miércoles, 27 de mayo de 2009

Forjadores y forjadoras de historia: Mártires Estudiantes UCA FUR-30

Del 18 al 22 de mayo, celebramos el 30 Aniversario de los Estudiantes Mártires de la UCA, que pertenecían a las Fuerzas Universitarias Revolucionarias 30 de julio, mejor conocida por sus siglas: FUR-30. Tanto el Colectivo Utopía como el Comité Roque Dalton (ambas organizaciones estudiantiles de la UCA), nos dimos a la tarea de preparar conferencias, en las que nos acompañaron ponentes como Doris Montenegro de CEMUJER; Sonia Ivéth ex estudiante de la UCA y ahora investigadora independiente; Josué Carranza estudiante de la UCA y Marta Merlos, quien colaboró en sus tiempos de estudiante con las FUR. Nos acompañaron también, el Grupo “Pueblo Canta”, muchachos que nos deleitaron con sus estupendas voces al ritmo de la música popular. Finalizamos el 22 con una celebración eucarística, en la capilla de nuestros mártires jesuitas, presidida por el Padre Tojeira, haciéndonos un atento llamado a celebrar la vida como triunfo sobre la muerte y a recordar a nuestros mártires como testimonio de la justicia y la verdad.

Breve reflexión histórica

Pero, ¿quiénes son estos Estudiantes Mártires? Para responder esta pregunta, es preciso remitirnos a la historia de nuestro país y ubicarnos en el 8 y el 22 de mayo de 1979.
Los sectores aglutinados en el BPR (entre los que se encontraban las FUR-30) convocaron a una manifestación, ese 8 de mayo, como medida de presión, para que los gobiernos de Costa Rica y Francia intercedieran ante el gobierno salvadoreño para la liberación de cinco de sus compañeros. Las personas capturadas eran: Facundo Guardado y Numas Escobar del BPR; Marciano Meléndez (FTC), Oscar López (UPTC) y Ricardo Mena de la UCA .
El pronunciamiento del Gobierno Militar del General Carlos Humberto Romero, ante tal situación, fue el preludio de la masacre del 8 de mayo: “Mi paciencia está por terminarse. Estoy dando la última oportunidad antes de tomar medidas que tengamos que lamentar posteriormente” .
La marcha se desarrolló en forma pacífica, hasta que los cuerpos de seguridad comenzaron a disparar a las personas que se encontraban en las gradas de la Catedral Metropolitana.
El tiroteo comenzó alrededor de las 12:45 PM, dejando un saldo de entre 19 y 22 personas muertas, entre quienes figuraban: José Roberto Sarmientos Claros (estudiante de psicología) y José Fidel Castro (estudiante de ingeniería), ambos de la UCA.

Los hechos del 22 de mayo de 1979, están vinculados con los anteriores; es decir, la protesta del 8 de mayo (que pretendía la liberación de las personas capturadas) con la toma de la Embajada de Venezuela, que comenzó el 11 de mayo.
Se organizó una marcha con el propósito de llevar medicinas y alimentos a las personas que ocupaban la Embajada. No obstante, todo terminó en represión. El resultado fue la muerte de aproximadamente 14 personas, entre las cuales se encontraban: Delfina Góchez Fernández (estudiante de psicología), Antonio Girón Martínez (estudiante de ingeniería mecánica) y Mauricio Scaffini Siryani (estudiante de ingeniería eléctrica).
Caso especial fue el de Antonio, quien fuera herido de bala el día 22, amaneciendo asesinado al día siguiente con señales de golpes y tortura.

El legado de nuestros mártires


No hay duda que para los y las estudiantes en la actualidad, representan ejemplo insigne de compromiso político y valentía para enfrentarse a la difícil realidad que aquejaba a nuestro país. Sabían combinar con mucha responsabilidad su vida personal con sus obligaciones académicas y laborales, con el compromiso que el pertenecer a las FUR-30 les demandaba.
“La nueva sociedad viene y viene con prisa” , nos dijo Monseñor Romero, haciendo mención al arduo trabajo que desempeñaban todas las personas que querían un cambio y una transformación real de la sociedad; y el trabajo que debemos de desempeñar todos y todas, en la actualidad, por hacer posibles esos ansiados cambios, en los que se ponga por delante las necesidades de las mayorías empobrecidas.
Como estudiantes debemos de tomar en serio que la nueva sociedad que se viene construyendo nos necesita para trabajar por ella, y no necesariamente desde el campo profesional, sino organizándonos en espacios (no para que nos utilicen como anuncios comerciales y nos den dádivas para obtener lujosos objetos) en los que seamos verdaderos impulsores de los cambios que urgen en este país.
Y los ya organizados, que recuperemos la conciencia de la necesidad de formarnos en todas las áreas del conocimiento, para que seamos criticados — por el sistema al que combatimos — por nuestra lucha intelectual y nuestro actuar responsable como nos lo enseñaron nuestros mártires del FUR-30.

En la UCA, el Colectivo Utopía y el Comité Roque Dalton, te esperamos para que te organices con nosotros y nosotras, y celebremos permanentemente la lucha por la vida y la justicia.
Puedes escribirnos a las siguientes direcciones de correos electrónicos: colectivo.utopia@gmail.com y crdcuba@gmail.com.



Oscar Meléndez
Colectivo Utopía UCA


ESTE ARTICULO SERÁ PUBLICADO EN LA REVISTA "CARTA A LAS IGLESIAS" DEL CENTRO PASTORAL DE LA UCA EL SALVADOR

Sacaron a Saca reprobado...






(Texto de La Prensa)




Los salvadoreños pusieron una nota de 5.8 (en una escala de 1 a 10) al presidente Elías Antonio Saca, quien el próximo lunes concluye su mandato de cinco años y entrega el poder al izquierdista Mauricio Funes.
Una encuesta realizada por la Universidad Centroamericana (UCA), regentada por sacerdotes jesuitas, refleja también que un 67.7% de la población cree que con la llegada del nuevo gobierno habrá una mejoría de la situación.
Sin embargo, según el estudio de la UCA, Saca cierra con una calificación en recuperación, pues en mayo de 2008 había registrado un 5.47.
Durante su gestión, la mayor nota que obtuvo Saca fue recién iniciada su gestión, en agosto de 2004, cuando logró 7.2.
La encuesta, con un error muestral de 2.8%, fue realizada por la UCA entre el 27 de abril y el 6 de mayo con 1.261 personas.
Sobre los principales logros del saliente gobierno, un 34% de los consultados dijo que no apreciaba ninguno, un 18.3% dijo que la infraestructura vial, 15.4% mencionó el programa Red Solidaria, que da apoyo económico y alimentación a las familias más pobres a cambio de que envíen a sus niños a las escuelas.
Un 12% mencionó el Fosalud, programa que puso a trabajar 24 horas los centros públicos de salud.
El sondeo concluyó además que el 67.7% de la población considera que la situación del país va a “mejorar” con el nuevo gobierno izquierdista de Funes, frente a un 20.1% que cree que el panorama seguirá igual.
PROBLEMAS SENSIBLES
Según el análisis de la UCA, durante la gestión de Saca “los problemas económicos, la pobreza y la criminalidad se agudizaron, aun cuando desde la retórica oficial fueron señaladas como las principales apuestas gubernamentales”.
En un mensaje a la nación, el mandatario saliente defendió el lunes su obra social, como uno de los mayores logros de su gestión, invirtiendo millones de dólares para garantizar el suministrar de agua y electricidad al 90% de la población a nivel nacional.


Correa ahora va para Honduras... (info de última hora)

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, realizará una visita oficial a Honduras el domingo para compartir con su par Manuel Zelaya la experiencia sobre la reforma constitucional en Ecuador, dijo la cancillería este miércoles.
Correa, acompañado del canciller Fander Falconí, viajará a Honduras y luego a El Salvador para asistir a la toma de posesión de Mauricio Funes el 1 de junio, dijo la cancillería en un comunicado.
"El objetivo de la visita a Honduras es promover la integración latinoamericana, así como compartir la experiencia de Ecuador en la elaboración de la nueva Constitución, la reforma democrática del Estado y el fortalecimiento del sistema de Planificación", añadió.
Además se establecerán mecanismos para facilitar la repatriación de emigrantes ecuatorianos indocumentados detenidos en Honduras y el reconocimiento en Ecuador de los títulos académicos obtenidos en la Universidad Agrícola Panamericana Zamorano, dijo.
Una fuente de la cancillería anticipó a la AFP que Correa partirá el sábado por la noche hacia la ciudad hondureña de San Pedro Sula para intervenir en la 39 Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se realizará entre el 31 de mayo y 3 de junio.

http://www.laprensa.com.ni/archivo/2009/mayo/27/noticias/ultimahora/329688.shtml

martes, 26 de mayo de 2009

Huelga de Hambre!!!

Hola y buen día!!!!

Les convoco a la Huelga de hambre, que será llevada a cabo por diferentes sectores sindicalistas, en solidaridad con las compañeras que son explotadas en las maquilas de la zona franca de San Marcos, a inmediaciones de la terminal de la Ruta 26, desde las 7:00 a.m.

Y no olviden sintonizar el programa "Voces Sectoriales" en donde nuestra palabra puede y debe ser escuchada.

Rafael Correa en la UCA!!!!!

De la cartelera de la Universidad!!!

http://www/interna/comunidad/fsem.htm


“Retos y desafíos de gobierno en nuestros países latinoamericanos”
Invitan: Embajada de la República del Ecuador y Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”.
Imparte: Dr. Rafael Correa, presidente de la República del Ecuador.
Fecha: Lunes 1 de junio • 5:30 p.m.
Lugar: Auditorio “Ignacio Ellacuría”.

Rolenlo!!!!

¿Dónde residen los derechos humanos?



"¿Dónde residen los derechos humanos? En pequeños lugares, cercanos al hogar, tan cercanos y tan pequeños que no se les ve en mapa alguno del mundo. Y sin embargo son el mundo de cada ser humano: la vecindad en la que vive; la fábrica, la escuela o el centro de estudio al que asiste; la fábrica, la granja o la oficina en la que trabaja. Tales son los lugares donde cada hombre, cada mujer, cada niño busca igual justifica, igual oportunidad, igual dignidad sin discriminación. Si los derechos humanos no tienen sentido en estos lugares, no lo tendrán en sitio alguno."

Por Eleanor Roosevelt

Opinión Pública y fin de mandato

Ética y política
Opinión pública y fin de mandato
José M. Tojeira



La UCA ha dado a conocer hoy su encuesta tradicional de opinión pública de mediados de año. Coincide con el fin del mandato del Presidente Elías Antonio Saca. Los datos sobre el pensamiento de nuestra gente son abundantes, pero nos centraremos en aquellos que son más interesantes para interpretar nuestra realidad. En realidad la opinión pública no sólo refleja un estado de pensamiento poblacional en un momento concreto, sino que ayuda a interpretar, si se lee con detalle y secuencialmente, los dinamismos que mueven la historia nacional.


Arrancamos con la nota del presidente, 5.87. Aunque no es la peor nota que un presidente ha llevado en nuestras encuestas, sí es la peor con la que termina un presidente de ARENA. Sin embargo el tema requiere interpretación. Cristiani terminó mejor por la gestión del proceso de paz. A Calderón Sol, muy cerca de Saca en la evaluación final (5.89), le ayudó el Plan de Nación. A Flores el anuncio de la mano dura. Pero esos repuntes finales son parte de los fracasos de ARENA que ahora recaen sobre la presidencia de Saca. Las privatizaciones de Cristiani crearon un ambiente de voracidad económica inmoral e incluso legalizaron, en algunos aspectos, formas de corrupción. El Plan de Nación, que despertó verdaderas expectativas, fue abandonado totalmente por la presidencia de Flores. Para mucha gente fue un síntoma de que ARENA no quería verdaderamente construir un proyecto de nación coherente e independiente de los grupos de poder económico que controlaban el partido. La Mano Dura de Flores, por su parte, con el hostigamiento sistemático a las maras y su concentración de líderes de las mismas en cárceles o en lugares a los que huían, provocó su reorganización y fortalecimiento. Cuando el crimen no se trabaja con inteligencia, sino con manos duras, los delincuentes se reorganizan con facilidad. Y más si se les junta en el mismo lugar.


Total que el presidente Saca heredó de los presidentes anteriores lo siguiente: Un partido demasiado vinculado a una política económica liberal, excesivamente plegada a los intereses de los más ricos. Una política de nación sin más metas que la satisfacción económica de algunos grupos de poder. Una institucionalidad débil, con funcionarios acostumbrados a aprovecharse de la debilidad institucional sin mayores problemas. Y una política de seguridad pública fracasada, sin capacidad de prevención del delito. Los esfuerzos de este período presidencial en educación y asistencia a los más pobre (Fosalud y Red Solidaria son evaluados positivamente), aunque fueron novedosos y contrarios a la política habitual de ARENA, no fueron suficientes para revertir el peso de herencias fatales del propio partido.


De hecho ARENA estaba ya a punto de perder las elecciones en el 2004. Pero los errores políticos del FMLN y el talante de Tony Saca posibilitaron un cuarto período del partido. Un exceso de confianza en la capacidad de levantar votos del presidente de ARENA, la incapacidad de transformar la política partidaria de excesiva cercanía con el mundo de los más ricos, la acumulación de los errores de estos 20 años, y una posición del FMLN mucho más inteligente ante las últimas elecciones, terminaron de hundir un barco que ingenuamente se creía iba a durar tanto como el PRI en México.


La opinión pública estalla ahora, después de muchos años de descontento, presentando reclamos que vienen de demasiado lejos. Un 62% de quienes contestaron la encuesta piensa que la delincuencia ha aumentado. Un 68% siente que la pobreza ha aumentado. Un 59%que la corrupción estatal ha crecido. Un 65% que la situación económica ha empeorado. Incluso un 53% cree que las maras han aumentado en poder y agresividad en estos cinco últimos años. En otras palabras, que hay un profundo descontento de cómo marchan las cosas y, simultáneamente, un fuerte deseo de cambio. Este descontento es interesante, porque más allá de las cifras oficiales, muestra que este sistema concreto de economía de mercado con muy poca dimensión social ha llegado a hastiar a la población. Y que más allá del tema ideológico, lo que cada vez manda más en la gente son sus propias necesidades.


