Marcelo Colussi
Francisco
de Goya y Lucientes inmortalizó en su pintura de qué manera “El sueño de la
razón produce monstruos”. Sin dudas, cuando nos dejamos
ganar por las explicaciones viscerales, cuando la pura opinión superficial
reemplaza al pensamiento crítico, cuando la ideología pasional se sobrepone a
la explicación científica serena y sopesada, caemos en monstruosidades. O,
dicho de otro modo: en ridiculeces absurdas, en estulticias fenomenales.
Con
la Revolución Bolivariana de Venezuela se mueven las más encendidas (y
sórdidas) pasiones. El odio de clase sale a relucir como pocas veces se ve. Y
en ese marco, aparecen esas ridiculeces absurdas, esas estulticias fenomenales.
Para muestra, lo que acaba de publicar en la red un grupo de catedráticos,
alumnos y graduados de la Escuela de Ciencia Política de la tricentenaria
Universidad de San Carlos de Guatemala (ver recuadro ut supra).
Dos
cosas a destacar a partir de eso (una más trágicamente patética que la otra):
1. La
derecha ha ganado ampliamente este asalto de la pelea. El golpe que en los
pasados años de represión sangrienta impuso al pensamiento crítico, al campo
popular, a las posiciones de izquierda, es tremendo. Aquí están las
consecuencias. En lo que fuera un “semillero de guerrilleros” (para la lógica
del ejército), un centro de vanguardia en la producción de ciencia socio-política
de avanzada (Severo Martínez, Carlos Guzmán-Böckler, Edelberto Torres-Rivas,
Raúl Zepeda, etc.), la Escuela de Ciencia Política de esa casa de estudios, (de
¡¡ciencia política!!, nada menos), se puede generar hoy ese opúsculo aberrante
(más culo que opus). No quedan dudas que la ideología de derecha se ha impuesto
fuertemente por estos años, dificultando con mucha potencia una posibilidad de
visión científica profunda, objetiva y veraz.
2. En la
apreciación que actualmente prima sobre Venezuela y el proceso político que allí
se vive, estamos aún en lo más cavernícola y atrasado de la Guerra Fría. Las
visiones apocalípticas y deformadas obnubilaban el entendimiento. De todos los
datos ofrecidos en el panfleto de marras (¡¡ofrecido por profesionales de la
Ciencia Política nada menos!!) NI UNO SOLO ES VERÍDICO, ¡¡ni uno solo!! Quien
desee, puede consultar publicaciones pertinentes (CEPAL, Banco Mundial, PNUD,
estudios pormenorizados de universidades, BID, o buscar en internet la
información disponible) y encontrará que hay allí una absoluta, torpe y super
malintencionada tergiversación, pues ningún dato es veraz.
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