lunes, 30 de mayo de 2011

Carta de Suma Urgencia

Tomás Borge

Mayo 24, 2011





Compañeros del Foro de Sao Paulo y de la Conferencia de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPAL):


Estoy enterado. Casi nadie lo está. El foro de Sao Paulo acordó solidarizarse con los 5 prisioneros cubanos en cárceles norteamericanas. Fue una decisión más del Foro. Buena decisión, hija de un sagrado compromiso aunque, a mi juicio, intrascendente y de carácter formal. Igual sentencia ha tomado —nadie lo sabe— el importante organismo interpartidario, COPPAL.


Desde mi punto de vista es necesario hacer una colosal denuncia de esta tragedia, asumir una conducta solidaria, práctica, en la búsqueda de resultados exactos.


La cárcel es terrible. Lo sabemos por experiencia. Algunos hermanos nuestros protagonizaron la desfalleciente experiencia de las prisiones somocistas. Los mártires José Benito Escobar, Julián Roque, Oscar Benavidez y los compañeros Daniel Ortega, Jacinto Suarez, Lenin Cerna, Leopoldo Rivas, Manuel Vallecillo, entre otros, fueron crucificados en la cárcel de Tipitapa durante más de seis años. Tal experiencia marcó sus vidas para siempre. Semejante sacrificio otorga méritos históricos que ninguna circunstancia, salivazo u otras circunferencias de la vida, puede borrar. A estos compadres hay que adicionarles, el mérito de su militancia posterior: digna, firme, sin vacilaciones en las horas difíciles, sin caídas en estado de pánico por calumnias, mentiras y otros odios y conductas indecorosas del adversario. No obstante, estos hermanos nuestros con toda y la dureza y los riesgos de la cárcel estaban juntos y tenían el consuelo de la visita familiar. Ellos fueron liberados gracias a la excelencia de una acción del FSLN que los condujo a Cuba, donde los esperaba Carlos Fonseca —progenitor intelectual de su liberación— y la concordia efusiva de la isla fraterna.


Los prisioneros cubanos, llamados héroes con plena justicia, están aislados entre sí, en celdas solitarias, oscuras, deprimentes, con rostro de sepulcros. Solo Satanás es capaz de una crueldad semejante. Están condenados a larguísimas penas. Uno de ellos a dos cadenas perpetuas, más 15 años. Llevan trece años de aislada y torturante prisión. La crueldad ha sido insólita y bestial. Las condenas son a todas luces injustas, desproporcionadas, una profanación a los derechos humanos. Está comprobada —lo saben hasta sus rabiosos enemigos—, su inocencia. Trece largos años no se dice jugando. Tal dignidad y firmeza, casi inconcebible, tan sólo puede ser explicada por la herencia del heroísmo martiano y por el ejemplo de Fidel. La libertad de esos seres humanos es para los cubanos y para Fidel una insistente y obligada prioridad.


No bastan las declaraciones formales. Es necesario convertir nuestra voluntad solidaria en un inmenso jurado de nuestros pueblos para romperle el tímpano al imperio y a Barak Obama, el sospechoso premio Nobel de la Paz, obligándolos a ponerle fin a semejante atropello.


Si logramos la libertad de esos hombres, el pueblo de Cuba y Fidel se pondrán felices, y es obligación nuestra otorgarles esa dicha, por elemental reciprocidad a la solidaridad ilimitada de Cuba y de Fidel con todos los pueblos del mundo. Hay que recoger millones de firmas —¡millones de firmas!— realizar miles de actos públicos —¡miles de actos públicos!— sonar tambores y clarines para que los oiga el sordo e insensible presidente norteamericano. Más aún, además de nuestras luchas por los intereses de nuestros pueblos, tal demanda debiera de estar en la primera línea de combate.


