Por José
Abraham Castillo
Por qué un grupo de guatemaltecos decide la vía armada para la toma del poder. Probablemente
exceso de testosterona, de muchachos recién salidos de la escuela militar
norteamericana, que les enseñaba a sentirse semidioses. Se determinará si las
causas que dieron origen al conflicto, fueron superadas o aún prevalecen en
nuestra sociedad. Revisaré las causas históricas del enfrentamiento, la
represión, la lucha armada, el teatro de operaciones, genocidio, los mayas como
enemigos, cárceles clandestinas, la impunidad, quiénes ganaron la guerra;
arribando finalmente a la búsqueda de la Paz, conclusiones.
LAS RAÍCES
HISTÓRICAS DEL ENFRENTAMIENTO ARMADO: La desigualdad en el uso del poder entre
los guatemaltecos, ha permitido que las relaciones sociales estén matizadas por
un abuso de ese poder; el poder se utiliza para destruir, para dañar. (Garabito
Fernández, 2004, p. 63).
Las
acciones de represión política durante la guerra, justificadas como necesarias
para evitar que Guatemala cayera en las “garras del comunismo” y la impunidad
que ello supone, constituyó un factor justificativo que permitió terribles
sufrimientos a las víctimas y poca afectación emocional al victimario.
Cuando se justifica la violencia, ésta provoca menos daño en quien la
ejerce. Diluyendo el sentimiento de culpa o efectos emocionales (Ibíd. p. 64)
En
lo político, la incorporación masiva de la población al proyecto guerrillero,
en la década de los 70´ y principios de los 80´tuvo como incentivo la
frustración histórica vivida por las grandes mayorías de la población, la falta
de confianza en un sistema social que les ha negado la posibilidad de una vida
con dignidad. Por otro lado está la frustración por un sistema educativo que no
llena las expectativas de formación profesional. (Ibídem. p. 72)
La
violencia puede ser ejercida individual o colectivamente. Cuando es ejercida
por un individuo, o por varios individuos, es un acto relacional. Pero
cuando la colectividad se convierte en un ente abstracto, como una Institución
Social o Política, la violencia se convierte en un acto estructural. En todo
acto de violencia existen procesos psicológicos y volitivos que convierten la
acción en un querer. Como todo acto humano es un querer con finalidad, basada
en poder hacer (Us, 2005, p. 92)
Más
de treinta años de conflicto armado, han dejado una secuela de resentimientos,
una cultura de violencia y de actitudes autoritarias antisociales y
depredadoras. De ella derivan hechos de injusticia, de constantes acciones de
violencia interpersonal y estructural. La negación al derecho a la justicia es
una de las violaciones más frecuentes de los derechos humanos. (Ibíd. p. 94)
La
estructura y la naturaleza de las relaciones económicas, culturales y sociales
en Guatemala, han sido profundamente excluyentes, antagónicas y conflictivas,
reflejo de su historia colonial. Desde la independencia en 1821, se configuró
un Estado autoritario y excluyente de las mayorías, racista en la práctica, que
sirvió para proteger los intereses de los privilegiados. La violencia del
Estado, estuvo dirigida en contra de los excluidos, los pobres, y sobre todo la
población maya, así como los que luchaban en pro de la justicia y de una mayor
igualdad social. (CEH. P. 17).
Los
Partidos Políticos han perdido credibilidad ante el pueblo; durante la época de
los gobiernos de facto, esos mismos partidos, lanzaron como candidatos a
militares, creyendo que era mejor aliarse con el poderoso, colaborando con la
polarización sectaria, de las fuerzas armadas en el poder. No hubo mecanismos
institucionales para canalizar el disenso. Los partidos no cumplieron ningún
rol que canalizara las propuestas sociales. Las distintas Constituciones, que se
han dictado; han servido para mantener en el poder a los mismos de siempre: la
oligarquía, las catorce familias tradicionales.
