamente no. Contrariamente al espejismo con que –por error o por mala intención– se presentan las armas como garantía de seguridad, es por demás evidente la función que en verdad cumplen en la dinámica social: son la prolongación artificial de nuestra violencia. ¿De qué estamos más seguros teniendo armas? Quienes nos matan, mutilan, aterrorizan, dejan secuelas psicológicas negativas e impiden desarrollos más armónicos de las sociedades son, justamente, las armas. O, dicho de otro modo, somos seres humanos que hacemos todo eso valiéndonos de esos instrumentos a los que llamamos armas, desde una pistola hasta un submarino con carga nuclear. Pero las armas no tienen vida por sí mismas, claro está. En realidad, son ellas la expresión mortífera de las diferencias injustas que pueblan la vida humana, de la conflictividad que define nuestra condición. Son los seres humanos quienes las inventaron, perfeccionaron, y desde hace un tiempo con la lógica del mercado como eje de la vida social, quienes las conciben como una mercadería más (¡vaya mercadería!). Y somos nosotros, los seres humanos organizados en sociedades clasistas hondamente marcadas por el afán de lucro económico individual que el capitalismo dominante en estos últimos siglos impuso, quienes transformamos el negocio de las armas (que es lo mismo que decir: el negocio de la muerte) en el ámbito más lucrativo del mundo moderno, más que el petróleo, el acero o las comunicaciones. II Cuando hoy decimos “armas” nos referimos al extendido universo de las armas de fuego (aquellas que utilizan la explosión de la pólvora para provocar el disparo de un proyectil), el cual comprende un variedad enorme que va desde lo que se conoce como armas pequeñas (revólveres y pistolas –las más comunes–, rifles, carabinas, sub-ametralladoras, fusiles de asalto, ametralladoras livianas, escopetas), armas livianas (ametralladoras pesadas, granadas de mano, lanza granadas, misiles antiaéreos portátiles, misiles antitanque portátiles, cañones sin retroceso portátiles, bazookas, morteros de menos de 100 mm.), a armas pesadas (cañones en una enorme diversidad con sus respectivos proyectiles, bombas, explosivos varios, dardos aéreos, proyectiles de uranio empobrecido), y los medios diseñados para su transporte y operativización (aviones, barcos, submarinos, tanques de guerra, misiles), a lo que hay que agregar minas antipersonales, minas antitanques, todo lo cual constituye el llamado armamento convencional. A ello se suman las armas de destrucción masiva, con poder letal cada vez mayor: armas químicas (agentes neurotóxicos, agentes irritantes, agentes asfixiantes, agentes sanguíneos, toxinas, gases lacrimógenos, productos psicoquímicos), armas biológicas (cargadas de peste, fiebre aftosa, ántrax), armas nucleares (con capacidad de borrar toda especie de vida en el planeta). Siendo amplios en la definición, si hoy día los teóricos de la guerra pueden hablar de una “guerra de cuarta generación” sin derramamiento de sangre, pero conflicto que da resultados aún más promisorios para el ganador que todas aquellas armas que provocan muerte y destrucción, habría que hacer entrar allí la enorme batería de instrumentos que permiten esta guerra “en las mentes”, guerra mediática y psicológica. ¿Son también los medios de comunicación, en toda su amplísima gama, parte de ese arsenal? En algún sentido, sí: computadoras, internet, televisores y teléfonos inteligentes son “armas” que sirven no para matar, pero sí para neutralizar al enemigo. El tema es complejo, y al menos dejémoslo planteado como interrogante. ¿Cómo hemos llegado a una guerra “sin efusión de sangre” pero más victoriosa que cualquier invasión militar? Toda esta cohorte de máquinas de la muerte en modo alguno favorece la seguridad; por el contrario, constituye un riesgo para la humanidad. El mito de la pistola personal para evitar asaltos y para conferir sensación de seguridad es solamente eso: mito. En manos de la población civil, muy rara vez sirve para evitar ataques; en general, sólo ocasionan accidentes hogareños. Y en manos de los cuerpos estatales que detentan el monopolio de la violencia armada, los arsenales crecientes –cada vez más amplios y más mortíferos– no garantizan un mundo más seguro