sábado, 3 de julio de 2010

Presentado en La Habana libro del Che sobre la guerrilla en el Congo

2010-07-02 |
Pasajes de la guerra revolucionaria (Congo), de Ocean Sur, fue presentado por Aleida Guevara y por el comandante Víctor Dreke, uno de los líderes del destacamento cubano en África







En la mañana de este viernes 2 de julio fue presentado en la sede del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) el libro Pasajes de la guerra revolucionaria (Congo) —un trascendental testimonio de Ernesto Che Guevara sobre su participación en la guerrilla congolesa, publicado por Ocean Sur en asociación con el Centro de Estudios Che Guevara—, lanzamiento que coincidió con el 85 aniversario del natalicio de Patricio Lumumba, primer presidente del Congo, asesinado el 17 de enero de 1961, apenas semanas después de su asunción como mandatario.

Pocas veces se ha tenido el privilegio de ver reunidos a los sobrevivientes de esa epopeya africana que comenzó en 1965, fruto de los desvelos del Che por continuar ayudando a liberar «otras tierras del mundo». Los comandantes Víctor Dreke (Moja, jefe de la Columna 1) y Oscar Fernández Mell (Siki, jefe del Estado Mayor, médico desde la Sierra Maestra), así como el primer teniente Harry Villegas (Pombo) —integrantes de la guerrilla congolesa dirigida por el Che—, junto a Aleida Guevara March, emocionaron al auditorio con su recuerdo de aquellos días, que tan decisivos resultaron para las futuras victorias de las luchas por la emancipación en el continente africano.

Se encontraban presentes miembros del cuerpo diplomático africano acreditado en Cuba, integrantes de la guerrilla congolesa, funcionarios de instituciones políticas, colaboradores de Ocean Sur, así como admiradores y estudiosos de la vida y la obra de Ernesto Che Guevara.

La doctora Aleida Guevara, hija mayor del Che, explicó que Pasajes de la guerra revolucionaria (Congo) es «un libro muy importante, uno de los inéditos del Centro de Estudios Che Guevara conservado en su archivo personal» que se publicó por primera vez en 1998 y ahora circula en una nueva edición, ya como versión íntegra de todos los apuntes corregidos por el intelectual y guerrillero argentino. Significó para ella, además, «el primer reto de hacer un prólogo» a un material «tan valioso» como las memorias del Che sobre la guerrilla congolesa y donde traza no solo «sus experiencias» sino además «una evaluación de lo que se debe y lo que no se debe hacer» en ese tipo de lucha por la liberación.

La autora del prólogo se refirió a la publicación de una carta de Fidel Castro al Che —desconocida antes de la aparición del volumen— donde el líder de la Revolución «trató de convencerlo de que regresara a Cuba». Es la «carta de un hombre a otro tratando de protegerlo», expresó y leyó algunos fragmentos:

[…] Sin embargo, me parece que, dada la delicada e inquietante situación en que te encuentras ahí, debes, de todas formas, considerar la conveniencia de darte un salto hasta aquí.

[…] No insinúo ni remotamente un abandono o posposición de los planes ni me dejo llevar de consideraciones pesimistas ante las dificultades surgidas. Muy al contrario, porque creo que las dificultades pueden ser superadas y que contamos más que nunca con la experiencia, la convicción y los medios para llevar a cabo los planes con éxito, es por lo que sostengo que debemos hacer el uso más racional y óptimo de los conocimientos; los recursos y las facilidades que se cuenta. ¿Es que realmente desde que se engendró la ya vieja idea tuya de proseguir la acción en el otro escenario, has podido alguna vez disponer de tiempo para dedicarte por entero a la cuestión para concebir, organizar y ejecutar los planes hasta donde ello sea posible?

[…] Espero no te produzcan fastidio y preocupación estas líneas. Sé que si las analizas serenamente me darás la razón con la honestidad que te caracteriza. Pero aunque tomes otra decisión absolutamente distinta, no me sentiré por eso defraudado. Te las escribo con entrañable afecto y la más profunda y sincera admiración a tu lúcida y noble inteligencia, tu intachable conducta y tu inquebrantable carácter de revolucionario íntegro, y el hecho de que puedas ver las cosas de otra forma no variará un ápice esos sentimientos ni entibiará lo más mínimo nuestra cooperación.

«Fui a ver a Fidel —expresó Aleida Guevara—, a pedirle permiso para publicar la carta y a preguntarle por qué no la había dado a conocer antes, si con ella desmentiría todos los rumores que el imperialismo trataba de sembrar entre los dos líderes, para contraponerlos y con ello perjudicar a la Revolución cubana». Cuenta que Fidel le contestó que «si iba a dedicarse a responder a todas las patrañas del imperio, no le quedaría tiempo para trabajar en Cuba».

El comandante Víctor Dreke (Moja) la escuchó atento hasta el final, a su lado. El entonces instructor de los oficiales cubanos en el Congo estuvo unos segundos en silencio, frente al micrófono, antes de aclarar que era «una responsabilidad histórica reconocer que estamos totalmente de acuerdo con lo que plantea el Che» en el libro.

«El Che le decía al pan, pan… Ser crítico era una de sus características, pero era ante todo muy autocrítico», señaló Dreke y continuó: «aprendimos mucho del Che, de su sacrificio, del respeto que sentía por los compañeros africanos y de su insistencia en que los cubanos siempre debíamos dar el ejemplo».

Eran tiempos en que el Che —cuyo nombre de guerra en el Congo era Tatu— «aún no era conocido como el “Guerrillero Heroico”, sino como “el médico”, el “muganga (médico) Tatu”». De ahí «nace la histórica ayuda internacionalista de los médicos cubanos en África».

Luego de narrar estremecedoras anécdotas sobre la sencillez y el ejemplar humanismo de Ernesto Guevara, el comandante Moja expresó que «hoy nos sentimos congratulados por presentarles este libro donde el Che lo dijo todo, no se guardó nada» y aunque en él «hay críticas fuertes» a muchos compañeros, «todo lo que dijo es verdad».

Pasajes de la guerra revolucionaria (Congo) incorpora un listado de términos en swahili, mapas de la zona de operaciones de la guerrilla y numerosas fotos que recorren desde el cambio de fisonomía al que tuvo que recurrir Ernesto Guevara para trasladarse hasta el Congo, pasando por la cotidianeidad en el campamento guerrillero en África, hasta el retorno a Cuba, por Tanzania. Incluye, además, un anexo con todos los combatientes cubanos en la guerrilla. El libro que el Che comienza de la manera más dura y realista posible —«Esta es la historia de un fracaso»—, concluye con un conmovedor vaticinio sobre la liberación del Congo.

«Los compañeros que tuvimos la oportunidad de estar en África, seremos fieles a su memoria», concluyó Víctor Dreke y una larga ovación estremeció el verano habanero.

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