A otra escala están las reivindicaciones sobre el sistema electoral que resumimos brevemente. Un 63% de la muestra de la encuesta de la UCA pide la separación entre las funciones jurisdiccionales y las administrativas en el Tribunal Supremo Electoral. El 81% quiere el voto residencial. El 55% piensa que los concejos municipales deben ser plurales y con una representación proporcional a los votos obtenidos por los partidos. El 81% desea una revisión del padrón electoral y el 64% que los salvadoreños en el exterior puedan votar en el extranjero. En el fondo se están pidiendo reformas políticas, y no sólo económicas, porque también la institucionalidad débil de nuestro país ha cansado a la ciudadanía.


En este contexto el FMLN debe empezar una serie de reformas de largo plazo, conducentes tanto a mejorar la situación económica concreta como a diseñar estructuras políticas más participativas. Reformas urgentes porque al no tener el apoyo que tenía ARENA en los grandes medios de comunicación y del gran capital salvadoreño, el FMLN dependerá exclusivamente del beneficio concreto que le pueda brindar a la población y del apoyo con el que la población le responda. Hacer algo y hacerlo pronto es su gran desafío. Y a veces el Frente tiene el peligro de dormirse en la palabrería.

Hora de echar culpas

Editorial Ysuca

Hora de echar culpas

Cuando termina una administración gubernamental, y sobre todo si le sucede en la presidencia un partido diferente, la hora de echar culpas llega puntual. Ahora abundarán los que le echen la culpa de todo al gobierno saliente sin pensar en las verdaderas causas de nuestros problemas. Y por supuesto sin mencionar para nada los nombres reales de quienes están detrás de la pobreza y la lentitud en el desarrollo de nuestro país. Cuando se sucedían gobernantes del mismo partido las culpas se transmitían en forma de chismes, diciendo que tal ministro se había hecho millonario, y que tal otro se había compuesto la vida de tal y tal manera. Hoy, con un nuevo gobierno de otro color, es bastante posible que se arme un poco más de escándalo, pero probablemente para quedar en lo mismo.
Esa tendencia a culpar a los políticos y a los gobernantes, y quedarnos así contentos, es parte de nuestra poca capacidad de análisis, y parte también de nuestra dificultad para salir de la problemática de corrupción, exclusión y violencia en la que nos movemos. Vivimos en una sociedad que no sólo ignora las necesidades de las mayorías, sino que trata además de invisibilizar a los pobres y a las víctimas. Y por supuesto de encubrir, cuando no exaltar, a los victimarios y a los protagonistas del subdesarrollo

No quiere decir ésto que los políticos no tengan su buena parte de culpa. Pero los graves defectos que tenemos en el campo del desarrollo humano vienen de más atrás y de más gente. Pero preferimos fijarnos en lo inmediato, para olvidarlo casi a continuación. Tal vez la miseria de nuestra realidad nos hace olvidar que los mayores valores de nuestra historia han estado en las víctimas y no en los victimarios. Vivimos en un país al que se le ha contagiado una especie de curioso narcisismo. En contra de Roque Dalton, y su famoso poema de amor al pueblo salvadoreño, nuestra cultura ha ido evolucionando al revés. Roque Dalton expresaba un enorme amor a nuestra gente, a su resistencia frente al dolor y la opresión, a su capacidad de lucha. Pero sin ocultar la terrible explotación y engaño al que estaba sometido. Nosotros ahora nos dedicamos alegremente a resaltar lo más superficial de nuestra historia, como si eso fuera lo que nos da nuestra verdadera identidad. Y por supuesto sin hacer la crítica suficiente como para proyectar un futuro diferente.

Nos gusta recordar a la esposa de Saint-Exupery, que era salvadoreña, lo mismo que la esposa de un premio Nóbel. O si se pone de moda, como se puso en el pasado, Mónica Lewinsky, en seguida le descubrimos un abuelo que fue salvadoreño. Las enfermedades y otras contingencias de la elefanta o del hipopótamo del zoológico llenan más páginas de periódico que la enfermedad de Chagas, mal endémico que mata y sigue matando a tantos compatriotas. Incluso en el informe de Desarrollo Humano último de El Salvador, en el que se constata un enorme fracaso en el tema del empleo, nos vemos obligados a decir que ese fracaso transcurre en uno de los pueblos más trabajadores del mundo. La necesidad de autoalabarnos no parece tener límites. La propia manía gubernamental de presentar como propaganda política las actividades básicas e insuficientes de lucha contra la pobreza, nos indica algo más que un mal uso de los fondos públicos.

Sin embargo, echarle al presidente Saca la culpa de todos los males del presente, no es más que una manifestación de nuestra habitual miopía. Por supuesto que ha tenido errores y que éstos se han ido acumulando a los de los presidentes anteriores y a los de nuestra propia historia. Pero el hecho de que ARENA ponga al frente del COENA al expresidente que privatizó los bancos, creando una de las inmoralidades económicas más espectaculares de toda la historia salvadoreña, nos dice mucho más sobre el país que el mal estado en el que la administración actual nos deja.
Hay en el país una tendencia a la memoria de corto plazo, y con ella una incapacidad de planificar el futuro teniendo en cuenta la historia secular de explotación, prepotencia e indiferencia de los más ricos frente al dolor de los pobres. El oportunismo y la irresponsabilidad tradicionales ni se mencionan. Cambiar ese tipo de cultura dominante es el gran desafío. Y eso es más serio que echarle la culpa a un presidente saliente. Aunque ciertamente, para cambiar la cultura, hay que empezar a actuar en el campo de la rendición de cuentas. Y empezar ya, es imprescindible. Porque no podemos dejar para más adelante lo que lleva un atraso de siglos. Exigir cuentas y comenzar a tener mucha más transparencia desde el inicio del próximo gobierno. E iniciar, a partir del primero de Junio un debate en serio sobre la reforma de nuestras instituciones. No para jugar irresponsablemente con ellas, como estamos acostumbrados, sino para ponerlas a funcionar con eficacia

Sin embargo, echarle al presidente Saca la culpa de todos los males del presente, no es más que una manifestación de nuestra habitual miopía. Por supuesto que ha tenido errores y que éstos se han ido acumulando a los de los presidentes anteriores y a los de nuestra propia historia. Pero el hecho de que ARENA ponga al frente del COENA al expresidente que privatizó los bancos, creando una de las inmoralidades económicas más espectaculares de toda la historia salvadoreña, nos dice mucho más sobre el país que el mal estado en el que la administración actual nos deja.
Hay en el país una tendencia a la memoria de corto plazo, y con ella una incapacidad de planificar el futuro teniendo en cuenta la historia secular de explotación, prepotencia e indiferencia de los más ricos frente al dolor de los pobres. El oportunismo y la irresponsabilidad tradicionales ni se mencionan. Cambiar ese tipo de cultura dominante es el gran desafío. Y eso es más serio que echarle la culpa a un presidente saliente. Aunque ciertamente, para cambiar la cultura, hay que empezar a actuar en el campo de la rendición de cuentas. Y empezar ya, es imprescindible. Porque no podemos dejar para más adelante lo que lleva un atraso de siglos. Exigir cuentas y comenzar a tener mucha más transparencia desde el inicio del próximo gobierno. E iniciar, a partir del primero de Junio un debate en serio sobre la reforma de nuestras instituciones. No para jugar irresponsablemente con ellas, como estamos acostumbrados, sino para ponerlas a funcionar con eficacia

Por José María Tojeira

Un saludo a Benedetti



ESTE CORREO ME LO REENVIARON, HACE UN PAR DE DIAS, DEL CARICATURISTA DE LA PRENSA GRAFICA, OTTO, SOBRE BENEDETTI.


El lunes pasado lei la noticia que el gran Benedetti habia pensado que era tiempo de ir a escribir sobre nuevos horizontes y simplemente se fue. Me parecio que podia hacerle un humilde homenaje desde la caricatura editorial de donde trabajo, pero recibi una observacion que no me espere nunca, es decir he propuesto muchas caricaturas que no han salido por que "su contenido editorial no va con el periodico", por su "falta de fundamento" o por que son "muy malas", todo esto es comprensible; pero no publicar un homenaje a Benedetti por que "No es muy conicido" es como para chuloniarse y correr toda la panamericana unas 3 veces.

Pense refutar esa teoria con una tesis personal y decir "¿como que casi nadie lo conoce?, si hasta Federico Hernandez lo ha de conocer", pero debo aceptar que me quede callado, me invadio el temor de que mi tesis no tuviera fundamemento"

aqui, para ustedes una caricatura que hice esta mañana pensando en Benedetti.

domingo, 24 de mayo de 2009

La crisis Chapina, por José María Tojeira

Editorial YSUCA


La crisis chapina




La situación en Guatemala nos ha impresionado a todos. Un Estado débil, con serias fracturas, con liderazgos muy divididos, con poca representación de la sociedad real en la conducción de la cosa pública, se enfrenta ahora con una crisis de Gobierno grave. El detonante ha sido el video publicado la semana pasada, en el que el abogado Rosemberg, responsabiliza de su propia muerte y del asesinato de un empresario y su hija, al presidente de la república Álvaro Colom, entre otros acusados. Como trasfondo del crimen se menciona una supuesta red de corrupción en torno a uno de los bancos más importantes de Guatemala.


Siendo la institucionalidad tan débil se ha insistido en respetarla y llegar al fondo del asunto. El propio presidente chapín ha pedido al FBI y a una estructura que depende las Naciones Unidas y tiene como misión luchar contra la impunidad en Guatemala, que supervisen todo el proceso de investigación sobre la muerte del abogado y el empresario. El vicepresidente guatemalteco, un médico muy respetado en el país, ha lamentado en general la falta de institucionalidad y la ausencia de partidos políticos fuertes. No ha dudado incluso en decir públicamente que las asociaciones partidarias en Guatemala parecen clubes de amigos más que partidos políticos. Ello le quita a los partidos no sólo representatividad, sino también fuerza para respaldar la institucionalidad.


Por supuesto a los salvadoreños nos conviene que esta situación se solucione lo más rápidamente en Guatemala, con transparencia, justicia y veracidad. Tener de vecino a un país hermano que podría evolucionar hacia una especie de estado delincuente no es en absoluto agradable ni positivo para nosotros. Las relaciones comerciales, diplomáticas, culturales y sociales con Guatemala son muy fuertes, y nuestra propia realidad, aunque no comparable con el vecino país, tampoco es demasiado firme en lo que normalmente llamamos estado de derecho. Tenemos índices muy parecidos de violencia y de impunidad. Y la corrupción es también parte de nuestras debilidades. El asesinato en el vecino país el año pasado de cuatro salvadoreños, tres de ellos con una fuerte dimensión pública, y la oscuridad que ha rodeado y sigue rodeando el crimen, muestra un claro efecto de la situación guatemalteca en nuestra propia realidad. Pero ciertamente, cuanto más se complique la realidad de nuestros vecinos, más sensible será nuestra propia realidad a cualquier tipo de crisis sociopolítica.


Aunque con partidos políticos mucho más establecidos y fuertes, y con una estabilidad política mayor, El Salvador corre el riesgo de que sus propios partidos puedan perder representatividad ante una ciudadanía que desea desarrollo social, transparencia administrativa y eficacia institucional. Necesitamos mayor responsabilidad política y freno rápido a la violencia y la impunidad. Urge acrecentar el diálogo social, asegurar que los partidos y los gobiernos responden a las necesidades de nuestros pueblos y empoderan y alientan al propio ciudadano en el desarrollo de sus propias capacidades. Todo ello es indispensable para prevenir crisis sociales como la que hoy sacude a Guatemala.


Ser solidarios, en la medida en que podamos, con la justicia del vecino país, apoyando la solución de su crisis por las vías institucionales, es importante para nosotros. Como lo es también el reflexionar sobre la urgencia de estar cada vez más unidos a las necesidades ciudadanas. Al final la solidez de las instituciones depende de la confianza que la ciudadanía deposite en ellas. Y eso se consigue funcionando bien y sirviendo a la ciudadanía en sus necesidades de seguridad y desarrollo humano. Mejorar aquí es ayudar a que mejoren las cosas entre nuestros vecinos. Continuar aquí con corrupción, violencia, injusticia social e impunidad, aunque nos conformemos con decir que estamos mejor que nuestros vecinos, es asumir con demasiada tranquilidad el riesgo de caminar hacia la crisis permanente.

