“La energía eléctrica, que ha sido privatizada, se hace así casi un bien
de lujo para el pueblo”
Marcelo Colussi
En Guatemala, como en todos los países
latinoamericanos en estas últimas décadas, los planes neoliberales impulsados
por los grandes bancos privados -representados por el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial- lograron privatizar todos los servicios
básicos, otrora de los Estados nacionales. En la gran mayoría de los casos,
quienes compraron esas empresas públicas malvendidas a precios de liquidación,
fueron grandes corporaciones transnacionales. De esa cuenta energía eléctrica,
agua potable, telefonía, recursos minerales, carreteras, puertos, aeropuertos, ferrocarriles,
líneas aéreas y en alguna medida también salud y educación, pasaron a ser
mercaderías vendidas al consumidor a precios exorbitantes, olvidándose de las
necesidades populares y pensando solo en términos de renta capitalista. Los
servicios públicos, de subsidiados, se convirtieron en bienes casi de lujo para
la gran mayoría de economías hogareñas. Las protestas ante esa ola de
privatizaciones no se hicieron esperar. En algunos casos, como en Venezuela
(con el famoso Caracazo), fueron el motor que puso en marcha la posterior
Revolución Bolivariana. En otros, siguen siendo motivo de luchas populares el
día de hoy.
En Guatemala, la lucha por la nacionalización de
la energía eléctrica tiene ya años, aunque para la prensa comercial eso está
prácticamente invisibilizado. El mito del “progreso” que traería la
privatización del servicio eléctrico es simplemente eso: mito. A dos décadas de
la privatización, Guatemala tiene el servició más caro de la región
centroamericana, y en el caso de la provisión de fluido eléctrico en la zona
rural, en algunos casos los cobros son desproporcionados, llegando a costar
alrededor del 20% del salario básico.
Thelma
Cabrera, campesina maya-mam, dirigente de la Coordinadora de Desarrollo
Campesino -CODECA- de 42 años de edad, es una de las más tenaces luchadoras en
este tema. “Siempre he odiado las humillaciones a las que los campesinos
estamos sujetos. De ahí me surge esta ira que llevo
dentro y que es el motor de mi lucha por la igualdad entre hombres y mujeres,
por oportunidades para la gente del campo, por la nacionalización de la
energía y por la tierra”, había declarado vez pasada. Pudimos
entrevistarla recientemente y, convencida que “La derecha solo
representa a un grupito. Los del pueblo somos más. Sé que un día la gente va a despertar”, tal como alguna vez
se expresó, esto fue lo que nos dijo.
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1. ¿Por qué se
criminaliza la protesta del movimiento campesino?
En este caso
puntual de la energía eléctrica nos criminalizan porque estamos señalando las
violaciones que comete el sistema capitalista. Cuando hablamos de nuestros
derechos como la tierra, el agua, el derecho a la energía eléctrica, y de igual
modo el salario justo, el derecho a la salud o la educación, ahí empiezan a
criminalizarnos y señalarnos de terroristas. Pero en realidad nosotros
simplemente estamos defendiendo nuestros derechos elementales. Ahora bien: si
los reclamamos, con toda la justicia que nos ampara, el Estado inmediatamente
sale a criminalizarnos, y criminaliza a los movimientos populares. Reclamar
ahora por la energía eléctrica es nuestro derecho. ¡No estamos pidiendo nada
que no nos corresponda!
2. El año pasado
tuvo un eco llamativamente significativo toda la manifestación anticorrupción
urbana, más ligada a una perspectiva de clase media, pero la protesta campesina
en defensa del territorio o de otras demandas puntuales, como la protesta por
la privatización de la energía eléctrica, se la difunde con un perfil bajo, o
se la minimiza. ¿Por qué?
Dentro de los
movimientos de protesta con una clara posición ideológica, como son los
movimientos campesinos y de protesta contra todos estos atropellos contra las
condiciones elementales de vida como es el caso de los cobros abusivos e
ilegales de la energía eléctrica, por supuesto que hay una intención de la
derecha de silenciarnos, de desprestigiarnos y callarnos. Como no tenemos
acceso a la prensa comercial, como no tenemos mayor eco en los medios masivos de
comunicación, poco se ve lo que hacemos como movimiento campesino. La prensa
comercial no difunde las injusticias que hay en nuestro país, porque ellos
mismos son parte del sector poderoso que maneja las cosas. Y ahí viene nuestra
criminalización. Por ejemplo en Canal Antigua nos tratan todo el tiempo de
ladrones. Por eso mismo tenemos que ser nosotros los que difundimos nuestras
marchas, nuestros mensajes, porque ningún medio comercial va a querer
difundirnos. Y mucho menos, van a querer difundir y hacer públicas las demandas
que levantamos. En este momento, junto a tantas otras demandas que levantamos
como movimiento campesino, estamos peleando por los servicios básicos, como la
energía eléctrica, que ha sido privatizada y se hace así casi un bien de lujo
para el pueblo. Decir todo eso por supuesto que no le conviene a los medios
comerciales, por eso nos satanizan, nos criminalizan, tergiversan las cosas.
3. ¿En
necesaria, o imprescindible, una reforma agraria hoy día?
Sí, por
supuesto que sí. Eso es muy importante, pero tenemos claro que eso va a llevar
un largo proceso, porque bajo este sistema capitalista no va a ser posible. Lo
vemos con esta criminalización, persecución, encarcelamiento y asesinato de defensores
populares cuando simplemente estamos defendiendo derechos. Si eso sucede cuando
levantamos nuestras reivindicaciones por temas como la energía eléctrica,
plantear una reforma agraria el sistema de ningún modo lo va a permitir. Por
eso, como movimiento, lo estamos planteando como proceso de Asamblea
constituyente plurinacional y popular, donde los pueblos tenemos derechos
legítimos para contemplarlo. En estos momentos esos derechos primarios no se
respetan; derechos como la salud, la educación y otros tantos que deberían ser
algo normal, no se respetan. Por eso nos organizamos y salimos a protestar. En
ese sentido, por supuesto que sí, una reforma agraria es importante. Veamos el
tema de nuestra alimentación, de la soberanía alimentaria: si tenemos un pedazo
de tierra podemos producir nuestros alimentos. Pero en la actualidad la Madre
Tierra ha sido secuestrada y está en manos de unos pocos, por eso en las
comunidades muchos se mueren porque no tienen qué comer, no hay salarios dignos.
Por todo eso una reforma agraria sí sería muy importante.
4. ¿Por qué las
explotaciones extractivas (empresas mineras, hidroeléctricas, monocultivo para
agrocarburantes) siguen actuando tan impunemente en el país?
Porque hay una complicidad del gobierno con las
grandes empresas transnacionales. Las licencias mineras y toda la privatización
de los servicios básicos es algo que va de la mano del sistema capitalista. Por
eso cuando nosotros lo denunciamos y salimos a protestar, somos perseguidos,
encarcelados, asesinados en muchos casos. Por eso es que estas empresas
transnacionales, también como es el caso de las que están ligadas al negocio de
la energía eléctrica, actúan libremente sin que el Estado actúe contra ellas,
aunque sean violadoras de los derechos humanos. En ese sentido, si el Estado
sigue comportándose de esa manera, las empresas seguirán matándonos como pueblo
y como defensores de derechos humanos.
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