Estoy seguro: que la terquedad de Fidel y del pueblo cubano —terquedad igual a la mula de Sandino o a la de José Martí cuando cabalgó hacia el martirio—, logrará la libertad de esos muchachos. Algún día ellos caminarán por el malecón de La Habana cogidos de las manos con sus madres, esposas e hijos oyendo el oleaje de las olas y de las multitudes, disfrutando de una victoria tan esperada como inevitable. Estamos obligados a participar en el dibujo de semejante paisaje. Cuando se produzca ese milagro —yo creo en los milagros— todos nosotros seremos más libres.



--

Guatemala: Sobre el Polochic

http://www.youtube.com/watch?v=_Diet3aFPUI&hd=1

El retorno de Mel Zelaya, los nuevos desafíos del FNRP y las tareas de la Izquierda.

Tras haber sido desterrado del país, después del golpe de Estado del pasado 28 de junio de 2009, el inminente retorno del ex presidente José Manuel Zelaya a Honduras es visto como un triunfo político por la dirigencia del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y, por supuesto, por un importante sector de la población hondureña.

Después del golpe de Estado, Zelaya se convirtió en una víctima de los golpistas y en un ídolo de un sector de las masas populares, sobre todo por su valentía de destituir al general Romeo Vásquez y del fallido intento de convocar al pueblo para cambiar las podridas instituciones políticas de Honduras.



Zelaya: rehén de los golpistas

El destierro del ex presidente Zelaya fue una parte importante del plan de los golpistas: el objetivo siempre fue mantenerlo como rehén ante cualquier posible negociación. Mientras más fuertes y masivas eran las movilizaciones de la Resistencia, más dura e innegociable era la posición de los golpistas en torno al destierro.

En estos casi dos años de luchas y movilizaciones contra el golpe de Estado y sus herederos, de zozobra e inestabilidad política, plagados de represiones y asesinatos selectivos, de brutales ataques a las conquistas laborales, si bien es cierto no lograron doblegar la Resistencia de las masas populares, si han logrado cansar a los trabajadores, preparando condiciones sicológicas para aceptar cualquier salida.



El Acuerdo de Cartagena

En este contexto de decaimiento de las luchas populares se produjo el Acuerdo de Cartagena, un proceso de negociación política secreta entre el gobierno de Porfirio Lobo y el ex presidente Manuel Zelaya, el cual fue bendecido por Hugo Chávez y José Manuel Santos, Presidentes de Venezuela y Colombia, respectivamente.

Mediante el Acuerdo de Cartagena se pactó, entre otras cosas, la anulación de los juicios contra el ex Presidente Zelaya y su retorno a Honduras, a cambio que el Estado de Honduras fuera readmitido en la Organización de Estados Americanos (OEA) y logrando nuevamente el reconocimiento diplomático de una parte de los gobiernos de América Latina.



¿Retorno a cambio de qué?

Hay una diferencia cualitativa entre los valientes intentos anteriores del ex Presidente Zelaya por romper el destierro, y su actual retorno. Las grandes movilizaciones del 5 de julio de 2009 y la concentración multitudinaria en las inmediaciones de la Embajada de Brasil, tras la llegada sorpresiva en septiembre de ese mismo año, fueron respaldadas por un amplio proceso de movilizaciones y de lucha continua contra la dictadura de Roberto Michelletti.

Sin embargo, el actual retorno del ex presidente Zelaya a Honduras no ha sido producto del triunfo de la movilización popular, es decir, de la derrota del golpe de Estado y del gobierno de Porfirio Lobo, sino que ha sido producto de oscuras negociaciones a espalda del pueblo, lo que implican compromisos políticos que pueden poner en peligro el objetivo último de la lucha por la democratización de Honduras en beneficio de los más pobres.

El retorno del ex presidente Zelaya aparenta ser un resultado benéfico del reaccionario Acuerdo de Cartagena, pero en la medida en que la terminación del destierro no ha sido producto del ascenso y triunfo de las movilizaciones populares, el destino personal de Zelaya y de la propia dirigencia del FNRP siempre quedará en manos de los golpistas, quienes manejan y controlan las instituciones represivas del Estado.