sino que, por el contrario, hacen ver como posible la extinción de la humanidad (de liberarse todo el potencial bélico atómico con que cuentan las fuerzas armadas de la actualidad, la onda expansiva llegaría hasta la órbita de Plutón haciendo fragmentar completamente el planeta Tierra, y pese a ese extraordinario poder de disuasión, no estamos más seguros, sino justamente todo lo contrario). ¿Por qué los misiles nucleares estadounidenses serían “buenos” (¿pacíficos?) y los de Corea del Norte o los de Irán no? No obstante la cantidad de vidas cegadas y el dolor inmenso que producen estos ingenios infernales que la especie humana ha inventado, la tendencia va hacia el aumento continuo de su producción y hacia el perfeccionamiento en su capacidad destructiva. Así entendidas las cosas, no puede menos que decirse que el negocio de la muerte crece. Crece, y mucho, porque es rentable. ¿Se entiende el sentido de la tesis freudiana entonces? III El negocio de las armas no se parece a ningún otro. Debido a su relación con la seguridad nacional y la política exterior de cada país, funciona en un ambiente de alto secretismo y su control no está regulado por la Organización Mundial del Comercio, sino por los diferentes gobiernos. En general –y esto es lo preocupante– los gobiernos no siempre están dispuestos o son capaces de controlar las ventas de armas de forma responsable. Asimismo, lo más frecuente es que las legislaciones nacionales en la materia, si la hay, sean inadecuadas y estén plagadas de vacíos legales. Además, los mecanismos existentes no son obligatorios y apenas se aplican. ¿Quién de quienes ahora puedan estar leyendo este texto conoce en detalle cuántas y cuáles armas dispone el gobierno del país en que vive? ¿Alguna vez fue informado de ello? Muchos menos aún: ¿alguna vez se le consultó algo al respecto? El negocio de las armas no es transparente. Por no ser de conocimiento público se maneja con extrema cautela sin estar sujeto casi a ninguna fiscalización. Por eso, las diversas iniciativas internacionales de la post Guerra Fría para fiscalizar este tipo de transacciones han resultado inútiles. Los intereses económicos, políticos y de seguridad hacen de este rubro un sector misterioso y peligroso, intocable en definitiva. Desde el año 1998 los gastos en armas han comenzado una tendencia alcista después de haber llegado a su nivel más bajo en la era de la post Guerra Fría. En el 2000 éstos fueron de alrededor de 798.000 millones de dólares (25.000 dólares por segundo); a partir de allí comenzaron a trepar aceleradamente, y la fiebre antiterrorista desatada después del 11 de septiembre del 2001 los ha catapultado en forma espectacular, sobrepasando ampliamente el billón de dólares anual. Por lejos, hoy en día constituyen el rubro comercial más infinitamente rentable entre todos, el que más volúmenes de dinero mueve y el que más rápido crece en términos de investigación científico-técnica. En el campo de las armas todo es negocio, tanto fabricar un submarino nuclear como una pistola. Incluso las llamadas armas pequeñas, con un poder de fuego más bajo que otras de las tantas armas que llegan al mercado, son un filón especialmente rentable. Más de 70 países en el mundo fabrican armas pequeñas y sus municiones, y nunca faltan compradores, tanto gobiernos como personas individuales (fundamentalmente varones). Las ventas directas de armas pequeñas (pistolas, revólveres y fusiles de asalto) a otros gobiernos o entidades privadas corresponden al 12 % de las ventas totales de armas en todo el planeta. El resto está provisto –¿astucias de la razón o burlas de la historia? diría Hegel– por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aquellos que se encargan (¿se encargan?) de la paz y seguridad del mundo: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China. Estados Unidos es en la actualidad el principal productor y vendedor mundial de armamentos, de todo tipo, con un 50 % del volumen general de ventas (aunque el sueño de más de algún funcionario de Washington, como lo dice nuestro epígrafe, sea aumentar ese porcentaje). Ante todo esto: ¿qué hacer? ¿Comprarnos una pistola para defendernos? Apelar a campañas de desarme y de no uso de armas, al menos las pequeñas (pistolas y revólveres), es loable. Pero vemos que eso no alcanza para detener el crecimiento de un negocio poderosísimo. Apelar a la buena conciencia y al fomento de la no violencia es una buena intención, pero difícilmente logre su cometido de terminar con las armas ¿Con eso detendremos a multinacionales de poder casi ilimitado como Lockheed Martin, Raytheon, IBM, General Motors?, ¿o a gobiernos que basan sus estrategias de desarrollo nacional en la comercialización de armas? Cada nueva guerra que comienza (y continuamente está comenzando una) responde a frías estrategias mercadológicas pensadas en desapasionados términos comerciales. ¿Pulsión de muerte o no? IV La lucha contra la proliferación de las armas es eminentemente política: se trata de cambiar relaciones de poder. No es posible que los mercaderes de la muerte manejen el destino humano. No es posible…., pero sucede. Eso es lo que marca la dinámica internacional. Ahora bien: dado que es así, confiando en que otro mundo sí es posible, que las utopías son posibles, debemos plantearnos alternativas. Naturalmente el ser humano, desprovisto de alas, no vuela. Pero gracias a nuestro inconmensurable deseo de lograrlo ¡ya llegamos al planeta Marte! Y eso no se detiene. Cada vez, sin alas propias, volamos más lejos. Plantearse las utopías es lo que nos hace caminar (o volar…, para el caso). Como decía alguna pintada memorable del Mayo francés de 1968: “Seamos realistas. Pidamos lo imposible”. Hoy día la producción de armas no es un negocio marginal, ligado a circuitos delincuenciales que se mueven en las sombras: es el principal sector económico de la humanidad. Y como consecuencia, esto significa que cada minuto mueren dos personas en el mundo por el uso de algún tipo de arma (casi 3.000 al día, mientras que el siempre mal definido e impreciso “terrorismo” internacional, si hablamos en términos estadísticos, produce 11 decesos diarios). Desmontar esta tendencia humana del uso de armas se ve como tarea titánica, casi imposible: es terminar con la violencia, es terminar con las injusticias. Y ahí la reflexión freudiana cobra sentido, en cuanto nos permite ver la magnitud monumental de la temática en juego. ¿Se trata de luchar contra nuestra naturaleza? ¿Cómo ir contra esta energía primaria, original? Que la muerte sea un destino ineluctable, de raigambre natural incluso, es una elucubración. Quizá sí (es una hipótesis teórica, y como tal puede servir para explicar el mundo. O tal vez no, y haya que desecharla); quizá sí, decíamos, y la destrucción completa del planeta nos espera a la vuelta de la esquina por la catástrofe termonuclear que podría producirse. Se supone que somos “muy” racionales, aunque no se sabe qué “loco” puede dar la orden de lanzar el primer ataque nuclear. ¿No podrá haber errores? Los actos fallidos (apretar un botón por error, por ejemplo) son lo más normal de nuestra especie. Pero pese a que la magnitud de la tarea propuesta pueda ser titánica, es absolutamente vital seguir planteándosela como requisito para la permanencia de la especie, y para una permanencia más digna. Quizá sea imposible terminar con la violencia como condición humana, aunque eduquemos para la convivencia tolerante. Los países más “educados” son los que más hacen la guerra, y con las armas más letales. Pero es imprescindible seguir luchando contra las injusticias y apuntando a una convivencia solidaria. Lo contrario es avalar el darwinismo social y la supervivencia del más fuerte. Plantear que “otro mundo es posible” no significa que se terminará la conflictividad, que viviremos en un paraíso bucólico libre de contradicciones y que el amor sin límites se derramará generoso sobre todos los habitantes del planeta (¿alguien se creerá eso todavía?). Pero sí alerta sobre que es necesario apuntar a una sociedad que se avergüence, y por tanto reaccione, ante el negocio de la muerte. La causa de la justicia no puede aceptar la muerte como business. ¿O sí? ¿Triunfará finalmente la pulsión de muerte entonces? Apostemos firmemente porque sí es posible cambiar el curso de la historia. Si pudimos llegar al planeta Marte y liberar la energía del átomo, o domesticarnos y dejar de ser animales, ¿no será posible plantearnos no seguir matándonos?

