viernes, 21 de junio de 2013

Guatemala: Ciudadana y Cultura Política en el Marco de la Consolidación de la Paz








Por René Franco



En distintos espacios académicos, políticos e incluso de partidos políticos, se habla ahora de participación ciudadana en el marco de cultura política, sin embargo no puede hablarse ni de su ciudadanía ni de participación política, sino se define este segundo término. Por participación se entiende entonces desde la óptica de Sáenz de Tejada (Sáenz: 2005) "Conjunto organizado de acciones tendientes a aumentar el control sobre los recursos, decisiones o beneficios, por personas o grupos sociales que tienen niveles de injerencia relativamente menores dentro de una comunidad u organización, la participación política por su parte se centrará en el sistema de gobierno, instituciones partidos y elecciones".  
De igual forma bien podría definirse a la cultura política como “El conjunto de percepciones, actitudes y costumbres de la gente hacia la forma en la que considera se desempeña y trabaja su gobierno, y la manera en la que se relaciona con él.”
Ignacio Martín Baró s.j. estudió la dinámica de las comunidades en El Salvador, y básicamente descubrió que el empoderamiento en las mismas es mayor cuando se da el trabajo comunitario, cuando este último es el pilar fundamental de la organización a nivel comunitario, lo que sí es cierto es que el empoderamiento de la ciudadanía solo se dará en la medida en que existan pequeñas cuotas de poder en espacios pequeños pero significativos, que impliquen la toma de decisiones importantes, en este caso de las comunidades.


En este orden de ideas Baró sostiene que "La psicología política tiene, por consiguiente dos vertientes que con frecuencia se confunden y que conviene examinar por separado: la política de la psicología, es decir, el impacto de la psicología en cuanto actividad científica y profesional tiene en cada sociedad y, la psicología de la política, es decir, el análisis e intervención psicológica en los procesos y comportamientos políticos que tienen lugar en una sociedad" (Martín-Baró, 1988a:82). Esta concepción debiese abordarse desde la óptica individual como ciudadano, y en consecuencia sujeto político; y también desde la óptica colectiva, y en consecuencia pueblo.


Construcción de Identidad
Hacer un análisis válido sobre construcción de identidad, deben tomarse en cuenta los distintos elementos que han contribuido a este proceso de construcción en la historia contemporánea, entre los que no podrían dejar de mencionarse, la situación de inestabilidad política que se vivió en la región Centroamericana, en el marco de la falta de democracia y de espacios de participación ciudadana y política, en un contexto de guerra para el caso de Guatemala y El Salvador, en el que los espacios de participación estaban prácticamente vedados y su existencia era en términos generales nula.


La construcción de ciudadanía en este contexto es por demás complicada, pues implica  la toma de conciencia por parte de la ciudadanía de la necesidad de tener representación en los distintos espacios de toma de decisiones, pero al mismo tiempo el de participar en este proceso de toma de decisiones. El proceso escalonado de represión que se vivió en la región, lo que menos hizo fue contribuir a este proceso de toma de conciencia, pues cualquier iniciativa, por mucho que solo se circunscribiera a temas comunitarios o locales, era considerado como subversión y en consecuencia estas iniciativas eran apagadas por parte de las autoridades y el ejército. En alguna medida algunos grupos contrainsurgentes, y de similar naturaleza luchaban justamente por esto: por la reivindicación de espacios de participación ciudadana y política, y por el empoderamiento de la población.


En la actualidad, en el marco de la posterior firma de los acuerdos de paz, bien puede afirmarse que existen espacios de participación ciudadana y política; sin embargo todavía existen algunos resabios de censura hacia estos espacios, obviamente no a los niveles en los que sí existió durante los conflictos armados en Centroamérica, pero sí existe. Por otro lado cabe mencionar que concretamente en el caso Guatemalteco, a la luz de los acuerdos de paz, prácticamente solo se reconoció la simple existencia de los pueblos indígenas y de sus derechos políticos -entre ellos el de participar políticamente- pero no trascendió a ello, de manera que la cosmovisión política, la forma de hacer política y de tomar decisiones a lo interno de las comunidades indígenas, en cada etnia Maya, Xinca o Garífuna es e la práctica irrelevante en la vida política de Guatemala.