¿Qué queda del socialismo? Por Äntonio González, correo que recibí del P. José María Tojeira, rector de la UCA

¿QUÉ QUEDA DEL SOCIALISMO?
Antonio González
La filosofía social difícilmente puede evitar una cuestión crucial en nuestro tiempo: la pregunta por el naufragio de los proyectos socialistas de transformación social. El estado deplorable de pobreza en el que se encuentra una buena parte de la humanidad sigue lanzando una acusación constante sobre el pretendido éxito universal del sistema económico capitalista.
Sin duda, la caída del bloque soviético ha inclinado a muchos a echarse en los brazos de un superficial liberalismo con la misma ingenuidad con la que en otro tiempo aceptaron los dogmas del marxismo-leninismo. Las citas de las "sagradas escrituras" de Karl Marx son reemplazadas por las citas, no menos beatas, de Karl Popper o de otros santurrones de menor altura intelectual. Sin embargo, el seguimiento de las modas intelectuales, aunque resulte provechoso para proporcionar un aspecto "actualizado" a los sofistas de turno, nunca ha sido el mejor modo de resolver los problemas fácticos a los que nos hallamos inexorablemente enfrentados: ¿es la pobreza, la desigualdad y la destrucción acelerada del medio algo que debemos aceptar pasivamente, confiando en que las fuerzas ciegas del mercado nos proporcionarán por sí solas el mejor de los mundos posibles? Si estos problemas nos importan realmente, no podemos permitirnos el lujo de refugiarnos en las modas. Más bien hemos de volvernos, libres de toda presuposición dogmática, sobre los hechos mismos.
Un modo provechoso de hacerlo, porque cuestiona viejos dogmas sin presuponer los nuevos, consiste en hacerse la siguiente pregunta: ¿hay algún resto de validez teórica y práctica en las afirmaciones que clásicamente elaboraron los autores socialistas? Esta pregunta nos remite constantemente a los hechos, porque son ellos (incluyendo el derrumbe del bloque soviético) los que permiten decidir si los presupuestos centrales del socialismo han sido o no refutados. ¿Qué queda, pues, del socialismo? A mi modo de ver, la herencia del socialismo se compone de cinco elementos fundamentales:
1. Un estudio científico de la lógica interna del capitalismo
Karl Marx reclamó insistentemente el carácter científico de sus estudios sobre el modo de producción capitalista. Al carácter "utópico" de los socialistas precedentes contrapuso la "cientificidad" de sus propias investigaciones. Los estudios contenidos en El capital pretendían ser una crítica científica de los economistas clásicos y una explicación más radical de la lógica interna del sistema capitalista. Claro está que en la obra de Marx no sólo encontramos escritos dotados de una pretensión científica. Sus textos políticos o filosóficos difícilmente pueden ser considerados como "científicos", al menos desde cualquier filosofía actual de la ciencia. Una polémica con un contrincante político en torno a una decisión táctica o una afirmación filosófica sobre las leyes eternas de la dialéctica no son proposiciones científicas, por más que apelen a otras proposiciones que sí lo son. Una proposición, para ser científica, tiene que cumplir un requisito fundamental, que es el de su susceptibilidad para ser refutada por los hechos. Las proposiciones científicas, en lugar de estar dogmáticamente aseguradas contra toda negación, se exponen a que los hechos las refuten. Justamente por ello, las ciencias avanzan constantemente y ninguna disciplina verdaderamente científica se encuentra en la misma situación en la que se encontraba en el siglo pasado. Solamente las proposiciones que no pueden ser refutadas permanecen eternamentei.
Es cierto que en la historia de la ciencia las refutaciones no suceden de un modo mecánico. La apelación a los hechos no deja de ser problemática, pues los hechos con los que trata la ciencia nunca son "hechos brutos", sino que siempre son percibidos de acuerdo al sistema conceptual que maneja una determinada disciplina científica. Además, muchas teorías científicas son solidarias entre sí, de modo que una refutación solamente es efectiva si se dispone de una teoría más comprehensiva que sea capaz de sustituir a todas las teorías que son cuestionadas por los hechosii. Pero aun así, la filosofía de la ciencia está legitimada para llevar a cabo una demarcación entre aquellas proposiciones que de algún modo se exponen a un contraste con los hechos y aquellas otras que se "inmunizan" a sí mismas frente a cualquier posible contrastación, por consistir en afirmaciones demasiado generales como para que algún hecho concreto las pueda refutar. Desde este punto de vista hay que señalar que la pretensión de "cientificidad" no es aplicable a toda la obra escrita de Marx, sino solamente a aquéllas teorías sobre la lógica interna del sistema capitalista que se pueden contrastar con los hechos.
A la hora de contrastar una determinada teoría con los hechos, hay que acudir a las consecuencias empíricas que se derivan del núcleo de la misma. Ciertos autores pueden hacer predicciones empíricas que son lógicamente independientes de su teoría y, por tanto, su refutación no refuta la teoría en su conjunto. En el caso de Marx, ese núcleo teórico del que se derivan sus predicciones empíricas sobre el desenvolvimiento del capitalismo no es otro que su teoría de la plusvalía. De esta teoría Marx derivó coherentemente predicciones según las cuales el sistema capitalista está constitutivamente sometido a una presión hacia el progreso tecnológico acelerado, hacia el aumento constante de la productividad e intensidad del trabajo, hacia una creciente concentración y centralización del capital, hacia una transformación de la mayoría de la población económicamente activa en asalariados y hacia recesiones periódicas recurrentesiii. Cualquier mirada sobre la situación actual de la humanidad, incluyendo la situación de los trabajadores en los países industrializados, permite considerar que las predicciones empíricas de Marx no han sido refutadas y el núcleo de su teoría mantiene por tanto su validez.
Indudablemente, hay en la obra escrita de Marx otras afirmaciones que son independientes del núcleo de su teoría y que no resisten el paso del tiempo. Así, por ejemplo, a Marx se le ha atribuido una predicción, muy difundida por el estalisnismo, según la cual bajo el capitalismo asistiríamos necesariamente a un proceso de depauperización absoluta de los trabajadores. Si se atiende solamente a la situación de los asalariados, esa predicción se puede considerar al menos como parcialmente refutada. Sin embargo, tal predicción no se encuentra en la obra económica madura de Marx, sino solamente en algunos textos relativamente tempranos, como el muy conocido Manifiesto comunista. En El Capital, Marx prevé solamente una depauperización relativa respecto a la creciente concentración y centralización del capital, y solamente una depauperización absoluta en el caso del desempleoiv. Y esto parece ser todo lo que exige la teoría de la plusvalía. Por ello podemos decir que el descubrimiento central de Marx tiene un carácter científico y permite una explicación satisfactoria de las tendencias generales a las que está sometido el modo de producción capitalista. Es algo que también reconocen economistas fuertemente opuestos al socialismov.
En este contexto, es conveniente no perder de vista una de las predicciones fundamentales de Marx, que no he mencionado anteriormente. Es la que se refiere al carácter constitutivamente expansivo del modo de producción capitalista. La competencia capitalista favorece a aquellas empresas que introducen innovaciones tecnológicas. Esto tiende a elevar la composición orgánica del capital, es decir, la relación entre la parte del mismo que se invierte en capital constante y la que se gasta en capital variable, esto es, en salarios. Ahora bien, este proceso ocasiona una caída tendencial de la tasa general de beneficio en las regiones económicamente más avanzadasvi. Naturalmente, hay muchos factores que pueden actuar en contra, como son la destrucción del capital constante en guerras recurrentes o el aumento de la velocidad de rotación de capital mediante el desarrollo acelerado de los medios de comunicación. Pero hay otras alternativas que evaden la caída tendencial de la tasa de beneficio, y que consisten justamente en trasladar capitales hacia zonas geográficas donde la tasa de explotación (la relación entre la plusvalía y el capital variable) es más elevada o donde la composición orgánica del capital es inferior.
Un resultado inevitable de esta expansión de los capitales hacia las zonas menos "desarrolladas" consiste justamente, según el propio Marx, en "la centralización de los capitales. Cada capitalista hiere mortalmente a muchos otros. Mano a mano con esta centralización o expropiación de muchos capitalistas por unos pocos se desarrolla la integración del proceso laboral a una escala cada vez mayor, la aplicación consciente de la ciencia, el saqueo planificado del planeta, la transformación de los medios de trabajo en medios sólo utilizables colectivamente, la economización de medios de producción mediante su uso como medios de producción de trabajo socializado, la absorción de todos los pueblos en la red del mercado mundial y con ello el carácter internacional del régimen capitalista"vii. Lo que hoy se ha dado en llamar "globalización" es sin duda un proceso social complejo que envuelve dimensiones no sólo económicas, sino también políticas, culturales e ideológicas. Sin embargo, desde un punto de vista económico, resulta perfectamente comprensible a partir de la lógica constitutivamente expansiva del sistema capitalistaviii.
Lamentablemente, muchos marxistas dogmáticos, formados en la estrategia estaliniana del "socialismo en un solo país", han desarrollado una confianza tal en la capacidad del Estado nacional para construir el socialismo que, ante la mundialización del sistema capitalista, prefieren defender de un modo puramente "socialdemócrata" los restos del Estado "burgués" antes que elaborar estrategias de lucha a la altura de los tiempos. Si Marx tenía razón, las alternativas al capitalismo como sistema mundial tendrían que ser alternativas mundiales. En cualquier estrategia mínimamente seria de transformación del sistema capitalista mundial, los Estados nacionales no pueden considerarse más que como un ingrediente de la solución, pero no como la clave de la misma. El que los formados en el estalinismo (o en una de sus versiones "blandas") aparezcan hoy como "socialdemócratas"ix resulta comprensible en una época de crisis en la que solamente se intentan salvar los restos de un naufragio sin preguntarse exactamente qué es lo que naufragó. Sin embargo, esta pregunta es inexorable, porque pudiera ser que lo que haya fracasado no fuera "el socialismo" en general, sino justamente el intento de construir el socialismo a partir del Estado nacional.
2. La experiencia de un enorme fracaso histórico
Algo que obviamente nos queda del socialismo es la experiencia histórica acumulada en más de cien años de luchas sociales y políticas. Aunque esta experiencia incluya episodios molestos para algunos, tales como el derrumbe del bloque soviético, conviene obtener de ella todas las lecciones que sea posible. Y por eso no viene mal un poco de memoria histórica.
Cuando los bolcheviques toman el poder en Rusia, disolviendo la Asamblea Constituyente, interpretaron que su victoria no era más que el adelanto, en un país económicamente atrasado, de algo que estaría a punto de suceder en los países más industrializados de Europa: el triunfo definitivo del proletariado y el consiguiente final del modo de producción capitalista. A la ruptura del "eslabón más débil de la cadena" (Lenin), pronto seguiría el desmoronamiento de toda las cadenas capitalistas en la inminente revolución mundial. Rusia no tendría que construir por sí sola el socialismo, sino que lo podría hacer con la ayuda del proletariado victorioso de los países industrializados. Por eso, después del caos inicial del "comunismo de guerra", la nueva economía política (NEP) combinó de un modo pragmático el mercado con la planificación a la espera de que los acontecimientos en Europa permitieran el paso al socialismo. Pero tras la muerte de Lenin no sólo comenzaron las usuales luchas internas por la sucesión en un régimen autoritario, sino que también se hizo obvio que la esperada revolución mundial no iba a producirse de una manera inminente. ¿Qué hacer entonces?
Mientras que Trotsky, en la oposición, apela a una vaporosa "revolución permanente", la dirección soviética triunfante no tiene muchas alternativas, y decide lanzarse a la construcción del "socialismo en un solo país". Esta idea resulta perfectamente insólita en el contexto de la orientación, marcadamente internacionalista, que había tenido el socialismo hasta entonces. Pero Stalin tiene poderosos argumentos: es necesario industrializar rápidamente a la URSS y acabar con todos los enemigos del proletariado si se quiere resistir el futuro embate de los países capitalistas. Quien apela a la revolución mundial, decía Stalin, no tiene suficiente confianza en el proletariado y en el campesinado soviéticox. Por eso, la eliminación sistemática de todos los adversarios políticos va unida, a partir de 1929, a la liquidación de la "nueva economía política", al exterminio de los campesinos adinerados y al inicio, con el primer plan quinquenal, de la construcción de un sistema económico de planificación centralizadaxi. Stalin logró sus propósitos iniciales: convertir a la URSS en una gran potencia y resistir la ofensiva brutal del fascismo. Sin embargo, el intento estalinista de construir el socialismo mediante un sistema estatal de planificación centralizada terminó fracasando muchos años después.
Es muy importante subrayar que el "fracaso del socialismo" es el fracaso de un proyecto muy concreto delineado en la era estaliniana, y donde el Estado representa un papel esencial, tanto en el sentido de que se pospone la perspectiva de transformación global del sistema en su conjunto como en el sentido de que el Estado es quien asume la dirección de la actividad económica. Y es importante subrayar también que las graves lacras del socialismo "real", las cuales acabaron ocasionando su hundimiento, no fueron meros accidentes sobrevenidos extrínsecamente a ese proyecto, sino que constituían elementos inherentes a la naturaleza del mismo. Así, por ejemplo, la "burocratización" no es un resultado de "errores" humanos corregibles con un poco de concientización y buena voluntad. Si se elimina el mercado y la actividad económica pasa a ser regida por una instancia planificadora central, es obvio que la instancia encargada de elaborar y ejecutar los planes adquiere un poder casi irrestricto, que inexorablemente se manifiesta en todas las dimensiones políticas y culturales de la sociedad. Si toda la actividad económica está dirigida centralmente, es difícil, por ejemplo, pensar la simple supervivencia de una prensa libre, incluso sin censura ni medidas represivas distintas que las de índole puramente económica.
Del mismo modo, es inevitable que los directores de las empresas estatales, encargados de velar por el cumplimiento del plan, busquen la forma más cómoda de hacerlo, la cual no consiste precisamente en un incremento de la innovación tecnológica y de la productividad, sino más bien en la utilización de materiales pesados, en el ocultamiento de las capacidades productivas de la empresa a las autoridades planificadoras, en la solicitud de una cantidad excesiva de materias primas, en la acumulación de stocks, etc. Además, en la medida en que las estructuras económicas se van haciendo más complejas, muchas decisiones concretas se encomiendan a los directores de las empresas, quienes de este modo se ven obligados a tomar decisiones doblemente irracionales, por no estar sometidos ni a la "racionalidad" ex post del mercado capitalista, ni a la "racionalidad" ex ante de una planificación general de la economía. Evidentemente, como la escasez no desaparece por mucho que se avance en la planificación, la lógica del mercado tiende a reaparecer, pero al margen de la ley, con la consiguiente formación de mafias dispuestas a hacerse con el poder en el momento en que se hunda el sistema. Ni la burocracia ni la ineficiencia son simples "errores" humanos, sino elementos constitutivos del sistema soviético, y no han conocido excepción en los países organizados de acuerdo a tal modeloxii.
Se podría argüir con razón que el socialismo de tipo soviético fue viable por más de setenta años, y que la caída del mismo no se debió únicamente a razones internas, sino más bien a la superioridad económica, política y militar del "campo capitalista". Pero aquí está justamente la clave de la cuestión. La lógica interna del capitalismo, genialmente puesta de manifiesto por Marx, conduce a una incesante innovación tecnológica y a una expansión mundial del sistema. En cambio, la lógica interna del socialismo de planificación centralizada no favorece esencialmente la innovación tecnológica, y sus tendencias expansivas (de tipo ideológico y político más que estrictamente económico) no eran comparables a la dinámica mundializadora que caracteriza al capitalismo. De ahí que resulte perfectamente comprensible que sea el capitalismo el que acabe absorbiendo a los países socialistas de inspiración soviética en su propia órbita. Los países "socialistas" que actualmente sobreviven son capaces de ofrecer al capitalismo mundial unas tasas de explotación elevadísimas (favorecidas por la ausencia de sindicatos libres), unidas a una composición orgánica del capital más reducida que en los países industrializados. De ahí las grandes tasas de beneficio que obtienen algunos capitalistas en esas regiones, y de ahí también el interés de muchos de ellos por mantener regímenes políticos de esa índole.
El fracaso del socialismo de origen soviético para asegurar una liberación humana auténtica es en cierto modo paralelo al fracaso de las estrategias "socialdemócratas". Aunque ambos surgieron de la misma matriz marxista, encontraron su especificidad en la afirmación, muy poco marxista, de que el Estado nacional sería capaz de llevar a cabo una auténtica emancipación del proletariado. Mientras que la socialdemocracia confiaba esta tarea al Estado burgués, el socialismo de corte soviético insistía en la necesidad de crear un nuevo Estado regido por el proletariado o, mejor dicho, por su "vanguardia". En ambos casos el Estado nacional era la clave para la liberación humana. Ahora bien, cuando el sistema capitalista se impone mundialmente derribando todas las barreras que se oponían a sus intrínsecos dinamismos expansivos, cualquier transformación en el Estado nacional, aunque sea necesaria, resulta insuficiente. Las estrategias socialdemócratas implementadas en los países pobres han resultado frecuentemente ruinosas, por haber pretendido la reforma de un eslabón de la cadena sin atender al sistema en su conjunto: los capitalistas locales, sujetos a mayores cargas tributarias y administrativas que en los países vecinos, aunque no opten por la fuga de capitales, se vuelven menos competitivos y, por muchos aranceles que se levanten en su favor, la actividad económica general del país tiende a caer. En algunos casos (Venezuela, España) los socialdemócratas han sido simples ejecutores de los trabajos sucios que los partidos conservadores serían incapaces de llevar a cabo por sí mismos.
Por eso resulta entre trágico y cómico ver a los antiguos socialistas de inspiración soviética convertidos en socialdemócratas. En lugar de buscar soluciones reales a los problemas actuales, se vuelve a fórmulas vacías de contenido, sin detenerse a estudiar por un momento las dimensiones reales del monstruo que ha superado todas las fronteras y ha aniquilado todos los ídolos, reclamando para sí un nuevo culto: el del sistema capitalista mundial. Hoy más que nunca es necesario atreverse a mirar directamente a los hechos, desprendiéndose de todos los dogmas, para elaborar un proyecto nuevo de socialismo que haya asimilado las lecciones del pasado. Y es necesario porque el socialismo no sólo nos ha heredado la importante experiencia de un fracaso histórico, sino también una seria advertencia sobre los límites internos del capitalismo.
3. Una advertencia sobre los límites del capitalismo
Las reflexiones clásicas de los principales teóricos del socialismo iban frecuentemente unidas a la advertencia de que el capitalismo, en virtud de sus propios dinamismos internos, está abocado no sólo a padecer crisis recurrentes sino a enfrentarse con una crisis final. Para ellos, esta crisis marcaría el final del capitalismo y el surgimiento de una forma superior de organización social. Obviamente, este tipo de advertencias presuponen siempre que el capitalismo, para dar paso a una forma nueva de sociedad, tiene primero que agotar todas sus posibilidades internas, superando la escasez y constituyendo un mercado mundial.
Ahora bien, Marx mismo no llegó ha elaborar un estudio sistemático de los ciclos y de las crisis. Para Schumpeter, la teoría de los ciclos de Marx es "un capítulo por escribir"xiii. No faltan entre los marxistas algunos estudios importantes sobre los ciclos capitalistas y sobre las crisisxiv. Sin embargo, en muchas predicciones sobre el derrumbe inminente del capitalismo parecen actuar más los buenos deseos de los revolucionarios que las estrictas demostraciones científicas. Además, la idea del paso necesario a una forma superior de organización humana carga con muchos presupuestos filosóficos no suficientemente justificados. En las filosofías de la Ilustración se solía pensar que los procesos sociales están dirigidos por ciertos dinamismos internos que aseguran que la historia tendrá necesariamente un final feliz. Marx y los marxistas compartieron muchos presupuestos de la Ilustración. Si el capitalismo es una forma imperfecta de organización humana, lo obvio para los ilustrados consistía en pensar que los dinamismos que rigen la historia conseguirán en el futuro un modelo superior de sociedad, en el que todas los males serían superados y los deseos más profundos de la humanidad encontrarán su cumplimiento definitivo.
A partir de la teoría económica de Marx no resulta tan fácil demostrar que el capitalismo esté abocado necesariamente a una crisis final. Incluso la caída tendencial de la tasa de beneficio puede encontrar mecanismos que actúen en una dirección inversa por períodos indefinidos, incluso si se agotaran las posibilidades de exportar capitales a zonas menos industrializadasxv. La mayor parte de las teorías sobre el final del capitalismo tienen que mezclar las consideraciones puramente económicas con otras de índole social y políticaxvi. Precisamente por ello, se puede sospechar que la tesis sobre el derrumbe final del capitalismo es independiente del núcleo de su teoría, de modo que su refutación práctica (el capitalismo no se ha derrumbado en ninguno de los plazos previstos) no equivale a una refutación de la teoría de la plusvalíaxvii. En cualquier caso, el sistema capitalista mundial parece estar recuperándose del período depresivo iniciado al comienzo de los años setenta, y que muchos optimistas consideraron como el comienzo del fin. Por otra parte, es importante subrayar que un hipotético derrumbe del sistema capitalista no ha de dar paso necesariamente a una sistema superior. Simplemente, puede sobrevenir la barbarie. Esto es más obvio cuando la experiencia histórica ha dejado tan desprestigiado al socialismo "real" que muy pocos estarán dispuestos a pensar que éste represente realmente una forma superior de organización humana.
Ahora bien, es importante distinguir la tesis de que existen unos límites intrínsecos al capitalismo de cualquier idea sobre un necesario derrumbe apocalíptico del mismo por razones puramente económicas. El capitalismo promete satisfacer las necesidades de la mayor parte de la humanidad, y para ello exige que se respeten las reglas del mercado y que se le conceda un período razonable de espera, en el que necesariamente habrá desigualdad. Esto será suficiente, auguran los nuevos liberales, para impulsar el crecimiento que se necesita para que la riqueza de unos pocos alcance a todos los seres humanos. Pero estas promesas son irrealizables. El sistema capitalista ha chocado con sus propios límites antes de llevar a cabo su prometida abundancia. Estos límites no son otros que los límites ecológicos del planeta. Un crecimiento mundial bajo las puras condiciones del mercado pone en peligro la supervivencia de la especie humana. Los costos del crecimiento bajo condiciones de mercado comienzan a ser superiores a sus posibles beneficiosxviii. Esto es algo que ya han descubierto los mismos dirigentes de los países industrializados, y justamente por ello tienen que imponer limitaciones tanto a la expansión demográfica de los países más pobres como a la destrucción ambiental que acarrea un crecimiento bajo condiciones puramente capitalistas.
Hemos visto que el capitalismo es un sistema constitutivamente abocado al crecimiento y a la expansión. La presión, intrínseca al sistema, hacia la innovación tecnológica y hacia el desarrollo de las fuerzas productivas constituye la clave de sus éxitos. Sin embargo, este carácter constitutivamente expansivo del capitalismo termina chocando con las fronteras ecológicas del planeta, aunque no se produzca ninguna crisis final puramente económica. Por eso, incluso desde la perspectiva de los dirigentes mundiales del sistema, es necesario poner límites a la dinámica interna del mercado. Desde la perspectiva general de todos los interesados, estos límites no pueden afectar solamente al crecimiento de los más pobres, sino que han de distribuirse de un modo democrático y equitativoxix. En cualquier caso, es obvio que estos límites necesarios no los puede poner cada capitalista particular, pues éste se encuentra presionado por el mercado para introducir "avances" que aseguren sus beneficios. Tampoco lo pueden hacer los Estados nacionales independientemente, pues cada uno de ellos tiene que asegurar la supervivencia de "sus" propios capitalistas. Solamente un control global del sistema puede frenar la lógica destructiva del capitalismo.
Es importante notar que este encuentro del sistema capitalista con los límites ambientales del planeta no sólo contradice el optimismo de los apóstoles de libre mercado, sino también el optimismo del socialismo clásico. Marx pensaba que el capitalismo estaba destinado a impulsar un desarrollo de las fuerzas productivas que acabaría definitivamente con la escasez. De este modo, el capitalismo posibilitaría el paso a una forma superior de organización social. Una vez que se hubiera obtenido la abundancia, perdería todo sentido la competencia y el mercado: no habría costes de oportunidad. Sin embargo, las fronteras ambientales del planeta no sólo muestran los límites del capitalismo como sistema mundial, sino también la imposibilidad de esperar un desarrollo tal de las fuerzas productivas que haga desaparecer definitivamente la escasez. El capitalismo no nos dejará en herencia una abundancia tan grande de todos los bienes que haga innecesario el mercadoxx. Por eso, cualquier nuevo proyecto socialista no sólo ha de incluir en su agenda los problemas ecológicos, sino que también tiene que contar necesariamente con la escasez y, por tanto, con alguna forma de mercado. Y esto es justamente lo que estamos abocados a buscar. Los límites internos del capitalismo exigen la búsqueda de una forma superior de organización humana.
