jueves, 21 de mayo de 2009

Algunos poemas de Delfi Góchez!!!!!






Soy feliz.
Hoy conozco la felicidad.
Hoy supe que no es que yo esté en el camino
ni junto al camino ni con el camino.

¡Yo soy el camino!

Nunca me sentí tan pueblo como hoy,
ni tan fuerte
ni tan tanta ni tan cuánta como hoy.

Es una sólida y concreta certeza,
es límpida agua transparente coloreada de futuro
tras un rojo sol bañado de esperanzas.

Es fe inquebrantable que paraliza la duda
y rompe el silencio que movió la sangre.

Así concreticé mis pasos,
aquellas inciertas –inútiles- huellas
que volaron como hojas
sobre el cielo fugaz.

Proletaricé mi sangre antes congelada
-ahora viva-
en las simientes que palpitan.

El instante es más humano y claro
porque hoy más que nuca
lo sentí respirar transparencias rojas y amarillas
como amores revoloteando,
iluminando canciones.

Soy feliz
porque a tiempo vislumbré el sendero que ahora construimos
porque es sólida y concreta la certeza
de que el canto de nuestra América es uno,
porque mi mano es puño contra el enemigo
pero siempre está cálida y abierta al compañero,
porque el amor besó mis ojos
y se hizo luz.

Hoy me sentí más pueblo que nunca
y sentí la felicidad más feliz que nunca
porque ya no es propiedad privada
sino de todos.

Con gusto moriré.
A mí me van a matar.
¿Cuándo? No sé...

Lo que sí tengo claro es que moriré así,
asesinada por el enemigo.

Como quiero seguir luchando, siempre estaré luchando para morir así.
Como quiero morir junto al pueblo, nunca me separaré de él.
Como es nuestro grito el que llegará, deberé gritarlo siempre.
Como el futuro y la historia están con nosotros, jamás me desviaré del camino.
Como aspiro a ser revolucionaria,
mis puntos de vista y todas mis aspiraciones estarán a partir de ello.

No tendré miedo nunca.

Todo lo que haga tiene que ser un golpe al enemigo,
en cualquier forma que se dé.
Siempre estaré activa.

Lo que si es seguro es que me van a matar.

Y mi sangre regará nuestra tierra
y crecerán las flores de la libertad.
Y el futuro abrirá sus brazos y caluroso,
lleno de amor, nos acogerá en su pecho.
Nuestra madre,
nuestra patria,
reirá feliz al estar de nuevo con su hijo, con su pueblo,
con el niño que lloraba un pedazo de pan
Y que hoy crece como río.
Con la madre que moría lentamente
y hoy vive su lejano sueño de ayer.
Con el eterno combatiente cuya sangre
alimentó el día que algún día llegará.
Sí, con gusto moriré, llena de amor.

Quiero morir de la manera más natural en estos tiempos en mi país:
¡Asesinada por el enemigo de mi pueblo!

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