No se consultó a las bases del FNRP

No debemos obviar que el retorno de Zelaya ha sido negociado con las mismas fuerzas que le defenestraron. En la actualidad, el Acuerdo de Cartagena contribuye a dar legitimidad al gobierno espurio y represor de Porfirio Lobo Sosa, maquillándole el rostro como si fuese un gobierno democrático.

La dirigencia del FNRP y el ex presidente Zelaya tienen todo el derecho de establecer negociaciones. En algún momento de la lucha puede producirse algún tipo de negociación, pero esta nunca puede ser secreta y nunca debe poner en peligro el objetivo de la lucha. De lo contrario, la negociación se convierte en traición.

Para evitar traiciones, cualquier negociación debe ser pública, para que el pueblo conozca las posiciones de cada bando, emita su sabia opinión y decida qué hacer. Este proceso de consulta y decisión democrática no se realizó: las bases del FNRP fueron informadas por los medios de comunicación del resultado del Acuerdo de Cartagena, fueron informadas de los hechos consumados, y no tuvieron oportunidad de decidir si era conveniente o no llegar a un acuerdo político con el gobierno de Porfirio Lobo.

Este proceso de discusión pública y de control democrático de las negociaciones no se produjo, provocando el justo malestar de las heroicas bases del FNRP.



¿Inscripción legal del FNRP a cambio de qué?

El Acuerdo de Cartagena contempla la aceptación por parte del gobierno de Porfirio Lobo de la participación del FNRP como fuerza política legalmente inscrita ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Este es un punto muy sensitivo porque en diferentes asambleas del FNRP se acordó que este no debía convertirse en un partido político, sino que debía continuar siendo un organismo amplio de lucha de los trabajadores y del pueblo.

La casi segura participación del FNRP en los próximos comicios electorales, sin que antes se haya discutido las condiciones democráticas elementales para garantizar el respeto a la participación y la voluntad popular, es una forma clara y abierta de desviar la lucha por la refundación de Honduras sin desigualdades, injusticia e inequidad social, al pantano del oportunismo electorero.



Las grandes tareas pendientes

Todo indica que de continuar con este rumbo en la próxima coyuntura los intereses del FNRP serán de carácter puramente electoral, dejando a un lado las grandes tareas que están pendientes, a saber: la defensa la libertad sindical y de los estatutos gremiales, frenar los planes de ajuste y de miseria del gobierno de Lobo Sosa, entre otras cosas. Esta orientación puede llevar a la desnaturalización del FNRP, y convertirlo en un partido político más del régimen

A pesar de nuestras diferencias políticas, reiteramos que el ex presidente Zelaya tiene todo el derecho a regresar a Honduras. Saludamos su retorno pero le recordamos que el FNRP tiene nuevos desafíos y nuevas tareas pendientes:

1.- En ningún punto del Acuerdo de Cartagena se menciona el castigo de los responsables directos del quebrantamiento del orden constitucional. Somos partidarios de que se deben de abrir procesos judiciales contra Romeo Vásquez Velásquez, Roberto Michelletti Bain y todo su gabinete de gobierno, sin exclusión alguna.

2.- En cuanto al punto del respeto de los Derechos Humanos, el Acuerdo de Cartagena le concede las investigaciones del caso al organismo constituido por las mismas fuerzas golpistas, es decir, al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. El FNRP debe de desconocer su participación en esta instancia por ser un organismo creado por los intereses del régimen y no para abogar y defender los derechos humanos en Honduras, por cierto fuertemente violentados en esta coyuntura política.

Por otro lado, se deben imponer sanciones y castigos al Estado de Honduras y cárcel de por vida a los violadores del fundamental derecho a la vida. En ningún punto del Acuerdo de Cartagena se señala el encarcelamiento de los asesinos de nuestros mártires: Isis Obed, Wendy Dávila, Roger Vallejo, Ilse Velásquez y mucho menos de aquellos que fueron asesinados en otros espacios como nuestro amado camarada José Manuel Flores Arguijo y los otros compañeros mártires que han sido olvidados y relegados.