Guatemala: Gran Caravana de los Saberes

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Syria




martes, 10 de septiembre de 2013

El Salvador: No a la privatización del agua

Por Marcial Rivera
A partir del Consenso de Washington y de los Planes de Reajuste estructural impulsados por el FMI y el Banco Mundial en la década de los noventa, se planteaba la privatización de los servicios estatales como etapa necesaria para la modernización de Estado. En esta ola de privatizaciones impulsada por los gobiernos de derecha, tanto la Educación (en sus distintos niveles) como la Salud y el agua, no fueron objeto de privatización. No obstante en la actual coyuntura el fantasma de la privatización del agua aparece nuevamente.
Ley del Agua
Desde hace algunos años en El Salvador se viene planteando la posibilidad de tratar el tema del agua en relación a su protección, administración y distribución en una ley específica, siguiendo el ejemplo de algunos Estados Suramericanos que en sus legislaciones contemplan la protección y administración del agua o en otros términos, el monopolio del agua. Desde el año pasado el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales entregó un proyecto de ley a la Asamblea Legislativa, en el que se buscaba regular el tema del agua, sin embargo el Sector Agrícola y el Foro del Agua -organización de la sociedad civil- también han presentado otras propuestas.
Actualmente en El Salvador la mayoría de hogares son abastecidas por la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), entidad estatal que tiene como función principal la de abastecer a los distintos barrios y comunidades del vital líquido.
¿Por qué la ley?
No obstante, en algunos municipios del interior del país en los que ANDA no tiene la posibilidad de administrar este líquido, el servicio lo brindan pequeñas empresas privadas, que en ocasiones cobran cuotas leoninas y bastante altas, aunque también lo hacen algunas alcaldías. Frente a este proyecto de ley, la principal preocupación que manifestaba la Comisión de Medio Ambiente en la Asamblea Legislativa, es la relacionada con el control de los recursos hídricos, fundamentalmente en lo relacionado a la entidad que regularía el control del agua, si sigue siendo ANDA, o si en ocasión de esta ley se creará una nueva entidad descentralizada.
Aunque también se reconocen otro tipo de necesidades a este respecto. En este sentido se afirmaba que "Todos los diputados de todos los colores políticos coinciden en los principios básicos de la ley, entre otros: el derecho de acceso al agua potable; la imperiosa necesidad de mejorar el saneamiento (los vertidos) y el deber estratégico de manejar un recurso que, año tras año, disminuye en cantidad y en calidad". (EDH, 26-08-2013).
En este panorama, el FMLN se ha opuesto a la creación de una entidad descentralizada, mientras que los partidos de derecha han afirmado que una entidad distinta es la que debe regular la administración del agua. Irónicamente FUSADES ha manifestado que el tema del agua debe ser manejado por una sola entidad estatal. Por otro lado, la Mesa del Agua considera que sí debe crearse una entidad descentralizada, distinta a ANDA, esto porque como empresa estatal ha tenido enormes deficiencias en la parte operativa y administrativa, y en consecuencia mala prestación del servicio. Aunque es evidente que la aprobación de esta ley es de carácter urgente en función del inicio de su operativización. El problema de la mala gestión de ANDA es que los trabajadores y los sindicatos no tienen injerencia en la administración de la institución. Al no haber control de los trabajadores, se desarrolla la ineficiencia y la corrupción
¿Qué debe hacerse?
El 22 de agosto las calles de San Salvador fueron testigos de la manifestación realizada exigiendo que se detenga el abuso en el cobro excesivo de los servicios de agua, así como la no privatización de este recurso ni de su administración. Este ha sido el punto de fricción: la participación del sector privado en el tema de la distribución del agua, pues no puede dejarse de lado que con la ley de asocios público-privada, hay un camino que eventualmente podría conducir a la privatización del mismo.
Es necesaria entonces fortalecer el rol estatal de ANDA, en cuanto a su administración, distribución y evaluación. Esta entidad debe emanar esencialmente desde el Estado, gozando de autonomía y descentralización; en ella estará controlado el 100% del monopolio del tema del agua -eventualmente las alcaldías podrían participar en la parte operativa- de manera que la participación privada debe quedar descartada en su totalidad.
Es esencial que esta entidad incluya la representación de asociaciones de pobladores, sindicatos y asociaciones campesinas y populares, que fiscalicen y garanticen su funcionamiento transparente. El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamará a la movilización popular ante cualquier intento de privatización de este vital líquido.

