miércoles, 20 de septiembre de 2017

A propósito de Guatemala


Por René Franco


Viví en Guatemala casi siete años. Un país cuya belleza es solo comparable a sus contradicciones, siempre me pareció que la gente era muy callada. Esa sociedad a la que Edelberto Torres Rivas analiza muy bien como un edificio de cinco niveles, tan sometida y conservadora. Con el tiempo entendí que el proceso de conquista y colonización, y más recientemente el Conflicto Armado Interno, habían fragmentado el tejido social, de ahí que la base de las relaciones interpersonales en Guatemala sea la desconfianza. “El silencio de Neto” (película guatemalteca) me hizo entender cómo el silencio perenne y enmudecedor está en el ADN de cada guatemalteco.
Mi paso por la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos resolvió algunas que tenía, la mayoría las entendí, aunque nunca las comprendí; tenía que conformarme con respuestas a medias que se resumían en un “Así es Guate, va vos”. De ahí que no resultara extraño que aunque se dieran casos de corrupción a todo nivel, clientelismo político, y en general se usara al Estado como plataforma de negocios, nadie hacía nada, nadie movía un dedo. En 2015 la realidad fue distinta, la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala y el Ministerio Público presentaron en abril el caso de “La Línea”, una enorme estructura de corrupción que llegaba hasta la vice presidencia de la República.
Desde abril hasta septiembre se registraron movilizaciones ciudadanas sin precedentes en la historia guatemalteca, la ciudadanía se concentraba en plazas públicas, siendo la Plaza Central en zona 1 de la Ciudad de Guatemala el punto neurálgico de las manifestaciones, en las que confluyeron distintos sectores de la sociedad, y cuya presión –además de la intervención de la embajada estadounidense- derivó en la renuncia del binomio presidencial compuesto por la ex vicepresidente Roxana Baldetti y el ex presidente Otto Pérez Molina, quienes a su vez fueron encarcelados posteriormente, junto con más de la mitad del gabinete del gobierno anterior.
Poco a poco los casos de corrupción se han ido destapando, y con ello el aumento de la indignación ciudadana. Actualmente se ventilan algunos casos de corrupción que involucran al hermano y al hijo del presidente en una defraudación fiscal, y al presidente por financiamiento ilícito de su partido político –FCN Nación- en ocasión de la campaña presidencial en 2015, por este último caso el congreso se negó a quitarle el derecho de antejuicio al presidente y aprobaron una reforma que daba pie al financiamiento ilícito de los partidos políticos, la cual revirtieron por la presión ciudadana indignada, y posteriormente reprimida. El –todavía- presidente Jimmy Morales lleva más de dos semanas sin dar la cara a la prensa, evadiendo a la población y con un gabinete que se cae a pedazos con cada renuncia de sus funcionarios.



De este lado del Río Paz también se han registrado numerosos actos de corrupción, la mayoría en total impunidad. El Salvador ha estado gobernado por cleptócratas desde 1984, con la vuelta a la democracia, al día de hoy los dos principales partidos políticos –ARENA de derecha, hijo del MLN de Sandoval Alarcón y el FMLN, la ex guerrilla salvadoreña- barajan el futuro de este país, teniendo como telonero una novela de desamor entre el alcalde de San Salvador y su partido político. La actividad pública salvadoreña gira en torno a votos, a idílicos procesos electorales y al manejo finquero del aparato público, mientras el costo de la vida se incrementa cada día, las oportunidades para superarse se desvanecen y la población no tiene más opción que emigrar a Estados Unidos.
Este 20 de septiembre los estudiantes sancarlistas han convocado a un paro nacional al que se han sumado distintas organizaciones, algo que personalmente me alegra mucho, aún y con las reglas “mamonas” y “ñoñas”, aún con el hecho que suavicen el nombre de la actividad llamándole caminata “cívica y pacífica” en lugar de Paro Nacional; me llena de esperanza. Apoyemos el Paro Nacional. Mi mayor deseo es que lucha por las reivindicaciones populares le deparen un futuro prometedor a la muchachada guatemalteca. Ojalá los salvadoreños entendamos que la corrupción nos afecta a todos y que exigir transparencia no debe pasar por supeditar las exigencias a la agenda de los partidos políticos, demandemos transparencia. Es necesario estar del lado correcto de la historia.
#ParoNacional #20S

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