Por Arlen de León
En el afán de que la ciencia social no carezca de sustento, las diferentes vertientes teóricas han hecho a un lado la subjetividad, desestimando el factor psicológico.
En este ensayo se pretende comprender el estado de
sitio más allá del aspecto meramente sociopolítico que se reducen a la
limitación de garantías, y el aumento del poder de las fuerzas armadas. Este
ejercicio intenta ponerse en el lugar de la población afectada, y
explicar cómo ellas y ellos comprendieron este estado, cuáles son sus
percepciones. Dado la premura de la entrega, el ensayo se basa en
los testimonios recogidos en el Informe Preliminar de la Delegación de
Verificación de la Situación de los Derechos Humanos en los Territorios de
Jalapa y Santa Rosa bajo Estado de Sitio, en noticias en los medios de
comunicación en sus sitios electrónicos, y en redes de comunicación
alternativa. Por lo que, la información lleva ya un filtro anterior, las opiniones
acá plasmadas son aproximaciones.
·
Que es un Estado de Sitio
o Derecho guatemalteco
El Estado de sitio en Guatemala está basado en la
Ley de Orden Público aprobada anteriormente a la actual Constitución de la
república que establece en el Artículo 18 que
“en el estado de sitio son
aplicables todas las medidas establecidas para los estados de prevención y
alarma, pudiendo además la autoridad militar: 1) Intervenir o disolver sin
necesidad de prevención o apercibimiento, cualquier organización, entidad,
asociación o agrupación, tenga o no personalidad jurídica. 2) Ordenar sin
necesidad de mandamiento judicial o apremio, la detención o confinamiento: a)
de toda persona sospechosa de conspirar contra el gobierno constituido, de
alterar el orden público o de ejecutar o propiciar acciones tendientes a ello;
y b) de toda persona que pertenezca o haya pertenecido a las organizaciones o
grupos a que se refiere el párrafo segundo del artículo 64 de la Constitución;
3) Repeler o reprimir por los medios preventivos, defensivos u ofensivos que
fueren adecuados a las circunstancias, cualquier acción, individual o
colectiva, que fuere contraria a las disposiciones, acuerdos u ordenanzas
dictadas para el restablecimiento de la normalidad”.
El Estado de Sitio es un estado de
emergencia extremo y se declara en casos de graves alteraciones de la paz o de
la seguridad pública, como un enfrentamiento armado interno desbordado o una
guerra civil. Equivale a un estado de guerra, pero sin que exista una agresión
armada desde fuera de las fronteras, desde el extranjero. Por tanto, supone la
movilización de las fuerzas armadas y no sólo las fuerzas policiales, sino
también el Ejército para efectos represivos, así como la restricción de
los derechos fundamentales de los habitantes. La Ley de Orden Público establece
una serie de Estados para los territorios de acuerdo a las problemáticas y
conflictos sociales o ambientales presentados, siendo el orden lógico: de
Prevención, de Alarma, de Calamidad Pública, de Sitio y de Guerra. Es decir,
que ante una situación como la presentada en Santa Rosa y Jalapa el Estado de
Sitio sobrepasó el propio procedimiento lógico, además de parecer exagerada.
·
Acto per ser
El uso de esta ley que parece ser ya obsoleta, y
anterior al derecho vigente a nuestra Constitución, ha servido en los últimos
años tanto en el gobierno de Álvaro Colom, de tinte socialdemócrata, como en el
actual gobierno de Otto Pérez, de derecha conservadora, para reprimir a las
organizaciones comunitarias y sociales en los departamentos. Álvaro Colom
declaró Estado de Prevención en Cobán, Alta Verapaz el 7 de mayo de 2008
aduciendo la ingobernabilidad en esos territorios por la influencia del
narcotráfico, específicamente del Cartel de Los Zetas. El año pasado, el 5 de
febrero, el actual presidente decretó estado de Sitio en Barillas,
Huehuetenango por las manifestaciones de las y los pobladores en rechazo a la
hidroeléctrica.
El día internacional de Trabajo, el primero de mayo
de este año, el presidente Otto Pérez Molina decretó Estado de Sitio en cuatro
municipios de Jalapa y Santa Rosa, primero aduciendo que era por los
enfrentamientos entre las y los pobladores en rechazo a la minería y fuerzas de
seguridad de la mina. Al ratificar
el gobierno es estado de Sitio los argumentos se modificaron ya que según
Mauricio López Bonilla , como la fiscal general, Claudia Paz y Paz, esta medida
obedecía al robo de explosivos en noviembre de 2012 y al despojo de las armas
de reglamento a los policías tomados como rehenes el pasado 30 de abril. “No es
por nexos con el narcotráfico como se dijo la semana pasada”, subrayó López
Bonilla. Tanto el Ministro de Gobernación como la Fiscal General, dijeron que
no había evidencias de vínculo con el narcotráfico, no obstante que se había
señalado a los dirigentes del Parlamento Xinca y de la comunidad de Santa María
Xalapan, de estar vinculados con los Zetas.
