viernes, 25 de junio de 2010

Para que el fútbol sea del pueblo

Escrito por Ruptura/FER - Portugal
Viernes 18 de Junio de 2010 01:42


Hay varios ejemplos de lucha de clases en las canchas, desde los trabajadores ferroviarios que fundaron el Manchester United hasta el heroico equipo del Dinamo de Kiev.
La copa del mundo comenzó el 10 de junio en Sudáfrica. Es el torneo del deporte más popular del mundo. Pero aquello que podría ser una fiesta para diferentes pueblos es, en su lugar, un inmenso vehículo de alienación, con jóvenes de poco más de 20 años que valen 96 millones de euros, empresarios y magnates que transfieren entre sí millones que, como siempre, vienen de quien trabaja. Sin embargo, no siempre fue así ni tiene que serlo.

El fútbol no es solo el “opio del pueblo”, pudiendo también ser el alivio del oprimido. En las graderías del Old Trafford, estadio del Manchester United, en vez del habitual rojo, millares usan orgullosas chaquetas verdeamarellas, en honor al uniforme original del club, que fue fundado en 1878 por trabajadores ferroviarios y en protesta contra la administración de la familia Glazer, que dirige el club. Y ninguna de las victorias de los últimos años hace callar la protesta de los adeptos que, según sus cánticos en las gradas, quieren de vuelta su equipo.

Gramados rojos

Hay además varios ejemplos de lucha de clases en los gramados. Desde el heroico equipo del Dínamo de Kiev que, con el nombre de FC Star, enfrentó en 1942 al Flakelf, en San Petersburgo, un equipo que representaba a la fuerza aérea alemana, para servir de ejemplo de la superioridad germana. Fueron previamente avisados que deberían perder. Sin embargo, a pesar de todas las amenazas, ganaron por 5 a 3 y, en el último minuto, el delantero del equipo soviético, después de driblar al portero alemán, resuelve volver al medio campo en vez de marcar un gol más, para mayor humillación de los nazis. El árbitro, oficial de las SS, pitó inmediatamente el final del juego. Los jugadores fueron torturados (uno murió durante la tortura) y enviados a los campos de concentración. La historia terminó por entrar en el imaginario de la resistencia al fascismo y aún hoy, en el estadio del Dinamo de Kiev, hay una placa que conmemora a ese equipo.

En el 2006, la guerra civil en Costa de Marfil se detuvo con un entrenamiento de su selección para el Mundial, y cuando Diego Maradona derribó a Inglaterra en 1986, fue como si Argentina, durante 90 minutos, hubiese ganado la guerra de las Malvinas.

En Sudáfrica, la clase trabajadora va a observar a sus ídolos moviendo el balón. Con el mundo entero siguiendo las justas, es una oportunidad única para que se luche contra la pornográfica relación entre el dinero y el fútbol y que, en un mundo que vive en guerra y con millones de explotados, levanten sus banderas de justicia y paz. Para que el balón esté, algún día, del lado del pueblo


Lucha de clases en el Mundial de Sudáfrica
Escrito por Manuel Neves - Ruptura/FER - Portugal
Miércoles 23 de Junio de 2010 23:10
Mientras Cristiano Ronaldo y compañía juegan siendo obscenamente pagados, otros intervinientes en el Campeonato Mundial que se disputa en Sudáfrica resuelven luchar por mejores condiciones de vida.

De esta forma, los stewards, responsables por la seguridad durante los juegos, iniciaron una huelga en protesta contra el hecho de que están siendo mal pagados (al contrario de los prometidos 1900 rands están recibiendo 150 - cerca de 15 euros por turnos de 12 horas!).
Estos trabajadores ocuparon las inmediaciones del estadio Moisés Mabhida en Durban e hicieron que fuera la policía local la que se ocupara de la seguridad de los juegos.
Los manifestantes fueron agredidos y la policía -siempre velando por el orden público-disparó balas de goma y gases lacrimógenos. Las protestas tuvieron inmediata solidaridad de otros stewards que preparaban ya una huelga en Ciudad del Cabo, antes del juego entre Italia y Paraguay, teniendo a la policía cargando inmediatamente sobre los manifestantes, con el saldo de un herido, según el periódico Guardian.
La ola de protestas está por extenderse a toda Sudáfrica, y el hecho de que todas las miradas del mundo estén centradas en el país da una óptima oportunidad de lucha a sus trabajadores. En Johannesburgo, son los conductores de autocarros que luchan contra el aumento del horario de trabajo durante el Campeonato del Mundo, y en Durban, 800 manifestantes gritaron contra el gasto inusitado que el gobierno ha hecho con el torneo futbolístico en un país azotado por la pobreza y el desempleo, gritando consignas como “World Cup for all! People before profit!”(¡Copa del Mundo para todos! ¡Los seres humanos antes que el lucro!).
Los representantes del campeonato mundial ya intentaron echar agua al vino, diciendo que se trata de una “cuestión interna” y que nadie se verá afectado. En nuestra opinión, todos los “fans” que fueron trabajadores deben alentar por la lucha de los trabajadores, porque esta también es su lucha.
¡Nuestro equipo es el de los trabajadores!

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