LA REPRESIÓN: La
justicia, actuó de acuerdo a la imagen que todos tenemos de ella: una vieja con
los ojos tapados. Se hizo de la vista gorda. Las fuerzas paralelas, de los
servicios de inteligencia militar, los escuadrones de la muerte (mano blanca,
NOA, CADEG), operaban a su antojo. Los servicios de inteligencia, operaban en
el hoy Palacio de la Cultura; desde allí cada noche, decidían a quién ir a
“chupar”. De nada servían que los familiares presentaran “habeas corpus”
(exhibición del cuerpo), los Tribunales de turno sabían de antemano que aquel
que cayera en manos de los escuadrones, era de hecho: cadáver. La ley fue
sustituida por el terror. Cuando un militante era ubicado, sus libretas de
direcciones constituían delaciones, cada nombre que figuraba, era un posible
simpatizante y por ello rápidamente sujeto de cárcel y tortura.
LA LUCHA
ARMADA: Fue
la respuesta a la injusticia, la exclusión, la pobreza, la discriminación.
Quienes la inician proclamaron tomar el poder para construir un nuevo orden
social, político-económico. La inician militares recién salido de la Academia
norteamericana: Ex ranger (originalmente de derecha); luego fueron
cayendo en proclamas de tipo marxista. Posteriormente el Partido Guatemalteco
del Trabajo (PGT) les apoyó ideológicamente, sin estar de acuerdo en la lucha
armada.
LA REPRESIÓN
DESPROPORCIONADA DESDE EL ESTADO: Las fuerzas militares al servicio
del Estado se convirtieron en el terror de la ciudadanía. Cualquiera podía caer
en la categoría de sospechoso, y desaparecer en cualquier momento. Lo cierto es
que los grupos guerrilleros en ningún momento pusieron en jaque a las fuerzas
regulares; éstas actuaron desproporcionalmente, ensañándose principalmente con
la población civil, que quedaba en medio del conflicto. Tomar en
cuenta, que los grupos guerrilleros, desde su inicio estuvieron infiltrados por
agentes militares, de inteligencia. Aún cuando varios subtenientes, al inicio
del conflicto, se unieron a los grupos guerrilleros, prontamente fueron
silenciados. Los militares agrandaron el conflicto, con el fin de
apropiarse de las tierras, que potencialmente eran ricas en hidrocarburos u
otros minerales. A ello se debió la política de tierra arrasada. De allí que
las víctimas fuesen fundamentalmente indígenas.
TERRITORIO,
TEATRO DE OPERACIONES MILITARES: 1962-1970: Oriente, la ciudad de
Guatemala y la Costa Sur. 1971-1977: los operativos fueron más selectivos, las
víctimas incluyeron líderes comunitarios, dirigentes sindicales, catequistas,
estudiantes. 1978-1985: los operativos se concentraron en Quiché,
Huehuetenango, Chimaltenango, Alta y Baja Verapaz, costa Sur y la capital.
ACTOS DE
GENOCIDIO: “Se
entiende por genocidio, cualquiera de los actos perpetrados con la intención de
destruir, total o parcialmente, a un grupo social, étnico, racial, o religioso:
a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o
mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a
condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción, total o
parcial; d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;
e) Traslados por fuerza de niños del grupo a otro grupo” ( CEH. P: 40).
Considerando
el conjunto de actos criminales y violaciones a los derechos humanos; la CEH
determina que la reiteración de actos destructivos dirigidos de forma
sistemática contra grupos de población maya, se pone de manifiesto que el único
factor común a todas las víctimas era su pertenencia a un determinado grupo
étnico y evidencia que dichos actos fueron cometidos “con la intención de
destruir total o parcialmente” a dichos grupos. (CEH. P. 40)
LOS MAYAS COMO
ENEMIGO COLECTIVO DEL ESTADO: 1978-1983: El Ejército
determinó-identificó a los mayas como grupo colaborador de la guerrilla. Fue
una exageración, fundada en prejuicios raciales, la consecuencia fue mayor
represión, para los que no podían defenderse.
CÁRCELES
CLANDESTINAS: Los
servicios de inteligencia, además de tener agentes infiltrados en todos los
movimientos sociales, tenían cárceles clandestinas, donde a su antojo
torturaban a supuestos guerrilleros o simpatizantes, que caían en sus garras.
Por ello resultó inútil, presentar un amparo ante la justicia, pues dichos
centros, eran ilegales y generalmente en el interior de los cuerpos policiales.
LA IMPUNIDAD: El Sistema
Judicial, en la época del conflicto, actuó como socio ante el poderoso Estado.
Aún en nuestros días, vemos que sigue beneficiando a la élite de ayer y de
siempre.
