Con motivo de la Feria del Libro en Venezuela -FILVEN 2012-
No
piense y mire la pantalla. La lectura está herida ¡pero no de muerte!
Marcelo
Colussi
Entre el 9 y el
18 de marzo va a tener lugar en la República Bolivariana de Venezuela una nueva
edición de la Feria del Libro, la FILVEN 2012. Eventos como ese son siempre una
buena noticia, y por supuesto los saludamos efusivamente.
Por lo que
significan, justamente, merecen algunas reflexiones. Permítasenos empezar entonces
con lo siguiente: “La televisión sin
dudas es muy instructiva, porque cada vez que la prenden me voy al cuarto
contiguo a leer un libro”, dijo alguna vez sarcástico Groucho Marx.
Cada vez más se
constata que la lectura está en retirada y los medios audiovisuales –lenta pero
irremediablemente– van ocupando su lugar. Sin caer en visiones apocalípticas ni
en moralinas de “viejo regañón”, es un hecho que las nuevas tecnologías
digitales centradas en lo audiovisual tienen un peso fenomenal. ¿Pueden
competir un profesor con su clase magistral, o un libro, con el atractivo de
una imagen colorida y en movimiento aunada a un mensaje sonoro? El resultado
está a la vista: la imagen va reemplazando a la lectura. Cada vez, nos guste o
no, se lee menos. Es infinitamente más fácil “bajar” información de internet,
copiar y pegar, y no el ¿tedio? de pasar varias horas leyendo… Bueno, esa
parece ser la tendencia dominante al menos.
¿Triunfó la
imagen sobre el discurso crítico, sobre la lectura? Todo indica que sí. La
lectura serena y reflexiva no desapareció, pero está seriamente enferma.
La especie humana es inteligente
y realiza cosas maravillosas, por supuesto. Haber inventado estos ingenios
tecnológicos que recrean virtualmente la realidad es fabuloso. Pero eso no
quita que en muchos aspectos permanezca muy cerca de sus antepasados. Al igual
que sus parientes no tan lejanos, los insectos voladores, la fascinación por la
imagen deslumbrante es evidente. Las “luces de colores” atrapan, al igual que
el bombillo eléctrico lo hace con un insecto volador. Lo prueba nuestra actual
civilización basada en la imagen: televisión, videojuegos, cine, internet,
pantallas de celulares. ¿Qué tiene esta tecnología de lo iconográfico que
cautiva tanto?
La imagen
tiene un poderoso atractivo fascinante en todo el reino animal; la psicología
de la percepción e investigaciones en etología lo confirman: así como los
insectos caen en la luz que los subyuga, también nosotros sucumbimos a los
destellos luminosos.
¿Y
la lectura crítica entonces?
Cómo será el ser
humano del mañana, no lo sabemos. De lo que no caben dudas es que se está
construyendo un nuevo sujeto (¿un nuevo monstruo?) que –pareciera– puede echar
por la borda una actitud crítica y pensante producto de años (siglos,
¿milenios?) de maduración. Las tecnologías sirven cuando son instrumentos que
facilitan la vida. Si empezamos a vivir para alimentarlas, si pasa a ser más
importante la herramienta que el ser humano que la usa… ¡se hace imprescindible
retomar muy en serio lo dicho por Groucho Marx! Por eso es tan importante
seguir apreciando los libros, esa maravilla que sirve para hacer pensar.
Aunque cada vez más la cultura mediática y las
tecnologías digitales nos vayan modelando con fuerza creciente; aunque cada vez
más el “copia y pega” y la consulta rápida de “tips” decidan nuestra forma de aprender y comunicar; aunque el
pensamiento crítico esté herido, quizá no de muerte, pero sí con pronóstico
reservado, siendo lentamente reemplazado por una cultura de lo “light” y la superficialidad; si bien es
cierto que cada vez más las nuevas generaciones crecen en un espíritu de
rapidez e inmediatismo donde, por ejemplo, leer una larga novela de 300 o 400 páginas
va siendo pieza de museo; pese a que, según la encuestadora Gallup –por cierto
nada sospechosa de comunista– indicó no hace mucho, el 85% de lo que un adulto
término medio urbano “sabe” en términos políticos-sociales e ideológicos
proviene de los medios masivos de comunicación, la televisión fundamentalmente;
si bien es cierto que la UNESCO vaticinó que en unas pocas generaciones toda la
educación se hará en forma virtual prescindiendo del educador de carne y hueso
y sin necesidad del diálogo directo; aunque estamos viviendo en forma creciente
en medio de lo que se ha dado en llamar guerra de cuarta generación, es decir:
un continuo bombardeo mediático irreflexivo –imágenes en muy buena medida– que
nos llena día a día la cabeza con esquemas preconcebidos que nos adormecen y
maniatan, donde hay “buenos” y “malos”, donde las fuerzas del capital y la
modernidad ganan siempre la batalla sobre el Mal que representan los pueblos
que alzan su voz –como sucede ahora en la Venezuela Bolivariana–; pese a que la
consigna de nuestros tiempos, puesta en marcha por los grandes poderes que
dominan la escena mundial, podría resumirse con la fórmula: “¡no piense y mire
la pantalla!”; pese a todo ello….creemos firmemente que la lectura no ha
desaparecido ¡ni debe desaparecer!
Por eso saludamos efusivamente la realización de
esta Feria del Libro FILVEN 2012, pues representa una invitación a seguir
leyendo, a seguir manteniendo el espíritu crítico, a seguir intentando ir más
allá de una simplista y adormecedora cultura basada en la imagen como centro
del mundo. Leer ha sido, es y debe seguir siendo un arma liberadora, un paso
adelante en la titánica tarea de pararse críticamente ante la realidad, de
construir alternativas, de pensar y tomarse muy en serio que “otro mundo es
posible” (¡e imperiosamente necesario!, según lo vemos a diario).
El mundo actual, mundo post Guerra Fría, construido
cada vez más desde poderes globales que lo deciden prácticamente todo, no hace precisamente
de la reflexión crítica su bien más codiciado. Eso se reemplazó por un
superficial hedonismo inmediatista donde la cultura de la imagen juega un papel
clave (todo es cosmética, puro Fotoshop e imágenes siliconadas: no piense y
mire la pantalla). ¡Pero la lectura no ha muerto, ni debe morir! Por eso es tan
importante saludar eventos como una Feria del Libro (¡cuánta razón tenía
Groucho!....)
No hay comentarios:
Publicar un comentario