lunes, 26 de octubre de 2009

Los líos de ARENA

Editorial YSUCA

Los líos de ARENA


Sobre los problemas internos de ARENA está corriendo mucha tinta. Y además presentando la situación como una catástrofe. De parte de algunos casi con las mismas tintas con las que describían el caos que sobrevendría de triunfar el FMLN. Ahora incluso anuncian que los inversionistas van a dejar de venir a causa de la división de ARENA. Y por supuesto que los diputados disidentes, aliados al FMLN, van poco menos que a instalar en el país la dictadura del proletariado. Está bien que la dirigencia de ARENA viva con cierto dramatismo la separación. Pero hace el ridículo al traspasar ese lenguaje tan exagerado al público salvadoreño.

Mucho mejor sería que enfrentaran la realidad. ARENA no perdió las elecciones por la mala selección de un candidato, sino por la acumulación de una política dedicada a amparar a los más ricos y despreocupada de los problemas sociales. Cuando el presidente Saca comenzó a preocuparse de lo social a través de red solidaria y otros programas fue demasiado tarde. Los programas eran insuficientes y la crisis alimentaria primero y general después, que nos golpeó a partir del 2007, sorprendió a nuestro país con una política socialmente floja y económicamente irresponsable.

El hecho de que desde el 2007 al 2009 se hayan agregado 600.000 personas más a la situación de pobreza dentro de nuestro país explica mucho mejor la derrota de ARENA que todas las “astralidades” que se publican ahora sobre las alianza del primo del presidente Saca con el efemelenista Jose Luis Merino. Un aumento del número de personas en pobreza que no fue previsto por los gurús criollos del libre mercado. La creencia en que enriqueciendo a los más ricos se benefician automáticamente los más pobres puede dar algún resultado en tiempos de bonanza económica y en los países ricos. Pero en nuestros países pobres cuando se siguen políticas de apoyo a los más ricos sin tener la inversión social adecuada, lo que se produce es diferencias graves en el ingreso, escándalo ante modos de vida tan contrastantes, falta de cohesión social y finalmente violencia, corrupción y vulnerabilidad.
En realidad las elecciones no las perdió Tony Saca sino una oligarquía demasiado autosuficiente y engreída que creía que con dinero, propaganda y amenazas de que Cuba o Venezuela iban a gobernar El Salvador, iban a superar el descontento por las políticas sociales tan deficientes de su partido.

Lo mejor que puede hacer ARENA, si quiere continuar siendo una fuerza con futuro en el país, es convertirse en una derecha moderna. Una derecha que no tiene miedo a que se suban los impuestos y se invierta sustancialmente más en lo social. Sin duda sigue habiendo gente entre los patrones de ARENA que aspiran a boicotear todo lo posible al FMLN para que este partido y gobierno actual no avance en sus políticas sociales. Y de este modo lograr que la gente, decepcionada, vote de nuevo por la derecha. Pero esa política es sumamente peligrosa tanto para el país como para la propia ARENA. Las tácticas de boicot en un país como el nuestro, tan necesitado de acuerdos políticos y sociales, sólo llevan a la ingobernabilidad y al fracaso.

Reconocer los defectos del propio partido, construir una derecha moderna que no le tenga miedo a la inversión social sustantiva y a la lucha firme contra la pobreza, manteniendo al mismo tiempo la defensa de las libertades básicas, es el único camino que puede ofrecerle a ARENA un futuro de sana alternancia en el ejercicio del poder. El discurso arrinconado y tremendista que hasta ahora están exhibiendo sus líderes no hace más que mostrar la incapacidad de entender la realidad salvadoreña que tiene la dirigencia arenera.

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