QUIÉNES
SALIERON BENEFICIADOS CON LA LUCHA ARMADA: Las mismas catorce familias, siguen
gozando de buena salud. La clase emergente, de militares que se apropiaron de tierras
valiosas, luego se aliaron a los grupos de la élite. Los grupos paramilitares,
que no se desmovilizaron, siguen disfrutando de libertad de acción, y generando
más violencia.
EN BÚSQUEDA DE
LA PAZ: La
primera fase de transición de la guerra a la paz es siempre muy frágil… la paz,
es algo desconocido, hasta difícil de concebir. Y durante estos pasos finales
hacia la paz es demasiado fácil, que las confianzas incipientes entre las
partes se derrumben por malos entendidos o rencores. Guatemala lo hizo en gran
parte por la madurez de sus líderes de esa época. El camino hacia la paz fue
largo y hubo muchos que hicieron aportes imprescindibles: el presidente Vinicio
Cerezo, el cardenal Quezada Toruño, Ramiro de León Carpio (primeros acuerdos
sustantivos), Manuel Conde, Héctor Rosada y Gustavo Porras, Álvaro Arzú, los
líderes de las cuatro organizaciones que conformaron la URNG: Rodrigo Asturias,
Ricardo Ramirez, Jorge Soto y Ricardo Rosales. (Propaz, p: 21).
Al
firmarse la paz, se inició una nueva etapa de cambio en Guatemala. Se dieron
pasos operativos como la desmovilización de la URNG y de las Patrullas de
Autodefensa Civil (PAC). Se abrió un espacio político que permitió elecciones
plurales y democráticas, seguidas por cambios de gobierno en condiciones de
normalidad. (Ibíd. P: 21)
Cada
nuevo gobierno ha hecho suya la conmemoración de la firma de los Acuerdos de
Paz, los han incorporado en su agenda para garantizar la Paz firme y duradera.
En su momento se ha dicho que el número de efectivos en el Ejército se ha
reducido. El presidente Óscar Berger pidió perdón por las atrocidades cometidas
durante el conflicto armado interno, inició el Programa Nacional de
Resarcimiento.
Una
de las causas del conflicto, ha sido la extrema pobreza de una gran parte de la
población guatemalteca, me pregunto si desde el Estado se han hecho los
acuerdos adecuados, para la erradicación de la pobreza. Esto debiese hacerse
con decisión política. Reformando el sistema de recaudación tributaria, donde
los que más tienen, paguen más impuestos; con ello se constituiría un Estado
fuerte que pueda hacer inversiones en lo social, para sacar del marasmo en el
que vive la mayoría de lumpen proletarios.
Los
Acuerdos de Paz también prometieron salud y educación a los olvidados de
siempre: los indígenas de las montañas. Lo cual todavía está pendiente si
tomamos en cuenta los últimos datos de inversión social, donde Guatemala, ocupa
los últimos lugares.
Y
no hablemos de la tan mencionada seguridad, donde a pesar de las promesas del
actual ex general, presidente de Guatemala. Todavía no logra disminuir los
índices de criminalidad y violencia de todo tipo.
Dice
Rigoberta Menchú Tum: Los acuerdos de Paz, en su parte sustantiva, persiguen la
erradicación de las causas que dieron origen al enfrentamiento armado interno,
pero más que eso, la construcción de realidades distintas que alivien y
eliminen para siempre las raíces del enfrentamiento social, asentadas en
la injusticia social, el hambre y la pobreza, el desempleo, las prácticas
laborales injustas e improductivas, la negación y ocultamiento de una lacerante
realidad que viven especialmente los pueblos indígenas a diario, el
analfabetismo, la mortalidad infantil.
El
desarrollo rural y acceso a la tierra, todavía sigue pendiente de aprobación en
el Congreso de la Nación; recordamos que fueron tildados de comunistas, quienes
querían que se aprobara dicha inciativa de ley. También los desalojos en forma
violenta están a la orden del día.
Los
planes de “hambre cero”, todavía esperan su implementación; por tanto los
comedores populares son un paliativo de la desnutrición severa que sufre una
gran parte de la población guatemalteca.
1. Con el
inicio del conflicto armado interno en 1962, Guatemala entró en una etapa
trágica para las partes en conflicto, es decir: todos. Violación de los
derechos humanos, principalmente por el ejército al servicio del Estado. 42,275
víctimas, incluyendo hombres, mujeres y niños. De ellas 23,671 corresponden a
víctimas de ejecuciones arbitrarias y 6,159 a víctimas de desaparición forzada.