4. La búsqueda de una forma superior de organización social
La satisfacción de las necesidades fundamentales de la humanidad es imposible para un sistema económico que ya ha tropezado con los límites ecológicos del planeta mientras no puede sacar de la miseria a millones de personas. El sistema capitalista requiere su transformación hacia otra forma de organización social. Esto se puede entender en dos sentidos fundamentales: o como un control de las irracionalidades del capitalismo mediante algún tipo de instancia política dotada de autoridad para reformar el sistema, o como una sustitución del sistema capitalista por un sistema económico y social radicalmente distinto.
Es importante señalar de entrada que cualquiera de las dos estrategias entraña necesariamente una perspectiva mundial. Las alternativas al sistema no pueden perder de vista el carácter global del mismo. Esto no excluye la necesidad de elaborar estrategias de lucha en el nivel local o nacional. Sin embargo, esas estrategias por sí solas son insuficientes. Un nuevo sistema social que limite el crecimiento e introduzca la redistribución tiene que preguntarse seriamente si puede sobrevivir dentro de un sistema mundial capitalista, y a qué costos lo puede hacer. Con todo, puede haber alternativas que, siendo poco factibles como proyectos exclusivamente nacionales, tengan en cambio posibilidades en el plano global. Pensemos solamente en el socialismo soviético de planificación centralizada o en la socialdemocracia. En el ámbito de un solo país pueden resultar incapaces de competir con las tendencias eficazmente innovadoras y expansivas del capitalismo. En cambio, como alternativas globales no tendrían que sobrevivir en un medio capitalista, de modo que no sólo estarían libres de una competencia desigual por el crecimiento, sino que además serían perfectamente convenientes en un momento en que es necesario priorizar mundialmente la distribución y el respeto al ambiente sobre el desarrollo expansivo de las fuerzas productivas.
Sin embargo, puede ser que esto no sea suficiente para convertir automáticamente al socialismo de corte soviético o a la socialdemocracia en alternativas verdaderamente deseables en un plano mundial. Veamos esto un poco más despacio.
Consideremos, en primer lugar, la imposición mundial de un sistema de planificación centralizada. Se trataría necesariamente de una planificación de escala global pues, aunque hubiera una pluralidad de Estados socialistas de tipo soviético, las fraternas relaciones económicas entre ellos tendrían que estar sujetas a alguna regulación por una autoridad central. De lo contrario, acabaría por prevalecer un mercado mundial entre distintas economías planificadas, de modo que el sistema en su conjunto se parecería más a un capitalismo donde las empresas han sido sustituidas por Estados nacionales "socialistas". Un socialismo de tipo soviético exige, en el plano mundial, una autoridad planificadora central. Los problemas que esto plantea son obvios: si los planificadores soviéticos tenían dificultades para programar racionalmente todos los detalles de una economía nacional compleja, ahora la complejidad se haría muchísimo mayor. En la medida en que no todo se puede someter a la planificación, aparecería la economía sumergida a gran escala. El poder inmenso concentrado en las autoridades planificadoras no sólo impediría un verdadero control democrático sobre la economía y sobre la ecología, sino que sería incompatible con los deseos de autonomía de los diferentes pueblos.
Pudiera pensarse que una especie de "socialdemocracia mundial" representaría una solución más adecuada a nuestros problemas. El mercado seguiría funcionando y las distintas autoridades nacionales, coordinadas en último términos por una autoridad económica mundial, introducirían correcciones democráticamente orientadas a paliar las consecuencias más dañinas del sistema, tanto en términos de pobreza como de destrucción ambiental. Libre de una competencia capitalista desregulada, la socialdemocracia estaría preparada para dar sus mejores frutos. Sin embargo, esta alternativa presenta también algunas dificultades importantes. De hecho, los gobiernos socialdemócratas que cosecharon éxitos sociales importantes en Europa tendieron a aplicar políticas de inspiración keynesiana, que no pretendían tanto controlar el mercado como garantizar su funcionamiento "neoclásico" estimulando la demanda. Por otra parte, estos países europeos estaban envueltos en relaciones capitalistas internacionales que no obedecían precisamente a criterios "socialdemócratas". Además, muchas intervenciones estatales de la socialdemocracia no han pretendido otra cosa que sostener sectores básicos "no rentables" para así mantener elevada la tasa de beneficio de los capitalistas privados. Por todo ello hay que preguntarse si las estrategias "socialdemócratas" son en realidad un medio adecuado para imponer controles suficientes a un sistema que, como el capitalista, ha alcanzado las fronteras ecológicas del planeta sin resolver las necesidades fundamentales de la mayor parte de la población.
La insuficiencia del socialismo "soviético" y, posiblemente también, de la socialdemocracia como soluciones reales a los problemas globales de la humanidad nos obliga a buscar otro tipo de estrategia socialista. Su carácter "socialista" no vendrá primariamente del papel esencial atribuido al Estado nacional en la economía (nunca fue éste el sentido del socialismo para los clásicos, incluyendo a Marx), sino más bien de su pretensión de ser una alternativa al sistema capitalista, eliminando la pobreza y frenando la destrucción ecológica del planeta. Evidentemente, no podemos entrar aquí a discutir las distintas propuestas de "socialismo eficaz", "socialismo de mercado" o de "socialismo factible" que se han presentado en los últimos añosxxi. Basta con señalar que estos proyectos se diferencian esencialmente del socialismo de planificación centralizada y, al menos algunos de ellos, también de la socialdemocracia. Todos pretenden responder no sólo a las lacras del capitalismo, sino también a las lacras del socialismo real. Por eso propugnan modelos económicos que teóricamente serían más compatibles que el capitalismo y el socialismo real con una vida política auténticamente democrática, con una mayor eficiencia en el empleo de los recursos y con un mayor respeto del medio ambiente.
Así, por ejemplo, en el modelo de David Schweickart un conjunto de cooperativas compiten en un mercado libre. La idea se basa en la experiencia de que, en la medida en que los trabajadores se interesan en el bienestar de la empresa cooperativista (lo cual no suele suceder en cooperativas que se inician por vías asistenciales), logran niveles de eficacia superiores a las empresas capitalistas. A diferencia de sistemas como el yugoslavo, las cooperativas del modelo de Schweickart están gravadas con un impuesto sobre el capital, que va destinado a crear un fondo social de inversión. El impuesto sobre el capital fomenta una presión sobre el uso eficiente de los recursos de cada empresa, evitando el despilfarro de la planificación centralizada. Este fondo social de inversión puede administrarse de modos diversos, como son la planificación gubernamental indicativa pero influyente (al estilo japonés), un sistema de bancos interconectados con las cooperativas, o sistemas más "liberales", donde los bancos acceden al fondo social de inversión con un tipo de interés fijado por el Parlamento, y después pueden hacer sus préstamos a las cooperativas con un interés levemente mayor. En cualquier caso, este modelo parece capaz no sólo de funcionar con una eficacia igual o superior a la capitalista, sino también de llevar a cabo una limitación consciente del crecimiento, y de permitir un grado amplio de democracia políticaxxii.
Puede ser que modelos como éste se encuentren aún necesitados de mayor discusión teórica. Pero hay en algunos de ellos un aspecto que resulta de enorme interés práctico. Se trata de su pretensión de ser en conjunto más eficientes que el sistema capitalista. La importancia de este último factor consiste en que, así como el socialismo de corte soviético y la socialdemocracia encuentran dificultades para sobrevivir dentro de un sistema capitalista mundial, los nuevos modelos de socialismo, de ser verdaderamente más eficientes que el capitalismo, estarán mucho más capacitados para afrontar la competencia desigual del mercado mundial. En la medida en que esta eficiencia descansa principalmente en el aprovechamiento racional de los recursos dentro de cada empresa, los nuevos modelos pueden reclamar superioridad ecológica sobre las empresas capitalistas. Se trata entonces de modelos que podrían aplicarse en el ámbito nacional con anterioridad a un cambio del sistema en su totalidad. En este sentido, podrían cumplir una función semejante a la que originariamente tendría que haber desempeñado la NEP. Sin embargo, no son un paso previo hacia la planificación centralizada. Los nuevos socialismos no se entienden a sí mismos como modelos transitorios, sino como definitivos, tanto en el ámbito nacional como en el ámbito mundial. Pretenden ser, por así decirlo, socialismos con "dos velocidades": capaces de sobrevivir en un entorno capitalista y capaces de presentarse como alternativa al capitalismo en su conjunto.
En cualquier caso, la presunta viabilidad nacional de estos modelos no puede hacernos perder la perspectiva mundial. Si el sistema capitalista es mundial y plantea problemas que tienen alcance global, cualquier alternativa nacional, aunque sea viable, es insuficiente. Si algo nos queda del socialismo es la necesidad de apelar, hoy más que nunca, a la unidad, por encima de las fronteras nacionales, de todos los interesados en una transformación del sistema. Sin embargo, esta apelación no puede hacerse en nombre de viejos dogmas, sino solamente en nombre de los hechos y de verdaderas alternativas a los mismos. De ahí la importancia de una auténtica liberación de todos los prejuicios que impiden estudiar sin anteojeras la situación actual de la humanidad. Y para ello es necesario renovar el instrumental filosófico del socialismo.
5. Una tarea pendiente en filosofía
Con la sistematización estalinista del marxismo en un "materialismo dialéctico" y un "materialismo histórico", la filosofía socialista oficial se convirtió en un cuerpo cerrado de doctrina, sin lugar para la crítica, la experimentación y el disenso. La totalidad de la realidad, desde sus orígenes cósmicos más remotos hasta su futura reconciliación en la sociedad comunista, quedaba explicada exhaustivamente por un sistema de conceptos que pretendían adecuarse totalmente a su objeto. El resultado de estas explicaciones totales de la totalidad es inexorablemente un pensamiento totalitario que no deja nada fuera de sí, y que por lo tanto ninguna experiencia ni opinión posible lo pueden contradecir. La contradicción misma está ya prevista en el propio pensamiento, de modo que las opiniones divergentes no serían, en definitiva, otra cosa que opiniones reaccionarias, fruto de los intereses de clase propios de la burguesía. El campo del pensamiento se divide, de esta manera, en una lucha maniquea entre quienes aceptan las eternas verdades contenidas en un sistema canónico incuestionable, y todos aquellos que se atreven a cuestionarlas o contradecirlas. La pregunta por la verdad no necesita ser renovadamente planteada, pues las verdades eternas ya ha sido descubiertas de una vez por todas. Lo único que cabe hacer es exponerlas, comentarlas o aplicarlas a las nuevas situaciones. Y, por supuesto, defenderlas con toda contundencia frente a sus críticos.
No cabe duda de que las sistematizaciones dogmáticas tienen la capacidad de proporcionar seguridad a las personas, dotando a sus vidas de una dirección firme e inquebrantable. Cuando en la actualidad se habla de la aparición de movimientos religiosos y culturales de carácter "fundamentalista", cabe preguntarse si este fundamentalismo es un movimiento verdaderamente nuevo o si no hace otra cosa que cubrir espacios sociológicos e ideológicos que antes cubrían las "seguridades" del marxismoxxiii. En cualquier caso, no cabe duda de que el pensamiento dogmático resulta enormemente útil desde el punto de vista político: nadie es capaz de jugarse la vida por algo que está sujeto a dudas y revisiones. Como ya señalaba Gramsci, el determinismo del marxismo oficial es capaz de movilizar a las masas porque les proporciona la certeza del triunfo finalxxiv. Ahora bien, esto que puede resultar "útil" desde el punto de vista de la política inmediata, es obvio que no resulta en absoluto liberador a la larga. Mucha gente ha creído dar su vida "por el proletariado" y "por la revolución", cuando en realidad solamente servían a los intereses de sus dirigentes por conseguir ciertas cuotas de poder.
Esto, con ser grave, no es el único problema que presenta el fundamentalismo dogmático. Al canonizar un sistema totalizante de pensamiento, la izquierda se incapacitó para aprender de la propia práctica. La tan traída y llevada "verificación en la praxis" nunca sirvió para cuestionar las tesis fundamentales de aquel sistema de pensamiento. La consecuencia obvia de todo esto consiste en que, en el momento en que aquellas seguridades atraviesan una verdadera crisis, para muchos no queda más que dos alternativas. O se defienden de un modo intransigente los viejos dogmas, renunciando a escuchar siquiera la posibilidad de que alguien los cuestione. O uno se abandona a cualquier oportunismo "liberal" o "socialdemócrata" de entre los muchos hoy en boga. Indudablemente, caben posiciones intermedias, como las de aquellos que en el plano teórico mantienen las viejas verdades, mientras que en el plano práctico son capaces de aceptar nuevas certezas, sobre todo cuando éstas llegan en forma monetaria. En cualquier caso, de nuevo es claro que la pregunta por la verdad se despacha en favor de la propia seguridad o del propio provecho. Y quien sale perdiendo es, obviamente, la causa de la auténtica emancipación humana, la cual es inseparable de una búsqueda auténtica de la verdad.
La filosofía tiene en este aspecto una tarea crucial que cumplir. Un rasgo característico de toda filosofía genuina ha sido la voluntad inflexible de someter a revisión crítica toda proposición no suficientemente justificada, entregándose de esta manera a un proceso de justificación del propio discurso, que no por ser siempre precaria deja alguna vez de ser radical. Con todas las variantes que se desee, esta actitud la encontramos en corrientes filosóficas aparentemente tan dispares como la fenomenología, la filosofía analítica, o la ética del discurso, por sólo poner algunos ejemplos. Una filosofía que pretenda fundamentar teóricamente el pensamiento socialista no puede renunciar a la libertad y a la radicalidad propias del filosofar, pues de lo contrario no sólo no estaríamos ante una auténtica filosofía, sino que ésta, además, dejaría de cumplir una de sus misiones esenciales frente a toda teoría social, que consiste justamente en la vigilancia crítica frente a toda aseveración no suficientemente justificada.
No cabe duda de que muchas afirmaciones del "materialismo dialéctico" estaliniano no resisten un mínimo examen crítico a la luz de la ciencia y de la filosofía actualesxxv. Ello no obsta para que se puedan seguir sustentando en la actualidad posiciones filosóficas "materialistas", en alguno de los muchos sentidos de la expresión. Sin embargo, el socialismo no es primeramente una visión general del cosmos, sino un movimiento que pretende una organización alternativa de la praxis social. Por eso, la filosofía que primariamente necesita el socialismo no es una filosofía sobre la totalidad del universo material, sino más bien una filosofía de la praxis, una "praxeología". Además, se puede mostrar que una "filosofía de la praxis" cumple con los requisitos de justificación radical más característicos de una "filosofía primera". Para ello no basta con señalar que Marx, en su juventud, diseñó algo así como una "filosofía de la praxis". Tampoco es suficiente ensayar una lectura hegeliana de la historia de la filosofía para mostrar que ésta nos conduce inexorablemente hacia la tesis de que la praxis representa el punto de partida de la filosofía. La filosofía exige que su punto de partida sea justificado con la mayor independencia posible frente a todo argumento de autoridad y frente a toda presunta necesidad histórica. De lo contrario, la filosofía peligra convertirse en un mero comentario cultural, sin capacidad alguna para desafiar lo que las culturas afirman.
La teoría económica convencional ha tratado en ocasiones de elaborar una verdadera "filosofía de la acción" que sirva como fundamento de su doctrinaxxvi. Una filosofía de la praxis entendida como filosofía primera podría servir como punto de arranque para una fundamentación de un socialismo de nuevo cuño. Para esto, habría que iniciar una reflexión renovada sobre la estructura del vínculo social. Como he señalado en otro lugarxxvii, las concepciones usuales del nexo social en la filosofía social contemporánea son incapaces de dar cuenta de su mundialización en la era moderna. Se trata de teorías sociales elaboradas para conceptuar el problema de la "integración social", y no para reflexionar sobre la extensión mundial de los vínculos humanos, por encima de toda integración tradicional. El sistema social no es un sistema de normas, fines, valores u otros elementos donadores de sentido a la acción, tal como pensó el funcionalismo. Tampoco consiste solamente en un sistema de comunicación lingüística, pues el diálogo está reservado a algunos ámbitos --privilegiados-- del sistema social. El sistema social es un sistema de actuaciones, de modo que para una filosofía de la praxis social es posible superar la dualidad, propia de la sociología convencional, entre estructura y acción, poniendo las bases para una teoría de la sociedad mundial.
Por otra parte, un estudio filosófico de la praxis social tendrá que determinar cuáles son las dimensiones fundamentales de un sistema social. Veamos esto un poco más detenidamente. En primer lugar, la estructura de la acción humana incluye una lucha por el acceso a las cosas. Por eso, todo sistema de actuaciones sociales tiene inexorablemente una dimensión "económica", en el sentido más amplio de la expresiónxxviii. Los subsistemas sociales tienen que regular la producción y la distribución de las cosas a las que los distintos agentes pueden acceder. Obviamente, no hay que confundir esta dimensión económica de todo sistema social con la aparición, en la era moderna, de subsistemas económicos especializados, tales como la banca, el sistema fiscal o la bolsa. También en las sociedades tribales tenemos una dimensión económica, regulada por estructuras de parentescoxxix. En este caso, no hay propiamente un subsistema económico, pero sí hay una dimensión económica constitutiva a todo sistema social. No hay que confundir las dimensiones fundamentales de todo sistema social (ideológica, política y económica) con la aparición de subsistemas sociales especializados, tal como sucede en las sociedades más diferenciadas.
En segundo lugar, toda acción humana, por su constitutiva apertura, es susceptible de recibir la intervención de otros agentes sociales, los cuales ejercen un poder sobre la propia acción. Este poder es "fijado" después en las actuaciones sociales, recibiendo un carácter "institucional". De ahí que todo sistema social tenga inexorablemente una dimensión "política", de nuevo en el sentido más amplio de la expresión. Esta dimensión se puede concretar en diversos subsistemas. Sin embargo, incluso aunque una determinada sociedad no tenga subsistemas políticos autónomos, ella tendría siempre inexorablemente una dimensión política. Así, por ejemplo, el derecho y las instituciones políticas pueden llegar a formar subsistemas autónomos. Esta dimensión política de todo sistema social no significa que el Estado sea necesariamente la culminación comprehensiva del sistema social. Si el sistema social es un sistema de actuaciones, éstas pueden desbordar los límites institucionales de un Estado particular, constituyéndose sistemas sociales que incluyen una pluralidad de subsistemas estatales.
Finalmente, en cuanto que actuaciones humanas tienen un constitutivo momento de sentido, es obvio que todo sistema social tiene necesariamente una dimensión "cultural" o "ideológica". Entendemos por "cultura" o por "ideología" todo lo relativo al sentido que los actores sociales otorgan a sus actuaciones. Se trata de un uso restrictivo del término "cultura", pero de un uso ampliado del término "ideología", semejante al que aparece en algunas tradiciones sociológicasxxx. Esta dimensión cultural o ideológica no se concreta en un solo subsistema cultural, sino que en un mismo sistema social pueden convivir varios subsistemas de esta índole, a veces muy distintos entre sí. Pensemos solamente en las llamadas "sociedades multiculturales". Si bien es cierto que un subsistema cultural proporciona particular integración a quienes lo comparten, los límites de un sistema social no tienen por qué ser los límites de lo socialmente integrado. Las propias actuaciones pueden formar sistema con actuaciones orientadas por subsistemas culturales muy diferentes al propio. Los límites de lo social no son los límites de una cultura, porque el sistema social es un sistema de actuaciones sociales, y no un sistema de símbolos.
Los subsistemas económicos adquieren en la era moderna una dominancia insólita. Esta dominancia no consiste en una causación mecánica de "la" economía sobre "la" política o "la" ideología, sino en una preponderancia sistémica de los subsistemas económicos en la determinación de actuaciones sociales que siempre e inexorablemente tienen tanto dimensiones económicas como políticas e ideológicas. Entre los distintos elementos de un sistema y entre los distintos subsistemas no rigen relaciones de causalidad, sino relaciones de dominanciaxxxi. Pero inevitablemente todo momento de un sistema contiene todas las dimensiones del mismo. En un sistema social no existen momentos puramente económicos, políticos o ideológicos. Toda situación social es inexorablemente económica, política e ideológica en unidad de sistema. Sin embargo, hay situaciones sistémicas en las que predomina lo económico, lo político o lo ideológico. En el "materialismo histórico" era usual hablar de una "determinación en última instancia por la economía". Esta determinación no puede ser una "causación", por mucho que algunos marxistas lo haya entendido así. Tratándose de estructuras, la determinación no es otra cosa que una dominancia estructural de un subsistema; en este caso, del subsistema económico en la era capitalistaxxxii.
Ahora bien, la "determinación en última instancia" puede aludir a una cuestión más radical. Se trata de lo siguiente: si toda acción humana está inexorablemente en contacto con las cosas, todo sistema de actuaciones sociales tiene inevitablemente un medio propio. El intercambio con el medio circunscribe el elenco de posibilidades organizativas que tiene un sistema social. No se trata tampoco de una causalidad, sino de una "circunscripción" de las posibilidades de estructuración que posee una sociedad concreta. Un intercambio fundamentalmente agrícola con el medio no posibilita unas estructuras sociales burguesas. Pero la interacción con el medio no es "la" economía ni es un determinado subsistema económico, sino que designa un momento constitutivo de todo sistema social, aun en el caso de que en él no haya aparecido ningún subsistema explícitamente económico. El intercambio con el medio representa más bien lo que Marx en algún momento denomina las "condiciones materiales de existencia"xxxiii. Por eso, la interacción de un sistema social con el medio natural no concierne exclusivamente a las disciplinas económicas, sino también a otras ciencias como la ecología. Todo sistema social tiene unos límites organizativos que son de índole ecológica. Es también el caso, como hemos visto, del sistema social capitalista, en el que la dominancia de los subsistemas económicos ha conducido a un choque con los límites ambientales del planeta.
* * *
Hemos intentado mostrar que la herencia del socialismo dispone todavía de un importante contenido en verdad y en potencial liberador. En estas páginas no hemos podido hacer otra cosa que esbozar algunos aspectos fundamentales de lo que puede ser un pensamiento socialista a la altura del siglo venidero. Indudablemente, un aspecto decisivo para la viabilidad práctica de las propuestas socialistas habrá de buscarse en su capacidad para mantener la perspectiva mundial, originaria del socialismo, más allá de la miopía estalinista de los proyectos puramente estatales. Ello no obsta para que se elaboren estrategias locales y nacionales, las cuales, en lugar de caer en las medidas puramente reformistas y cosméticas de los nacionalistas, han de mantener necesariamente el horizonte de un cambio global del sistema social hacia una forma superior de organización humana. Es más, cabe la posibilidad de esbozar proyectos socialistas nacionales, siempre y cuando puedan mostrar su capacidad real para sobrevivir en un medio mundial capitalista sin convertir a su propia población en carne de explotación.
Todo esto exige una entrega renovada a la investigación teórica en el ámbito de las ciencias sociales y de la filosofía social. Pero exige también una renovación práctica de aquéllos a quienes les importan la realización de un proyecto socialista de cambio social. Lamentablemente, en los últimos años hemos asistido no sólo a la desilusión de quienes antes estaban dispuestos a entregar generosamente sus vidas por una causa, sino también a su rápido enriquecimiento. Por eso, tal vez haya que esperar a una nueva generación de revolucionarios. Ciertamente, los socialistas del futuro no contarán con una metafísica decimonónica para fundamentar en último término su compromiso. Ya no es posible decir que la ética, para los socialistas, consiste simplemente en ajustarse al sentido necesario de la historia. La historia no está determinada de una vez por todas por unas misteriosas leyes dialécticas, sino que está abierta a la apropiación humana de posibilidades. Por eso es necesario discernir qué posibilidades son las que deben ser apropiadas en cada situación histórica. Y para esto se requiere no sólo un conocimiento profundo de esa situación, sino también una inexorable reflexión ética.