Y en el caso de las consultas comunitarias, al final únicamente se quedan como discusiones herméticas que se dan producto de las mismas problemáticas internas de las comunidades -como mega-proyectos, y otros grandes problemas- pero que no tienen mayor trascendencia a nivel de acciones políticas en sí; lo que es cierto es que a partir del reconocimiento existente de la multietnicidad, multiculturalidad y plurilingüicidad en el Estado de Guatemala, también debiese reconocerse las formas particulares de participación, representación y toma de decisiones relevantes y esenciales en la dinámica interna de cada comunidad y etnias, en tanto que estos espacios no sean reconocidos, pero además reivindicados y demás, no podrán darse los saltos de calidad necesarios hacia la consolidación de los acuerdos de paz en Guatemala.


¿Sobrevivir o Participar?
La cosmovisión "estomacal" de la vida, es decir la necesidad de supervivencia de la ciudadanía, también ha alcanzado a los pueblos indígenas, la necesidad de superponer el hecho de alimentarse como algo prioritario, anterior al hecho de participar de la vida política, ya sea a nivel local, municipal, departamental o nacional. Esta es sin duda una consecuencia de la dinámica política y del sistema político en sí, desde la vuelta a la vida civil y la posterior firma de los acuerdos de paz, Guatemala se ha caracterizado por tener elevados índices de corrupción, inestabilidad política y fragilidad institucional; esto aunado al Cementerio de partidos políticos, expresado en el sistema electoral. La población en términos generales, tiene aversión a participar en política, precisamente porque no encuentran sentido al hecho de participar, cuando de cualquier forma lo que se logra es mantener un estatus quo y beneficiar siempre a la clase dominante.


En la actualidad se hace necesario entonces impulsar una serie de reformas que a nivel de Estado y de Ciudadanía, apunten a esta última a un verdadero empoderamiento de su condición de ciudadanía, lo que ello trae implícito y por consiguiente el fomento de participación política, lo cierto es que a nivel educativo, bien pudiesen impulsarse algunas reformas que apunten a impulsar los valores cívicos y democráticos desde las escuelas, probablemente desde la primaria, pasando por los otros niveles educativos.


Lo más importante en este sentido es la exigencia que los distintos pueblos y los distintos sectores de la sociedad, deben hacer hacia el Estado, de reconocer las formas de participación política, pero además de reconocer la importancia de estos en el marco del cumplimiento de los acuerdos de paz, y que al final estas formas de participación ciudadana tengan una vinculación verdadera y que no únicamente queden en buenas intenciones o en actos de cordialidad que en la práctica no tienen relevancia alguna. Esta es una tarea titánica, pero que en aras de construir identidad, de fomentar valores cívico-democráticos y de participación ciudadana, no debiese esperar más.


Importancia de las ciencias periféricas
Se sabe que la Ciencia Política, es el estudio de las relaciones de poder, sin embargo esta ciencia está íntimamente ligada a la sociología política, a la antropología política y a la ciencia política, estas dos porque estudian un contexto más cultural que otra cosa, diferenciándose el primero que lo hace trascendiendo al papel histórico, mientras que el segundo lo hace desde la individualidad del ser humano, aunque también estudia las expresiones colectivas de estas particularidades, como el comportamiento político, las manifestaciones del comportamiento político, cultura política y otros. Y a la luz de estas perspectivas bien pueden emitirse algunas conclusiones: En principio las formas de reconocimiento y participación política de las y los pueblos indígenas, es algo simbólico en términos generales, pero que en la práctica no se traduce a un verdadero proceso de cohesión, de unidad y de toma de decisiones vinculantes para con las comunidades y el Estado de Guatemala.


Fuentes Bibliográficas:



  • Sáenz de Tejada, Ricardo. Elecciones, participación política y pueblo maya en Guatemala, INGEP-Universidad Rafael Landívar. Guatemala, 2005. P. 18.

No hay comentarios: