martes, 29 de abril de 2014

Migraciones y migrantes: una mirada crítica




Marcelo Colussi

Las migraciones humanas son un fenómeno tan viejo como la Humanidad misma. De acuerdo a las hipótesis antropológicas más consistentes se estima que el primer ser humano, el Homo habilis, hizo su aparición en un punto determinado del planeta (el centro de África) y de ahí migró por toda la faz del globo. De hecho el ser humano es el único ser viviente que ha migrado y se ha adaptado a todos los rincones del mundo, cosa que ningún otro ser vivo, animal o vegetal, ha podido hacer.

Las migraciones no constituyen una novedad en la historia; siempre las ha habido, y generalmente han funcionado como un elemento dinamizador del desarrollo social. Hoy día, sin embargo, y desde hace varios años con una intensidad creciente, se plantean como un “problema”. Pero… ¿problema para quién?

La gente ha migrado históricamente de un sitio a otro: a) forzada por las circunstancias algunas veces, y b) voluntariamente otras, casi como aventura personal. En este último caso la población migrante buscó nuevos horizontes simplemente movida por el humano afán de conocer cosas nuevas, del descubrimiento. Las primeras, las migraciones forzosas, se han debido a diversas causas, pero en general puede afirmarse que aparecen ligadas a contingencias naturales: catástrofes, hambrunas, empeoramiento en las condiciones de habitabilidad de una región. Sólo recientemente el fenómeno ha adquirido una dimensión masiva de proporciones antes nunca vistas, apareciendo motivado por razones de orden puramente social: guerras, discriminaciones, persecuciones, pero más aún, y fundamentalmente: pobreza. Sólo en la segunda mitad del siglo XX puede decirse que empieza a constituirse en un verdadero problema, perdiendo definitivamente su carácter de factor de progreso, de aventura positiva. Hoy por hoy, 3.000 personas diariamente huyen de la pobreza de los países del Sur buscando oportunidades en el Norte próspero y desarrollado.

La forma que ha adquirido el desarrollo actual del sistema-mundo centrado en el modelo capitalista es paradójica: la riqueza y el bienestar crecen a pasos agigantados para algunos, los menos, pero para muchísimos otros también crece –en forma inversamente proporcional– su marginación, su falta de posibilidades, su precariedad. La dinámica social en curso, curiosamente, aunque se amplía en potencialidades productivas, en tecnologías más efectivas, en acceso al confort, no termina de resolver problemas ancestrales de la Humanidad en cuanto a mejoramiento de las condiciones de vida sino que, por el contrario, para una gran mayoría, las empeora. Ello fuerza movimientos migratorios cada vez más masivos… ¡y desesperados!


Las guerras, quizá la peor catástrofe no natural, desde siempre han sido un factor determinante de migraciones. Las llamadas “guerras de baja intensidad” de las últimas décadas, incluidas aquellas desarrolladas en el marco de la Guerra Fría (fría para las dos superpotencias enfrentadas, terriblemente caliente para los países del Tercer Mundo donde en verdad se libró), han dejado un saldo de migrantes forzosos como nunca anteriormente se había contabilizado. Seguramente contribuye a estos movimientos cada vez más masivos de población la proliferación de comunicaciones más desarrolladas en todo el mundo que achican distancias globalizando y homogeneizando posibilidades y alternativas. En estas migraciones forzosas prácticamente se huye por una imperiosa necesidad de sobrevivencia, es cuestión de vida o muerte.

Pero hay otras migraciones igualmente masivas, donde la población escapa de circunstancias quizá no tan mortíferas como una guerra, pero igual o peor de nocivas: se huye de la pobreza (¡que también es de vida o muerte!). Eso es demostrativo de los tiempos que corren: el sistema capitalista mundial crea unos pocos focos de prosperidad y empobrece brutalmente a las mayorías populares. No habiendo opción en sus países de origen, esas enormes masas de pobres buscan el bienestar de esas islas de salvación.

Las penurias que deben pasar los migrantes en su marcha hacia la supuesta salvación son enormes, terribles. En estos últimos años de crisis sistémica, esas penurias se acrecentaron. Y justamente por esa crisis global del sistema capitalista, las condiciones de recepción de migrantes en el Norte se ponen cada vez más duras, más denigrantes incluso.

Hay ahí una doble moral en juego: por un lado se aprovecha la mano de obra barata, casi regalada, que llega a los bolsones de desarrollo en el Norte; y por otro, se le pone trabas cada vez mayores alentándola a no migrar. Es real que la crisis económica hace que muchos trabajadores oriundos de los países desarrollados estén escasos de trabajo, pero el endurecimiento de los obstáculos migratorios con los trabajadores del Sur busca no sólo desestimularlos sino también –¿básicamente?– chantajearlos, pagando salarios bajísimos y ofreciendo condiciones de super explotación. El antiguamente llamado “ejército de reserva industrial”, es decir: las poblaciones desocupadas y siempre listas a trabajar por migajas, no ha desaparecido. Hoy se presenta como fenómeno global, mundial. Se lo declara problema, pero al mismo tiempo es lo que ayuda a mantener bajos los salarios.

No hay dudas que ese endurecimiento torna el viaje de los migrantes una verdadera pesadilla. Luego, si sobreviven a condiciones extremas y logran ingresar a las “islas de salvación” (Estados Unidos, Canadá, Europa, Japón), su estadía allí, en general en condiciones de irregularidad, aumenta la pesadilla.

Ahora bien –y ahí está el sentido de este escrito–, permítasenos esta reflexión: suele levantarse la voz, lastimera por cierto, en relación a las penurias de los migrantes indocumentados. Suele decirse que la vida que llevan en los países del Norte es deplorable, lo cual es cierto. Y suele exigirse también un mejor trato de parte de esos países para con la enorme masa de migrantes irregulares. Todo eso está muy bien. Es, salvando las distancias, como preocuparse por la situación actual de los niños de la calle. Pero ese dolor, expresado en la lamentación por la situación de esas poblaciones especialmente vulnerables y vulnerabilizadas (los migrantes indocumentados, la niñez de la calle) queda coja si no se ve también la otra cara del problema: ¡la verdadera y principal cara! ¿Por qué hay millones y millones de migrantes que escapan de sus países de origen forzados por la situación económica? La cuestión no es tanto pedir un trato digno en los países de llegada sino plantearse el porqué tienen que escapar.

En vez de quedarnos con la lamentación y victimización del migrante, ¿por qué no denunciar con la misma energía la injusticia estructural que los fuerza a migrar? Pedir que los países de acogida los legalicen no está mal. Pero ¿por qué no trabajar denodadamente para lograr que nadie tenga que migrar en esas condiciones, porque su país de origen no le brinda las posibilidades mínimas de sobrevivencia?

Del mismo modo que nadie debe discriminar ni castigar a un niño de la calle (él es el síntoma visible de un proceso social mucho más complejo), del mismo modo nadie debe excluir, segregar o maltratar a un migrante en condición de irregularidad. Pero ¡cuidado!: si alguien tiene que salir huyendo de su sociedad natal porque ahí no puede sobrevivir, es ahí donde hay que trabajar para cambiar esa injusta y deplorable situación. Llorar por los efectos visibles puede ser muy bienintencionado, pero poco efectivo para afrontar con posibilidades de éxito las inequidades. 

Guatemala: Día de la clase trabajadora...


lunes, 14 de abril de 2014

GUATEMALA: GRUPO DE CHOQUE Y DE REACCIÓN CONTRA EL ESTUDIANTE

Por Marcial Rivera y Juan Castel

“Instrúyanse porque necesitaremos toda nuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitaremos todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitaremos toda nuestra fuerza.” Antonio Gramsci 


Es del conocimiento por todos que cada año el 'Honorable' Comité de Huelga de todos los Dolores del la AEU, (Asociación de Estudiantes Universitarios) en el marco de esta centenaria celebración –declarada patrimonio intangible de la nación, durante el gobierno del solapado Colón– secuestra los distintos parqueos del Campus de la USAC, y las unidades académicas, con la finalidad de cobrar por el aparcamiento de los vehículos que entran a la USAC, y por entrar a las distintas unidades académicas de la Universidad y al propio Campus Central.

De igual forma, los distintos negocios que funcionan en la USAC, así como en los alrededores de la misma, son objeto de extorsiones por parte de este comité conformado por personas ajenas a la Universidad y algunos estudiantes (conocidos también como ‘zopes’). Este año también hubo amenazas de extorsiones y acoso hacia distintos negocios fuera del perímetro de la USAC, como en la transitada Sexta Avenida de la zona 1, conocida por ser un punto de comercio y negocios. En la USAC los negocios víctima de extorsión van desde las fotocopiadoras en las diferentes unidades académicas, hasta negocios de comida y vendedoras y vendedores de chicles, cigarros, dulces o popularmente conocidos como 'Chicleros'.

El inicio de la agresión
“Me gustan los estudiantes
que marchan sobre las ruinas;
con las banderas en alto
va toda la estudiantina.” Violeta Parra.



El 26 de Marzo de este año fue el inicio de una crisis relacionada con el tema de la Huelga de Dolores. A inmediaciones de la Escuela de Historia, Escuela de Ciencias de la Comunicación y la Facultad de Odontología una chiclera fue víctima de la extorsión por parte de 'los zopes', que llegaron con la imposición de venderle su 'Bono' a cambio de no estropear o confiscar su mercadería. Esto fue objetado con un acto de verdadero arrojo por parte de distintos estudiantes; un centenar de personas les hicieron frente y rápidamente junto con los que trascurrían por el lugar 'Los zopes' –quienes se encontraban armados con objetos punzocortantes, bates y otros objetos contundentes–  quedaron rodeados. La finalidad de los estudiantes era evitar que se llevara a cabo este cobro hacia la 'Chiclera', a quien exigían la cantidad de Q 100.00 como la contradictoria “talacha” –antes se le decía así a la colaboración voluntaria de los ciudadanos hacia el estudiantado y su movimiento, hoy es un vil encubrimiento– a cambio de ‘no llevarse su canasto’. Si bien este centenar de personas –en su mayoría estudiantes encabezados por miembros del “Comité Alternativo de Huelga de Historia y de Trabajo Social” y representantes de la Asociación de Estudiantes de Historia– impidieron el cobro de la totalidad de la extorsión –la vendedora solo podía pagar Q. 50.00– las y los estudiantes fueron objeto de intimidaciones por parte de estos sujetos que deshaciéndose en insultos contra los compañeros de Historia que comandaban el conato de rebelión contra las prácticas extorsivas, se retiraron de los hechos para no caer en sus provocaciones. Los Zopes hicieron lo mismo prometiendo regresar el siguiente lunes 31 de marzo, por 'el resto' de la extorsión.

Efectivamente, así lo hicieron, regresaron el lunes siguiente, armados con bates, navajas, taser y otro tipo de armas (unos 35 sujetos) a hacer una labor de reconocimiento hacia distintos estudiantes de la Escuela de Historia que participaron en los hechos del 26 de marzo. Dándose a la provocación,  rodearon a un grupo (no más de 10) de estudiantes que se encontraban fuera del S1 (Escuela de Historia y Escuela de Trabajo Social), esperando que estos cayeran en su juego violento… señalando a los que reconocían que habían incurrido en la defensa de los vendedores e insultándolos. El enfrentamiento terminó con el avance de los Zopes hacia el Edificio de Odontología y con la pronta reunión de todos los estudiantes de historia que salieron de sus clases para resistir pacíficamente en la puerta principal. Después de la marcha al estilo militar de los Zopes para intimidar al estudiante, se convocó a una asamblea en el primer piso del S1, donde se informó otra vez sobre las provocaciones y las maneras en que debíamos estar todos alertados, sobre posibles actos de intimidación y de violencia contra nuestra unidad académica.

La lucha valiente de resistencia:

El primero de abril del 2014, ha quedado en la memoria del estudiantado de la Escuela de Historia, y de toda la Universidad de San Carlos. Este día un numeroso grupo de ‘zopes’ se hizo presente nuevamente de forma armada e intimidatoria al Edificio S1, con la misión de individualizar y agredir a las y los estudiantes que habían defendido a la compañera ‘Chiclera’ víctima de la extorsión, el pasado 26 de marzo. Rápidamente los estudiantes corrieron la voz por los salones de la Escuela de Historia, avisando de que los Zopes “habían traspasado la puerta y se encontraban en el primer nivel”. Ante la invasión del edificio, al tiempo que el valiente y combativo estudiantado se organizó para repeler la agresión de la que estaban siendo víctima, los distintos estudiantes que habían hecho frente a los deshonorables anteriormente se presentaron a informarles que: “no caerían en sus actos violentos, que el estudiante no contaba con armas y no seriamos los primeros en hacer uso de la violencia”, a lo que los Zopes contestaron golpeando a varios estudiantes que se encontraban sentados en la jardinera de la plaza interna del S1, después se abalanzaron sobre los estudiantes identificados en los reconocimientos anteriores, que cayeron víctimas bajo sus bates y puños con manoplas.

Es importante subrayar en este punto el papel del estudiantado combativo de Historia, que de no ser por la valiente masa que saliendo de sus clases de los niveles superiores, los estudiantes agredidos hubieran terminado en las condiciones que pesaron sobre las anteriores víctimas de los DESHONORABLES (varios estudiantes de Ciencias Económicas y Derecho, enviados al hospital por estos gánster). Así fue como la combativa vanguardia encabezada por mujeres de Historia y Trabajo Social cerró filas y haciendo una barrera empujaron fuera a los agresores. El ataque terminaría con varias compañeras y compañeros golpeados incluyendo a la propia Secretaria Académica de la Escuela de Historia, Compañera Olga Pérez.

Los Zopes usarían –“cual buenos opresores”– como última medida al verse desbordados por la respuesta general de las dos unidades académicas el uso de armas de fuego, con las que dispararon al aire… esperando que eso intimidara al estudiantado  y lo dispersara, pero eso no bastó para detener el cántico estudiantil hacia los DESHONORABLES –al son de: “Hijos de Puta”, o “AEU vendida” –. Esta acción victoriosa, seguida por un silencio sepulcral, –como el estudiante percatándose de su poder perdido, de su organización invencible– cuando los Zopes se alejaban disparando aun al aire…esto fue seguido por un grito de victoria y de alegría de la mayoría de los estudiantes presentes –que aun no creían lo sucedido; reconociendo la verdadera fuerza y el poder de su organización– y el grito de una de las valiente compañeras que organizó la resistencia, que llamó a todos a una asamblea general del S1, cuya asistencia general y total nunca antes se había visto en la Escuela de Historia.

Purga de autoridades

Desde el Partido Socialista Centroamericano y desde la organización estudiantil “Juventud Universitaria Socialista” hemos hecho distintas denuncias respecto a los problemas que atraviesa la USAC. Entre otras, hemos denunciado el espíritu graníticamente antidemocrático que representan las elecciones a rectoría, que son fiel reflejo de la estratificación social en Guatemala; en este caso las escuelas no facultativas y los centros regionales, son básicamente ‘ciudadanía’ de segunda categoría. Lo anterior es solo uno de tantos puntos desde los que se debe imperativamente iniciar la discusión sobre el rumbo de la USAC. A nivel institucional el camino correcto es la Reforma Universitaria, como instrumento inclusivo, incluyente, popular, participativo y democrático en el que en términos generales se dignifique, adecente y devuelva la Universidad de San Carlos, que el pueblo de Guatemala merece y necesita.

Es imperativo –entonces- emplazar al rector Estuardo Gálvez Barrios para que inicie los procesos legales correspondientes, con la finalidad de que se investiguen los hechos violentos del 26 y 31 de Marzo, así como del 1 de abril, perpetrados por ‘Los Zopes’. Lo anterior debido que los abusos cometidos en el marco de la Huelga, no son pugnas estudiantiles por cuotas de poder o participación estudiantil; las acciones del ‘Honorable’ y los ‘Zopes’ son a todas luces crimen organizado y actos delincuenciales, que han montado en la USAC, amparándose en la impunidad conexa, que genera la autonomía del campus universitario, y que consiste –entre otras- en venta de drogas, de armas y extorsiones a los distintos negocios que existen en la misma.

¿Qué rol debe jugar el estudiantado?

La agresión hecha en contra del estudiantado de las Escuelas de Historia y Trabajo Social no debe verse únicamente como un acto de valentía por parte del estudiantado que se organizó para defenderse de los zopes, pues es un fiel reflejo de la animadversión que existe en la USAC, hacia el ‘Honorable’ y la AEU. Se hablado ya mucho del coraje de los estudiantes que a gritos y sin un solo golpe lograron expulsar a los Zopes.