iCf. K. Popper, La lógica de la investigación científica, Madrid, 1962.
iiPuede verse la obra de un crítico de Popper, como A. F. Chalmers, en su ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Una valoración de la naturaleza y el estatuto de la ciencia y sus métodos, Madrid, 1994 (11ª ed.). También H. I. Brown, La nueva filosofía de la ciencia, Madrid, 1994.
iiiCf. E. Mandel, El Capital. Cien años de controversias en torno a la obra de Marx, México, 1995, p. 21.
ivCf. ibid., pp. 68-70. En El Salvador, el 20% más rico de la población ha pasado de poseer el 43% del ingreso en 1988 a poseer el 54.2% en 1991, mientras el 20% ha pasado de un 5.6% a un 3.4% en el mismo período. Sin embargo, la pobreza en términos absolutos parece haberse reducido de un 55.5% de los hogares a un 53.8% entre 1988 y 1991.
vE. Menéndez Ureña considera que "la obra económica de Marx goza de una coherencia interna total... esa coherencia discurre sobre unas pocas ideas, que hubieran podido ordenarse de una manera mucho más simple e inteligible", en su Karl Marx economista. Lo que Marx realmente quiso decir, Madrid, 1977, p. 233. Puede verse también su obra sobre El mito del cristianismo socialista, Madrid, 1984, donde en la p. 71 afirma el carácter científico y correcto de la teoría de la plusvalía.
viLa tasa de beneficio se expresa en la siguiente fórmula: r = p/(c+v) , siendo p la plusvalía, c el capital constante y v el capital variable. Dividiendo el numerador y el denominador por v se obtiene r = p'/(c'+1) , donde p' expresa la tasa de explotación (p' = p/v) y c' la composición orgánica del capital (c' = c/v).
viiK. Marx, Das Kapital, vol. 1, Berlín, 1962, (MEW 23), p. 790.
viiiEn un solo día la prensa informa que Greenstone Resources, minera canadiense compró el 80% de Hemco-Nicaragua; que British Petroleum invertirá US$ 200 millones en la explotación del crudo venezolano; que la telefónica italiana pasará a poseer el 19% de la telefónica chilena; que la petrolera española Repsol compró el 37.5% de Astra, la petrolera argentina; que Panamá adjudicará concesiones para la administración de uno de sus puertos, siendo los interesados varias compañías internacionales; y que el gobierno de Perú vendió entre US$ 140 y 160 millones de acciones de la telefónica nacional, cf. La Prensa Gráfica, 11-6-1996, p. P8-C.
ixAlgo que se refleja tanto en las escisiones del FMLN salvadoreño como en los mismos programas de "desarrollo" que este partido propone.
xSobre estas polémicas, tratadas de un modo un tanto diplomático, puede verse la obra del marxista yugoslavo P. Vranicki, Historia del marxismo, vol. 2, Salamanca, 1977, pp. 100 y ss.
xiSobre estos temas puede verse A. Nove, An Economic History of the U.S.S.R., Middlesex, 1972.
xiiPuede verse A. Nove, The Economics of Feasible Socialism Revisited, Cambridge, 1991 (2ª ed.), pp. 73-126.
xiiiCf. J. A. Schumpeter, Historia del análisis económico, Barcelona, 1994 (3ª ed.), p. 820.