De las víctimas plenamente identificadas, el 83% eran mayas y el 17% eran
ladinos.
2. Combinando
estos datos con otros estudios realizados sobre la violencia la Comisión del
Esclarecimiento Histórico estima que el saldo de muertos y desaparecidos llegó
a más de doscientos mil personas. (CEH. P: 17)
3. Las
comunidades mayas fueron convertidas en un objetivo militar, obligados a
ocultar su identidad étnica, exteriorizada en su idioma y su traje.
4. Una
de las causas del conflicto, ha sido la extrema pobreza de una gran parte de la
población guatemalteca. Considero que no ha sido superada dicha causa.
5.
Los Acuerdos de Paz también prometieron salud y educación a los
excluidos, tampoco se ha cumplido, si tomamos en cuenta los últimos informes de
inversión social, donde Guatemala, figura entre los últimos. Tampoco se ha
reformado la educación, y la salud de la mayoría, de los vulnerables. Es
noticia de última hora, con imágenes de niños desnutridos que nos mueven a
pensar que las causas sociales-económicas-políticas que originaron la toma de
las armas, aún continúan vigentes.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
1. Garavito
Fernández, Marco Antonio. Frustración, Fuente de Violencia Social. Las
Violencias en Guatemala: Algunas perspectivas. Flacso-Unesco. Guatemala 2005
2. Us
Pedro. Violencia Étnica. Las Violencias en Guatemala: Algunas perspectivas.
Flacso-Unesco. Guatemala 2005
3. Memoria
del Silencio. Conclusiones y recomendaciones del Informe de la Comisión para el
Esclarecimiento Histórico. Páginas 17 a 40
4. Propaz.
Pág. 21 a 25
El juicio del
ex General Efraín Ríos Montt, parece ser el tema de moda actualmente en la
sociedad guatemalteca y aun así en el ámbito internacional. Sin embargo,
la sociedad guatemalteca se encuentra dividida en 3 partes:
1.
Los que
confirman que hubo genocidio y desean justicia
2.
Quienes
defienden a los militares ya que sin ellos no viviríamos en una
democracia
3.
Los que se
encuentran en una posición imparcial ya que, desconocen la
historia
(generaciones recientes a partir de 1985)
De esta
manera, se fue desarrollando la sociedad guatemalteca, en la cual una
ideología, raza o religión se colocaba en la jerarquía como superior y la lucha
entre las clases por cambiar de estatus con el fin de poseer los medios de
producción y la riqueza.
Tenemos un
ladino que nace de la mezcla entre un blanco y una “india” (seguramente a
consecuencia de una violación) y este sujeto no tiene un lugar específico en la
jerarquía de la sociedad de ese entonces. Por lo tanto, en busca de su
bienestar, prefiere identificarse con el blanco explotador y rico y no con el
indio explotado y pobre.
Esta condición
no ha cambiado radicalmente como muchos desearían y deseo compartir en este
ensayo la razón por la cual es mucho más fácil excluir al “indio” de la
sociedad que intentar integrarlo y adaptarlo a esta.
Deseo aclarar
que mi posición no es la que se presentará a continuación pero si considero que
es la idea que aun domina el pensamiento guatemalteco respecto al trato del
indígena y a la falta de mecanismos de integración, así como el perfil que este
posee de “borracho, inútil, ignorante, confianzudo, huevon, etc.” (La Patria y
el Criollo)
El pensador y
sociólogo positivista Herbert Spencer siguió, tras las
teorías de Darwin, quien logro combinar de manera casi científica el
positivismo con las teorías de Darwin para justificar la idea de una raza
superior. Darwin sostenía que los grupos sociales humanos tienen
diferente capacidad para dominar la naturaleza y establecer su dominio en la
sociedad. Así, las clases pudientes son capaces o más aptas que las clases
bajas y tendrían por lo tanto el derecho sobre las clases inferiores. Todo esto
por medio de una estrategia que implicaría lo psicológico de hacerles creer que
eran inferiores y por otro lado, estrategia política para continuar con el
dominio del poder. Esta teoría se considera algo natural en el ser humano ya
que, no podemos decir que todos los explotadores de los indígenas al llegar a
América, tenían una fuerte afiliación por el Darwinismo. Darwin tenía el
concepto de la sobrevivencia del más fuerte y en el caso de la conquista
quienes tuvieron la tecnología a su favor fueron los conquistadores españoles.