GUATEMALA: La movilización campesina debe ser unitaria

 
Por Juan Castel
El pasado miércoles 21 de agosto se llevaron a cabo varias manifestaciones en diversos puntos de veinte de los veintidós departamentos que conforman Guatemala –exceptuando a Chimaltenango y la capital. Las marchas fueron convocadas por “La Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas” (CNOC) y por el “Comité de Desarrollo Campesino” (Codeca); llegaron a tener una participación masiva en los departamentos de Huehuetenango, Retalhuleu, Quiche, Sololá, Baja Verapaz y Zacapa.
Las motivaciones que llevan a estas dos organizaciones campesinas a movilizarse son: la eterna problemática del régimen de tenencia de la tierra en el campo guatemalteco; el elevado costo de la energía eléctrica; la aprobación inmediata de la ley de “Desarrollo Rural Integral” –iniciativa de ley 4084-; la criminalización de sus protestas; la persecución y asesinato de los líderes comunitarios e indígenas; el desalojo que sufren las familias campesinas a manos de las fuerzas de seguridad gubernamentales; la inauguración de bases militares en zonas de conflictividad social, generada esta última por el interés del capital nacional e internacional, –mineras, hidroeléctricas, cementeras, latifundios de monocultivos y de agro exportación-; el indetenible crecimiento del costo de los productos que conforman la canasta básica.
Al igual que muchos otros de los problemas que agobian a la población guatemalteca, los arriba mencionados no tienen un origen reciente. Por eso nos permitirnos recordar que el año pasado el recién juramentado gobierno del  menudo Otto Pérez Molina, se enfrentó a un crecimiento de la movilización del sector campesino-indígena, que inició con una masiva movilización encabezada por el “Comité de Unidad Campesina” (CUC) realizada del 19 al 27 de marzo, y cuyos organizadores iniciaron una mesa de diálogo gubernamental que no buscó en ningún momento solucionar la problemática de los camaradas campesinos, sino solo dispersarlos en promesas vanas y en el olvido. A esto le siguió la respuesta de las diferentes organizaciones campesinas, que estuvieron en movilización casi permanente para presionar al gobierno a que estableciera compromisos fidedignos.
Pero tanto ayer como hoy, el problema de no darle solución a la desigualdad imperante en el campo tiene su raíz en las contradicciones claras de la casta política guatemalteca. Esos mafiosos descarados lucran siendo representantes de los intereses de la burguesía tradicional, la oligarquía –consagrada en el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras” (CACIF)- y de su servidumbre, los grupos de poder encarnados en la burguesía emergente que tampoco buscan cambiar el status quo. Los diputados, como buenos representantes del capital han pretendido dar apoyo a los compañeros campesinos solo cuando estos están a las puertas del palacio de los ladrones –“Palacio Legislativo del Honorable Congreso de la República”- para después dar un giro, una pronta amnesia y enterrar en los gabinetes lo prometido. Y sin importar el partido de la burguesía al que pertenezcan, todos se han valido de estas tácticas, hasta el propio presidente, que cuando ha sido presionado por la movilización campesina ha salido con sus discursos de voz torpe y de manos engañosas a prometer y a firmar las peticiones justas del campesinado, promesas que se desconocen pronto cuando aparece la mesa de diálogo, que más que dialogar ha buscado subyugar las demandas y comprometer la dinámica de la lucha campesina, que se ve detenida por el sosiego promovido por esta táctica perentoria.
Por eso desde el “Partido Socialista Centroamericano” (PSOCA) entendemos que este gobierno no negociará con los compañeros campesinos e inclusive seguirá haciendo sus ya naturales tácticas embusteras, a menos que se encuentre sumamente presionado por la movilización del campesinado y que se vea obligado a maniobrar incluso sobre los intereses de la oligarquía terrateniente para mantener la gobernabilidad en el país. Pero entendemos también que esa presión no se puede dar con la lucha por separado que llevan actualmente todas las organizaciones campesinas, que abanderan en su mayoría las mismas peticiones justas. Por eso llamamos y no nos cansaremos de llamar a la conformación de un frente unido campesino, que se movilice unitariamente para obligar al gobierno a negociar.
¡¡¡La fuerza ya existe camaradas, solo nos falta la unión!!!