jueves, 21 de mayo de 2009

Algunos poemas de Delfi Góchez!!!!!






Soy feliz.
Hoy conozco la felicidad.
Hoy supe que no es que yo esté en el camino
ni junto al camino ni con el camino.

¡Yo soy el camino!

Nunca me sentí tan pueblo como hoy,
ni tan fuerte
ni tan tanta ni tan cuánta como hoy.

Es una sólida y concreta certeza,
es límpida agua transparente coloreada de futuro
tras un rojo sol bañado de esperanzas.

Es fe inquebrantable que paraliza la duda
y rompe el silencio que movió la sangre.

Así concreticé mis pasos,
aquellas inciertas –inútiles- huellas
que volaron como hojas
sobre el cielo fugaz.

Proletaricé mi sangre antes congelada
-ahora viva-
en las simientes que palpitan.

El instante es más humano y claro
porque hoy más que nuca
lo sentí respirar transparencias rojas y amarillas
como amores revoloteando,
iluminando canciones.

Soy feliz
porque a tiempo vislumbré el sendero que ahora construimos
porque es sólida y concreta la certeza
de que el canto de nuestra América es uno,
porque mi mano es puño contra el enemigo
pero siempre está cálida y abierta al compañero,
porque el amor besó mis ojos
y se hizo luz.

Hoy me sentí más pueblo que nunca
y sentí la felicidad más feliz que nunca
porque ya no es propiedad privada
sino de todos.

Con gusto moriré.
A mí me van a matar.
¿Cuándo? No sé...

Lo que sí tengo claro es que moriré así,
asesinada por el enemigo.

Como quiero seguir luchando, siempre estaré luchando para morir así.
Como quiero morir junto al pueblo, nunca me separaré de él.
Como es nuestro grito el que llegará, deberé gritarlo siempre.
Como el futuro y la historia están con nosotros, jamás me desviaré del camino.
Como aspiro a ser revolucionaria,
mis puntos de vista y todas mis aspiraciones estarán a partir de ello.

No tendré miedo nunca.

Todo lo que haga tiene que ser un golpe al enemigo,
en cualquier forma que se dé.
Siempre estaré activa.

Lo que si es seguro es que me van a matar.

Y mi sangre regará nuestra tierra
y crecerán las flores de la libertad.
Y el futuro abrirá sus brazos y caluroso,
lleno de amor, nos acogerá en su pecho.
Nuestra madre,
nuestra patria,
reirá feliz al estar de nuevo con su hijo, con su pueblo,
con el niño que lloraba un pedazo de pan
Y que hoy crece como río.
Con la madre que moría lentamente
y hoy vive su lejano sueño de ayer.
Con el eterno combatiente cuya sangre
alimentó el día que algún día llegará.
Sí, con gusto moriré, llena de amor.

Quiero morir de la manera más natural en estos tiempos en mi país:
¡Asesinada por el enemigo de mi pueblo!

Poema a Toño Giron, Mártir del FUR-30





A continuación reproduzco fragmentos de la composición literaria No me importa morir, si es por mi pueblo, que un estudiante de la UCA elaboró en conmemoración de un año más de su muerte.

Ingeniería mecánica decidí estudiar,
Me inscribí y el estudio tomé con seriedad,
Pero mi entorno empezaba a resaltar
Y en aquella época me di cuenta de la realidad.

Con mi hermano Alfonso viví en San Salvador
Y con mi hermana Imelda había visitado ya esta gran ciudad.
En Santa Ana, lejos, no me daba cuenta del gran dolor
Que el sistema ejercía con su persistente hostilidad.

¡Qué jodido! Dije en aquel momento
y el FUR-30 me apareció de repente.
Para hacer algo me puse en movimiento
Y aquella idea persistió en mi mente.

Lograr un cambio social,
Pregonaban estudiantes y artistas.
Era el gran ideal
Luchar contra los elitistas.

Ver a mi gente sufrir, no pude aguantar más;
El corazón se me partía y entonces decidí luchar.
Frente a la embajada de un Venezuela tal,
Cobardemente nos obligaron, de sangre la tierra manchar.

Mi cuerpo, un impacto de bala recibió,
En mi hombro derecho, según recuerdo yo,
Pero causa es no fue de mi muerte,
Sino de la tortura que el sistema me propinó.

La electricidad mi cuerpo soportó,
El dolor y el destrozo con miedo aguanté,
Pero mi alma sufrida, con dolor, optó
Por dejar mi cuerpo y se fue.

Mi cuerpo apareció entre los demás,
Mas ya no tenía vida para dar;
Solo quedaba la esperanza... y se fue:
Que mi familia me fuera a encontrar.

Ahora, todo esto ha pasado ya.
Aquella época quedó atrás,
Aquellos ideales,
Aquellos sueños.
Pero estoy vivo,
Vivo en aquellos que recuerdan lo que fui:
Mis hermanos, mi madre,
Mis amigos y mis compañeros.

Juventud Centroamericana por un Cambio Político: Mártires Estudiantes FUR-30

Mártires Estudiantes FUR-30, quienes fueran asesinados en Mayo de 1979.... mismo mes en el que tambien conmemoramos a Roquito, nuestro Roque Dalton!!!!

Mártires Estudiantes FUR-30

Juventud Centroamericana por un Cambio Político: Mártires Estudiantes FUR-30

Mártires Estudiantes FUR-30












1. Notas Preliminares.


2. Introducción. Justificación de la recuperación de la memoria histórica, de la memoria de las y los mártires estudiantiles de la UCA.


3. Reconstrucción de los hechos: Masacre en Catedral 8 de mayo de 1979 y Masacre en la Embajada de Venezuela 22 de mayo de 1979. Vacíos y aciertos en lo que presentaron los medios de información nacional.


4. La Organización Estudiantil de la UCA: FUR 30.


5. Reconstrucción de la vida de los mártires estudiantiles de la UCA.


6. El legado de nuestros mártires en nuestra historia.


7. Conclusiones.






1. NOTAS PRELIMINARES

El presente trabajo ha pretendido recuperar la biografía de aquellas personas que estudiaron en la UCA en el año 79, y que entregaron sus vidas por construir una sociedad nueva para otras generaciones.

La recuperación de todos los datos se ha realizado a través de entrevistas realizadas a las personas que conocieron en vida a los mártires estudiantiles de la UCA, la consulta de diarios locales, revistas universitarias, videos y otros.

Sin embargo, nos hemos valido de la tradición oral, como principal recurso, para recuperar la historia de los mártires estudiantiles de la UCA, historia que había permanecido guardada por cierto tiempo, y que un equipo de estudiantes decidió desempolvar para darla a conocer a la nueva generación y dejar constancia de la identidad de un grupo de estudiantes de la UCA en tiempos de guerra.