Acerquémonos
más al siglo XX, donde encontraremos otros exponentes (centroamericanos) que
coinciden con que el indio es un problema y no se puede integrar a la sociedad
guatemalteca, pero iniciaremos con los que buscaban la manera de incluirlo en
la nación.
“Durante las
primeras décadas del siglo XX, en casi todos los países del continente
americano, por la influencia de los movimientos sociales e intelectuales de los
países vecinos, se estaban diseñando modos distintos de forjar la patria y de
formular la nación. Es el momento de las grandes aportaciones de Molina
Enríquez y de Justo Sierra en México, de Mariátegui, de Árguedas y De la Riva
Agüero en Perú; de Freire, Torres y Vianna en Brasil; de Alcides Árguedas en
Bolivia; de García Monge y Brenes Mesén en Costa Rica y, sobre todo, de Alberto
Masferrer en El Salvador. En países como Ecuador, Bolivia, Perú, Guatemala o
México, las preguntas que se formulaban con mayor frecuencia eran de esta
naturaleza: los indígenas ¿forman parte de la nación? ¿De qué nación hablamos y
qué nación queremos construir?, ¿Qué tipo de gobierno es el más apropiado? La
respuesta a todo ello implica conocer los modelos de nación que planteaban las
élites intelectuales en las décadas de 1920 y 1930.
Durante este
período los intelectuales reflexionaban sobre los modelos de nación y el tipo
de gobierno más afín a las sociedades pluriétnicas y pluriculturales. El primer
problema que emerge en los debates es “el problema del indio”: ¿qué hacer con
el indio?, ¿dónde colocarlo en la configuración de la nación?, ¿qué función
debía desempeñar? Emerge así, no como sujeto histórico, no como actor principal
de la nación, sino como PROBLEMA que no abordado en el pasado, disimulado o
cosificado en el presente, invisibilizado como ciudadano de pleno derecho y,
para muchos, como un grave problema de difícil o imposible solución.
De ahí que se
considere llegado el momento de buscar soluciones, dar recomendaciones, sugerir
ideas acerca de cuál debe ser su grado de integración, asimilación o
incorporación a la nación. Por ello, y por la influencia de las teorías
racistas, del regeneracionismo hispano y de la teosofía, se empiezan a buscar
soluciones para el problema del indio, pero que son en el fondo reflexiones o
imaginarios de lo que puede ser la construcción de LA NACION.
Muchos de los
intelectuales de la época se lamentaban de la ausencia de nación, consideraban
que el indígena era el responsable de esta falta de cohesión política social y
de escasa conciencia de una identidad nacional. El clamor por la nación y su
incapacidad de imaginarla y forjarla era un elemento común a todos los autores
que vamos a estudiar.” Marta Casaus Arzú
Como expone
Casaus, no se encuentra solución viable para la integración del indio y es ahí
cuando surgen las ideas enla Generación del 20 guatemalteca (como Samayoa
Chinchilla y Miguel Ángel Asturias) en que la mejor manera de deshacerse del
problema es exterminando al indio.
Carlos Samayoa
Chinchilla, (1899-1978) era uno de los pensadores más influidos por las tesis
racistas y degenerativasfrancesa Opinaba que “el indio no puede salir de su
mundo y como consecuencia natural, sigue tomando la forma y la sombra por la
cosa. Y este punto es de una importancia básica para esclarecer la cuestión
relativa de incorporarlo a nuestra civilización. Su mente está cerrada porque
su ciclo comprensivo ya dio fin” [...] Esa es la razón “por la que el indio
será siempre indio”, “son pueblos que ya vivieron su vida y llenaron su
cometido”. Dado que Samayoa consideraba que la degeneración hereditaria
era progresiva y patológica, se reproducía a través de los matrimonios interraciales
y se agudizaba con el alcohol y la trasmisión de enfermedades venéreas, cuando
se aplicaban estas teorías a los indígenas y los mestizos el resultado era que
la degeneración obedecía a una “herencia ancestral”, agravada a través de
varias generaciones de hibridación y mestizaje. Por ello creía necesario
controlar los enlaces consanguíneos de la población e impedir su reproducción
para evitar el proceso degenerativo.
Este
planteamiento difiere sustancialmente del de la nación homogénea por vía del
mestizaje y de la hibridación cultural. No menciona en ningún lugar que se
pueda alcanzar la homogeneidad por el proceso de ladinización.
Tampoco parece
que exista un proyecto de nación ladina ni una propuesta integracionista o
asimilacionista como condición previa a la adquisición de la ciudadanía y la
fundación de la nación. El proyecto de la década del Veinte apunta hacia otras
direcciones: la regeneración por la vía de la educación y del trabajo en las
fincas para llegar a ser buenos mozos colonos y, sobre todo, la aplicación de
la eugenesia, la mejora de la raza por medio de la higiene o el control de
matrimonio mixtos para unos o de la inmigración europea para otros.
Mi hipótesis
es que no fuimos capaces durante este período de pensar en un proyecto de
nación homogénea, como otros compatriotas latinoamericanos. Fue la
coyuntura histórica de las dictaduras de Estrada Cabrera y Ubico y la
influencia de los pensadores de la Generación del 20, que estaban muy
condicionados por el positivismo y las corrientes racialistas de la época, lo
que obstaculizó la onstrucción de un proyecto de Nación Mestiza. Fue esa
repugnancia por el mestizaje, por el cruce de razas, esa desvalorización de lo
mestizo, como raza inferior, impura o degradada lo que obstaculizó la búsqueda
de soluciones que crearan una conciencia de identidad nacional.
Los pensadores
que trataron de romper con ese determinismo biológico, posiblemente influidos
por las corrientes teosóficas con otras fuentes de que manejaban otros
conceptos, como la igualdad y la fraternidad entre las razas y la valorización
de todas las culturas, pensaron que se podría evitar la degeneración de la raza
indígena por medio de la educación y de la incorporación plena a la ciudadanía
tanto de los indígenas como de las mujeres, pero no fueron escuchados,
sufrieron un fuerte rechazo en su medio y su discurso fue periférico hasta la
década de 1940.
Por ello no
coincido con el planteamiento de Chales Hale, Jeffry Gould y Darío Euraque,
acerca de la construcción mestiza de Centroamérica, ya que nuestra construcción
de la nación ha tenido siempre un carácter racialista y eugenésico y, a pesar
de algunos esfuerzos en Nicaragua y El Salvador de imaginar un proyecto mestizo
de nación, fue un proyecto frustrado porque, en lo que se estaba pensando en
todos los escritos de la época, desde Costa Rica hasta Guatemala, era en
“blanquear la nación”. En dicha ideología étnica no cabía lo mestizo, ni como
identidad ni como proceso, ni como ideología del Estado.
“Miguel Angel
Asturias (1899-1974) interpretaba la degeneración de la raza indígena desde
otra óptica. Se preguntaba si los indígenas mejoraban o se degeneraban con el
tiempo y llegaba a la conclusión, por sus estudios fisiológicos, anatómicos y
psicológicos, de que: “En rigor de verdad, el indio síquicamente reúne signos
indudables de degeneración; es fanático, toxicómano y cruel”. Considera que por
su etiología “resulta evidente la decadencia de la raza indígena”. Enumeraba
entre las múltiples causas, la mayor parte de índole económico y social: la
mala alimentación, la falta de higiene, el excesivo trabajo, el casamiento
prematuro, las enfermedades, el alcoholismo; apuntando ya al punto central y
núcleo central de su tesis: la falta de cruzamiento.”
Para Federico
Mora, la degeneración progresiva y hereditaria del indio y del mestizo había
que atajarla a través de la eugenesia y de la prevención o prohibición de
matrimonios interraciales. “Todo país debería de tomar en cuenta, para su
política de migración el hecho de que el problema no estriba solamente en
recibir extranjeros, sino en introducir en la raza por medio de ellos un
fermento rejuvenecedor y una legítima ventaja biológica”.
Estos autores,
como otros muchos de su generación, se inclinaron claramente por la eugenesia
biológica y la mejora de la raza a través de la fusión con sangres nuevas que
revitalizasen la sangre indígena. Lo exponía Carlos Samayoa Chinchilla en los
siguientes términos: “Se trata de una raza agotada y de ahí que para salvarla,
antes de una reacción económica, psicológica o educacional, haya necesidad de
una reacción biológica ¡vida, sangre, juventud, eso hace falta al indio!”.
