jueves, 25 de febrero de 2010

El día de la justicia social

Ética y Política
El día de la justicia social
José M. Tojeira




En Noviembre del año 2008 las Naciones Unidas establecieron el día mundial de la justicia social. Se comenzó a celebrar el 20 de Febrero del año 2009. El sábado pasado se ha celebrado por segunda vez el día mundial de la justicia social. Pero a pesar de ser una decisión de las Naciones Unidas, el día tiende a pasar en el anonimato. Anonimato tanto más grave en países como el nuestro, que tienen un amplio y grave déficit en el campo de la justicia social. Por ello, aunque sea con retraso, conviene recordarlo, insistir y reflexionar sobre lo que es y significa la justicia social.

Desde el punto de vista del pensamiento católico, y simplificando mucho las cosas, diríamos que la justicia social tiene sus raíces en el doctrina del bien común. Es decir en la búsqueda de que todas las personas puedan llevar a cabo y desarrollar todas sus potencialidades en una sociedad organizada al servicio de todos. En general el Compendio de Doctrina social de la Iglesia, publicado por el Consejo Pontificio Justicia y Paz, insiste en que toda la doctrina social de la Iglesia “es requerida y determinada por las grandes cuestiones sociales, para las que quiere ser una respuesta de justicia social”. Una respuesta que se aclara posteriormente, quiere impulsar en la convivencia social un anticipo de novedad y del futuro absoluto de Dios, que es amor, vida, justicia y paz. Las concreciones de la doctrina social de la Iglesia recorren a partir de estas ideas un sin fin de temas que pasan por el empleo, el salario, la prioridad en el terreno de los valores del trabajo sobre el capital, el desarrollo de los pueblos marginados, la creación de una nueva civilización, la construcción de la paz, las estructuras sociales que crean injusticia, etc.

En ese contexto de justicia social, con su responsabilidad de anuncio y denuncia, es que la misma Iglesia desarrolla el concepto de pecado social. Todo lo que se opone a la justicia, la libertad y la paz entre los individuos, los grupos y los pueblos es considerado pecado social. Y ese mismo pecado social crea y alimenta estructuras de pecado. Estructuras que a su vez generan actitudes que complican todavía más la situación. Actitudes de las que la Iglesia señala dos fundamentalmente: La sed de ganancia exclusiva y la sed de poder. Ambas se suelen desarrollar y crecer “a cualquier precio”.

Por su parte la Organización Internacional del Trabajo, OIT, dependiente de las Naciones Unidas, desarrolla también el tema de la justicia social a partir del concepto de trabajo decente. Empleo adecuadamente remunerado, redes de protección social en la salud, educación y pensiones, diálogo social permanente y cumplimiento de los derechos en el trabajo son los factores que llevan a establecer un trabajo decente según esta organización de la ONU.

Los déficit en justicia social que tenemos en El Salvador bajo cualquiera de las dos concepciones de la justicia social son grandes. Parafraseando el dicho sobre el sentido común podríamos decir también que el bien común es el menos común de los bienes en nuestras tierras. El programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en su sede de El Salvador, publicaba el año 2008 un informe sobre el desarrollo humano analizando el empleo en El Salvador. Observaba que en nuestro país sólo el veinte por ciento de la población económicamente activa entraba dentro de lo que puede hoy llamarse, en términos internacionales y en las condiciones salvadoreñas, trabajo decente. Toda una tragedia nacional que la crisis internacional ha hecho crecer sin lugar a dudas. Y que contrasta con las informaciones optimistas de los gobiernos pasados que nos decían que la lucha contra la pobreza iba bien.

En este contexto el día mundial de la justicia social no debería pasarnos inadvertido. Y sin embargo tanto en el mundo de la política como en el de la sociedad civil el silencio ante esta fecha ha sido patente. Podremos autojustificarnos diciendo que siempre estamos preocupados por los problemas sociales. Pero lo cierto es que el término justicia social lo tenemos medio arrinconado, como si fuera un término del pasado, incorrecto políticamente, vinculado a la violencia de la guerra. Y sin embargo es un término profundamente realista, que nos invita a analizar tanto las estructuras que marginan, excluyen y oprimen a las mayoría de nuestros coterráneos, como a trabajar por construir unas relaciones sociales en el país que nos lleven con mayor velocidad hacia el desarrollo, hacia la convivencia no violenta y hacia una sociedad más integrada y menos rota.

Olvidar el día de la justicia social puede ser un síntoma de nuestro conformismo. Ese terrible conformismo de quien tiene capacidad para ver lo negativo, manifiesta de palabra que no está de acuerdo con lo que sucede en el entorno, y sigue viviendo como siempre, convencido de que no puede hacer nada. El día de la justicia social nos presenta siempre retos. Retos que debemos debatir y asumir todos desde la sociedad civil, desde el compromiso político y desde una planificación del futuro que nos lleve hacia un verdadero desarrollo humano, equitativo y justo.

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Marzo 2009 – marzo 2010, año de todos los mártires de El Salvador
“Ningún límite histórico cierra el futuro esperanzado del seguidor de Jesús” (I. Ellacuría)

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