Quede este documento como parte de la Memoria Histórica Estudiantil de la UCA, que ella misma inspire a las nuevas generaciones a cuestionarse sobre la identidad y proceder que nuevos tiempos demanda de quienes somos las y los sujetos que forjan cambios en la historia: las y los jóvenes.

2. INTRODUCCIÓN

Recuperar la Memoria Histórica no es tarea fácil en América Latina, las razones por las que la tarea se hace ardua son muchas, sin embargo, la recuperación y el conocimiento de todo lo que nos ha construido como pueblos latinoamericanos tiene un valor único y necesario: es tener identidad, conciencia de la riqueza cultural que nos caracteriza y en la que se amalgama una serie de raíces que producen lo que somos.

Toda persona que investiga en América Latina, además de las dificultades técnicas con las que se encuentra, se ve limitada por la recuperación de una identidad mutilada en diversos aspectos que van desde la carencia de documentación, porque esta se perdió o no se recopiló debidamente, hasta la restricción al acceso a ella, algo que impide llegar al fondo de lo que se investiga.

Nuestra investigación, como un primer intento por recuperar lo perdido, se ha visto afectada no solo por estas limitantes, sino también por el hecho mismo que el testimonio, la recuperación de la memoria a través de la tradición oral de quienes conocieron en vida a los estudiantes mártires, ha supuesto tocar heridas en el corazón de los familiares, amigos o amigas de ellos. Además, la recuperación misma ha tenido sus restricciones o el anonimato de quienes nos han contado una parte de la historia.

Pese a todo los inconvenientes técnicos, metodológicos y afectivos hemos podido acabar una primera parte de esta investigación, es decir, la parte que ha pretendido recuperar el aspecto individual de la historia: la biografía de quienes con su sangre la han escrito. Nos queda por investigar la historia de los movimientos estudiantiles de carácter político-social y cultural de la UCA.

3. RECONSTRUCCIÓN DE LOS HECHOS

Dos son los hechos importantes en esta recuperación histórica: la masacre de catedral del 8 de mayo de 1979 y la toma de la embajada de Venezuela el 22 de Mayo de 1979. Ambos acontecimientos se ubican dentro de los años más violentos, en que la represión, los asesinatos perpetrados por los escuadrones de la muerte y los cuerpos de seguridad eran parte de la cotidianeidad del país.

Nuestro interés, por recuperar lo sucedido, no es sensacionalista, es decir, que no pretendemos estremecer los nervios al relatar lo sucedido; nuestro interés es presentar algunos datos que han permanecido ocultos, y desde ellos podernos dar cuenta de forma objetiva de lo sucedido.

Masacre en Catedral 8 de mayo de 1979.
El día 8 de mayo de 1979, los sectores aglutinados en el BPR (Bloque Popular Revolucionario) marcharon sobre la 2º Calle Oriente. A la manifestación habían asistido diversas organizaciones: la Unión de Trabajadores del Campo (UTC), el Movimiento Estudiantil Revolucionario (MER), la Asociación de Educadores Salvadoreños (ANDES 21 de junio), las asociaciones de los mercados y tugurios y la Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños (AGEUS) que estaba compuesta por los Universitarios Revolucionarios 19 de julio (UR-19, Movimiento de la Universidad Nacional) y las Fuerzas Universitarias Revolucionarias 30 de julio de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”.

La marcha había sido convocada por el BPR, según “Opinión Estudiantil” de mayo de 1979, con el objetivo de apoyar la toma de embajadas y de Catedral como medida de presión, para que los gobiernos de Costa Rica y Francia intercedieran ante el gobierno salvadoreño en la liberación de cinco de sus compañeros. Las personas capturadas eran: Facundo Guardado y Numas Escobar del BPR; Marciano Meléndez (FTC), Oscar López (UPTC) y Ricardo Mena de la UCA.

Según Amalia , cada una de las organizaciones comenzó a trabajar por la liberación de sus respectivos miembros, sin embargo, el BPR los había pedido públicamente, lo que había desatado acciones represivas por parte del Gobierno Militar. En este contexto, el movimiento popular aglutinado en el BPR comenzó su accionar por liberar a las personas capturadas, y dentro del marco de acciones a realizar, el FUR, al igual que las otras asociaciones, realizarían acciones de presión para exigir la liberación de los capturados.

Ante este accionar, el Gobierno Militar del General Carlos Humberto Romero se había pronunciado el 7 de mayo de 1979: “Mi paciencia está por terminarse. Estoy dando la última oportunidad antes de tomar medidas que tengamos que lamentar posteriormente” ; estas habían sido las palabras que preludiaban la masacre de catedral el 8 de mayo de 1979.

La marcha comenzaría con una concentración en el Parque Cuscatlán, se pasaría por el Mercado Central (donde se comprarían alimentos para las personas que ocupaban catedral) y terminaría en la Plaza Libertad. En principio la marcha se realizaría de forma pacífica, sin embargo, todo termino en una masacre que, contrario a las versiones de los periódicos nacionales , fue provocada y llevada a cabo por los cuerpos militares, quienes dispararon contra los manifestantes que se encontraban en la entrada de Catedral.

El tiroteo comenzó alrededor de las 12:45am, dejando un saldo de entre 19 y 22 personas muertas , entre quienes figuraban: Esteban Alvarado, Rosalía Alvarado, Juan de Jesús Serrano y José Francisco Chávez , de San Vicente; Antonio Carmona y José Arnulfo Mejía, de Chalatenango; Silvestre Torres, de Sensuntepeque; Santos Alas, de Aguilares; Guillermo Ronquillo, de Paisnal y el obrero Carlos Humberto López García (todos ellos campesinos); Maximiliano Alirio Cortes, estudiante del Instituto Tecnológico; Norma Sofía Valencia y Manuel, de la Escuela Metropolitana de Ciudad Delgado; Mauricio N., de una escuela capitalina nocturna; Ramiro N., del Instituto Emiliani; Aristides Molina, del Instituto Tecnológico, Delmy N., estudiante de Economía de la Universidad Nacional; Luz Dilia Arévalo, vendedora del Mercado Central; y José Roberto Sarmientos Claros (Estudiante de Psicología) y José Fidel Castro (estudiante de Ingeniería), ambos de la UCA.

Esta cifra de personas fallecidas solo pudo ser conocida hasta las 3:00 pm del día miércoles 9 de mayo, ya que hasta entonces se decidió levantar el cordón de seguridad montado por los cuerpos de seguridad del gobierno, para permitir el acceso al público y el posterior reconocimiento de los cadáveres por sus familiares , que ser realizó 24 horas después.

El sepelio de las personas fallecidas el 8 de mayo en Catedral, se llevo a cabo el día 11 de mayo a las 11:30am, después de una misa oficiada por Monseñor Modesto López. A los actos asistieron alrededor de diez mil personas, quienes coreaban consignas y pedían justicia.

Así sucedieron los hechos en los que fallecieron José Roberto Sarmientos Claros y José Fidel Castro, ambos estudiantes de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA).

Algunas observaciones sobre lo sucedido.
Lo primero, es la forma en que los periódicos manejaron la información, ya que los mismos tergiversaron la información , presentando al grupo de manifestantes como agresores. Sin embargo, varios de los fallecidos presentaban indicios de haber sido asesinados por francotiradores que pertenecían a los cuerpos de seguridad, y no al Bloque Popular Revolucionario. Una masacre con las misma características ocurriría un año después en el sepelio de Monseñor Romero.

Segundo, el proceder de los cuerpos militares, que luego de lo ocurrido decidieron acordonar a los manifestantes, sitiando a los mismos en catedral junto con las personas heridas y los cadáveres. El cordón de seguridad lo levantarían hasta las 3:00pm del día miércoles 9 de mayo . Este proceder pone en evidencia que las ordenes que habían recibido los cuerpos de seguridad eran reprimir violentamente a los manifestantes, no solo con los golpes sino con las balas hasta dejarlos morir.

Toma de la embajada de Venezuela 22 de mayo de 1979.
Este hecho está vinculado al anterior, es decir, a la protesta del 8 de mayo de 1979 del Bloque Popular Revolucionario por liberar las personas capturadas. La toma de la embajada de Venezuela comenzó el día 11 de mayo de 1979, cuando miembros del BPR toman el edificio de la misma y al cuerpo diplomático como rehenes para hacer presión al gobierno. Sin embargo, el día domingo 13 y lunes 14 de mayo, los rehenes lograrían huir; quedando dentro de la embajada los nueve miembros del BPR.

A raíz de esto, el BPR organizó una marcha con el propósito de llevar alimentos y medicinas a las personas que estaban dentro de la embajada. No obstante, todo terminó en represión y las versiones que se presentan sobre lo ocurrido vuelven a ser diversas: un matutino sostuvo que el objetivo de la marcha era “asaltar la sede diplomática para sacar a los nueve miembros del BPR” , otro rotativo presenta una versión en la que el gobierno señala como agresores a los manifestantes . El resultado de todo ese día fue la muerte de 14 personas: Francisco Navidad, Mariano Díaz Martínez, Nelson Ernesto Méndez, Carlos Alberto Mendoza, Esteban Valencia García, Enrique Armando Montoya, Rafael Vásquez Marín, Manuel Antonio Girón Roque, Santos Martínez Rauda, Emma Carpio Rosales de Alegría, Delfi Góchez Fernández, Antonio Girón Martínez, Mauricio Scaffini Siryani y otro.

Estas últimas tres personas (Delfi Góchez, Antonio Girón y Mauricio Scaffini) eran estudiantes de la UCA y miembros del FUR 30. Sus muertes arrojan algunos datos importantes, ya que dos de ellos fueron asesinados, presumiblemente, por francotiradores y otro por la tortura ocasionada por agentes de seguridad y escuadrones de la muerte.

Algunas observaciones sobre lo sucedido.
Delfi Góchez estaba corriendo cuando una bala la alcanzó, según Amalia (seudónimo de una persona entrevistada); Mauricio Scaffini corrió igual suerte, ya que una bala le dio en el corazón muriendo instantáneamente. Diferente suerte corrió Antonio Girón, quien no murió durante la represión del 22 de mayo, sino después. Según sus familiares, Antonio Girón fue herido en el hombro derecho el día 22 de mayo, pero murió a las 6:00am del día siguiente.

Uno de sus familiares nos proporcionó dos datos importantes: el primero, que al momento de reconocerlo, el cuerpo presentaba marcas de choques eléctricos y moretones por todos lados; y segundo, que al ser encontrado aún sangraba de la cabeza debido a los golpes sufridos y que le habían destrozado el cráneo, además, al moverlo sus brazos no tenían la rigidez cadavérica , “estaba fresco... los brazos se nos fueron hacia abajo”, según uno de los familiares que le reconoció. Además, confidencialmente el médico forense que lo reconoció informó a uno de sus parientes que el había muerto alrededor de las 6:00am.

Ambos datos desmienten la versión de que Antonio Girón haya muerto en el lugar de los hechos. Además, nos arrojan una hipótesis: Antonio fue torturado hasta la muerte por escuadrones de la muerte durante ocho o diez horas , lo que es confirmado por otro de sus familiares, que días después sería capturado y llevado al mismo lugar, donde habían torturado y asesinado a Antonio, para torturarlo también a él.

De haber sucedido lo contrario, es decir, que Antonio Girón haya muerte en el lugar de los hechos entre las 3 y 4pm, su cadáver habría presentado rigidez cadavérica, sin embargo, como lo sostuvieron el forense y los familiares de Antonio, no fue así. Por lo tanto, Antonio Girón fue torturaron hasta la muerte por los cuerpos de seguridad o miembros de los escuadrones de la muerte.

4. SUS VIDAS
José Roberto Sarmientos Claros.
Nació el 17 de agosto de 1956, en San Francisco Gotera, departamento de Morazán. Su infancia transcurrió junto a su madre, Lucia Sarmientos, una humilde empleada doméstica que trabajo por muchos años para la familia Scaffini en la ciudad de San Miguel. Desde siempre tuvo que soportar la eventual presencia de su padre, Marcelino Claros, y la sensación de ser “el hijo de la empleada”, a pesar de ser muy querido por la familia Scaffini.

“Nosotros lo veíamos igual, como un hermano”, recuerda Marietta Scaffini. Sin embargo, su madre siempre fue muy exigente con él y más que pedirle, le exigía que guardara distancia con los hijos del patrón. Pero la inocencia de un niño sobrepasó los obstáculos y, a medida que pasó el tiempo, su amor por esta familia fue creciendo y en especial el amor por una de las hijas. Por supuesto que la sola idea sería pecado, así que prefirió guardar silencio entre las líneas de una carta.

Las diferencias sociales entre Mauricio Scaffini y José Roberto no tuvieron mucho peso a la hora de trazar sus destinos. Dos vidas que circunstancialmente se habían unido, años más tarde, terminarían unidas por un mismo ideal: el cambio social.

Luego de concluir sus estudios de primaria y tercer ciclo en la Escuela “Jorge Washington” de el canto “El Divisadero”, se trasladó, a los 17 años, a San Salvador con la ayuda de su padre. Así, inició su bachillerato en el Colegio “García Flamenco” entre jóvenes y un mundo desconocido para él hasta entonces.

José Roberto nunca se olvidó a su familia que lo esperaba en aquel cantón de “San Pedro Carrisal”. “Me acuerdo que en Navidad siempre le traía dulces, carritos y cohetes a los niños... allí en el patio se salían a reventar la pólvora. Y nosotros siempre lo esperábamos con tanto cariño, porque era hijo de mi hermano y él fue muy bueno con nosotros”, recuerda Cleotilde Claros, tía de José Roberto.

Aunque los primeros días de su estancia en San Salvador transcurrieron al lado de su padre, los inexplicables problemas con su madrastra lo obligaron a vivir en un pupilaje. “Siempre me preocupé porque estuviera en casas de familias”, recuerda su padre. Bajo estas circunstancias y luego de obtener el título de bachiller académico del Instituto Cultural “Miguel de Cervantes”, ingresó, a sus 20 años de edad, a la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, para estudiar Psicología. Pero fue admitido para estudiar Letras, sin embargo, su insistencia le permitió cambiarse a Psicología en el año de 1978.