Para la implantación del estado de sitio se movilizaron por lo menos
a 3.500 soldados, y un número inferior de policías civiles. En los
operativos realizados por las fuerzas armadas se detuvieron cinco personas por
portación de armas. En el área de oriente del país, la portación de armas
es casi parte de la indumentaria tradicional, casi todos los hombres portan
pistolas y machetes como parte también de una reafirmación de su sexualidad, y
género. Por lo que esto no significa que todos los hombres pertenezcan al
crimen organizado, o a una banda delictiva, pues es una cuestión de identidad,
y no es un argumento válido para apresar a alguien. La estigmatización y el
prejuicio en este caso se notaron con las detenciones, por nombrar un ejemplo.
·
Impacto en la población afectada
o Psicológicos
Según el Informe Preliminar de la Delegación de
Verificación de la Situación de los Derechos Humanos en los Territorios de
Jalapa y Santa Rosa bajo Estado de Sitio, demuestra cómo la población se ve
afectada no sólo en la cuestión material, sino también en aspectos
psicológicos. En nuestro país, tiene un objetivo muy claro, dada la reciente
historia del Conflicto Armado Interno. Las heridas, y los recuerdos de esta
época de dolor continúan presentes. El estado de Sitio pretende retrotraer a la población afectada a esta época, para
que recuerden el estado de terror y zozobra que se vivía en ese entonces.
En un contexto también donde se tienen presentes las imágenes, y las
consecuencias de ser considerado enemigo interno, ya que el juicio contra Ríos
Montt y Rodríguez Sánchez ha puesto en la opinión pública todos esos actos
deshumanos que vivió la población civil afectada.
Al no poder salir de casa, al ver su casa cateada de
manera violenta por una decena de uniformados, al ver que sus hijos/as que no
pueden ir a la escuela, y que en los medios de comunicación se les acusa de
narcotraficantes y delincuentes, es obvio que la población se vea
afectada, y no sólo en sus condiciones económicas, sino especialmente en su
psique, al ser acusados ante la opinión pública nacional e internacional, sin
posibilidad de refutar las acusaciones. Aunado a los abusos de las
fuerzas armadas, que de por sí, siempre han sido detentoras de un poder
desmedido, del cual, gozan demostrar y abusar, doblegando a todo aquel/lla que
oponga resistencia.
El Estado de sitio causa incertidumbre sobre
el futuro, sobre lo que se puede o no puede hacer, sobre en quién confiar, a
quién acudir en caso de abuso de autoridad, lo que provoca un mayor temor
que puede convertirse en una psicosis
de terror. Por esta misma razón, el estado de sitio también tiene como
uno de sus objetivos evitar movilizaciones futuras, retomando las lógicas
de represión durante la colonial, que se castigaba con rudeza a los “indios”
que participaban en un motín, haciendo del castigo lo más brutal, y público
posible, para que el resto de la comunidad lo viera, y nadie se atreviera a
hacerlo en el futuro.
Según el Informe Preliminar mencionado, la población
se sintió ultrajada, humillada, y abusada en sus derechos humanos. La dignidad de las mujeres fue denigrada al ser
expuestas ante las fuerzas armadas sus intimidades, y al ser revisadas por
hombres, lo que implica la imposición de género, y una violación a la misma
legislación positiva, a la cual, no se puede acudir porque el Estado de
Sitio no lo permite.
El ministro de Gobernación,
Mauricio López Bonilla, señaló que esas acciones “no son obra de
comunitarios, gente sencilla que se opone al proyecto minero, sino de grupos
que tienen conocimiento de cómo llevar las cosas a extremos”, en alusión a una
presunta connivencia entre algunos dirigentes campesinos y grupos de
narcotraficantes, que campan a sus anchas por las regiones fronterizas. Ahora, el enemigo interno es llamado terrorista, lo que implica no sólo una criminalización a las
organizaciones comunitarias, sino una denigración a la dignidad de las
personas.
o Políticos
El estado de sitio de por sí es una limitación a una
serie de garantías constitucionales, que vetan algunas libertades como la de
organización, de movilización, entre otras. En las sociedades democráticas la
declaración de un estado de sitio es una limitación a la misma, es un
retroceso. Se viola uno de los valores y principios fundamentales de la
democracia “liberal” tan preciado como lo es la libertad.
Al tener potestad de arrestar a la
población sin orden de juez se pueden cometer una serie de arbitrariedades,
dejando de lado la justicia, para acudir a un exceso del uso de poder, y del
abuso de autoridad.
La cultura política autoritaria de nuestra clase
política es demostrada en actos como este, en el cual, se acude al uso de la
fuerza, en vez del diálogo, y la construcción de soluciones en conjunto.
Pero el ethos de la clase política guatemalteca es siempre tomar partido del capital,
aun cuando los beneficios económicos no sean para ellos. El estado de sitio, es
una medida, para proteger los intereses de este meganegocio transnacional, para
socavar la organización comunitaria, y desprestigiar ante la opinión pública
nacional e internacional estas legítimas demandas de defensa del territorio y
la vida. Con la imposición del estado de sitio y de la minera se viola la libre
determinación de los pueblos.
·
Percepciones de la población
o Local
Según algunos testimonios recogidos en el Informe
antes mencionado, la población afectada dijo sentirse
humillada por las actitudes de las fuerzas de seguridad, y los discursos
del presidente, y otras autoridades nacionales. Contrarrestan lo que dicen las
autoridades estatales con su realidad:
““A nosotros nos tratan de narcotraficantes (...)
pero ¿cuándo han visto narcotraficantes con piso de tierra?” Mujer en la
comunidad “La Laguneta”, Santa María Xalapán”.
Además el abuso de autoridad imperó:
“”A mi familia le robaron aproximadamente Q6000.00,
llamaron a una enfermera que vive cerca de la casa como testigo del cateo, pero
no le permitieron el ingreso a la casa, la dejaron afuera” Testimonio de Mujer
en comunidad “La Fuente”, Santa María Xalapán””
Las mujeres se sintieron acosadas, y denigradas en
su dignidad por la forma de intervención de las fuerzas militares y policiales:
““Lo tiraron todo al piso hasta la ropa interior de
mis nueras y la mía, sacaron todo de los cuatro roperos que teníamos y sentí
mucha vergüenza.” Testimonio de mujer de la comunidad “La Fuente” Santa María
Xalapan””
La población considera que las medidas fueron
excesivas, y que son el resultado de la criminalización de la protesta social;
además las empresas privadas de seguridad de la mina continúan amedrentando a
los líderes del Parlamento Xinca.
o Urbano-ciudad
De acuerdo al seguimiento de medios electrónicos que
llevó a cabo el Programa de Opinión Pública de la Universidad Rafael Landívar,
el 60.94% de la muestra tenía una posición en contra del Estado de Sitio,
el 36.26% se posicionó a favor, y el 2.78% neutro.
Las opiniones en contra se inclinaban por los
temores a los daños colaterales del proceso de remilitarización, y que el
estado de sitio demostraba la postura del Gobierno por apoyar y proteger a la
Minera, que lo veían como una venta del país a empresas transnacionales.
Los argumentos a favor eran que la población de
estas comunidades son terroristas o “pseudo guerrilleros”, y que cometen actos
delictivos y violentos. La postura neutra planteaba una salida a través
del diálogo.
Fue tal el impacto de esta medida, que el Congreso
no entró nunca en sesión para conocer el Estado de Sitio, y evaluar su
ratificación, pues las implicaciones políticas y electorales eran riesgosas
para su futuro. Por lo que, el Presidente tuvo que deponer el Estado de Sitio
por un Estado de Emergencia, que implica una falta de apoyo de parte de su
mismo partido político, y de sus aliados.
·
Conclusiones
En este caso, los efectos pueden
transitar desde el temor hasta una psicosis del terror, que puede provocar
desde una actitud de dominado, y de sumisión hacia las autoridades. O la posibilidad de una mayor resistencia y organización no sólo
en defensa de su territorio en rechazo a la minería, sino también del mismo
aparato estatal y autoridades. Es de anotar que la comunidad Xinca tiene una
organicidad histórica denominada el Parlamento Xinca, por lo que, sus máximas
autoridades son ajenas a los procesos electorales de la democracia liberal.
Acciones como la expuesta en este ensayo lastiman el
proceso democrático en Guatemala, y la posibilidad de construir una verdadera
paz, ya que, ambos procesos van de la mano, y deben caminar juntos
también con la justicia. La democracia no solo es el ámbito de lo político,
también es social, y cultural, que debe fomentarse desde las instituciones del
Estado, pero debe de haber una coherencia entre el discurso y la práctica. No
es posible, que en la actualidad pensar diferente sea catalogado un delito, y
sea castigado.
Bibliografía
·
Programa de Opinión Pública . “El
Estado de sitio en la opinión pública” 03 al 08 de mayo de 2013. Universidad
Rafael Landívar. Guatemala: 2013.
·
Informe Preliminar de la Delegación de Verificación
de la Situación de los Derechos Humanos en los Territorios de Jalapa y Santa
Rosa bajo Estado de Sitio
·
Ley de Orden Público. (En red) Disponible: http://www.gtcit.com/publicaciond.php?PublicacionId=55438&lang=es Última fecha de consulta: 21 de mayo de 2013
·
“Estado de Sitio en una zona minera de Guatemala” Diario El
País. Internacional. 8 de mayo de 2013 (En red) Disponible: http://internacional.elpais.com/internacional/2013/05/08/actualidad/1367968936_320919.html
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