domingo, 24 de octubre de 2010

El día mundial de la alimentación

Editorial YSUCA



El día mundial de la alimentación




El sábado pasado, 16 de octubre, se ha celebrado el día mundial de la alimentacion. En un mundo con más de mil millones de personas que pasan hambre, ese día solamente puede tener sentido si lo celebramos luchando contra el hambre y si nos compromete a no dejar pasar ese día como un día más. Y en particular para nosotros salvadoreños, enfocándonos en nuestro país y luchando aquí mismo contra la desnutrición crónica, que es, en definitiva, la verdadera definición del hambre. En el año 2008 el cálculo de niños desnutridos crónicamente, es decir, que pasan hambre, era del diecinueve por ciento en las edades comprendidas entre cero y cinco años. Hablando de hogares se calcula que el trece por ciento de los hogares tienen problemas serios a la hora de lograr una alimentación adecuada, que reponga las energías gastadas a lo largo del día.


Las cifras son terribles, pero como no estamos acostumbrados a visibilizarlas en rostros concretos de niños y familias, solemos pasar indiferentes ante ellas. Sin embargo las repercusiones son graves para nuestro país. Una sociedad incapaz de vencer el hambre, de visibilizarla y erradicarla, es una sociedad prácticamente sin capacidad de emprender proyectos de futuro. Porque para emprender proyectos nacionales realmente eficaces de futuro, debemos caminar todos juntos al menos en lo más básico. Y en eso tan básico, que es el comer lo suficiente para reponer calorías, no caminamos juntos.


Y es que además en El Salvador hay capacidad de que todos comamos suficiente. No somos un país o que no produzca o que no tenga el suficiente ingreso como para que todos comamos las calorías que necesitamos. Es pues, más grave, que teniendo para compartir lo suficiente, pasemos indiferentes ante el hambre de los más pobres. Porque entre los más pobres el porcentaje de niños desnutridos, es decir, que tienen hambre, los porcentajes son hasta del cuarenta por ciento.


La FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, ha recordado este día con unos mensajes que tratan de arrancarnos de nuestro letargo: “Me enfurece que mil millones de personas pasen hambre”, dice uno de ellos. Benedicto XVI nos recordaba, comentando el día mundial de la alimentación, que “para eliminar el hambre y la malnutrición, deben superarse los obstáculos del propio interés a fin de dejar espacio a una fructífera gratuidad”. En otras palabras, que sólo liberando la generosidad de todas las personas podemos vencer este flagelo. Como individuos, como sociedad civil, como Iglesias, como partidos políticos, como instituciones del Estado, debemos enfrentar el problema de la desnutrición y el hambre en El Salvador. No hay salvación para nuestro país si no conseguimos en breve vencer esa monstruosidad de que en un territorio tan pequeño como el nuestro tanta gente pase hambre.

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"Cuando la situación histórica se define en términos de injusticia y opresión, no hay amor cristiano sin lucha por la justicia" (I. Ellacuría, 1977)

16 de noviembre de 2010, XXI aniversario de los mártires de la UCA

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