José Roberto perteneció al FUR-30, organización en la que se desempeñaba como Secretario de Propaganda y, a pesar de su tartamudez, siempre iba con su voz y alegría al frente de las marchas.

“Amalia”, una amiga de José Roberto que ha preferido no ser reconocida por su nombre real, fue quizás la persona que compartió mayor tiempo con él. Su amistad universitaria y los lazos afectivos que a ambos los unían marcó por muchos años la vida de ella. Luego que José Roberto insistiera por más de un año en concretizar su relación, por fin “las condiciones se habían dado”. “Amalia” dio el sí, tres días antes de su muerte, sin que ninguno sospechara el desenlace.

“Y cuándo lo vamos a festejar”. “El lunes no puedo porque tengo que meterle a los asuntos de la actividad del martes”, dijo José Roberto. “Entonces el martes”, contestó “Amalia”. “Si el martes, insistió él”. “Que sea en la tarde porque tengo que ir a una actividad en Catedral, pero yo creo que ya a la una de la tarde, ya ha terminado, porque el jelengue es en la mañana”, dijo. “En todo lo que llego, me cambio, me pongo chulo, saco pisto para que vayamos. Dile a tu mamá que vamos a ir y vamos a comer y a saber a qué horas vamos a regresar porque andamos festejando”. Sin embargo, los planes no se dieron.

José Roberto caía asesinado en las gradas de Catedral, el 8 de marzo de 1979. Un disparo se había introducido en la parte trasera de su cerebro cuando asistía a una compañera que había caído herida. “Pudo haberse salvado, sin embargo, perdió la vida al salir a rescatar a una compañera herida”, recuerda su padre. Ni su madre ni sus primos asistieron a sus funerales, ya que nuca pudieron trasladarse desde San Miguel hasta San Salvador.

Nadie volvió a escuchar tu risa José Roberto, ni tu inseparable arma, el megáfono, se escuchó otra vez. Ahora, después de transcurrido los años, recordamos las palabras de tus compañeros: “Chepe Beto, tu amor por el pueblo no tartamudeaba”.

José Fidel Castro Hernández.

José Fidel Castro Hernández, mejor conocido por sus seres queridos como “Fidelito”, vino a la vida en 1959. Una vida que empezó, irónicamente o por simple coincidencia, el día de la independencia de Estados Unidos, pues fue un 4 de julio cuando abrió los ojos por primera vez en la ciudad de San Miguel, tierra que se encargó de ponerle al desnudo una realidad innegable los siguientes 19 años.

El 29 de diciembre de 1978 cumplió su sueño de ingresar a la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA), para estudiar Ingeniería Eléctrica. En marzo de 1979 llevó sus primeras materias. Luego se incorporó al FUR-30, organización estudiantil de la UCA.

El medio del 8 de mayo de 1979, José Fidel participó en la manifestación pacífica que convocó el Bloque Popular Revolucionario frente a Catedral Metropolitana. Soldados de la Guardia Nacional abrieron fuego y masacraron a la gente que estaba aglutinada frente al templo capitalino, que pertenecía a las organizaciones de campesinos, obreros y estudiantes.

José Fidel tuvo oportunidad de huir, sin embargo, optó por recoger a una compañera que quedó en las gradas. En ese instante, un francotirador le apuntó y acertó en el pecho del estudiante... se llevó, en cuestión de segundos, sus 19 años de vida.

Delfina Góchez Fernández.
Nació el 16 de junio de 1958, se caracterizaba por ser una joven tímida pero de carácter fuerte, tenía una afición al arte, en especial a la poesía y la música.

En 1977 ingreso a la UCA y comenzó a estudiar Psicología. En lo académico, era una persona dedicada, que supo combinar sus responsabilidades académicas con las responsabilidades que el pertenecer al FUR 30 le demandaban. Su incorporación al FUR 30, organización estudiantil de la UCA perteneciente al Bloque Popular Revolucionario, había ocurrido el primer año de estudios de su carrera.

Dentro del FUR 30 desempeñaba funciones que demandaban mucha responsabilidad, de hecho fue seguridad personal del coordinador del BPR y el día de la manifestación estaba desempeñando labores en las que su vida estaba en riesgo.

Delfy Gochez murió el 22 de mayo de 1979, cuando una bala la alcanzó mientras realizaban una manifestación en las afuera de la embajada de Venezuela, que tenía por objetivo llevar alimentos y medicina a los compañeros que se encontraban ocupando la misma. Sin embargo, la manifestación convocada por el BPR fue violentamente reprimida por los cuerpos de seguridad. En el hecho murió Delfy, junto a dos compañeros más, no sin antes expresar, poéticamente, su amor al pueblo, su muerte a manos del enemigo y su convicción de hacer lo que debía: dar la vida por los demás.



Algunos de sus poemas.

Soy feliz.
Hoy conozco la felicidad.
Hoy supe que no es que yo esté en el camino
ni junto al camino ni con el camino.

¡Yo soy el camino!

Nunca me sentí tan pueblo como hoy,
ni tan fuerte
ni tan tanta ni tan cuánta como hoy.

Es una sólida y concreta certeza,
es límpida agua transparente coloreada de futuro
tras un rojo sol bañado de esperanzas.

Es fe inquebrantable que paraliza la duda
y rompe el silencio que movió la sangre.

Así concreticé mis pasos,
aquellas inciertas –inútiles- huellas
que volaron como hojas
sobre el cielo fugaz.

Proletaricé mi sangre antes congelada
-ahora viva-
en las simientes que palpitan.

El instante es más humano y claro
porque hoy más que nuca
lo sentí respirar transparencias rojas y amarillas
como amores revoloteando,
iluminando canciones.

Soy feliz
porque a tiempo vislumbré el sendero que ahora construimos
porque es sólida y concreta la certeza
de que el canto de nuestra América es uno,
porque mi mano es puño contra el enemigo
pero siempre está cálida y abierta al compañero,
porque el amor besó mis ojos
y se hizo luz.

Hoy me sentí más pueblo que nunca
y sentí la felicidad más feliz que nunca
porque ya no es propiedad privada
sino de todos.

Con gusto moriré.
A mí me van a matar.
¿Cuándo? No sé...

Lo que sí tengo claro es que moriré así,
asesinada por el enemigo.

Como quiero seguir luchando, siempre estaré luchando para morir así.
Como quiero morir junto al pueblo, nunca me separaré de él.
Como es nuestro grito el que llegará, deberé gritarlo siempre.
Como el futuro y la historia están con nosotros, jamás me desviaré del camino.
Como aspiro a ser revolucionaria,
mis puntos de vista y todas mis aspiraciones estarán a partir de ello.

No tendré miedo nunca.

Todo lo que haga tiene que ser un golpe al enemigo,
en cualquier forma que se dé.
Siempre estaré activa.

Lo que si es seguro es que me van a matar.

Y mi sangre regará nuestra tierra
y crecerán las flores de la libertad.
Y el futuro abrirá sus brazos y caluroso,
lleno de amor, nos acogerá en su pecho.
Nuestra madre,
nuestra patria,
reirá feliz al estar de nuevo con su hijo, con su pueblo,
con el niño que lloraba un pedazo de pan
Y que hoy crece como río.
Con la madre que moría lentamente
y hoy vive su lejano sueño de ayer.
Con el eterno combatiente cuya sangre
alimentó el día que algún día llegará.
Sí, con gusto moriré, llena de amor.

Quiero morir de la manera más natural en estos tiempos en mi país:
¡Asesinada por el enemigo de mi pueblo!


Rafael Antonio Girón Martínez.
Nació el 27 de noviembre de 1956 en la ciudad de Santa Ana, hijo de Antonio Girón (QEPD) y María Hortensia de Girón. Realizó la primaria en la Escuela Experimental Tomás Medina y la secundaria en el Instituto Nacional de Santa Ana (INSA). En octubre de 1976 ingresó a la carrera de Ingeniería Mécanica en la Universidad José Simeón Cañas (UCA), carrera que cursó hasta su tercer año. Dentro de la universidad perteneció al FUR-30, organización vinculada al Bloque Popular Revolucionario (BPR).

Algunos datos importantes: en la colonia en que vivió, Antonio era conocido por varios sobrenombres como Chenquita, Toño Chamayoya y el Tierno. Este último sobrenombre caracterizaba su personalidad, según una su hermana con quien se relacionaba bastante bien y con mucha confianza. Quizás sea esta ternura la que lo llevo a estar comprometido con una organización política dentro de un contexto de injusticia social.

Dentro de sus pasatiempos estaban el practicar judo, basketball y fútbol, además de tocar la guitarra y cantar, actitud y vocación que había heredado de su familia.

Su muerte ocurrió el día 23 de mayo de 1979, y no el 22 de mayo de 1979 como lo comunicaron los periódicos nacionales, ya que el apareció en la morgue del cementerio Francisco Menéndez a las 11:30am del día 23, y según nos cuenta su hermana al momento de reconocerlo su cuerpo presentaba señales de haber sido golpeado y torturado y aún presentaba movilidad, es decir, que no presentaba rigidez cadavérica, además, el forense de manera personal le dijo que su hermano no había muerto el 22 de mayo sino a tempranas horas del 23 por golpes.

A continuación reproduzco fragmentos de la composición literaria No me importa morir, si es por mi pueblo, que un estudiante de la UCA elaboró en conmemoración de un año más de su muerte.

Ingeniería mecánica decidí estudiar,
Me inscribí y el estudio tomé con seriedad,
Pero mi entorno empezaba a resaltar
Y en aquella época me di cuenta de la realidad.

Con mi hermano Alfonso viví en San Salvador
Y con mi hermana Imelda había visitado ya esta gran ciudad.
En Santa Ana, lejos, no me daba cuenta del gran dolor
Que el sistema ejercía con su persistente hostilidad.

¡Qué jodido! Dije en aquel momento
y el FUR-30 me apareció de repente.
Para hacer algo me puse en movimiento
Y aquella idea persistió en mi mente.

Lograr un cambio social,
Pregonaban estudiantes y artistas.
Era el gran ideal
Luchar contra los elitistas.

Ver a mi gente sufrir, no pude aguantar más;
El corazón se me partía y entonces decidí luchar.
Frente a la embajada de un Venezuela tal,
Cobardemente nos obligaron, de sangre la tierra manchar.

Mi cuerpo, un impacto de bala recibió,
En mi hombro derecho, según recuerdo yo,
Pero causa es no fue de mi muerte,
Sino de la tortura que el sistema me propinó.

La electricidad mi cuerpo soportó,
El dolor y el destrozo con miedo aguanté,
Pero mi alma sufrida, con dolor, optó
Por dejar mi cuerpo y se fue.

Mi cuerpo apareció entre los demás,
Mas ya no tenía vida para dar;
Solo quedaba la esperanza... y se fue:
Que mi familia me fuera a encontrar.

Ahora, todo esto ha pasado ya.
Aquella época quedó atrás,
Aquellos ideales,
Aquellos sueños.
Pero estoy vivo,
Vivo en aquellos que recuerdan lo que fui:
Mis hermanos, mi madre,
Mis amigos y mis compañeros.

Jorge Mauricio Scaffini Siryani.
Nace el 6 de noviembre de 1957, en Jucuapa, departamento de Usulután. Hijo de padres divorciados, pasa sus primeros años de vida en un ambiente cargado de inestabilidad familiar. Al casarse su madre nuevamente, integra una familia y comienza a trasladarse por el trabajo de su padrastro. Vive en Guatemala y en Costa Rica.

Regresa al país y en 1975 entra al Colegio García Flamenco, de donde se graduaría de Bachiller Académico en 1976. En 1977 entra a la UCA a estudiar Ingeniería Eléctrica. Perteneció al FUR-30.

Mauricio era un joven alto, delgado, de mirada bondadosa y serena. Tenía un gran corazón y siempre estaba preocupado por el prójimo. Sus familiares recuerdan que desde pequeño era entregado a los demás. Era amistoso, respetuoso, soñador, tenaz, enemigo de las injusticias y desigualdades sociales. Su espíritu humanitario lo llevó a defender la causa de los más necesitados y a ir en contra de las violaciones de los derechos humanos que se cometían día a día en la época de los setenta.

Uno de sus mejores amigos comentó: “él murió por un ideal. Su perfil humano estaba bien definido; estaba impregnado de mucho romanticismo de izquierda”.

Mauricio murió frente a la embajada de Venezuela, un martes 22 de mayo de 1979, en horas de la tarde. Una bala cruzó su corazón, muriendo instantáneamente. Su familia sobrellevó este duro golpe y, junto a sus amigos y toda la gente que lo quería, fue velado en la funeraria “La Piadosa” y enterrado en el Cementerio General de San Salvador. Sus restos se encuentran en un nicho aéreo, en el cuadro Masferrer. A su alrededor, jóvenes que también cayeron en masacres ocurridas por ese tiempo, lo acompañan.

“Cuando él murió, para mi fue un impacto espantoso... solo llorando pasaba. En esos días, tuve un sueño que jamás se me olvidará: “él estaba sentado en una piedra en medio del mar y me dijo: ¿por qué estás triste, Chele? Aquí me siento mejor que en la tierra. Aquí estoy mejor que en la tierra” (Marietta). “En la Biblia dice: No hay amor más grande que el de aquel que otorga la vida por su prójimo (Pepe). “Yo no dudo que Mauricio esté en el cielo, porque realmente lo que hizo, lo hizo por amor” (Bessy). “Dios me quitó un hijo bueno, muy lleno de virtudes... Toda la vida andaba pensado que la gente necesitaba de él” (Doña Blanca). “Todo lo que hacía él era entregarse. Lo quise tanto y lo quiero todavía. Mi hermano no murió (Gina). “Mauricio, no sé dónde estarás, no sé cómo estarás pero yo siempre te quiero como un padre, como siempre” (Don Hugo).

Aquel muchacho de andar elegante y mirada serena, ha dejado este mundo. Como una suave y fresca brisa pasó por la vida dejando a su paso una estela de amor y entrega incondicional por aquellos que más lo necesitaron.

Adiós, Mauricio. Adiós, amigo. Adiós, hermano... tu sangre fue derramada, pero tu espíritu permanecerá vivo en las mentes y corazones de quienes te han querido año tras año y de quienes, ahora aprendimos a quererte...