Margarita Moreno
23/07/2009 El Instituto de Derechos Humanos de la UCA (IDHUCA) nació en un momento histórico en el que la vida y la integridad física de las personas permanecían en constante amenaza: la época del conflicto armado. Las graves violaciones y atropellos que sufría la población salvadoreña en los años ochenta le hicieron comprender al IDHUCA que su labor no debía limitarse únicamente a la defensa y asesoría jurídica, sino que también implicaba trabajar por la consolidación de una cultura de promoción de los derechos humanos.
Fue así como surgió la iniciativa de impartir diversos programas educativos, en donde los participantes adquirieran las competencias, conocimientos, habilidades y valores para interiorizar y reivindicar sus derechos. “Nos interesa que, con este aporte, podamos contribuir a la construcción de un Estado democrático, en donde los ciudadanos logren un empoderamiento de sus derechos”, asegura Berta Alicia Ruiz, una de las encargadas del área educativa del IDHUCA.
La educación que se promueve desde el Instituto parte de las necesidades formativas identificadas en las entidades encargadas de administrar la justicia y la aplicación de las leyes en nuestro país. Por ello, algunos de los seminarios, diplomados, talleres o cursos especializados que se imparten están orientados al personal que labora en instituciones como la Fiscalía General de la República (FGR), la Policía Nacional Civil (PNC), el Instituto de Medicina Legal, la Academia de Seguridad Pública (ANSP) y la Asamblea Legislativa.
Durante 2008, gran parte de la gestión educativa del IDHUCA estuvo orientada al fortalecimiento del enfoque de derechos humanos en áreas como la investigación criminal, la prevención de la violencia y la función legislativa.
Es ese sentido, se desarrollaron los diplomados en Liderazgo y Diversidad, en el que participaron diputadas (propietarias y suplentes), asesoras y asistentes del órgano legislativo; en Investigación Criminal y Derechos Humanos, que se imparte anualmente para miembros de la FGR, la PNC, la ANSP y el Instituto de Medicina Legal, y que tiene como objetivo proporcionar herramientas que garanticen el respeto a los derechos humanos durante una investigación de hechos delictivos; en Estrategias Metodológicas para la Convivencia Escolar, dirigido a directores y subdirectores de 40 centros escolares, tres complejos educativos y ocho institutos nacionales de la zona metropolitana de San Salvador; y en Prevención de Violencia, en el que participaron 92 miembros de 43 instituciones educativas de municipios como Lourdes Colón, Jayaque, San Juan Opico, Zapotitán, Chamico y Ciudad Arce. Actualmente se está desarrollando una nueva edición de este último diplomado, en el que también participan docentes de centros escolares ubicados en municipios con altos índices de violencia.
De acuerdo a Ruiz, la metodología que se utiliza en cada uno de los talleres o diplomados es variada y depende en gran medida de la temática y del tipo de público que recibe la formación. Sin embargo, una de las herramientas más utilizada es el análisis de casos, pues con esta se logra sensibilizar y promover la denuncia de las violaciones a los derechos humanos.
Los contenidos de los programas son impartidos por un equipo multidisciplinario conformado por catedráticos e investigadores de la Universidad, y especialistas de otras instituciones.
Para Ruiz, el principal reto de la labor educativa que desarrolla el IDHUCA es lograr “que los conocimientos que adquieren las personas que participan en los proyectos educativos sean utilizados en la práctica, en la vida cotidiana”. Es decir, “formar, informar y transformar (la realidad)” desde valores como la paz, la justicia, la tolerancia y el respeto a la dignidad humana
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