Miguel Ángel
Asturias escribía también a este propósito: “Hágase con el indio lo que con
otras especies animales cuando presentan síntomas de degeneración. El ganado
vacuno importado la primera vez a la Isla de Santo Domingo, por Colón, en su
segundo viaje experimentó grandes decaimientos. Para mejorar el ganado hubo
necesidad de traer nuevos ejemplares [...] ¿Cabe preguntar, por qué no se traen
elementos de otra raza vigorosa y más apta para mejorar a nuestros indios?”.
Estas propuestas eran comunes en los años de 1930 y 1940 en todo
América Latina. La Sociedad Eugénica mexicana se ocupaba de establecer
matrimonios eugénicos entre indígenas y mestizos para incorporar a los
indígenas a la vida nacional y en la editorial de la revista Eugenesia, son
constante los argumentos a favor de la “Higiene racial” para impulsar una
mejora de la raza, la economía y la cultura.
Ya que hemos
recorrido los diferentes pensamientos de estos exponentes durante varios
momentos de la historia, es importante resaltar que seguimos heredando los
pensamientos racistas, en ningún momento se promociono de manera homogénea en
la región, la integración del indígena o la creación de una nación
pluricultural. La cultura del indígena es totalmente diferente a la del
blanco o ladino, tan incomprensiva que por estar en una posición de desventaja,
simplemente el blanco y ladino no se toman el tiempo de entenderlo e incluirlo
a nuestra sociedad con un rol digno.
Ahora, debemos
discutir si en realidad, nuestra sociedad puede ser juzgada por haber cometido
genocidio cuando la herencia que traemos de importantes personalidades
guatemaltecas como Miguel Angel Asturias, fueron pensamientos racistas, de
exterminio de esta raza considerada inferior.
No
utilizaremos los factores que rodean el juicio contra Ríos Montt, ya que lo que
observamos recientemente debe de ser catalogado como un circo, tanto por parte
de la Jueza Jassmin Barrios y del abogado defensor del General Ríos Montt.
Ubiquemos en
el contexto del país, Guatemala se encontraba sumergida en una guerra que duro
36 años y lamentablemente, la izquierda buscaba una mejor nación para todos,
tanto para los blancos como para los indígenas y los ladinos. Pero, las
comunicaciones no eran tan avanzadas como hoy en día, y Guatemala ya era un
país socialmente fragmentado, por lo que cada gremio velaba por su bienestar y
no se preocupaban de sobremanera por las matanzas que se llevaban a cabo en el
área rural.
Es decir, que
la falta de interés y de integración de todo el pueblo guatemalteco permitió
que se masacraran a estas personas sin ser antes vencidas en juicio.
¿Afecto esto
de alguna manera a los capitalinos? ¿Se enteraban los capitalinos de estas
masacres? ¿Consideraban atroz estas medidas tomadas por el ejército?, puede que
no afectara en nada en la capital, puede que las noticias llegaran y era más
fácil catalogarlos como guerrilleros que tomarse el tiempo para hacerles justicia.
Y nadie considero atroz estos hechos.
Hagamos
memoria que en esa época Estados Unidos tenía la política de anticomunismo y
Ronald Reagan apoyo al Ejercito de Guatemala para exterminar la amenaza de la
guerrilla comunista.
Por lo tanto,
en ese momento se tenía la ideología anticomunista y no la de eugenesia
principalmente. En estos momentos, Guatemala tampoco está unida, nadie sabe si
en realidad hubo o no genocidio, muchos aseguran que los ixiles estaban del
lado de la guerrilla y otros afirman que fue una política que se estaba
llevando a cabo.
En conclusión
considero que si no nos ubicamos en el tiempo y espacio en que se llevaron a
cabo esta masacres y no tomamos en cuenta la herencia que hemos recibido de
esta sociedad racista desde su fundación, no llegaremos a comprender el porqué
de estos actos cometidos por un ejército que se supone debería de proteger a
los civiles (si es que se considera ya al indígena como un ciudadano
guatemalteco o si se excluye) lo cual contrasta con la política anticomunista
que influenciaba Estados Unidos.
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