Pero no sólo el derecho de la vida fue violentada en esta coyuntura, también la libertad de prensa, pensamiento, locomoción y organización, derechos violentados por los golpistas y sus herederos y por ello se deben imponer sanciones y castigos.

3.- Creemos que dentro de esta coyuntura la preocupación del FNRP no debe de ser la participación electoral, porque desconoce la voluntad de las bases que decidieron casi en su totalidad que no debíamos participar de los próximos comicios electorales.

4.- Lo imperativo es crear un Plan de Lucha contra los planes de ajuste y de miseria de Porfirio Lobo Sosa, que ha logrado imponerlos sin mayor oposición; la defensa de los estatutos gremiales y la libertad sindical, así como el sistema de pensiones y de jubilaciones, por cierto fuertemente atacado por la dictadura de Micheletti y el gobierno de Lobo Sosa.

El derecho a la tenencia de la tierra y una verdadera reforma agraria debe ser uno de los puntos del programa. El reintegro de todos aquellos hondureños que han sido sustituidos, despedidos o sancionados por el régimen deben ser reincorporados a sus centros de trabajo, esa es una de las otras razones por las cuales el FNRP no debe de inclinarse estrictamente por lo electoral.

5.- No obstante, si la mayoría de las bases del FNRP decidieran en una Asamblea Nacional, democrática e incluyente, participar en elecciones, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) exhortamos a las bases a estar alerta sobre la imposición de candidaturas. Cualquier candidatura debe ser respaldada y supeditada a la Asamblea, cualquier candidato debe ser electo por las mayoría de las bases.

Cientos de oportunistas querrán aprovecharse del prestigio político del FNRP e imponer sus mezquinos intereses personales y programas oportunistas.

6.- Las distintas organizaciones que componemos el FNRP debemos de abogar por la democratización de la vida interna del mismo. No a las imposiciones y a las negociaciones secretas!

7.- Por otro lado, el punto 7 del Acuerdo de Cartagena se refiere a la posible instalación de una Asamblea Nacional Constituyente, pero dentro del marco de la institucionalidad creada por la reforma al artículo 5 de la Constitución de Honduras, o sea, que cualquier consulta se realizaría por medio de un referéndum convocado por el TSE.

No creemos que las instituciones controladas por los golpistas respeten la voluntad popular. De esta manera, la refundación del país ya no será acción directa del pueblo a través de la movilización permanente, sino que a través de una consulta se realizará un sondeo y luego se realizarán los cambios o reformas pertinentes, pero serán los mismos partidos políticos y diputados que defendieron el golpe de Estado, y que representan los intereses empresariales y oligárquicos, los que realizaran los cambios.

Una vez más, la acción directa del pueblo quedará sustituida por la consulta y las imposiciones de la clase hegemónica, quien impondrá un modelo de Estado y de gobierno a su imagen y semejanza. La lucha por la democratización de Honduras quedo replegada y traicionada por este punto del Acuerdo de Cartagena, por lo que llamamos a los trabajadores y organizaciones del FNRP a desconocer este punto que elimina la enorme iniciativa de refundar el país a través de una Asamblea Nacional Constituyente participativa, democrática y popular.

Para finalizar, llamamos al ex Presidente Zelaya y demás exiliados a que se integren y se coloquen a la cabeza de esta lucha por la transformación de Honduras.