Además de este hecho de violencia y salvajismo, los ‘zopes’ han sido objeto de rechazo en otros espacios. El jueves 3 de abril en la Declaratoria General de Huelga, la asistencia fue mucho menor a la de años anteriores, y ‘Los Zopes’ fueron abucheados al subir al escenario, por parte de la concurrencia, debido los actos de violencia perpetrados por ellos y que han empañado aun más su imagen. Las redes sociales fueron un nicho de información sobre lo sucedido;  desde estas, y en medio de diatribas se exigió a los grupos musicales anunciados por AEU, no presentarse a este evento, a lo que respondieron, en especial el grupo Viernes Verde, que estaban siendo contratados por Cervecería Centroamericana –esta ultima baluarte de la oligarquía nacional–, de manera que también denunciamos a esta empresa; pues tanto los honorarios de los grupos musicales, como las ganancias obtenidas producto de la venta de cerveza, se generaron de actos delincuenciales, como ya se dijo: Secuestro de parqueos, unidades académicas; pero sobre todo extorsiones a vendedores de la USAC,  actuación violenta y represión por parte de grupos reaccionarios y de choque. Este “mal necesario” es encubierto por la pútrida burocracia universitaria, enmarcada en el CSU (Consejo Superior Universitario).

¿Qué nos corresponde?

Es sobradamente sabido el rol protagónico que la AEU ha tenido en la historia de Guatemala, en los distintos hechos que han impactado en la vida política de esta nación. Como también, es sobradamente sabido el acentuado desmantelamiento que la misma ha sufrido desde hace más de una década; de ahí que es necesario plantear una amplia alianza de organizaciones estudiantiles para que las mismas, sienten las bases de un proyecto nacido desde el seno del estudiantado, con la finalidad de debatir sobre las estrategias para el rescate de AEU de los delincuentes que la tienen secuestrada, mediante un Congreso General de Estudiantes de las distintas unidades académicas de la  USAC y Centros Regionales, convocada por y para los estudiantes.

Debe subrayarse que las primeras acciones legales ya se han llevado a cabo por parte de algunos estudiantes agredidos con el acompañamiento de docentes y administrativos de ambas unidades académicas, recibiendo como respuesta por parte del Ministerio Público la ‘sugerencia’ de no acercarse a la Universidad, ‘Por su seguridad’, agregando además que no pueden hacer nada por la autonomía de la Universidad. Esto resulta curioso, tomando en cuenta que en ocasiones anteriores el MP ya ha enviado agentes encubiertos precisamente a la Escuela de Historia, con el objetivo de investigar a miembros de movimientos sociales y estudiantiles pertenecientes a esta unidad académica, y finalmente desmantelar al movimiento popular.

Dado que ni el Consejo Superior Universitario, ni el Ministerio Público han dado muestras palpables de resolver el problema del crimen organizado en la USAC, como tampoco de la red de delitos que cometen, desde el Partido Socialista Centroamericano y desde la Juventud Universitaria Socialista, llamamos a vendedoras, vendedores, comerciantes, pequeños negocios y estudiantes para bregar por la conformación de comités de autodefensa que tengan la función de defenderse de los actos gansteriles y pandilleriles perpetrados por ‘Los Zopes’ y la AEU; estos comités deberán ser permanentes y funcionar todo el año, con especial énfasis en tiempo de cuaresma, cuando se celebran las actividades de Huelga.
Ante la fuerza corruptora y violenta, no debe detenerse la fuerza valiosa y creciente del estudiante…

Se ha cantado ya una victoria, y esa victoria ha sido ampliamente secundada por la comunidad universitaria, al ver romperse ese silencio culposo que se guardaba al respecto sobre las vejaciones de los llamados “DESHONORABLES” contra los docentes, los trabajadores administrativos, los vendedores de toda índole y el mismo estudiantado –al que ellos alegan defender–. Pues es hoy deber del estudiante no detener esta marcha inaugurada por las y los compañeros de Historia y de Trabajo Social y no frenar el descontento contra estos parásitos que mantiene secuestrada nuestra universidad desde finales de los años 90s, y cuyo papel encubridor lo juega el CSU, para así mantener a su camarilla de choque que disipe y atemorice al estudiante.

Por ello, este movimiento que hoy nace, debe ser amplio, y de una convergencia generalizadora que englobe en su espectro al sujeto social más abundante en la universidad, “los estudiantes” que juntos deben construirlo y engrosar sus filas, para poder presionar a las instancias a cargo de resolver estos problemas. Y no solo la tenencia y usurpación de AEU por una falsa dirigencia estudiantil, si no el llamamiento también del congreso formativo de la reforma universitaria… y si no el poder de presión sobre los corruptos cargos burocráticos que hoy hacen de nuestra universidad una ciudadela para empresarios disfrazados de académicos.

Por una Universidad del Estudiante y para el Pueblo, hacemos el llamado a organización y la lucha.