viernes, 25 de junio de 2010

El desafío de la izquierda sindical

Escrito por Angel Luis Parras y Enrique Martínez
Martes 22 de Junio de 2010 21:22
La convocatoria de CCOO y UGT para el 29 de septiembre tiene todas las características de una iniciativa envenenada, un fraude calculado para sacarse la presión de encima y dar un balón de oxígeno al Gobierno de Zapatero.

“¿No queríais huelga general? Ahí la tenéis” parecen afirmar los dirigentes de CCOO y UGT, sacudiéndose así la presión. Para una parte de la izquierda, la que oscila entre el apoyo incondicional a Toxo y Méndez y la omisión de críticas a la burocracia sindical, el 29S es el hueso a morder. Ahora toda la orientación ante la actual situación comienza y termina en “concentrarse en que el 29 de Septiembre salga bien”.

Pero para un sector cada vez más significativo del activismo obrero, de las organizaciones del sindicalismo alternativo y trabajadores de base, de empresas marcadas por luchas más o menos recientes y duras, la decisión de Toxo y Méndez sólo ha hecho que acrecentar su indignación. Por eso ese sector, lejos de obnubilarse con el 29S, comienza a responder a la convocatoria de CCOO y UGT diciendo “a otro perro con ese hueso”.

En un cuadro de indignación con las medidas del gobierno y de profunda desconfianza en la burocracia, la decisión de la mayoría sindical vasca de convocar huelga general el 29 de junio en Euskal Herria arrastró a CCOO de Euskadi y ha espoleado a otros sectores del sindicalismo alternativo. Eso explica la decisión del Comité de descansos de TMB y de la Coordinadora Sindical Unitaria de Catalunya --que agrupa a sindicatos como la Intersindical Alternativa de Catalunya, el Sindicato Unitario (Metro) y Comisiones de Base (Cobas), entre otros-- de convertir el 29 de Junio en una jornada de lucha que culmine en una manifestación en Barcelona. Y explica también la misma iniciativa tomada en Madrid por el agrupamiento sindical y social “Hay que pararles los pies”, que prevé, entre las acciones de la jornada de lucha, el apoyo a la huelga del Metro y de los trabajadores de la recogida de basura y que culminará también con una manifestación el 29 por la tarde.

Al cierre de esta edición se esperaba una respuesta similar de los compañeros del SAT-SOC en Andalucía y previsiblemente en otros lugares del Estado.

Como se decía en la manifestación alternativa az\del pasado día 8 en Madrid: “Hoy la tarea de todos nosotros es fortalecer este movimiento unitario de lucha que estamos intentando poner en pie, (…) agrupar fuerzas, defender con empeño y generosidad iniciativas que hagan posible ir uniéndose, para que los trabajadores tengan un referente, aunque sea modesto, de clase, combativo y alternativo al sindicalismo del sistema”.

Pero seguir agrupando al sindicalismo no es tarea fácil. Pese al empeño digno de elogio de muchos de sus militantes, las conductas erráticas y autoproclamativas de CGT o abstencionistas de la CIG, no solo no ayudan a ese necesario proceso unitario sino que acaban siendo una traba y alentando sus interminables divisiones internas.

La brutalidad del ataque a los trabajadores y la más que previsible profundización del mismo exige tocar a zafarrancho de combate. Por eso la decisión de hacer del 29 de Junio una jornada de lucha merece todo el apoyo. Es posible que los resultados sean modestos, desiguales, pero eso es secundario en relación al camino emprendido, no quedándose en el papel de “consejeros de izquierdas” de los dirigentes de CCOO y UGT, ni en sus Pepitos grillos, y levantando un referente no sólo distinto sino enfrentado a estos capataces del sistema.

Sólo si este movimiento de oposición sindical se va consolidando y extendiendo será posible que la huelga general del 29S no se caiga en el camino, sea un éxito y tenga continuidad hasta echar abajo los planes del Gobierno.

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