Centroamérica, 26 de Mayo del 2011

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

Centroamérica: Foro Regional Esquipulas

miércoles, 25 de mayo de 2011

Guatemala: Las razones de la retirada, del FNL

Guatemala, 24 de Mayo del 2011


No ha transcurrido ni un mes desde que el Frente Nacional de Lucha se retiró del Frente Amplio. Y resulta que ha sido un mes costoso. “Que lo que quieren es hacer diputados a sus dirigentes”. “Que lo que buscan es consolidar viejos cuadros”. “Que lo que quieren es meter a fulano en la contienda”. “Que lo que quieren son puestos”. “Que como en la izquierda no encontraron camino, ahora prueban con la derecha”. En fin, la lista es enorme. Largamente enorme. Es evidente que cuando el Frente hace algo, genera comentarios. Para bien o para mal, pero genera comentarios. En este caso, queremos decir que hubiéramos querido que no se generaran, pero ni modo, hay que apechugar con la realidad. Ahora bien, ¿de qué realidad se trata? Hay que ser precisos respecto a la realidad a la que nos estamos refiriendo. No es la realidad de los políticos de la izquierda partidaria, ni la que, a tropezones, sale del discurso de las derechas. Es la realidad del pueblo, aunque esa tenga que ver muy poco con otras realidades, especialmente en lo que se refiere a la verdad política. Lo cierto es que la realidad cotidiana que marca la vida del pueblo está a mil años luz de la que marca el ritmo de los partidos. En el Frente Nacional de Lucha hemos abrazado la primera consigna, y lo hemos hecho con entereza. Esto ha sido demostrado tras seis años de lucha inclaudicable, en los que contiendas electorales van y vienen. En esta ocasión, estuvimos fuertemente atados a la izquierda, en la medida en que fue posible seguir llamándola como tal. Colocamos las fuerzas del Frente a las órdenes del Frente Amplio y por ahí veníamos construyendo. Pero, de repente, surgió una posición que calificamos claramente como de derecha, y había que revisar el asunto. Fue aquel un proceso violentado, y por los partidos políticos, sacándose de escena a los movimientos sociales que eran parte del Frente Amplio. De pronto, dejaron de respetarse los cuerpos nacionales de decisión, los cuales había tomado meses de construir y consensuar. La Asamblea del Frente Amplio, la Comisión Coordinadora Provisional, las Mesas Departamentales (allí en donde se habían logrado construir), que habían llegado a servir como cuerpos guías, simplemente dejaron de existir. No se convocaron y, por el contrario, si se convocó a los Partidos Políticos. Es decir, se quiso dejar por fuera a los movimientos sociales. A Doña Rigoberta Menchú la propusieron desde afuera, porque durante todo el proceso de construcción del Frente Amplio, WINAQ nunca quiso adherirse. ANN y MNR se aparecieron, entonces, con WINAQ, pero como veto para los movimientos sociales. Había que votar incluso por Doña Rigoberta. Por su primer lugar para el Listado Nacional; por su primer lugar para el PARLACÉN; por su primer lugar en el Departamento de Guatemala; en fin, llegó de último sin haber aportado nada y a servirse con la cuchara grande. ¿En qué se diferencia esto de las prácticas de cualquier partido tradicional? Ahora bien, si así se eligieron los cargos más relevantes, habrá que preguntarse, ¿y las organizaciones populares, qué papel están llamadas, entonces, a jugar? ¿Achichincles de los partidos? Pues no. Ningún movimiento social que se respete y que respete a sus bases se va a colocar en tan triste papel. Si no hay respaldo para el planteamiento que brota desde el seno de los movimientos sociales y populares, no hay razón para permanecer fieles al Frente Amplio, como nos lo proponíamos. Nuestra lealtad está de lado de los principios y con las luchas del pueblo y no con componendas de poca monta. Nuestros fines apuntan en otra dirección. En todo caso, esta experiencia ha demostrado el alto valor que, para Guatemala, pudo haber llegado a tener una unidad de la izquierda. Creemos que, con voluntad y con nuevas prácticas, esa unidad es posible. Quizás en un futuro próximo.
¡La Lucha Sigue!




Frente Nacional De Lucha En Defensa De Los Servicios Públicos y Los Recursos Naturales Miembro de Plataforma Sindical Común Centroamericana -PSCC-
PAGE

PAGE 2
Visite nuestro blog: HYPERLINK "http://www.estamosdefrente.blogspot.com"www.estamosdefrente.blogspot.com que fue creado por los compañeros y compañeras de la Juventud del Frente Nacional de Lucha